sábado, 18 de julio de 2009

Los colores de la Realeza IV

Rojo

El color rojo es el del fuego y el de la sangre, por lo que se le asocia al peligro, la guerra, la energía, la fortaleza, la determinación, así como a la pasión, al deseo y al amor. En heráldica simboliza valor y coraje. Es el color del principio de la vida, el fuego central que anima los mundos. El poseedor del rojo es sabio y dueño de sí mismo, lo que manifiesta en sus acciones.


Desde los tiempos bíblicos este color se utiliza para indicar realeza, lujo y alta posición social. En los palacios reales, el Salón del Trono se halla comúnmente decorado en rojo y oro, al igual que las salas de los principales teatros del mundo, que están tapizadas en la combinación de dorado y carmesí, escarlata, bermellón o borgoña.


La gran mayoría de los soberanos de la Historia han usado el rojo y oro en sus mantos de coronación (en costumbre de uso le sigue el azul y por último el negro).

Christian VII de Dinamarca con ropa y atributos de coronación.

El Emperador Napoleón con su manto rojo salpicado de las abejas de los Bonaparte y ribeteado de armiño.

Escarlata (del persa säqirlāt) es un tono de rojo con un matiz hacia el naranja. Es más rojo que el bermellón. Tradicionalmente, es el color de la flama y también se refiere a la sangre viva. En la Iglesia Católica Romana, los ropajes escarlatas –simbolizando la sangre arterial- son usados por los cardenales como símbolo de su voluntad de defender la fe “hasta derramar su propia sangre”.






Los cronistas habían hecho famoso el encuentro de Enrique VIII y Francisco I en 1520, en la costa normanda. La política que allí se trató fue argumento perdido ante las descripciones de los trajes adamascados, bordados en plata y oro, que caballeros ingleses y franceses llevaron en aquella ocasión. Tanto como el rico traje hecho de tejido de plata de Francisco I se ensalzaban los trajes de los caballeros en terciopelo rojo encarnado, con aplicaciones de oro, puesto que esa tela era sumamente costosa.





Interpretando los colores de los trajes, en el Campo del Paño de Oro ni ingleses ni franceses vistieron de azul por lo que este color simbolizaba de renuncia. Se exhibieron trajes de raso blanco con bordados de oro por lo que el blanco significaba libertad y el oro alegría; terciopelo negro por lo que este color afirmaba de fidelidad; seda carmesí o bermellón por lo que ello expresaba de pasión y valoración de la vida.



Entre las damas de las cortes renacentistas se extendía la predilección por el oro y el rojo carmesí, aunque era moda extendida el uso de colores claros y chillones combinando éstos por el traje buscando los contrastes. Esta variedad de colores combinados indicaba la volubilidad de sus caracteres, desde el ofrecimiento del rojo a la renuncia del azul, contando siempre con la libertad que les proclamaba el blanco.

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