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sábado, 30 de julio de 2011

De la 'sedia gestatoria' al 'papamobile'

La Sedia gestatoria es un trono portátil en el que los Papas fueron trasladados hasta el año 1978. Se trata de un sillón ricamente adornado, cubierto de un dosel de seda, fijo en un suppedaneum, a cada lado del cual hay dos anillos dorados por los que pasan las largas barras con las que doce hombres de a pie, los Sediarios, en uniformes rojos, lo llevan sobre sus hombros. Dos grandes abanicos (flabella) hechos de plumas de avestruz blancas -una reliquia del antiguo uso litúrgico de la flabellum, mencionado en el Constitutiones Apostolicae- son trasladados a ambos lados.

La sedia gestatoria es una versión más elaborada de la silla de manos. Se utilizaba principalmente para llevar a los papas hacia y desde las ceremonias pontificales en la Basílica de San Juan de Letrán y la Basílica de San Pedro. Fue utilizada como parte de las ceremonias papales durante casi un milenio. Se cree que sus orígenes se remontan a Bizancio, donde los emperadores eran transportados de una manera similar, pero muchas fuentes indican que el uso de la sedia es de una fecha muy anterior, probablemente derivada de los rituales que acompañan el liderazgo del antiguo Imperio Romano.

Venerable Pío XII


El trono fue utilizado sobre todo en las ceremonias de la coronación de un nuevo papa y en general en todas las entradas solemnes del Papa a San Pedro o a los consistorios públicos. En el primer caso, tres manojos de estopa son quemados ante el Papa recién elegido, que está sentado en la sedia gestatoria, mientras que un maestro de ceremonias dice: "Pater Sancte, sic transit gloria mundi" (“Santo Padre, así pasa la gloria del mundo”). La costumbre de llevar al papa recién elegido a su iglesia puede encontrarse, en algunos casos, en una época muy antigua y puede ser comparada con el uso romano de la sella curulis, en la que los cónsules recién elegidos eran trasladados a través de la ciudad.

Enodio, obispo de Pavía (m. 521), la registra en su "Apología pro Synodo", Gestatoriam sellam apostolicae confessionis, en alusión a la Cathedra S. Petri, aún conservada en el coro de San Pedro en Roma. Este es un sillón portátil de madera, con incrustaciones de marfil, con dos anillos de hierro a cada lado.

Lo más parecido a una sedia gestatoria que utilizó Juan Pablo II: una plataforma móvil empujada por ocho hombres durante su visita a México.


Además del uso corriente de la sedia en la coronación del Sumo Pontífice (que parece datar de principios del siglo XVI), sirvió en el pasado en otras diferentes ocasiones, por ejemplo, cuando el papa recibía el tributo anual del Reino de Nápoles y de los otros feudos y también, al menos desde el siglo XV, cuando llevaba el Santísimo Sacramento públicamente, en cuyo caso la sedia gestatoria tomaba una forma diferente, una tabla ajustada ante el trono. Pío X hizo uso de ella con ocasión del Congreso Eucarístico en Roma en 1905.

Juan Pablo I al principio se negó a utilizar la sedia gestatoria, junto con la tiara y varios otros símbolos de la autoridad papal, pero fue convencido finalmente por las autoridades del Vaticano de que su uso era necesario para permitir que las multitudes pudieran verlo. Juan Pablo II se negó por completo a utilizar la sedia. Benedicto XVI no tiene, hasta el momento, intención de restaurar su uso. La sedia gestatoria ha sido funcionalmente reemplazada en los tiempos modernos por el motorizado y más seguro "papamóvil".

La sedia gestatoria del Papa Pío VII en exhibición en el Palacio de Versailles



El Papamobile

Papamóvil (en italiano, Papamobile) es un término informal para el vehículo especialmente diseñado que utiliza el Papa para sus apariciones públicas, una vez dejado de lado el empleo de la anticuada y a menudo impráctica sedia gestatoria. El Papamobile fue diseñado para permitir que el Pontífice fuera más visible cuando saludara a las enormes multitudes.

Ha habido varios diseños diferentes para estos vehículos desde que Juan Pablo II usara un camión modificado en su encuentro con las multitudes durante su primer viaje a Polonia como papa. Algunos son abiertos; otros tienen, después del atentado contra Juan Pablo II en 1981, vidrios a prueba de balas. Algunos permiten al papa ir sentado; otros están diseñados para acomodar al papa de pie.

La variedad de papamóviles permiten al Vaticano elegir el vehículo apropiado para cada uso, dependiendo del nivel de seguridad necesitado y la distancia y velocidad del viaje. La placa de matrícula de un papamóvil reza “SCV 1”, que abrevia las palabras "Stato della Città del Vaticano", así como "Status Civitatis Vaticanae", los nombres italiano y latino para el Estado de la Ciudad del Vaticano. El vehículo es conducido solo por un experimentado y confiable ciudadano de la nación que el papa se halla visitando. Y, aunque está rodeado de vidrios a prueba de balas en los cuatro lados, muchas veces es conducido con las ventanas abiertas.

Desde comienzos del siglo XX, varios fabricantes de automóviles han producido especialmente estos vehículos para el papa. La Ford Motor Company produjo una serie de automóviles basada en sus limusinas presidenciales. El Lehman-Peterson 1964 hecho a medida fue usado por el Papa Pablo VI en su visita a Nueva York en 1965 y reutilizado en 1970 en Bogotá. Más tarde, Pablo VI usó un Mercedes-Benz 600 Pullman-Landaulet. Sin embargo, el término “papamobile” no pasó a ser de uso común hasta el pontificado de Juan Pablo II.

Mercedes Benz 230 G construido para Juan Pablo II en 1980


La primera vez que Juan Pablo II viajó a su casa de campo, el vehículo pintado de blanco (uno de los dos hechos especialmente) estaba basado en la marca polaca FSC Star, un pequeño camión de una firma de Starachowice que alcanzaba una velocidad de seis kilómetros por hora. Para la primera visita de este pontífice a Irlanda en 1979 fue construido un camión Ford D Series, más grande que el que hoy se usa en el Vaticano; otro es un Mercedes-Benz con un pequeño habitáculo cerrado con ventanas en la parte trasera donde el papa se sienta. Para la visita papal a Alemania en 1980 se adaptó un Mercedes 230 G Geländewagen. Uno de los actuales modelos está basado en un deportivo utilitario M-Class construido en Estados Unidos. El papamóvil basado en el ML430 fue presentado a Juan Pablo II en 2002.

En 1982, durante la visita del Papa a España, fue usado un papamóvil derivado de un modelo Seat Panda. Este automóvil específico era todo abierto con un pasamanos en el frente, por lo que el papa podía permanecer de pie y saludar a las multitudes mientras estaba en movimiento. De esta manera Su Santidad entró al estadio de fútbol Camp Nou de Barcelona, para celebrar una misa campal de más de 121.000 personas el 17 de noviembre de 1982.

El Seat Panda Papamobile usado en España en 1982


En 1984, en su viaje a Canadá, el papa usó un GMC Sierra modificado como base, pero la construcción estuvo a cargo de la Thibault Fire Engine Company, de Pierreville. Este vehículo fue usado posteriormente en 1998 para la visita papal a Cuba y puesto en exhibición en el Canada Museum of Science and Technology en 2005. El segundo camión construido por la Thibault Fire Engine Company fue enviado al Vaticano en 1984.

Cuando se preparaba la primera visita de de Juan Pablo II a Argentina, en 1982, el Automóvil Club Argentino puso a disposición un vehículo Ford 350, modelo 1981. El mismo se trabajó con gran premura dada la escasez de tiempo. Para la segunda visita de Su Santidad en 1987, la planta de la ciudad de Córdoba, de la fábrica Renault trabajó desde 1986, sobre una Renault Trafic chasis cabina, montando una caja de cristal antibala, instalando allí una butaca y dos banquetas para quienes lo acompañasen. Ese mismo vehículo luego fue trasladado a Brasil. Hoy se encuentra en el Museo de la Industria de la Ciudad de Córdoba, donde puede ser visto por el público.

El papamóvil usado durante la visita a Chile en 1987. Aquí se exhibe en el 2010 Santiago Motorshow junto a una de las motocicletas que originalmente escoltaban al vehículo.


Para la visita de Juan Pablo II a Chile en abril de 1987 se usó como base un chasis de minibús Mercedes Benz, al que la empresa chilena Metalpar blindó con acero militar y cerró en una cúpula de vidrios antibalas especialmente importados, se cubrió en su habitáculo interior con terciopelo azul con asientos soft doble ancho tapizados en el mismo material, en la mascarilla se instaló el escudo de la famosa marca alemana fabricante del chasis y en las puertas se pintó el escudo pontificio del papa. Este vehículo se encuentra en exhibición permanente en el Museo de la Escuela de Carabineros esperando la eventual nueva visita de un pontífice romano a Chile. En algunas ocasiones, dicho vehículo es expuesto al público en otros lugares.

Durante el viaje a Estados Unidos en 1987, dos Mercedes Benz 230 G volaron a Washington, D.C. y modificados por el Servicio Secreto para habilitar un acceso al compartimento papal desde la cabina del chofer, diseño que continuó siendo usado luego de este viaje. Uno de estos vehículos fue retirado de uso y hoy está en exhibición en el Mercedes-Benz Museum de Stuttgart, Alemania. Para la segunda visita de Juan Pablo II a Inglaterra, Land Rover produjo una versión especialmente modificada de uno de sus vehículos, el cual reside actualmente en el Imperial Palace en Las Vegas.


Un papamobile Range Rover


Varios vehículos usados para los viajes papales han permanecido en el país anfitrión, siendo reutilizados en posteriores visitas. El papamóvil mexicano, por ejemplo, fue mostrado en público durante el funeral de Juan Pablo II. En Chile, un ciudadano particular, Amado Paredes, contribuyó de su bolsillo para la construcción del papamóvil chileno y fue usado para la visita papal a aquel país. De manera similar, los fabricantes de automóviles filipinos Francisco Motors Corporation produjeron el papamóvil para la visita papal de 1995. Costó millones de contribuciones voluntarias en el sector privado y, al igual que los otros vehículos, tenía ventanas blindadas y ciertas partes construidas a prueba de bombas, siendo inspeccionado por la Guardia Suiza.

Cuando Juan Pablo II murió, este papamóvil fue brevemente prestado por funcionarios de la Iglesia de Quiapo para ser puesto en exhibición y se convirtió en un destino de peregrinación de los devotos filipinos que no pudieron ir al Vaticano para las ceremonias funerarias de aquel pontífice. Toyota también fabricó un papamóvil basado en un chasis de Toyota Land Cruiser para la visita de Juan Pablo II a Venezuela en 1997. Incluso se decía que Juan Pablo II estuvo interesado en llevarse este vehículo a la Santa Sede.


Papamóvil usado para la visita a Maracaibo, Venezuela. Hoy se utiliza para el traslado de obispos.


Para la primera visita de Juan Pablo II a El Salvador en 1983 se ordena la construcción del papamóvil a la Maestranza militar. El diseño fue creado por el coronel Oswaldo Marenco Carballo, quien tomó como base un Ford 700 1982. Los trabajos de remodelación que se le hicieron al vehículo duraron aproximadamente 150 horas de trabajo. Unas 77 personas participaron en las obras, entre técnicos, electricistas, mecánicos y otros. Fue terminado solo cuatro días antes de que la llegada del pontífice. El vehículo tiene un peso de ocho toneladas, su habitáculo mide unos 3.40 metros de alto y 1.30 metros de ancho y cuenta con vidrios blindados, sistema contra incendios, aire acondicionado, lámparas interiores y sistemas de comunicación con la cabina. En el habitáculo principal se encuentra la silla papal, que luce el escudo de El Salvador y dos palomas de madera a sus costados. Además, en la parte posterior del papamóvil hay asientos para cinco personas. Para la segunda visita del pontífice en 1996, la seguridad del Vaticano exigió hacer modificaciones, en esa oportunidad se tuvo que cambiar el motor Detroit por un Caterpillar, además de modificar la posición de los tanques de combustible, adicionar gradas y un pasamano.

En 2002, Juan Pablo II requirió que los medios dejaran de referirse al vehículo como “papamóvil” diciendo que el término era “poco digno”. En 2006, un papamóvil marca Leyland blindado, usado por Juan Pablo II durante su visita a Gran Bretaña en 1982, fue vendido en subasta por £37,000 (U$S 70.500).


Juan Pablo II en el papamóvil abierto (2004)


Uso actual

El papamóvil usado más a menudo por Benedicto XVI cuando viaja al extranjero es un Mercedes-Benz Clase M utilitario con un salón cerrado, vidriado, que ha sido construido en la parte trasera. El papa entra a través de la puerta trasera y asciende varios escalones. Luego que toma asiento en su silla, es elevado dentro del salón por un elevador hidráulico, permitiendo al Santo Padre ser visto más fácilmente. Además del conductor, hay un espacio para un pasajero (usualmente un agente de seguridad) en el frente del vehículo. El espacio vidriado del papamóvil tiene también un salón para dos asistentes papales que pueden sentarse en el área frontal a la silla elevada del pontífice. Las características de seguridad del vehículo incluyen ventanas y techo de vidrio a prueba de balas y paneles laterales reforzados y blindados.

La empresa Daimler ha dado a conocer el nuevo modelo de papamóvil para Benedicto XVI que, según indican, es un Mercedes-Benz Clase G pintado de color "blanco místico Vaticano". A diferencia del otro vehículo, no tiene lunas a prueba de balas y será usado por el Papa para las audiencias públicas de los miércoles en Piazza San Pietro. Diseñado con un parabrisas que puede doblarse y pasamanos, la cabina es blanca y se accede a ella desde la parte de atrás.

Benedicto XVI en el papamóvil actual durante su visita a Washington (2008)

martes, 27 de julio de 2010

El protocolo vaticano: coronación e inauguración papal


La Coronación papal es la ceremonia en la que un nuevo Papa es coronado con la Tiara como líder de la Iglesia Católica en la Tierra y soberano del Estado de Ciudad del Vaticano (antes de 1870, también de los Estados Pontificios).

La primera coronación papal recordada fue la de Celestino II en 1143. Ochocientos años más tarde, luego de su coronación en 1963, el Papa Pablo VI abandonó la práctica de usar la Tiara. Ninguno de sus sucesores ha elegido regresar a la práctica y no ha habido una coronación papal como tal.


Ritual

Cuando un cónclave elige un nuevo Papa, el Pontífice asume todos los derechos y la autoridad del papado inmediatamente después de su aceptación de la elección; sin embargo, tradicionalmente nombran sus años de reinado a partir de la fecha de su coronación. Desde el pontificado de Juan XXIII, todos los cardenales deben ser obispos y por centurias los cardenales han elegido uno de ellos para ser Papa. Si un Papa recientemente elegido no es obispo, debe ser consagrado como tal.
De acuerdo a la tradición, el derecho de consagración pertenece al Decano del Colegio de Cardenales, en su ausencia al Subdecano y en la ausencia de ambos, al más antiguo Cardenal Obispo. Si el nuevo Papa ya es obispo, su elección es anunciada inmediatamente a la multitud reunida en la Plaza de San Pedro, a los que les da su bendición.


San Juan de Letrán (siglo XVII)

La entronización episcopal del Papa tiene lugar en su catedral, la Basílica de San Juan de Letrán, una ceremonia que estaba combinada con la coronación. Durante el papado de Aviñón, el Papa no podía ser entronizado en su catedral en Roma así que las coronaciones continuaron mientras que las entronizaciones debieron esperar un retorno a la Ciudad Eterna. Cuando regresó Gregorio XI, el Palacio de Letrán tenía necesidad de reparaciones, por lo que los papas hicieron del Vaticano su residencia y transfirieron las coronaciones a la Basílica de San Pedro. La Basílica de San Juan de Letrán sigue siendo la catedral de Roma y la entronización ocurre allí. Durante el período en que el Papa se declaró “prisionero en el Vaticano” (1870-1929), la entronización no tuvo lugar.


La Misa Solemne


La coronación se realizaba el primer domingo luego de la elección. Comenzaba con una solemne Misa Papal. Durante el canto de las Terceras, el pontífice se sentaba en su trono y todos los cardenales realizaban el “primer saludo de obediencia”, acercándose uno a uno para besar su mano. Luego arzobispos y obispos besaban su pie.

Acto seguido, el nuevo Papa era portado a través de la Basílica de San Pedro en la sedia gestatoria, bajo un baldaquín blanco, flanqueado a su izquierda y a su derecha por las flabellas papales (abanicos ceremoniales). En lugar de la tiara papal, usaba una mitra enjoyada (la mitra pretiosa episcopal). La procesión se detenía tres veces y un manojo de lino atado a un báculo dorado era quemado ante el Papa recién elegido, mientras el maestro de ceremonias declamaba: Pater Sancte, sic transit gloria mundi (Santo Padre, así pasa la gloria del mundo), como una advertencia simbólica a dejar de lado el materialismo y la vanidad.

Una vez frente al altar mayor, celebraría la Solemne Misa Papal con todo el ceremonial pontificio. Luego del Confiteor -conocido por su traducción al español "yo confieso" o "yo pecador”, donde se realiza el acto de confesión de los pecados-, el Papa se sentaba en su trono y los tres cardenales más antiguos, de mitra, se aproximaban a él; uno por vez ponían sus manos sobre el Santo Padre y rezaban la plegaria Super electum Pontificem (sobre el papa electo). Entonces el Cardenal decano colocaba el palio sobre sus hombros, diciendo:

Acepta el pallium, que representa la plenitud del oficio pontifical, para honor de Dios Todopoderoso, y la muy gloriosa Virgen María, Su Madre, y los Benditos Apóstoles Pedro y Pablo, y la Santa Iglesia Romana.

En los siglos XI y XII la immantatio, o concesión del mantum (una vestidura papal consistente en una larga capa roja sujeta con una elaborada hebilla), en el recién elegido Papa era considerado como especialmente simbólico de la investidura de la autoridad papal. Era conferido con las palabras: “Te invisto así con el papado romano, que domina sobre la ciudad y el mundo”.
Luego de la investidura (ya fuere con el pallium o el mantum) el papa recibía nuevamente la obediencia de cardenales, arzobispos y obispos mientras la Misa continuaba y se cantaba la Letanía de los Santos.


La Coronación


Luego de la Misa, el nuevo Papa era coronado con la tiara papal. Esto frecuentemente tenía lugar en el balcón de la Basílica de San Pedro, de frente a las multitudes reunidas en la Piazza. El Papa era sentado en un trono con las flabellas a cada lado; se le quitaba la mitra y el Cardenal decano le presentaba la tiara, con las palabras:


ACCIPE TIARAM TRIBVS CORONIS ORNATAM ET SCIAS TE ESSE PATREM PRINCIPVM, RECTOREM ORBIS IN TERRA, VICARIVM SALVATORIS NOSTRI IESV CHRISTI, CVI EST HONOR ET GLORIA IN SAECVLA SAECVLORVM (“Recibe la tiara adornada con tres coronas y sabe que tú eres el Padre de Príncipes y Reyes, Gobernador del Mundo, Vicario de nuestro Salvador Jesucristo sobre la tierra, a quien debemos honor y gloria por los siglos de los siglos”).


Entonces solemnemente colocaba la tiara sobre la cabeza del Sumo Pontífice y arreglaba las ínfulas (dos piezas de tela que parten de la parte trasera de la tiara) detrás de su cuello.

Luego, el Papa ya coronado pronunciaba la solemne bendición pontifical, Urbi et Orbi.


Posesión de la cátedra de Obispo de Roma

El último acto de la inauguración de un nuevo Papa es, todavía hoy, la toma de posesión formal (possesio) de su cátedra como Obispo de Roma en la Basílica de San Juan de Letrán. Esta es la ceremonia final mencionada en la Constitución Apostólica de Juan Pablo II luego del período de Sede Vacante y la elección de un Romano Pontífice.


El Papa es entronizado de la misma manera que otros obispos: es solemnemente conducido al trono episcopal y toma posesión sentándose en él. Luego recibe el beso de la paz y escucha la lectura de un pasaje de las Santas Escrituras, pronunciando entonces una alocución que se acostumbra llamar sermo inthronisticus. En tiempos antiguos, las cartas que el papa enviaba a los patriarcas en señal de estar en comunión con ellos en la misma fe eran llamadas litteræ inthronisticæ, o syllabai enthronistikai.


El escenario

Las primeras coronaciones papales ocurrieron en San Juan de Letrán. No obstante, por cientos de años se realizaron tradicionalmente en las proximidades de la Basílica de San Pedro, aunque algunas tuvieron lugar en Aviñón. En 1800 el Papa Pío VII fue coronado en la apartada iglesia del monasterio Benedictino de la isla de San Giorgio, después que su último precursor fue forzado al exilio temporal durante el período en que Napoleón Bonaparte capturó Roma.

Todas las coronaciones posteriores a 1800 ocurrieron en Roma. Hasta mediados del siglo XIX coronaron a los papas en San Juan de Letrán. Sin embargo la hostilidad pública al papa en Roma condujo a que la ceremonia fuese movida de San Juan de Letrán a la más segura Capilla Sixtina para la coronación del Papa León XIII, debido al temor de que las multitudes anticlericales, inspiradas por la unificación italiana, pudieran atacar la Basílica e interrumpir la ceremonia. Coronaron al Papa Benedicto XV también en la Sixtina en 1914. El Papa Pío XI fue coronado sobre el "dais" (una plataforma levantada en un cuarto para la ocupación dignificada) delante del Altar Mayor en la Basílica de San Pedro. Los Papas Pío IX, Pío XII, Juan XXIII y Pablo VI se coronaron en público en el balcón de la basílica, frente a los feligreses situados debajo, en la Plaza de San Pedro.

En 1939, la coronación del Papa Pío XII fue la primera en la que se realizó una filmación y la primera coronación difundida en vivo por radio. La ceremonia, que duró seis horas, fue presenciada por altos dignatarios internacionales, como el heredero del trono italiano, el Príncipe de Piamonte (futuro Humberto II), los ex-reyes Fernando I de Bulgaria y Alfonso XIII de España, al duque de Norfolk (que representó a Jorge VI del Reino Unido) y el irlandés Taoiseach Éamon de Valera.


La coronación tras Pablo VI

El último papa que se coronó fue Pablo VI. Aunque él decidió dejar de utilizar la tiara papal a pocas semanas de su coronación, y puso la suya propia ante el altar de la Basílica de San Pedro en un gesto de humildad, su encíclica de 1975 Constitución Apostólica, Romano Pontifici Eligendo, requirió explícitamente a su sucesor tener una coronación, indicando: “el nuevo pontífice debe ser coronado por el más antiguo cardenal decano”.

Sin embargo, en medio de una considerable oposición dentro de la Curia Romana, su sucesor el Papa Juan Pablo I optó por no ser coronado, eligiendo en cambio, tener una “Misa solemne para marcar el comienzo de su ministerio como Supremo Pastor”, de características menos formales.


Coronación de Pablo VI


Los partidarios de la coronación asumieron que las semanas posteriores a la muerte repentina del Papa Juan Pablo I, a sólo seis semanas de la previa inauguración de un pontificado, no era la época de regresar al antiguo ceremonial, pero que la vuelta a una coronación tradicional era una opción para los papas futuros.

Las coronaciones papales durante los siglos XIX y XX fueron:

• 1800 –Pío VII, coronado por el Cardenal Antonio Doria Pamphili
• 1823 –León XII, coronado por el Cardenal Fabrizio Ruffo
• 1829 –Pío VIII, coronado por el Cardenal Giuseppe Albani
• 1831 –Gregorio XVI, coronado por el Cardenal Giuseppe Albani.
• 1846 –Pío IX, coronado por el Cardenal Tommaso Riario Sforza.
• 1878 –León XIII, coronado por el Cardenal Teodolfo Mertel.
• 1903 –Pío X, coronado por el Cardenal Luigi Macchi.
• 1914 –Benedicto XV, coronado por el Cardenal Francesco Salesio Della Volpe.
• 1922 –Pío XI, coronado por el Cardenal Gaetano Bisleti.
• 1939 –Pío XII, coronado por el Cardenal Camillo Caccia-Dominioni.
• 1958 –Juan XXIII, coronado por el Cardenal Nicola Canali.
• 1963 –Pablo VI, Coronado por el Cardenal Alfredo Ottaviani.


Ioannes XXIII, ya coronado (1958)


Inauguración papal

La Misa de Inauguración Papal es un servicio litúrgico (celebrado en el Rito Romano pero con elementos del Rito Bizantino) para la investidura eclesiástica del Papa y que hoy en día ya no incluye la milenaria ceremonia de coronación.

Pablo VI, el último Papa en ser coronado, donó su tiara personal a la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción, en la ciudad de Washington como un regalo a los católicos de los Estados Unidos. Sin embargo, aún permanecen más de 20 tiaras en el Vaticano (una se sigue usando cada año para coronar simbólicamente una estatua de San Pedro en su día). El primer papa en siglos que inauguró su pontificado sin una coronación fue Juan Pablo I.


Reemplazo de la coronación

Aunque Pablo VI decidió no usar una tiara, la Constitución Apostólica Romano Pontifici Eligendo de 1975 continuó concibiendo una ceremonia de coronación para sus sucesores. Sin embargo, Juan Pablo I, elegido en el cónclave de agosto de 1978, quería una ceremonia más "simple" y encargó al maestro de ceremonias papal diseñar una nueva. Teniendo el contexto de una “Misa de Inauguración”, el punto principal de la ceremonia era la colocación del pallium sobre los hombros del nuevo Papa y la recepción de obediencia de los cardenales.


Juan Pablo I durante la Misa inaugural de su pontificado


Su sucesor, Juan Pablo II, mantuvo los cambios hechos por su predecesor, aunque con adiciones, algunas de las cuales se hicieron eco de las antiguas coronaciones. Él prefirió que la Misa se realizara durante la mañana y no al atardecer, como la de Juan Pablo I. Refiriéndose a su homilía de inauguración con la tiara papal, dijo: "El Papa Juan Pablo I, cuya memoria está tan viva en nuestros corazones, no deseaba tener la tiara, ni su sucesor la desea hoy. Este no es el momento de regresar a una ceremonia y un objeto considerados, erróneamente, como un símbolo del poder temporal de los Papas".

En 1996, con la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, Juan Pablo II estableció una "Solemne ceremonia de inauguración de un pontificado" a tener lugar, pero no especificó qué forma debería tomar. En términos técnicos una inauguración papal y una coronación papal se podrían utilizar para inaugurar un pontificado: ambas ceremonias habían sido descritas en el pasado usando tal término. Al escribir sobre la “inauguración de un pontificado” antes que sobre una “inauguración específica de un papa” se deja a la decisión individual de los nuevos Papas la elección de la forma particular de tal ceremonia.

La inauguración moderna

La actual inauguración papal, desarrollada a partir de la de Juan Pablo I, tiene lugar durante la Misa (usualmente en la Plaza fuera de la Basílica de San Pedro) e incluye la imposición formal del pallium o palio, el símbolo de la jurisdicción universal del Papa, sobre el Pontífice recientemente electo por parte del más antiguo Cardenal Decano.

Hasta hoy han sido tres los Papas que han utilizado la nueva ceremonia de inauguración: Juan Pablo I, Juan Pablo II (ambos en 1978) y Benedicto XVI (2005).


La Misa de Inauguración de Juan Pablo II


Benedicto XVI mantuvo esos cambios e introdujo uno más: el juramento de obediencia, que todos los cardenales deberían hacer, uno a la vez, durante la Misa, fue reemplazado por un juramento simbólico de respeto prestado por doce personas (los cardenales ya habrían hecho sus juramentos de obediencia uno por uno al momento de la elección, de acuerdo a las reglas del Cónclave).

La ceremonia comienza con el Papa y los cardenales rindiendo plegarias de rodillas ante la Tumba de San Pedro, detrás del altar mayor de la Basílica. Luego salen en procesión a la Piazza para la Misa, mientras se entona la Letanía de los Santos, pidiendo su ayuda para el nuevo Santo Padre. Éste recibe entonces el pallium y el Anillo del Pescador. Como se ha dicho, en lugar del juramento de lealtad de cada cardenal de rodillas (cosa que ya habrían hecho luego del Cónclave), doce personas representativas, laicas y eclesiásticas, le juran obediencia: el más antiguo Cardenal Obispo, el más antiguo Cardenal Sacerdote, el más antiguo Cardenal Decano, un obispo, un sacerdote, un diácono, un hermano religioso, una monja benedictina, una pareja de Corea y dos jóvenes (de Sri Lanka y de República del Congo) recientemente confirmados.

Luego de la Misa, el Papa ingresa a la Basílica de San Pedro donde, frente al altar mayor, recibe el saludo personal de las delegaciones oficiales presentes, incluyendo monarcas y jefes de Estado.



Imposición del palio a Benedicto XVI durante la solemne inauguración pontifical


El futuro de esta ceremonia

Mientras que los rituales inaugurales usados por los Papas Juan Pablo I y Juan Pablo II eran ad hoc (provisionales), el usado por el Papa Benedicto XVI no lo fue. Bajo Juan Pablo II, la Oficina de Celebraciones Litúrgicas del Supremo Pontífice preparó una versión permanente del ritual, para ser sometida a revisión y a aprobación como un ordo definitivo por parte de su sucesor. Benedicto XVI aprobó ese nuevo ritual el 20 de abril de 2005. Entonces fue publicado como un libro litúrgico oficial de la Iglesia con el nombre Ordo Rituum pro Ministerii Petrini Initio Romae Episcopi (Orden de los Rituales para el Inicio del Ministerio Petrino del Obispo de Roma). Este nuevo ordo ha de ser una versión permanente del rito de la inauguración y, en una rueda de prensa que sostuvo poco antes a la inauguración de Benedicto XVI, el arzobispo Piero Marini, Maestro de Ceremonias Papal, lo describió como parte de la aplicación a los ritos papales de las reformas litúrgicas hechas tras el Concilio Vaticano II. Por supuesto, un nuevo Papa tendría completa autoridad para alterar este rito de la inauguración, si, por ejemplo, él decide incluir una ceremonia de coronación.


La Plaza y la Basílica de San Pedro durante la Misa Solemne de Inauguración de Benedicto XVI


El Ordo Rituum pro Ministerii Petrini Initio Romae Episcopi que fue aprobado en 2005 no solo contiene el rito de la Misa de Inauguración papal, sino también la misa de entronización del nuevo Papa en la Cathedra Romana (Cátedra Romana), en la Basílica de Letrán, catedral de Roma, que precede en importancia incluso a la basílica vaticana. Los Papas usualmente toman posesión de la Basílica de Letrán unos días después de la inauguración de su pontificado. Benedicto XVI lo hizo el 7 de marzo de 2005. Este rito, conocido en latín como incathedratio, es el último de los rituales que marcan la ascensión de un nuevo Sumo Pontífice.



jueves, 23 de julio de 2009

El Papa


El Papa (del latín papa, Petri Apostoli Potestatem Accipiens, “El que sucede al apostól Pedro” y a su vez del griego πάππας pápas: "padre" o "papá") es la cabeza visible de la Iglesia Católica y el Jefe del Estado de la Ciudad del Vaticano. También se le conoce como Obispo de Roma, Vicario de Cristo, Sucesor de Pedro, Sumo Pontífice y Siervo de los siervos de Dios.

Durante los primeros siglos de la historia del cristianismo, la expresión "papa" se usaba para dirigirse o referirse a los obispos, en especial a los metropolitas u obispos de diócesis mayores en extensión o importancia. Así, Cipriano de Cartago, por ejemplo, es llamado "papa" (cf. Epist. 8, 23, 30 etc.). Hay que esperar a Gregorio VII, en 1073, para un uso ya exclusivo del obispo de Roma.

Origen del Papado


La visión de la Iglesia Católica de los relatos evangélicos en torno al apóstol San Pedro resalta su preeminencia sobre los demás apóstoles: Jesús le da un nombre especial, Cefas (Roca) (Mc 3,16; Juan 1,42), el cual señalaría la futura misión del apóstol. Además, en los listados de apóstoles los evangelistas siempre lo nombran en primer lugar (a pesar de no haber sido el primero en recibir la llamada de Jesús), incluso utilizando el título de "el primero" (Mt 10,2). Con todo, el pasaje clave es Mateo 16, 13-20, donde Jesús -más adelante- hace entrega a Pedro de las "llaves del reino de los cielos" y se refiere a él como la roca sobre la cual fundaría su Iglesia. Luego de la resurrección, Jesús nuevamente le menciona su papel: "apacienta mis corderos, apacienta mis ovejas" (Juan 21, 15-17) donde apacentar en términos bíblicos es "gobernar" (ejemplo Hechos 20,28).

Por ello, según la visión de la Iglesia Católica, el evangelio reflejaría la voluntad de Jesucristo de que sus discípulos permanecieran unidos bajo la dirección de Pedro, a quien Jesucristo dio ese nombre en un momento solemne, llevando a sus apóstoles a una ciudad edificada junto a una roca, Cesarea de Filipo (Mateo, 16, 13-20).

Pedro es considerado dentro de la Iglesia Católica como el primer Papa, aunque en aquel tiempo no llevaba el título pero sí la misma función y autoridad. Pese a esto, muchos Padres de la Iglesia dicen que la piedra a la que se refiere Cristo es su confesión, no Pedro; pero sin rechazar el pontificado.

San Pedro en Roma

A partir del siglo XI la Iglesia Católica ha hecho énfasis en el origen de la sucesión apostólica a partir de Roma. Debe tenerse en cuenta que en los inicios de esta tradición, el peso del Imperio Romano se había trasladado a Bizancio. Sin embargo, Roma era el Patriarcado que tenía la primacía sobre los demás patriarcas, pues Constantinopla no fue elevada a Patriarcado sino hasta el siglo V, y aun así no gozó de la autoridad espiritual que tenía Roma, principalmente con papas como San León Magno.

Luego de la caída del Imperio romano de Occidente, la figura del obispo de Roma se volvió relevante también en lo político, siendo la única autoridad de los romanos. Pocos disputan estas pruebas desde el punto de vista histórico, pero como ya se dijo, sí se disputa la conclusión de autoridad a que se puede llegar a partir de ellas, por otras razones.
Funeral por Juan Pablo II en San Pedro, Roma, abril de 2005

El gobierno jerárquico de la Iglesia Católica se basa en la autoridad de los sucesores de los apóstoles, llamados obispos, reunidos en concilio bajo la autoridad del primero de los obispos. Para los católicos romanos, éste es el obispo de Roma, llamado Papa, porque tanto Pedro (que primero se trasladó de Jerusalén a Antioquía de Siria) como Pablo murieron en Roma.

Ésta es una de las razones por la que, a partir del siglo XI, la Iglesia de esa ciudad fue reconocida por la Iglesia de Occidente como cabeza de las demás Iglesias católicas romanas: por haber tenido dentro de sí a dos apóstoles, dándole por ello mayor autoridad frente a otras ciudades que sólo habrían tenido a uno. Para el caso de Pablo, además del testimonio de sus cartas desde la prisión romana, existen testimonios arqueológicos y escritos de su martirio en Roma. Más importante es el caso de Pedro, a quien los católicos considera que suceden los 264 papas que después de él han regido la Iglesia Católica Romana.

Tradición católica

Para los católicos, el Papa es el Obispo de la Diócesis de Roma. Según la tradición católica, desde que San Pedro se estableció para predicar el Evangelio en la ciudad y nombró su sucesor a uno de los Presbíteros de la ciudad, se ha establecido la ciudad como la sede de la Iglesia universal.

En el principio a los sucesores de San Pedro se los llamaba simplemente obispo de Roma. El título de Papa viene a ser usado muchos años después, concretamente hasta el año 378 no se instauró el cargo papal.

Actualmente, el Papa ostenta también oficialmente los siguientes títulos:


* Vicario de Cristo.
* Sucesor del Príncipe de los Apóstoles.
* Príncipe de los Obispos.
* Pontífice Supremo de la Iglesia Universal.
* Primado de Italia.
* Arzobispo y Metropolitano de la Provincia Romana.
* Siervo de los Siervos de Dios, Servus Servorum Dei.
* Padre de los reyes.
* Pastor del Rebaño de Cristo.
* Soberano del Estado de la Ciudad del Vaticano.

Su elección se realiza en cónclaves, en los que los cardenales votan al nuevo Papa (es un cargo vitalicio). Desde principios del siglo XIX, si hay acuerdo, se proclama mediante la fumata blanca, en caso contrario se anuncia con la fumata negra y se prosiguen las votaciones. A partir de 2006 el Papa Benedicto XVI renunció al título de "Patriarca de Occidente".


Las Insignias papales son el Anillo del Pescador, la Mitra (tocado de cabeza), el Palio (indumentaria ornamental), el Solideo (gorro a modo de casquete pequeño), el Camauro (gorro más grande), el Trono, la Tiara papal (mitra alta con tres coronas), el Gonfalón (estandarte largo), los Flabelos (grandes abanicos de plumas de avestruz), el Fanón (prenda a modo de capa pequeña), la Silla gestatoria (silla para ser trasladada a hombros), el Báculo pastoral (cayado ornamentado) y el Asterisco (cruz de metal precioso para la Liturgia).


Condecoraciones Papales


Las condecoraciones papales son los títulos de nobleza, órdenes ecuestres y otras marcas de honor y distinciones que la Corte Papal confiere en hombres y mujeres de intachable carácter que han promovido de alguna forma los intereses de la sociedad, de la Iglesia Católica y de la Santa Sede.


Los rangos de títulos van desde Príncipe a Barón incluso, y son concedidos por el Papa en su calidad de soberano temporal. El título conferido más comúnmente es el de Conde, prefijado al nombre familiar, el cual es simplemente personal o heredable al primogénito masculino. El Príncipe asistente al Solio es Conde de Roma por derecho. Existe otro título llamado habitualmente Conde Palatino, pero la verdadera designación es Conde del Sagrado Palacio de Letrán, el cual es atribuido a muchas oficinas en la corte papal.


Las órdenes ecuestres son:

  • Suprema Orden de Cristo
  • Cruz "pro Ecclesia et Pontifice"
  • Orden del Beato Pío IX
  • Orden de San Gregorio El Grande
  • Orden de San Silvestre
  • Orden de la Espuela Dorada
  • Orden del Santo Sepulcro
  • Medalla Benemerenti
  • Rosa de Oro

    Rosa de Oro otorgada a María Cristina de Austria por Pío VI, en 1776, hoy en el Tesoro Imperial de la Hofburg, en Viena