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jueves, 17 de marzo de 2011

La Casa de Medina Sidonia

La Casa de Medina Sidonia es originaria de la Corona de Castilla y su nombre proviene del Ducado de Medina Sidonia, título hereditario que Juan II de Castilla otorgó a Juan Alonso Pérez de Guzmán, III Conde de Niebla, el 17 de febrero de 1445, como premio por sus servicios a la Corona.

Armas de los Pérez de Guzmán orlado con los castillos y leones de la familia real, con la que había entroncado. Como ornamento exterior, el Toisón de Oro.


El Ducado de Medina Sidonia es el ducado hereditario más antiguo del Reino de España. El nombre proviene de la localidad española de Medina Sidonia, en Andalucía. Estuvo desde sus orígenes en manos de la familia Pérez de Guzmán, comúnmente conocidos como "los Guzmanes", hasta que en 1779 pasó a los Álvarez de Toledo, cuando a la muerte sin descendencia de Pedro de Alcántara Pérez de Guzmán y Pacheco, XIV Duque de Medina Sidonia, lo heredó su primo José Álvarez de Toledo y Gonzaga, XI Marqués de Villafranca. Al morir éste también sin descendencia, el título pasó a su hermano Francisco de Borja Álvarez de Toledo y Gonzaga. Actualmente la casa sigue en manos de la Casa de Villafranca del Bierzo, en la persona del actual duque Leoncio Alonso González de Gregorio y Álvarez de Toledo.

El Ducado recibió en 1520 la Grandeza de España de Primera Clase. Además la casa reúne otros títulos, como el Señorío de Sanlúcar, el Condado de Niebla, el Marquesado de Gibraltar, el Marquesado de Cazaza y el Marquesado de Valverde.


1983: La Duquesa de Medina Sidonia es madrina de la boda de su hijo primogénito, el Conde de Niebla, con Montserrat Viñamata y Martorell, hija de los Condes de Alba de Aliste y nieta de los Duques de Almenara Alta y Escalona.


A lo largo de su historia, los miembros de la Casa de Medina Sidonia han entroncado con numerosos linajes y casas nobiliarias, entre ellas la Casa de Medinaceli, la Casa de Arcos, la familia Enríquez (parientes de Enrique II de Castilla), la Casa de Alcalá, la Casa de Ayamonte, la Casa de Osuna, la Casa de Braganza, la Casa de Zúñiga, la Casa de Aragón, la Casa del Infantado, la Casa de Lerma.


El fundador de la Casa

Alonso Pérez de Guzmán, "el Bueno", fue el fundador de la Casa de Medina Sidonia, ya que, aunque nunca ostentó el título de Duque de Medina Sidonia, fue él quien puso las bases sobre las cuales se asentaría a lo largo de los siglos dicha casa. Su vida pública transcurrió entre 1276 y 1309. Como militar intervino en las luchas internas del Marruecos meriní. Tras las incursiones norteafricanas en la Baja Andalucía de 1275, medió en la tregua establecida entre el sultán meriní Yusuf y Alfonso X el Sabio en 1276.


Escudo de la familia Pérez de Guzmán, Iglesia Mayor Parroquia de Ntra. Sra. de la O, Sanlúcar de Barrameda


En 1282, el Rey Sabio premió los servicios de Guzmán con la villa de Alcalá Sidonia, hoy Alcalá de los Gazules, que le cambiaría ese mismo año por el Donadío de Monteagudo (hoy cortijo en el término municipal de Sanlúcar de Barrameda). Además el rey le casó con María Alfonso Coronel, una rica mujer que aportaría al matrimonio una importantísima dote, compuesta por casas, olivares, villas, aceñas (molinos de harina) y pagos.

Con el acceso al trono de Sancho IV, Guzmán marchó de nuevo al sultanato meriní de Fez, haciendo una gran fortuna con la que ampliaría sus propiedades. Compró más olivares en el Aljarafe, más casas en Sevilla, La Algaba, Alaraz, el Vado de las Estacas (en Alcalá del Río), Santiponce, más villas, dehesas y donadíos.

Posteriormente, en 1294, el propio Sancho IV recurrió a Guzmán para la defensa de Tarifa, plaza amenazada por el infante don Juan, tío del monarca, con la ayuda de los meriníes y nazaritas. Allí ocurrió la célebre defensa heroica de Tarifa, con la muerte del inocente hijo de Guzmán convertida en leyenda. Tras la gesta de Tarifa, Sancho IV le prometió verbalmente el Señorío de Sanlúcar, en cuyo término se incluían los lugares y poblados de Sanlúcar de Barrameda, Rota, Chipiona y Trebujena. Sin embargo, no fue él sino su hijo Fernando IV quien hizo efectiva dicha merced en 1297. Con el tiempo, Sanlúcar se convertiría en el principal solar de la casa. Recibió a partir de entonces mercedes en almadrabas, señoríos y rentas.


Guzmán el Bueno arrojando su daga en el cerco de Tarifa: "No engendré yo fijo para que fuesse contra mi tierra..."


A la muerte de Guzmán el Bueno luchando en la frontera con el Reino de Granada, las dimensiones de sus señoríos y propiedades en el alfoz sevillano del Aljarafe, el área fronteriza de Huelva, el Bajo Guadalquivir y el área del Guadalete, convertían a la Casa de Guzmán en el linaje más importante de la alta nobleza en Andalucía durante la Baja Edad Media.

No obstante, la casa perdió parte de sus propiedades originales debido a las dotes matrimoniales y al testamento de María Alfonso Coronel dado en 1330.

El Condado de Niebla

En 1369, el rey Enrique II de Castilla otorgó a Juan Alfonso Pérez de Guzmán, IV Señor de Sanlúcar, el Condado de Niebla por su fidelidad en la Primera Guerra Civil Castellana que aquel había mantenido con su hermanastro Pedro I el Cruel. Además el rey lo casó con una de sus hijas ilegítimas, entroncando la casa con la Familia Enríquez, por ende, con la Casa de Trastámara, incorporando a su escudo una orla con los castillos y los leones propios de la casa real castellano-leonesa. Fue el primer condado con jurisdicción territorial que se otorgó a un noble ajeno a la familia real.


El Castillo de los Guzmanes, en Niebla, Huelva


El Condado toma su nombre de la villa onubense de Niebla, e incluía la villa de Niebla y sus aldeas.

Todo ello dio a la casa un nuevo gran impulso, a lo que se unió la institución de un mayorazgo por parte del conde en 1371, con los bienes raíces y jurisdiccionales que había heredado junto con los aportados en dote por su mujer.


El Ducado de Medina Sidonia

En 1440, Juan II cambió a Juan Alfonso Pérez de Guzmán, III Conde de Niebla, el señorío de La Algaba, Alaraz y El Vado de las Estacas por Medina-Sidonia. En 1444, dicho conde recuperó Ayamonte, Lepe y La Redondela, lugares que habían sido desgajados del mayorazgo de la Casa en 1396. Asimismo, durante la crisis que Juan II tuvo con los Infantes de Aragón, entre 1441 y 1444, el III conde apoyó al monarca haciendo que el reino de Sevilla se mantuviera mayoritariamente a su favor, servicio por el que fue recompensado en 1445 con la concesión del Ducado de Medina Sidonia. Este título supuso que la dignidad de Conde de Niebla quedara asociada al primogénito y sucesor del duque.

En 1457, el 1r duque, casado con María de la Cerda, de la Casa de Medinaceli, estableció mayorazgo, con permiso del rey, a favor de su hijo bastardo Enrique, pues no tenía descendientes legítimos con su esposa. Estas circunstancias generarían en la casa dos largos pleitos. El primero se mantuvo con la Casa de Medinaceli, que reclamaba la devolución de la villa de Huelva, puesto que María de la Cerda la había aportado al matrimonio en dote, pero había muerto sin haber tenido hijos con el duque. La devolución no se llevó a cabo y por ello, en torno a 1466, surgió una larga confrontación entre ambas casas que no finalizaría hasta 1509.


María de la Cerda, de la Casa de Medinaceli


El segundo pleito se dio con Teresa de Guzmán, Condesa de Alba de Liste y hermana del 1r duque, que argumentaba la bastardía del hijo del duque para reclamar la mitad de Lepe y Ayamonte en 1462; lugares que en 1454 se habían desgajado del mismo nuevamente para dotar a otra Teresa, hija del I duque. Tras un largo período de reclamación, el pleito de Ayamonte se solucionaría en 1510.

La inestabilidad provocada por la guerra civil entre Enrique IV de Castilla y su medio hermano Alfonso, fue aprovechada por la casa para ampliar sus dominios anexionando Gibraltar y Jimena. Gibraltar, que había sido conquistado a los granadinos en 1462, pasó a la casa en 1467 por merced de Alfonso, que reinaba como Alfonso XII, lo que no fue óbice para que su contrincante Enrique IV revalidara dicha merced en 1469 cuando recuperó totalmente el gobierno.

En 1488 los Reyes Católicos concedieron al duque el Marquesado de Gibraltar, pero a su muerte en 1492 intentaron recuperarlo para la corona sin éxito, quedando el asunto en suspenso hasta 1501, en que se produjo su devolución definitiva. Por su parte, Jimena, que había sido conquistada a los nazaritas granadinos en 1456, fue arrebatada al Duque de Alburquerque en 1468, lo que generó un largo pleito que concluyó a principios del siglo XVI, pagando la casa 6.000.000 de maravedís como compensación por la villa. Durante esta época la casa hizo préstamos monetarios a la Corona para la Guerra de Granada y prestó servicios militares en determinadas campañas.

Isabel La Católica, reina de Castilla


A finales del siglo XV, el III duque prestó su apoyo al adelantado Alonso Fernández de Lugo, quien conquistó definitivamente Tenerife, lo que le trajo a la casa ingenios azucareros y bienes raíces en las Canarias. En 1497 partió de Sanlúcar una armada comandada por Pedro de Estopiñán, que conquistó Melilla, en el reino de Tremecén cerca de la frontera con el reino de Fez. Los reyes nombraron al duque gobernador y teniente de Melilla. En 1498, concedieron en señorío varios lugares de la Serranía de Ronda y en 1503 aprobaron un nuevo mayorazgo de la casa, incluyendo Huelva, Jimena, San Juan del Puerto, el dozavo de Palos, Olivares y Villafranca.

En 1505 el III duque Juan se lanzó a ofrecer su apoyo a Juana I de Castilla y su esposo Felipe el Hermoso, frente a la "amenaza" del padre de la reina, Fernando el Católico, mediante embajada que partió de Sanlúcar a Flandes. En respuesta, ellos le nombraron "Lugarteniente real y capitán general de los reinos de Granada, Córdoba, Jaén, los Algarves, Algeciras, con toda la Andalucía" y, según un documento, "y de Murcia"; cargo que nunca llegó a ser ejercido. La casa seguía implacable en la ampliación de sus dominios. En 1506, el alcaide ducal de Melilla, Gonzalo Mariño de Ribera, conquistó Cazaza y el duque recibió de los nuevos reyes el marquesado homónimo. En 1507, el III duque murió en Sevilla inesperadamente de peste, sucediéndole como IV duque su hijo Enrique, menor de edad, por lo que quedó bajo la tutela de su madrastra Leonor Pérez de Guzmán y Zúñiga, su cuñado Pedro Girón, Per Afán de Ribera, Juan de Barahona y Antón Rodríguez Lucero.

Vista de Sanlúcar de Barrameda, señorío primigenio y capital de los estados de la Casa de Medina Sidonia.



Las alianzas

A partir de entonces la Casa pasó por una serie de vicisitudes ocasionadas fundamentalmente por las alianzas familiares contraídas, los pleitos territoriales pendientes de resolución y la inestabilidad política por la que atravesaba la nobleza andaluza ante la vuelta del Rey Católico. El III duque había concertado con Juan Téllez Girón, II Conde de Urueña, un doble casamiento entre guzmanes y girones: Mencía Pérez de Guzmán casó con Pedro Girón, III Conde de Ureña, y el futuro duque Enrique casaría con María Téllez Girón, también conocida como María de Archidona, cuando alcanzaran la edad adecuada.

Con el regreso del Rey Católico a Castilla a mediados de 1507 para hacerse cargo de la regencia, la nobleza castellana quedó al punto sometida de nuevo al poder real. Sin embargo, la andaluza no lo haría hasta mediados de 1508. La entrada en la familia de Pedro Girón, tutor del IV duque, que era débil y menor de edad, supuso desde el principio un enfrentamiento con Fernando el Católico. El monarca aragonés tenía intención de casar a su nieta Ana de Aragón con el duque Enrique. Pedro Girón, contrario a ese matrimonio, mintió al rey diciéndole que el duque y su hermana María de Archidona ya estaban casados. El monarca, sin saber que Girón mentía, manifestó su disgusto por ese enlace, que no había tenido el consentimiento real. Girón, con astucia, se precipitó a llevar a los dos niños a Medina-Sidonia donde los casó en secreto.
Fernando El Católico


El rey, desde Sevilla, solicitó a Pedro Girón las fortalezas de Sanlúcar, Vejer y Huelva, quien le respondió que tratara el asunto directamente con el duque, que ya estaba casado y era señor de sus estados. Tal conducta fue considerada una rebeldía por el rey. Pedro Girón fue desterrado a Portugal, llevándose con él al duque niño como garantía. El rey procedió a tomar todas las villas y fortalezas del estado del duque. Niebla, por órdenes dadas por Girón antes de partir al exilio, puso resistencia al rey, por lo que la villa sufrió el asalto de las tropas reales, lo que provocó en noviembre de 1508 una masacre popular recordada por su crudeza.

Tras ello, el rey no suprimió los estados ducales, sino que nombró gobernador del mismo al Arzobispo de Sevilla Diego de Deza, a Per Afán de Ribera y al doctor Lillo; la supresión del señorío lo hubiera enfrentado a todo el estamento nobiliario. El secuestro por parte del rey de los estados de la casa dejaba a sus miembros en una difícil situación económica. No obstante, el rey autorizó que los gobernadores del señorío libraran la cantidad de dinero suficiente para el cumplimento del testamento del duque Juan y la resolución de los pleitos territoriales, abonando 10.000.000 de maravedíes a la Casa de Medinaceli en compensación por Huelva en 1509, y pagando 34.000.000 al Conde de Alba de Liste por Ayamonte y Lepe en 1510.


Alonso Pérez de Guzmán el Bueno y Zúñiga (1550-1615), VII Duque


La casa y el rey acabaron congraciándose, y en 1512 llegó el perdón regio. Tanto el IV Duque como Pedro Girón regresaron de Portugal. A su vuelta acataron al rey en la corte y establecieron su residencia en Osuna, donde el duque murió en enero de 1513, sin hijos y dejando a su hermana Mencía de Guzmán (a la sazón esposa de Pedro Girón) como heredera universal. Como es natural, el testamento fue impugnado y Alonso, el legítimo heredero, pidió ayuda al rey, quien le casó en 1513 con su nieta Ana de Aragón por poderes, ya que ambos eran menores de edad. En la minoría de Alonso, la duquesa viuda Leonor gobernó los estados de la casa hasta su muerte en 1515. A finales de ese año se celebró la boda entre Alonso y Ana en Plasencia. Alonso sería considerado "mentecato e impotente" y en 1518, Carlos I aceptó traspasar el título a su hermano Juan Alonso, casándolo con su cuñada tras la pertinente anulación del matrimonio anterior.

El nuevo duque sirvió al Emperador en la Guerra de las Comunidades de Castilla, manteniendo fiel el reino de Sevilla y mandando al frente de las tropas andaluzas a su hermano Pedro, I Duque de Olivares, cuando la rendición de María de Padilla en Toledo. Precisamente este Pedro de Guzmán inaugura la Casa de Olivares, una de las ramas menores de la casa, que tendrá mucho protagonismo en la historia de España en la figura del Conde-Duque de Olivares. En 1581 el VII Duque fue investido caballero de la Orden del Toisón de Oro y nombrado Capitán General de Lombardía. El VII, el VIII y el IX duque ostentaron la Capitanía General del Mar Océano y Costas de Andalucía.
Escudo que formaba parte del mascarón de proa de una galera del VII Duque de Medina-Sidonia


La decadencia de la casa comenzó tras la Conspiración independentista en Andalucía (1641), supuestamente dirigida por el IX duque, aunque posiblemente fuera una conjura contra él orquestada por el Conde-duque de Olivares. Como consecuencia, el IX duque perdió el Señorío de Sanlúcar en 1645, fue desterrado y la Capitanía General de la Mar Océana pasó a la Casa de Medinaceli.


De los Pérez de Guzmán a los Álvarez de Toledo

En 1779 la jefatura de la casa pasó a la Casa de Villafranca del Bierzo, cuando a la muerte sin descendencia de Pedro de Alcántara Pérez de Guzmán y Pacheco, XIV Duque de Medina Sidonia, lo heredó su primo José Álvarez de Toledo y Gonzaga, XI Marqués de Villafranca, quien también murió sin descendencia, pasando la varonía de la casa a su hermano Francisco de Borja Álvarez de Toledo y Gonzaga. Con ello se incorporaron asimismo las casas de los Vélez, Paternò y Martorell.


El 15º Duque de Medina-Sidonia y 13º Duque (consorte) de Alba


Actualmente la casa sigue en manos de los Álvarez de Toledo. La XXI duquesa, Luisa Isabel Álvarez de Toledo y Maura, catalogó el Archivo de la Casa y creó en torno a él la Fundación Casa Medina Sidonia en el palacio ducal de Sanlúcar de Barrameda. Tras su muerte en 2008 la presidencia de la fundación pasó a Liliane Dahlmann, aunque sus hijos demandan que la fundación sea reformulada, debido a que los bienes que su madre donó en vida a la misma, al ser la práctica totalidad de su patrimonio, deben ser reducidos para satisfacer los derechos legales de los herederos, sin menoscabo de los intereses del Estado y de la declaración de Bien de Interés Cultural (con la consiguiente indivisibilidad), que afecta a la herencia de la XXI duquesa.

Otros miembros de la casa tuvieron un papel destacado en la historia, caso del Conde-Duque de Olivares, valido del Felipe IV de España y de Luisa de Guzmán, reina consorte y regente de Portugal. Asimismo en la familia hubo dos Patriarcas de las Indias, Alonso Pérez de Guzmán, hijo del VII duque, y Antonio Pérez de Guzmán, nieto del VIII duque. Por otro lado, Pedro Núñez de Guzmán, citado unas veces como Adelantado mayor de Castilla, otras de Andalucía, fue el supuesto padre de Guzmán el Bueno.

Blasones de Gaspar de Guzmán, conde duque de Olivares

Los ingresos

La economía de la casa se basaba fundamentalmente en la agricultura, la ganadería, la pesca y el comercio. Cultivaba en sus tierras del Aljarafe, del Bajo Guadalquivir, de la Campiña de Jerez y del alfoz de Medina-Sidonia, la tríada mediterránea (trigo, olivo y viña) y los cultivos hortícolas. Explotaba ganadería bovina en las grandes dehesas del Condado de Niebla y del Andévalo. Poseía las almadrabas de atún de Barbate, Conil y Chiclana, las salinas y la Almona de Sanlúcar. Comerciaba desde el puerto de Sanlúcar con el norte de Europa, norte de África y las Indias, exportando atún, vino, grana, aceite, jabón... y beneficiándose de las importaciones y del conjunto del tráfico comercial de dicho puerto, mediante la casa de contratación ducal y el cobro del almojarifazgo del puerto de Sanlúcar por parte de la aduana ducal.

La casa ejerció un importante mecenazgo artístico. Ejemplo de ello son el Palacio de Medina Sidonia en Sanlúcar de Barrameda, el Palacio de Medina Sidonia en Sevilla (derruido), el Monasterio de San Isidoro del Campo en Santiponce, el Monasterio de Dominicas de Madre de Dios en Sanlúcar, el Convento de Santo Domingo de Sanlúcar, el Santuario de Nuestra Señora de la Caridad Coronada en Sanlúcar, el Convento de La Merced en Sanlúcar, el Castillo de Santiago, los castillos de Niebla, Trigueros y Barbate, la chanca de Zahara de los Atunes y un largo etcétera. La gesta de Tarifa de Guzmán el Bueno ha sido objeto de numerosas obras literarias, entre ellas la escrita por Tomás de Iriarte. Atribuido a Cervantes, el Soneto a la entrada del duque de Medina en Cádiz, está dedicado al VII duque. Góngora dedicó su Fábula de Polifemo y Galatea al Conde de Niebla.


Jardines del Palacio Ducal de Medina Sidonia, casa solariega del linaje en Sanlúcar de Barrameda.


Los Duques

Primera creación por Enrique II de Castilla

1380 - Enrique de Castilla y Sousa

Segunda creación por Juan II de Castilla

1445 – 1468 Juan Alonso Pérez de Guzmán y Orozco
1468 – 1492 Enrique Pérez de Guzmán y Meneses
1492 – 1507 Juan Alonso Pérez de Guzmán y Afán de Ribera
1507 – 1513 Enrique Pérez de Guzmán y Fernández de Velasco
1513 – 1518 Alonso Pérez de Guzmán y Zúñiga
1518 – 1558 Juan Alonso Pérez de Guzmán y Zúñiga
1558 – 1615 Alonso Pérez de Guzmán y Zúñiga
1615 – 1636 Juan Manuel Pérez de Guzmán y Silva
1636 – 1645 Gaspar Pérez de Guzmán y Sandoval
1645 – 1667 Gaspar Pérez de Guzmán y Guzmán
1667 – 1713 Juan Clarós Pérez de Guzmán y Fernández de Córdoba
1713 – 1721 Manuel Alonso Pérez de Guzmán y Pimentel
1721 – 1739 Domingo Pérez de Guzmán y Silva
1739 – 1779 Pedro de Alcántara Pérez de Guzmán y Pacheco
1779 – 1796 José Álvarez de Toledo y Gonzaga
1796 – 1821 Francisco de Borja Álvarez de Toledo y Gonzaga
1821 – 1867 Pedro de Alcántara Álvarez de Toledo y Palafox
1867 – 1900 José Joaquín Álvarez de Toledo y Silva
1900 – 1915 José Joaquín Álvarez de Toledo y Caro
1915 – 1955 Joaquín Álvarez de Toledo y Caro
1957 – 2008 Luisa Isabel Álvarez de Toledo y Maura

Leoncio Alonso González de Gregorio y Álvarez de Toledo es el actual titular, XXII poseedor del título.

Escudo de la Casa de Medina Sidonia, en la calle Palacio, Huelva, antigua residencia de los Condes de Niebla.



sábado, 8 de agosto de 2009

Grande de España



La Grandeza de España es la dignidad máxima de la nobleza española, inmediatamente después de la de Infante de España, que es la que corresponde a los hijos del Rey y a los hijos de los Príncipes de Asturias.


Los Grandes de España son considerados como los sucesores de los antiguos Ricoshombres de los reinos de Castilla y de León así como de las Coronas de Aragón y de Navarra, y es, en sí misma, la más elevada dignidad nobiliaria que existe en España. En Europa, tras los miembros de las casas reales, sus honores y privilegios los anteponían a los Pares de Francia (Pairs) y los del Reino Unido (Peers).



Aunque desde el advenimiento de la dinastía Trastámara en 1369 se venía llamando "Grandes" a los más poderosos jefes de las grandes familias feudales castellanas y a las ricas casas fundadas por los segundones de la estirpe real, el origen de la Grandeza de España, tal y como hoy la conocemos, se sitúa en el reinado de Carlos I.


En 1520, tras su coronación como Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico con el nombre de Carlos V, hizo una diferenciación definitiva entre los simples Títulos (los poseedores de un título de nobleza) y los Grandes (merced que concedía el soberano y acompañaba al título nobiliario), otorgando el tratamiento de primo a los grandes de España y el de pariente al resto de títulos, junto con el derecho de "cobertura", es decir el derecho a permanecer con la cabeza cubierta en presencia del rey (de ahí la tradicional fórmula de concesión de la dignidad: ¡Cubríos!), entre sus prerrogativas también se encontraba el poder sentarse en presencia de los reyes o no poder ser detenidos salvo por expresa orden del Rey.


Carlos de Habsburgo, rey de España con el nombre de Carlos I -el primero que unió en su persona las coronas de Castilla y Aragón- y Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico como Carlos V (1500 – 1558)



En esta primera distinción de 1520 fueron reconocidos como Grandes 25 poseedores de los más antiguos y principales títulos nobiliarios españoles de aquella época. Todos los tratadistas coinciden en que no existía precedencia alguna entre estos primeros "Grandes", ya que el protocolo los situaba en el orden en que iban llegando. Estos veinticinco títulos y algunos más, cuya grandeza fue también reconocida en el transcurso del reinado del propio Carlos y en el de su hijo Felipe II, son los que serían conocidos como Grandes de Primera Clase, cerca de 40 a finales del siglo XVI. Ni que decir tiene que, salvo raras excepciones, como el caso de los descendientes de Colón (Duques de Veragua, concedido en 1537), estos ilustres personajes representaban a los más poderosos clanes nobiliarios medievales españoles y acumulaban un enorme poder territorial y económico.


Por no existir documentación oficial sobre este nombramiento, no existe acuerdo unánime a la hora de enumerar las Casas que integraron esta lista, aunque la propuesta de Francisco Fernández de Bethencourt a principios del siglo XX es la más extendida y aceptada:


· Casa de Acuña, representada por el marqués de Villena y duque de Escalona y el conde de Ureña;
· Casa de Aragón, con los ducados de Segorbe y Villahermosa;
· Casa de Borja, con el duque de Gandía;
· Casa de Folch de Cardona, con el ducado de Cardona;
· Casa de Castro, con el conde de Lemos;
· Casa de la Cerda, con el duque de Medinaceli;
· Casa de Córdoba, con el marqués de Priego y el conde de Cabra;
· Casa de la Cueva, con el duque de Alburquerque;
· Casa de Enríquez, con el almirante de Castilla, conde de Melgar;
· Casa de Guzmán, con el duque de Medina-Sidonia;
· Casa de Lara, con el duque de Nájera y el marqués de Aguilar de Campo;
· Casa de Mendoza, con el duque del Infantado;
· Casa de Navarra, con el condestable conde de Lerín;
· Casa de Osorio, con el marqués de Astorga;
· Casa de Pimentel, con el conde-duque de Benavente;
· Casa de Ponce de León, con el duque de Arcos;
· Casa de Sandoval, con el marqués de Denia;
· Casa de Toledo, con el duque de Alba;
· Casa de Velasco, con el condestable de Castilla, duque de Frías;
· Casa de Zúñiga, con el duque de Béjar y el conde de Miranda del Castañar.


María del Pilar de Silva Alvarez de Toledo, 13ª Duquesa de Alba (1762-1802)

contrajo matrimonio con

José María Alvarez de Toledo y Gonzaga,15º Duque de Medina Sidonia, 11º Marqués de Villafranca del Bierzo, 13º Duque consorte de Alba (1756-1796)


A pesar de que este reducido grupo es considerado la primera grandeza de España, no fue ni la primera, ni tampoco de España, pues hasta 1812 los grandes lo fueron únicamente de Castilla, y no es hasta entonces cuando lo son de España. Estas grandezas de 1520 no fueron las únicas otorgadas por Carlos I durante su reinado, puesto que hasta la muerte del emperador, fueron cincuenta las personas que tuvieron este tratamiento, repartido entre treinta y tres españoles, catorce italianos, tres flamencos y un indiano.


En el siglo XVII varios títulos más fueron recibiendo el alto honor que representaba la Grandeza tales como el Conde-Duque de Olivares o el Conde de Oñate.



Gaspar de Guzmán y Pimentel, Conde de Olivares, Duque de Sanlúcar la Mayor, Grande de España (1587-1645)

Con el advenimiento de los Borbones al trono español, se otorgó la Grandeza de España a varios Pares de Francia que ayudaron a Felipe V durante la Guerra de Sucesión, desde entonces los monarcas españoles han continuado concediendo, con mesura, esta alta distinción a destacadas personalidades de la nobleza y de la vida pública nacional, como por ejemplo la concedida por Don Juan Carlos I al que fuera presidente del gobierno durante la transición a la democracia, Adolfo Suárez junto con el título de Duque .


Don Adolfo Suárez y González, 1º Duque de Suárez, Grande de España


En el siglo XIX dejó de hacerse diferenciación entre los Grandes de Primera Clase y el resto de los poseedores de esta dignidad, siendo también en ese siglo en el que más aumentó el número de Grandes concediéndose esta elevada dignidad a diversas personalidades políticas y militares. No obstante se sigue considerando a los célebres 25 primeros, a quienes también se conoce como "Grandes de Inmemorial", como la cabeza del estamento nobiliario español y aunque sus prerrogativas honoríficas sean hoy en día las mismas que las del resto de los grandes, su estimación como representantes de los más grandes y poderosos linajes de la España medieval continúa intacta.



Aunque la dignidad de grande se asocia tradicionalmente a los duques, puede acompañar a los títulos de marqués, conde, vizconde, barón y señor, incluso en algunas ocasiones puede poseerse esta dignidad por sí misma, es decir sin estar adscrita a un determinado título nobiliario.



Los Grandes de España, sus consortes y sus hijos primogénitos tienen tratamiento de Excelentísimos Señores; los hijos no primogénitos de los "Grandes" reciben el tratamiento de Ilustrísimos Señores.



Pedro de Alcántara Álvarez de Toledo y Salm-Salm, XIII Duque del Infantado (1768-1841)

En la actualidad cerca de 400 títulos nobiliarios ostentan la Grandeza de España, aunque el número de "Grandes" es menor, ya que varias Grandezas de España están en posesión de un mismo individuo (los Duques de Alba, los Duques de Osuna o los de Medinaceli, entre otros, poseen varios títulos con Grandeza). Trece de ellos forman, por otra parte, la Diputación de la Grandeza, organismo que fue fundado por Fernando VII en 1814 y fueron el duque del Infantado y el duque de San Carlos los encomendados por el soberano para esta tarea. El objetivo principal era agruparlos en una institución representativa de sus atribuciones, derechos y obligaciones.


Tal es la importancia reconocida a la Grandeza de España que los nietos del Rey, hijos de los Infantes de España, de acuerdo con la legislación vigente (Real Decreto 1368/1987), no reciben más tratamiento y honores que el de Grandes de España.