
Zita y sus hermanos fueron criados hablando italiano, francés, alemán, español, portugués e inglés. Ella recuerda: “Hemos crecido internacionalmente. Mi padre pensaba de sí mismo, ante todo, como un francés, y pasaba unas pocas semanas al año con los niños mayores en Chambord, su principal propiedad en el Loira. Una vez le pregunté cómo nos deberíamos describir. Él respondió: "Somos príncipes franceses que reinaron en Italia". De hecho, de los veinticuatro niños sólo tres, incluyéndome a mí, nacimos en realidad en Italia.”

Educada en Alta Baviera primero y en la isla de Wight después, recibió estricta instrucción religiosa. Tres de sus hermanas se convirtieron en monjas y, por un tiempo, ella consideró seguir el mismo camino. Pero en 1909 se reencontró con el Archiduque Carlos de Austria-Este, segundo en la línea sucesoria al trono de Austria y a quien la unían lejanos lazos de sangre.
El archiduque estaba bajo presión para casarse (Francisco Fernando, su tío y primero en la línea de sucesión, se había casado morganáticamente, por lo que sus hijos fueron excluidos del trono) y la joven tenía una adecuada genealogía real. Zita recordaría más tarde: "Estábamos por supuesto encantados de reunirnos de nuevo y nos convertimos en amigos cercanos. Por mi lado mis sentimientos se desarrollaron gradualmente en los siguientes dos años. Él parecía haberse adelantado en su mente mucho más rápidamente, sin embargo, y se hizo agudizó aún más cuando, en el otoño de 1910, se extendieron rumores acerca de que yo me había comprometido con un pariente lejano español, Don Jaime, Duque de Madrid. Al oír esto, el archiduque bajó apresuradamente desde la base de su regimiento en Brandeis y buscó a su abuela, la archiduquesa María Teresa, que era también mi tía y la confidente natural en estos asuntos. Le preguntó si el rumor era cierto y cuando ella le dijo que no lo era, respondió: "Bueno, lo mejor es darme prisa en cualquier caso o ella se comprometerá con otra persona”.

El archiduque Carlos viajó a Villa Pianore y pidió la mano de Zita. El 13 de junio de 1911 su compromiso fue anunciado en la corte austriaca. Años más tarde Zita recordaría que después de que su compromiso había expresado a Carlos sus preocupaciones acerca del destino del Imperio Austríaco y los cambios de la monarquía. Se casaron en el castillo de Schwarzau el 21 de octubre de 1911, ante la presencia del viejo emperador Francisco José. La archiduquesa Zita pronto concibió un hijo y Otto nació el 20 de noviembre de 1912. Siete niños más seguirían en la próxima década.

En este momento, el archiduque Carlos estaba en sus veinte años y no esperaba convertirse en emperador durante algún tiempo, especialmente porque Francisco Fernando se mantenía en buen estado de salud. Esto cambió el 28 de junio 1914, cuando el heredero y su esposa Sophie fueron asesinados en Sarajevo por nacionalistas serbios de Bosnia. Carlos y Zita recibieron la noticia por telegrama ese día. Ella dijo de su marido: "A pesar de que era un hermoso día, vi su rostro tornarse blanco bajo el sol."
En la guerra que siguió, Carlos fue ascendido a General en el ejército austriaco, tomando el mando del 20º Cuerpo para una ofensiva en el Tirol. La guerra fue personalmente difícil para Zita, ya que varios de sus hermanos lucharon en bandos opuestos en el conflicto (El Príncipe Félix y el Príncipe René se habían unido al ejército austríaco, mientras que el Príncipe Sixto y el Príncipe Javier vivían en Francia antes de la guerra y se alistaron en el ejército belga). También su país natal, Italia, se unió a la guerra contra Austria en 1915 y así los rumores de la 'italiana' Zita comenzaron a correr. Incluso tan tarde como 1917, el embajador alemán en Viena, el conde Otto Wedel,escribiría a Berlín diciendo: "La Emperatriz es descendiente de una casa principesca italiana. La gente no confía del todo en la Italiana y su nidada de familiares".


Carlos y Zita fueron coronados en Budapest el 30 de diciembre de 1916. Después de la coronación hubo un banquete, pero luego terminaron las festividades, puesto que el emperador y la emperatriz consideraban que era reprobable tener celebraciones prolongadas en tiempo de guerra. Al principio del reinado, Carlos no iba más lejos de Viena, por lo que tenía una línea telefónica instalada de Baden (donde se localizaban los cuarteles militares de Carlos) a la Hofburg. Llamaba varias veces por día a Zita cada vez que se separaban. La emperatriz tenía alguna influencia en su marido y discretamente asistía a las audiencias con el Primer Ministro o reuniones militares; ella tenía un interés especial en la política social. Sin embargo, los asuntos militares eran del dominio exclusivo de Carlos. Enérgica y tenaz, Zita acompañaba a su marido a las provincias y al frente, así como se ocupaba de las obras de caridad y las visitas a los hospitales para heridos de guerra.

Dos años después, la guerra se acercaba al asediado emperador. Una Unión de Diputados checa había jurado ya un nuevo estado de Checoslovaquia independiente del Imperio Habsburgo, el 13 de abril de 1918, el prestigio del ejército alemán había dado un duro golpe en la Batalla de Amiens y, el 25 de septiembre de 1918, el rey Fernando de Bulgaria se separó de sus aliados en las potencias centrales y pidió la paz de forma independiente.Zita estaba con Carlos cuando recibió el telegrama del colapso de Bulgaria. Recordó que "hacía aún más urgente iniciar conversaciones de paz con las potencias occidentales, mientras que todavía había algo de qué hablar. El 16 de octubre, el emperador emitió un ‘Manifiesto del Pueblo’ proponiendo el imperio reestructurado en líneas federales con cada nacionalidad ganando su propio estado. En su lugar, cada nación se separó y el imperio efectivamente se disolvió”.

Dejando atrás a sus hijos en Gödöllő, Carlos y Zita viajaron al Palacio de Schönbrunn. En ese momento los ministros habían sido nombrados por el nuevo estado de "Austria Alemana" y el 11 de noviembre, junto con el portavoz del emperador, prepararon un manifiesto para que Carlos firmara. Zita, a primera vista, lo confundió con una abdicación e hizo su famosa declaración "Un soberano no puede nunca abdicar. Puede ser depuesto... Está bien. Es la fuerza. Pero abdicar ¡nunca, nunca, nunca! Antes caería aquí a tu lado. Entonces allí estaría Otto. E incluso si todos nosotros fuéramos asesinados, habría todavía otros Habsburgo". Carlos dio su permiso para que el documento fuera publicado y él, su familia y los restos de su Corte partieron para el pabellón de caza en Eckartsau, cerca de la frontera con Hungría y Eslovaquia. La República de Austria Alemana se pronunció al día siguiente.

Después de unos meses difíciles en Eckartsau, la familia imperial recibió la ayuda de una fuente inesperada. El Príncipe Sixto se había reunido con el rey Jorge V del Reino Unido y apeló a él para ayudar a los Habsburgo. Jorge se había comenzado a mover por el requerimiento (pocos meses después de que su primo Nicolás II de Rusia había sido ejecutado por los revolucionarios) y prometió “Haremos inmediatamente lo que sea necesario”. Varios oficiales del Ejército británico fueron enviados a ayudar a Carlos y, con alguna dificultad, lograron que el Emperador abandonara el país con dignidad y sin tener que abdicar. Carlos, Zita, sus hijos y su Casa partieron el 24 de marzo.
La primera casa de la familia en el exilio fue el Castillo de Wartegg en Rorschach, Suiza, una propiedad de los Borbón-Parma. Sin embargo, las autoridades suizas, preocupadas por la implicación de Habsburgos viviendo cerca de la frontera con Austria, les obligaron a trasladarse a la parte occidental del país. Al mes siguiente, por lo tanto, se mudaron a Villa Prangins, cerca del lago de Ginebra, donde reanudan una vida familiar tranquila. Este abruptamente terminó en marzo de 1920, cuando, después de un período de inestabilidad en Hungría, Miklós Horthy fue elegido regente. Carlos seguía siendo técnicamente Rey (como Carlos IV), pero Horthy envió un emisario a Prangins aconsejándole no ir a Hungría hasta que la situación se hubiere calmado. Después del Tratado de Trianon la ambición de Horthy creció. Carlos intentó dos veces recuperar el control el poder en Hungría, una vez en marzo de 1921 y de nuevo en octubre de 1921. Ambos intentos fracasaron, a pesar del firme apoyo de Zita (ella insistió en viajar con él en el dramático viaje final a Budapest).


Un rico portugués puso a su disposición una villa que él solo habitaba durante el verano. Aunque el invierno no es riguroso en Madeira, la casa no estaba acondicionada para esa época. Pero la familia real se encontraba feliz (con todos los inconvenientes que debían soportar) porque estaba reunida.
Carlos estuvo mal de salud por algún tiempo. Caído un día con ataque de bronquitis, esto derivó rápidamente en neumonía, ayudado por la inadecuada atención médica disponible. Varios de los niños y el personal también cayeron enfermos y Zita (en aquel momento de ocho meses de embarazo) se convirtió en la enfermera de todos. Carlos se debilitó y murió el 1 de abril, sus últimas palabras hacia su esposa fueron: "Te amo tanto". Después de su funeral, dijo un testigo de Zita que "esta mujer realmente es digna de admiración. Ni por un segundo perdió la compostura... saludó a la gente en todos los lados y luego habló a los que habían ayudado con el funeral. Todos quedaron prendados de su encanto". Zita llevó luto en memoria de Carlos durante los 67 largos años de su viudez.

Después de la muerte de Carlos, la familia imperial austríaca pronto se mudó de nuevo. Alfonso XIII de España se había acercado a la Oficina del Exterior británica a través de su embajador en Londres y acordó permitir a Zita y sus siete (que pronto serán ocho) hijos su reubicación en España. Alfonso debidamente envió el buque de guerra Infanta Isabel a Funchal para que los llevara Cádiz. Fueron escoltados hasta el Palacio de El Pardo en Madrid, donde poco después de su llegada Zita dio a luz un hijo póstumo, la archiduquesa Isabel. Alfonso XIII ofreció a sus familiares Habsburgo exiliados el uso del Palacio Uribarren, en Lekeitio, en la Bahía de Vizcaya. Por los próximos seis años Zita se instaló allí, donde se dedicó a criar y educar a sus hijos. Vivían con estrecheces, sus ingresos provenían principalmente de la renta de propiedades en Austria, de un viñedo de Johannesburgo y donaciones de carácter voluntario. Otros miembros de los Habsburgo en el exilio, sin embargo, reclamaban mucho de este dinero y no había peticiones regulares para la ayuda de ex funcionarios imperiales.





- ¿Quién quiere entrar?
- Zita, emperatriz de Austria, reina de Hungría, princesa de Borbón-Parma…
- No la conocemos.

Títulos y tratamientos
- 1892 - 1911: Su Alteza Real Princesa Zita de Borbón-Parma
- 1911 - 1916: Su Alteza Imperial y Real Archiduquesa Zita de Austria
- 1916 - 1918: Su Majestad Apostólica, Real e Imperial La Emperatriz de Austria, Reina Apostólica de Hungría
- 1918 - 1989: * Su Majestad Apostólica, Imperial y Real Emperatriz Zita de Austria, Reina Apostólica de Hungría (utilizado fuera de Austria)
* Zita, duquesa de Bar (inscrito en su pasaporte)
* Zita Habsburgo-Lorena (utilizado en Austria)
