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sábado, 19 de diciembre de 2009

Los casos especiales de la nobleza

Existen dignidades nobiliarias otorgadas por los monarcas en casos muy especiales de acuerdo a características personales de la situación o el recipiendario. Los diferentes casos serán detallados en sucesivas entradas.

El ejemplo más clásico es el del emblemático Duque de Windsor, creado en la Nobleza del Reino Unido en 1937. El destinatario fue el Príncipe Edward, anteriormente Edward VIII del Reino Unido, tras su abdicación en 1936 para casarse con la norteamericana Wallis Simpson. Esta creación beneficiaba sólo a él y a su esposa legítima, no así a sus descendientes.


Armas del Duque de Windsor


De otro orden es el título de Príncipe otorgado al Aga Khan, líder espiritual de los ismailíes. Al no ser hereditaria, la dignidad era concedida por la Corona británica a cada titular. En el caso del Aga Khan IV, también el Sha de Irán le otorgó el tratamiento de Alteza Real, pero siempre como dignidad personal.

El león de Ismael, cuya secta lidera el Aga Khan

El Vizconde Astor de Hever, el Conde Mountbatten de Burma, el Barón de Rothschild, el Barón von Thyssen-Bornemisza, son otros ejemplos de peculiares concesiones nobiliarias que, más antiguo en el tiempo, incluyen otros títulos como Marqués de Peralta, Duquesa de Guastalla o Princesa Francesa.


Armas de la Casa Borghese

Los Estados Pontificios dieron cabida a familias italianas poderosas que fueron elevadas a la nobleza por el Pontífice de turno –Colonna, Orsini, Borghese, Sforza- pero también a figuras cuyos títulos fueron otorgados por la Historia, como Ludovico Il Moro, Duque de Milán, de la familia Sforza, o Lorenzo Il Magnifico, un Médici, Señor de Florencia.


Armas de los Médici

Por su parte, en el ámbito de la realeza, existe el título de memoria, que utiliza un soberano o un príncipe heredero mientras no ostenta el ejercicio del poder, ya fuere por haber mudado la forma institucional del estado o por haber sido ocupado el trono por otra rama dinástica. Tal es el caso del Duque de Braganza, pretendiente al trono de Portugal, o el de Conde de Chambord, pretendiente legitimista al trono de Francia.

Armas de Enrique, Conde de Chambord


Generalmente los descendientes del monarca depuesto y en muchas ocasiones hasta él mismo asumen un Título de pretensión o memoria para señalarse como depositarios de los derechos soberanos de aquellos territorios donde reinaron efectivamente sus antepasados.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

La Nobleza de Brasil

Pese a que en algunas partes del continente americano la nobleza adquirió la condición de clase social definida como en Europa, no ha ejercido como tal un papel tan preponderante como el que tuvo en el Viejo Mundo. Fueron las élites aristocráticas, formadas orgánicamente en el propio suelo americano, las que desempeñaron durante mucho tiempo una función propulsora en la sociedad temporal.

El Brasil colonial y luego el Brasil imperial fue el escenario donde se dio de forma profundamente orgánica la formación de la clase nobiliaria, sobre todo en el período inicial de la nación luso-brasileña. Allí incluso las clases paralelas a la nobleza podían tener acceso a ella de modo natural.
Bandera del Reino Unido de Portugal, Brasil y las Algarves (1816-1821)

La Corona portuguesa, movida por el deseo de consolidar la colonización y población del territorio además de obtener ganancias económicas, concedió algunas de las prerrogativas de la antigua Nobleza a los terratenientes y plantadores que tuvieran en sus tierras los “ingenios” (haciendas) apropiados para la producción del azúcar. Estos plantadores –los “señores de Ingenio”- constituyeron una clase aristocrática, una nobleza de hecho.

La élite rural contaba también entre sus miembros con cierto número de familias oriundas de la aristocracia portuguesa trasladadas a la pujante colonia americana. Con la ampliación del área territorial cultivada fueron surgiendo nuevos propietarios rurales de azúcar no pertenecientes a la élite inicial. De modo también orgánico, estas diferentes vetas de la clase rural se fueron fundiendo en una única élite que fue floreciendo gradualmente en prosperidad, así como en alto nivel de vida y distinción de comportamiento.

Fazenda Secretário, en el Estado de Rio de Janeiro

Asimismo, cuando fueron creciendo los centros urbanos en el territorio brasileño, se constituyó en ellos una élite original, formada sobre todo por quienes ejercían altos cargos públicos, civiles o militares, que entonces conferían nobleza. A éstos se les fueron sumando nobles o hidalgos portugueses afincados en la Colonia. La aparición posterior de personas de nivel económico diferente de los trabajadores manuales, como médicos o comerciantes, dio lugar a una fusión gradual con los elementos originales, constituyendo una aristocracia urbana y, a su modo, también una nobleza. Aristocracia urbana y rural se constituyeron en la clase dirigente de la vida municipal formando un conjunto llamado corrientemente “hombres buenos”.

En los posteriores ciclos económicos del oro y las piedras preciosas y, finalmente, el del café, se dieron procesos semejantes, no por un mero mimetismo, sino por una comprensible analogía de circunstancias.

Los componentes de esa élite inicial formada en la Colonia mantenían entre sí relaciones sociales con cierta igualdad de trato y nivel de vida. Con el transcurso del tiempo y la sucesión de generaciones, fueron formándose estratos en esa categoría y estableciéndose diferencias.

Oficiales de la Armada brasileña. Sentados, a la izquierda, el Príncipe Augusto, hijo de Leopoldina de Braganza y en el centro el Almirante Saldanha da Gama.

El ennoblecimiento en las diferentes capas sociales se daba por hazañas de carácter militar –principalmente-, por actos de valentía en el desbrozamiento del territorio, por la conquista y el poblamiento de tierras –poseer tierras heredadas era señal de nobleza y el dominio debía continuar indivisible en su descendencia-, por el ejercicio del mando en cargos civiles y militares. Por ser la aristocracia una institución de esencia fundamentalmente familiar, el ascenso social alcanzado por un individuo se extendía ipso facto a su esposa e hijos.

La “Nobleza de la tierra”

Poco a poco, aquellos primeros pobladores, rodeados del prestigio de fundadores del Nuevo Mundo, influyentes por la riqueza de sus respectivos patrimonios, fueron teniendo descendientes que se entrelazaban entre sí a través del matrimonio. Ésos iban habitando en residencias más espaciosas, ornadas con objetos procedentes de la Metrópoli, en ciudades cada vez más populosas, en especial en Bahía, Pernambuco y Minas Gerais. Más tarde llegaron al Continente hidalgos y nobles que se aliaron en parentesco con los de la tierra, formando una mezcla de sangre asaz noble.

Sebastião José de Carvalho e Melo, Conde de Oeiras, Marqués de Pombal (1699-1782)

La aristocracia rural –con sus privilegios y sus inmunidades- flotaba sobre la burguesía y sobre labradores y esclavos, dentro de ese tipo de organización feudal que no fue trasplantado de la Metrópoli sino que surgió en la colonia como una institución espontánea, determinada por las condiciones especiales de las tierras descubiertas.

Y esta “Nobleza de la tierra” constituyó, en el período colonial brasileño, la cumbre de la estructura social.

La aristocracia rural estaba constituida, básicamente, por el “Señor de Ingenio”. El prestigio de su organización familiar, económica y religiosa –casa grande, ingenio y capilla- y el poderío que conquistaron en sus latifundios, hicieron de los grandes propietarios de las tierras fértiles del litoral una nobleza agraria: eran o se convertían en Señores de Ingenio los “bien nacidos”, los hidalgos del Brasil de entonces.

Al principio, esta clase noble llevaba una existencia austera y no exenta de riesgos que el señor de Ingenio tenía que enfrentar valientemente. En esto se parecía al señor feudal de la Europa del medioevo. Su casa, una mezcla de residencia y fortaleza, era como un castillo feudal. Con el progreso económico las residencias se hicieron más vastas y confortables, aunque denunciando el recato y la hospitalidad de las antiguas familias de vida patriarcal. Los señores de ingenio formaban una clase grave, unida, de buen trato social, eran excelentes jinetes, llenos de donaire y arrojo, con elegancia en la montura; se acompañaban por pajes con uniformes galoneados; el pueblo los estimaba y saludaba reverentemente.

La Calle del Rosario, en Río de Janeiro (1858)


Señor de ingenio equivalía, por tanto, a señoreage con contenido nobiliario de tenor feudal: importaba magnificencia. Los reyes de Portugal le concedían ese nombre en sus cartas y provisiones. Aquellos eran los hidalgos de Brasil, una hidalguía incorporada al suelo. Aunque no tenían, como en Roma, sus nombres inscritos en las placas marmóreas de los anfiteatros, poseían prerrogativas de la Nobleza.

Desde el punto de vista militar, estas élites dieron sobradas pruebas de valentía, tanto en la defensa del Brasil litoral como en el desbrozamiento y conquista del Brasil interior. Por esos destacados servicios el monarca les concedió señalados privilegios y honores. Uno de ellos era gobernar las cámaras.

El servicio público de la concejalía podía ser ejercido sólo por nobles o gente calificada para ello. La importancia de ésta sólo podía medirse por la descendencia noble, ya fuera de linaje o de cargo, o bien de fortuna, como era el caso de los comerciantes, con la condición de que viviesen “a la ley de la Nobleza”, como se decía entonces, esto es, a manera de los antiguos hidalgos peninsulares.
Armas de la familia portuguesa Andrade do Arco

Toda esta estructura formada en Brasil con el beneplácito de la Corona portuguesa pasó a sufrir, a finales del siglo XVII, una fuerte ofensiva venida de fuera de la Colonia que le pondría en un gradual ocaso. Con la llegada de jueces y corregidores, es decir, de legistas, egresados de Coimbra, se van disolviendo los privilegios residuales de los nobles. Y éstos tienden a refluir de las ciudades hacia sus haciendas, en las cuales quedaba un campo ilimitadamente extenso para intensificar las actividades agrícolas y ganaderas. Las élites rurales aumentaban así sus respectivos patrimonios y quedaban capacitadas para alardear de un lujo aún mayor durante las ocasiones en que se encontraban en la ciudad.

Así, por lo menos durante un cierto tiempo, lo que perdió la clase aristocrática en poder político, lo recuperó en prestigio social.

Escena de la élite social brasileña, cuyas costumbres asimilaban el esplendor de los mejores ambientes europeos

lunes, 23 de noviembre de 2009

Casa de Braganza

Los Braganza conforman una dinastía que reinó en Portugal entre 1640 y 1910. Tiene su origen en Alfonso, hijo natural de Juan I de Portugal, nombrado por su padre duque de Braganza en 1442. Entre sus descendientes se encuentra Carolina, que fue pretendiente del Trono portugués al extinguirse la dinastía real de los Avís; pero hubo de desistir ante la invasión de Portugal por Felipe II de España, que hizo valer sus derechos por la fuerza (1580). Portugal quedó así incorporado a la Monarquía de los Austrias (rama española de la Casa de Habsburgo), hasta que el VIII duque de Braganza, Juan IV (1604-56), encabezó desde 1637 la conspiración de la nobleza portuguesa -apoyada por la Francia de Richelieu- que culminó en la insurrección contra Felipe IV de España en 1640. En 1641 reunió unas Cortes que le proclamaron rey de Portugal; y fortaleció su posición derrotando a los españoles en la batalla de Montijo (1644).



Estandarte personal de Pedro V de Bragança, rey de Portugal


Le sucedió su hijo incapaz Alfonso VI (1643-83) bajo la regencia de su madre, María Luisa de Guzmán; ésta conspiró contra él destronándole en 1667 en beneficio de su hermano menor, Pedro II (1648-1706), quien, no obstante, se tituló regente, no atreviéndose a proclamarse rey hasta la muerte de su hermano. En la conspiración había participado también María de Saboya, esposa de Alfonso VI; Pedro hizo anular aquel matrimonio y se casó con su cuñada en 1668.

Fue él quien obtuvo el reconocimiento de la independencia portuguesa por España en aquel mismo año (Tratado de Lisboa). Le sucedió su hijo Juan V (1689-1750), en cuyo reinado se consolidó la alianza anglo-portuguesa como clave para toda la política exterior del Portugal posterior, inspirada en la necesidad de afirmarse frente a futuras veleidades de absorción por parte de España. En virtud de esa alianza, Portugal se vio involucrado en la Guerra de Sucesión española.


Juan V el Magnánimo, rey de Portugal y las Algarves (1689-1750)


Durante el reinado de José I (1714-77), hijo del anterior, ejerció el poder el marqués de Pombal, que aplicó a Portugal el reformismo propio del «despotismo ilustrado». Este monarca sobrevivió a un atentado en 1768, tras el cual hizo ejecutar a los culpables y castigó severamente a toda su familia (los Távora). Le sucedió su hija María I (1734-1816), quien entre 1777 y 1786 compartió el trono con su tío y esposo, Pedro III (1717-86).

Desde 1792 María de Portugal fue declarada loca y se encargó de la Regencia su hijo, Juan VI (1767-1826). Con la invasión francesa de 1807 abandonó el país y se refugió en la colonia portuguesa de Brasil, donde adoptó el título de emperador. Al terminar la guerra (1815) permaneció en Brasil, dejando que gobernara Portugal el embajador inglés, general Beresford; aunque al morir su madre aceptó nominalmente volver a ser rey de Portugal (1816), no regresó hasta 1821. Juró la Constitución liberal de 1822, pero hubo de hacer frente a la sublevación absolutista alentada por su hermano Miguel.


Palacio Imperial de São Cristóvão, en la Quinta da Boa Vista, Rio de Janeiro, residencia del rey Juan VI y su corte


Le sucedió su hijo Pedro IV (1798-1834), a quien había nombrado en 1822 emperador del Brasil (como Pedro I), independizándolo de Portugal. Al morir su padre (1826) otorgó una Carta Constitucional más moderada que la Constitución de 1822; pero prefirió conservar sólo la Corona brasileña, dejando el reino de Portugal para su hija María II (Maria da Gloria) (1819-53). Dada su corta edad, la Regencia quedó encomendada a su tío don Miguel (1802-66), quien en 1828 usurpó el Trono (como Miguel I) e instauró un régimen absolutista, provocando la guerra civil con los liberales; Pedro IV regresó entonces para luchar en favor de María. Derrotado don Miguel por las fuerzas liberales, Maria da Gloria prosiguió desde 1834 un reinado marcado por las dos dictaduras sucesivas de Passos (1836) y Costa-Cabral (1842), además de una nueva rebelión miguelista (1846-47).


Casa de Sajonia-Coburgo-Gotha-Braganza (Braganza-Wettin)

Es un linaje germano-portugués que tuvo su origen con la unión matrimonial de la reina Doña María II de Portugal, de la Casa de Braganza, con el Príncipe Fernando II de Sajonia-Coburgo-Gotha, de la Casa de Wettin.

De este matrimonio proceden los cuatro reyes siguientes, que forman una rama distinta de la misma Casa: sus dos hijos monarcas fueron Pedro V (1837-61) y Luis I (1838-89). Bajo su reinado, Portugal sustentó la candidatura de su padre Fernando de Coburgo para ocupar el Trono español vacante (1869). Por otro lado, Portugal conoció entonces una nueva expansión colonial, participando en el «reparto de África» y extendiendo sus posesiones en Angola y Mozambique.


Luís Filipe Maria Fernando Pedro de Alcântara António Miguel Rafael Gabriel Gonzaga Xavier Francisco de Assis João Augusto Júlio Valfando de Sajonia-Coburgo-Gotha y Braganza, Luis I de Portugal y las Algarves (1838-1889)


Con su hijo Carlos I (1863-1908) comienza la descomposición de la Monarquía, crecientemente impopular; el ultimátum inglés de 1890, que obligó a Portugal a renunciar a sus aspiraciones coloniales en África, hizo descubrir a la opinión pública la debilidad del país, desprestigiando a la clase política y a la Casa reinante. En 1906 se impuso como dictador Juan Franco, hasta que el rey fue asesinado junto con el príncipe heredero. Su hijo menor Manuel II (1889-1932) acabó con la dictadura y convocó elecciones generales, que mostraron el peso que había adquirido la opinión republicana. Finalmente, el rey fue destronado por la Revolución de 1910, que convirtió a Portugal en una República, y se exilió en Inglaterra.


Armas de los Braganza-Wettin


Hijos de D. Fernando II y de D. María II

  • Pedro V, Rey de Portugal
  • Luis I, Rey de Portugal
  • María de Braganza, Infanta de Portugal (muerta al nacer)
  • Juan de Braganza, Duque de Beja
  • María Ana de Braganza, Reina consorte de Sajonia
  • Antonia de Braganza, Infanta de Portugal y Princesa de Hohenzollern-Sigmaringen
  • Fernando María de Braganza, Infante de Portugal
  • Augusto de Braganza, Duque de Coimbra
  • Leopoldo de Braganza, Infante de Portugal (muerto al nacer)
  • María da Gloria de Braganza, Infanta de Portugal (muerta al nacer)
  • Eugenio de Braganza, Infante de Portugal (muerto al nacer)

Hijos de D. Pedro V

* Sin descendencia directa.


Hijos de D. Luis I

* Carlos I, Rey de Portugal
* Afonso de Braganza, Príncipe Real de Portugal y Duque de Porto


Hijos de D. Carlos I

* Luis Felipe I, Príncipe da Beira y Príncipe Real de Portugal
* María Ana de Braganza, Infanta de Portugal (muerta al nacer)
* Manuel II, Rey de Portugal
* María Pía de Braganza, Princesa Real de Portugal y Duquesa de Braganza (alegadamente)

Hijos de D. Manuel II

* Sin descendencia directa.

sábado, 26 de septiembre de 2009

El imperio de Brasil

El primer Reino de Brasil (1822-1831) fue un período marcado por conflictos de intereses en formación de la sociedad postcolonial. De un lado, estaban aquellos que pretendían mantener las bases socioeconómicas vigentes, los que presionaban al Emperador para que mantuviera el régimen de esclavitud en abierta oposición a los intereses británicos: el reconocimiento del Imperio de Brasil de parte de Inglaterra estuvo condicionado a un tratado de 1825 que mantuvo privilegios comerciales y prometía la extinción del tráfico de esclavos hasta 1830. Por otro lado, Don Pedro I pretendió extender y reforzar su propio poder con la constitución de 1824: el poder moderador exclusivo del Emperador. Su política autoritaria sufrió fuerte oposición (prensa y algunos diputados).


Al regresar a Portugal, por cuenta de la Revolución Liberal de 1820 (el Porto), Don Juan VI nombra a su hijo Príncipe Regente del Reino de Brasil. En 1822 D. Pedro recibe instrucciones de regresar pronto a Portugal, pero se rehúsa a dejar el país ("dia do fico"). El 7 de septiembre de 1822, el Príncipe D. Pedro, heredero de la Corona Portuguesa, proclama la Independencia de Brasil y se convierte en su primer monarca. A partir de esta fecha Brasil vive 67 años de monarquía. En 1823 se realizan comicios para elegir la asamblea constituyente que redactaría la primera constitución del Imperio de Brasil. Pero en 1824 D. Pedro I otorga la constitución definitiva del Imperio. En 1831, después de conflictos internos, Pedro I abdica el trono brasileño a favor de su hijo Pedro de Alcántara.


Brasil pasa por un período de regencia hasta 1840, cuando se inicia el ciclo de Pedro II que dura hasta 1889. El final de este período es marcado por fuertes rebeliones republicanas y por la campaña abolicionista. Se produce la Proclamación de la República el 15 de noviembre de 1889.


Pedro I de Brasil y IV de Portugal (1798-1834) proclamó Brasil independiente de Portugal y se convirtió en el primer emperador de Brasil. Ostentó el trono portugués durante un breve periodo de tiempo con el nombre de Pedro IV, apodado El Rey Soldado. Su padre era el rey Juan VI y su madre la infanta Carlota Joaquina de Borbón, hija del rey Carlos IV de España. Su nombre completo era Pedro de Alcântara Francisco António João Carlos Xavier de Paula Miguel Rafael Joaquim José Gonzaga Pascoal Cipriano Serafim de Bragança y Borbón.



Pedro I, Emperador (1798-1834)


Casó dos veces, primero en 1817 con la archiduquesa Leopoldina de Austria, hija del emperador Francisco I (con quien tuvo a sus hijos Maria da Gloria, Princesa do Grão-Pará y futura Reina de Portugal con el nombre de María II, Januaria, Francisca, Amelia y Pedro de Alcántara, futuro Emperador del Brasil con el nombre de Pedro II) y luego en 1829 con Amelia de Beauharnais, princesa de Leuchtenberg, hija de Eugène de Beauharnais y nieta de la emperatriz Josefina. De este matrimonio tuvo una sola hija (Amelia, Princesa de Brasil), quien murió en plena juventud.


Leopoldina, Archiduquesa de Austria (1797-1826)


Su padre le concedió el antiguo título de Príncipe de Brasil. Proclamada la independencia de este país en 1822, asumió el título de Emperador en lugar de rey, tanto para remarcar la diversidad entre las diferentes provincias brasileñas como para emular a Napoleón que unió la idea del Imperio con la Revolución Francesa y la modernidad.



Amélie de Beauharnais, Princesa de Leuchtenberg (1812-1873)


Pedro II de Brasil, "El Magnánimo" (1825- 1891), se llamaba realmente Pedro de Alcántara Juan Carlos Leopoldo Salvador Bibiano Francisco Javier de Paula Leocadio Miguel Gabriel Rafael Gonzaga de Borbón Bragança y Habsburgo, y fue el segundo y último emperador de Brasil, de 1831 a 1889.


Pedro II, Emperador (1825-1891)



Primogénito de Pedro I y de su primera esposa, Doña Leopoldina, sucedió a su padre, que abdica en su favor en 1831 para asumir la corona de Portugal. Pedro II tenía entonces cinco años, por lo que se estableció en Brasil un gobierno provisional llamado Periodo de la Regencia, hasta que alcanzara la mayoría de edad. Este período fue bastante inestable para la sociedad brasileña y terminó en 1841, cuando con apenas 15 años de edad es coronado emperador de Brasil (se le declaró mayor de edad en julio de 1840). Pedro II se casó en 1842 con la princesa Teresa Cristina de Borbón-Dos Sicilias, con quien tuvo cuatro hijos, príncipes imperiales de Brasil: Alfonso, Isabel I (casada con Gastón de Orléans, Conde d’Eu), Leopoldina (casada con Augusto de Sajonia-Coburgo-Gotha) y Pedro, Príncipe de Grão-Pará.


Teresa, Princesa de Borbón Dos-Sicilias (1822-1889)


Pedro II fue depuesto de forma pacífica en 1889, mediante un golpe militar encabezado por el Mariscal Deodoro Da Fonseca, que sería más tarde el primer presidente republicano brasileño El ex-emperador y su familia se exilió inicialmente en Portugal y luego en Francia. Falleció en París en 1891 y su hija Isabel asumió la jefatura de la Casa Imperial de Brasil.



Isabel Cristina Leopoldina Augusta Micaela Gabriela Rafaela Gonzaga de Braganza y Borbón (1846-1921), Princesa Imperial del Brasil, era hija de Pedro II de Brasil y de Doña María Cristina. Como su hija mayor y heredera al trono, asumió tres veces (1871, 1875 y 1887) la regencia del imperio durante los viajes de su padre. Es conocida como “La Redentora” porque en uno de ellos abolió la esclavitud en el Brasil, lo que enfrentó a la familia imperial con los poderosos terratenientes esclavistas. Por este motivo fue condecorada con la Rosa de Oro por el Papa León XIII.


Isabel, Princesa Imperial de Brasil (1846-1921)


Se casó con Gastón de Orleáns, Conde d’Eu, nieto del rey de los Franceses Luis Felipe y tuvo cuatro hijos (Luisa Victoria, Pedro de Alcántara, Luis Felipe y Antonio Gastón de Orleáns-Braganza). Con la proclamación de la República en Brasil, se exilió en Francia. A su muerte los derechos sucesorios del trono de Brasil pasaron a su nieto Pedro Enrique de Orleáns-Braganza.


Gaston d'Orléans, Conde d'Eu (1842-1922)


Don Pedro de Alcántara Luis Felipe María Gastón Miguel Gabriel Rafael Gonzaga de Orleáns y Braganza (1875-1940) era el hijo primogénito de Doña Isabel de Braganza y del Conde d’Eu. Entre 1891 y 1904 ostentó el título de Príncipe de Grão-Pará (heredero del Imperio del Brasil). Cuando se proclamó la República en Brasil tenía sólo 14 años de edad. En su exilio se estableció con su familia en el Castillo de Eu, en Normandía, Francia. En 1908 contrae matrimonio en la ciudad de Versalles con la condesa checoslovaca Elisabeth Dobrzensky de Dobrzenicz, proveniente de una antigua familia noble de Bohemia.



Pedro d'Orléans-Bragança, Príncipe de Grão-Pará (1875-1940)

Doña Isabel exigió la renuncia de su hijo a los derechos hereditarios, pues este matrimonio no cumplía con las expectativas que correspondía a un príncipe imperial, y consideraba a la familia de Isabel de bajo rango. El 30 de octubre hace lo solicitado por su madre, renunciando a sus derechos y los de su descendencia.

Elisabeth Dobrzensky de Dobrzenicz (1875-1951)

De su matrimonio nacieron 5 hijos (Isabel, Pedro Gastón, María Francisca, Juan María y Teresa María) que emparentaron con los Borbones franceses y españoles y los Braganza de Portugal. Volvió a Brasil en la década de 1930, estableciéndose en el Palacio de Grão-Pará, en Petrópolis.