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viernes, 16 de diciembre de 2011

Hogar, dulce hogar

Vida pública, rincones privados. Todos los palacios de la realeza y de la aristocracia albergan estos espacios reservados por las personalidades para escapar del ojo público.

Los Duques de Windsor en la sala de estar de su palacete en el nº 24 de la Rue des Champs d’Entraînement.


La Reina Maud ante su escritorio del Palacio Real de Noruega, en Oslo.


La Duquesa de Alba en una galería del Palacio de las Dueñas, en Sevilla.


Grace de Mónaco en su estudio del palacio monegasco.


La Princesa Margarita de Inglaterra en su salón privado del Palacio de Kensington, pintado en uno de sus colores favoritos.


La Princesa de Gales relajada en los jardines de Highrove House.


Farah de Irán y Sofía de España en el Palacio de Niavaran.


Gayatri Devi, Rajmata de Jaipur, en el salón de su hogar de Lillypool, en los terrenos del Palacio de Rambagh.


El Rey de España y su heredero en el Despacho del Rey, Palacio de la Zarzuela.


La Gran Duquesa Anastasia, hija del último Zar de Rusia, en el Salón Malva de la zarina en el Palacio Alejandro.

lunes, 26 de septiembre de 2011

La corte imperial de Bizancio

El Imperio bizantino contaba con un desarrollado y complejo sistema de burocracia y aristocracia, que fue heredado del Imperio Romano. En la cúspide de la pirámide estaba el Emperador, el único gobernante (autokrator) y ordenado por Dios, pero por debajo de él una multitud de oficiales y funcionarios de la corte operaba la maquinaria administrativa del Estado bizantino. Además, existió un gran número de títulos honoríficos, que el emperador concedía a sus súbditos o a amigables gobernantes extranjeros.


El águila bicéfala de Bizancio con el sympilema, el monograma de la dinastía Paleóloga (de un mural religioso del siglo XIV).



Durante los más de 1.000 años de existencia del Imperio, se utilizaron y dejaron de usar numerosos títulos, según ganaban o perdían prestigio. Al principio los títulos usados en el Imperio eran prácticamente los mismos que en el Bajo Imperio romano, pues Bizancio mantuvo la continuidad romana. En la época de Heraclio, en el siglo VII, muchos de los títulos romanos estaban ya anticuados; en tiempos de Alejo I Comneno, muchos de los cargos eran nuevos o habían cambiado radicalmente de sentido y función, pero se mantuvieron casi sin cambios desde el reinado de Alejo hasta la Caída de Constantinopla en 1453.



En el temprano período bizantino (siglo IV al VII) el sistema de gobierno siguió el modelo establecido a finales de la época romana bajo Diocleciano y Constantino el Grande , con una separación estricta entre los empleos civiles y militares y una escala de títulos correspondientes al cargo, donde la pertenencia o no al Senado era la característica distintiva importante. Después de la transformación del estado bizantino en el siglo VII debido a masivas pérdidas territoriales durante la conquista musulmana, este sistema se desvaneció, y durante el período medio del estado bizantino (de finales del siglo VIII al XI) emergió un nuevo sistema de corte centralizada. En este sentido, nuevos títulos derivaron de los antiguos, ya obsoletos, oficios públicos y dignidades de un cierto nivel se otorgaron en cada oficio. Una clase senatorial permaneció en su lugar, que incorporó una gran parte de la oficialidad superior, como por ejemplo todos los funcionarios del rango protospatario que fueron considerados miembros de ella.



Durante este período, muchas familias siguieron siendo importantes durante varios siglos y varios emperadores surgieron de la aristocracia. Se pueden distinguir dos grupos: una nobleza civil metropolitana y una militar provincial, esta última permaneciendo en una base regional y poseyendo grandes extensiones de tierra, pero al parecer no tenían fuerzas militares propias, en contraste con la Europa Occidental. Los siglos X y XI vieron un aumento en la importancia de la aristocracia y un creciente número de nuevas familias entraron en ella. Las pérdidas catastróficas a finales del siglo XI promovieron nuevamente una reorganización del sistema administrativo imperial, de la mano de la nueva dinastía de los Comneno: las antiguos oficios y títulos cayeron gradualmente en desuso, mientras que una serie de nuevos títulos honoríficos surgieron, lo que significó sobre todo la cercanía de la relación familiar de su receptor con el Emperador.



El imperio Comneno, y más tarde sus sucesores Paleólogos, estaba basado principalmente en la aristocracia de la tierra, manteniendo el gobierno del estado estrictamente controlado por un número limitado de familias aristocráticas emparentadas entre ellas. En los siglos XI y XII, por ejemplo, unas 80 familias de la nobleza civil y 64 de la nobleza militar habían sido identificados, un número muy pequeño para un estado tan grande. Por último, en el sistema Paleólogo se podía discernir la nomenclatura acumulada durante siglos, con antiguos altos rangos que habían sido devaluados y otros tomado su lugar y la vieja distinción entre oficio y dignidad se había desvanecido.


El estandarte imperial bizantino



Títulos del emperador



El emperador bizantino recibía el título de Basileus, término griego para "rey," en sustitución del término arcaico anax, cambio que se produjo durante la Edad Oscura griega.



En principio hacía referencia a cualquier rey del mundo greco-parlante del Imperio romano, como Herodes en Judea. También se usaba para referirse al emperador (sah) de Persia. Heraclio adoptó este título en sustitución del antiguo título latino de Augusto (Augoustos) en 629, y se convirtió así en el término griego para designar al "emperador." Heraclio también utilizó los títulos de autokrator ("autócrata") y kyrios ("señor"). Los bizantinos reservaban el término "basileus" entre los gobernantes cristianos exclusivamente para el emperador en Constantinopla, y se referían en cambio a los reyes europeos occidentales como "rigas", forma helenizada de la palabra latina "rex" (=rey).



Los emperadores que deseaban enfatizar la legitimidad de su ascendencia al trono, añadían a sus nombres el título de porphyrogenitos (castellanizado como "porfirogeneta" o "porfirogénito", "nacido en la púrpura"), con el sentido de que habían venido al mundo en la sala de nacimientos del palacio imperial (llamada "Porphyra" porque estaba recubierta de losas de mármol púrpura), eran hijos de un emperador reinante y, por tanto, legítimos. Este epíteto era elegantemente definido por el poeta Claudiano:



Ardua privatos nescit fortuna Penates; Et regnum cum luce dedic. Cognata potestas excepit Tyrio venerabile pignus in ostro…


La Emperatriz Teodora (consorte de Justiniano I) rodeada de su corte



La forma femenina basilissa se usaba para referirse a la emperatriz. Las emperatrices eran denominadas "Eusebestati Augousta" (=La más Pía Augusta), y también se llamaban Kyria (=Señora) o Despoina (forma femenina de "despotes"). Basileopatōr (βασιλεοπάτωρ), "Padre del Emperador", era un título excepcional, concedido sólo dos veces en la historia de Bizancio. Aunque un basileopator no tenía por qué ser necesariamente el padre del emperador que estuviese entonces en el trono. El primero en usar el título de basileopator fue Zautzes, un noble de época de León VI, y Romano I Lecapeno también uso este título cuando fue regente de Constantino VII. No debe olvidarse que la primogenitura, o incluso la transmisión hereditaria del trono, nunca llegó a estar firme y legalmente establecida en la sucesión imperial bizantina, ya que en principio el emperador romano era elegido por el Senado, el pueblo y el ejército. Este hecho se asentaba firmemente en la tradición "republicana" de Roma, según la cual se rechazaba cualquier forma de herencia del poder y el título imperial consistía teóricamente en la coincidencia de varios cargos de la República en una misma persona.



Muchos emperadores, deseosos de salvaguardar el derecho al trono para sus primogénitos, los coronaban como co-emperadores cuando aún eran niños, asegurándose así que tras su muerte el trono imperial no quedaría vacante ni un instante. En tales casos, no se planteaba el caso de una elección imperial. En otros casos, el nuevo emperador ascendía al trono por ejemplo tras casarse con la viuda del emperador anterior o incluso tras obligar al emperador anterior a abdicar y retirarse a un monasterio como monje. Algunos emperadores también fueron depuestos por incapacidad manifiesta, por ejemplo tras una grave derrota militar, y otros fueron asesinados. Todo esto explica por qué un basileopator (es decir, el padre del emperador o su padre político) no había sido emperador él mismo.


Flavius Augustus Honorius (384–423) fue emperador desde 395 hasta su muerte.



El emperador también recibía los títulos de Autokrator ("Emperador") y Sebastos ("Majestad"), este último era la traducción literal griega de la palabra latina Augustus o Augoustos.



En los últimos siglos del imperio, a los emperadores bizantinos también se les aplicaron los títulos de Khronokrator y Kosmokrator - literalmente, "gobernante del tiempo" y "gobernante del mundo"-.



Títulos imperiales



Estos eran los títulos más altos, usualmente limitados a miembros de la familia imperial o a muy selectos gobernantes extranjeros, cuya amistad el emperador deseaba.



* Despotēs (δεσπότης) - "Señor", el máximo título después del emperador (dicho título sería usado por el heredero del trono bizantino desde 1261. La forma femenina, despoina, se usaba para referirse tanto a una mujer con el cargo de déspota como a la esposa de un déspota.
* Sebastokratōr (σεβαστοκράτωρ) - "Venerable Gobernante": título creado por Alejo I combinando los de autokrator y sebastos. El primer sebastokrator fue el hermano de Alejo, Isaac; en esencia era un título sin contenido, que indicaba simplemente una relación muy cercana con el emperador. Su forma femenina era sebastokratorissa. El primer extranjero en ser llamado sebastokratōr fue Stefan Nemanja de Serbia, a quien le fue dado el título en 1161.


Basil II con su guardia personal



* Kaisar (καῖσαρ) – César, en un principio, como en el Bajo Imperio romano, este título era usado por un co-emperador subordinado o por el supuesto heredero. Cuando Alejo I creó el título de sebastokrator, kaisar pasó a ser el tercero en importancia, y sería el cuarto después de que Manuel I crease el título de despotes. La forma femenina era kaisarissa.
* Nobelissimos (νωβελίσσιμος) - del latín Nobilissimus ("más noble"): originalmente un título dado a los familiares directos del Emperador, subordinados sólo al kaisar. Durante el período de Comneno, el título fue otorgado a los funcionarios y dignatarios extranjeros, diluyendo su estado. El título Prōtonobelissimos fue creado en su lugar, hasta que también comenzó a disminuir, sólo para ser reemplazado por una forma aún más aumentada:
Prōtonobelissimohypertatos.
* Kouropalatēs (κουροπαλάτης) - del latín cura palatii, "encargado del palacio": en la época de Justiniano I, era el oficial a cargo de la gestión del palacio imperial. Sin embargo, la gran autoridad y la riqueza que se derivaba de esta posición, así como la proximidad al emperador, acumulaba un gran prestigio. Fue concedido a importantes miembros de la familia imperial, pero a partir del siglo XI, se redujo y fue concedido por lo general a los gobernantes vasallos de Armenia e Iberia Caucásica.
* Panhypersebastos y Protosebastos – fueron creados a partir de sebastos ("majestad"). Alejo I y los emperadores posteriores crearían numerosos títulos por el procedimiento de añadir pan ("todo"), hyper ("superior"), proto ("primero") y otros prefijos a títulos básicos como sebastos.



Despotes, sebastokrator, kaisar, panhypersebastos y protosebastos eran títulos normalmente reservados a los miembros de la familia imperial y se distinguían por el uso de ropajes determinados y de distintas coronas.



Vestimenta de la Iglesia Ortodoxa luciendo el estilo bizantino



Pansebastohypertatos, panoikeiotatos y protoproedros son ejemplos de los largos títulos que se podían crear añadiendo prefijos. Se trataba de títulos reservados a miembros de la familia imperial desde la época de Alejo I, que indicaban una relación de proximidad con el emperador, pero que carecían de un poder real.



Títulos cortesanos de los siglos VIII a XI



En los siglos VIII al XI, por debajo de los títulos imperiales, los bizantinos distinguían dos categorías distintas de dignidades ( ἀξίαι ): la " dignidad por premio" ( διά βραβείων ἀξίαι ), que eran los títulos de corte puramente honorífico y conferidos por la adjudicación de un símbolo de rango y la "dignidad por proclamación" ( διά λόγου ἀξίαι ), que eran oficios del Estado y otorgados por pronunciamiento imperial.



El primero se dividía en tres categorías, dependiendo de quién era elegible para ellos: diferentes conjuntos de títulos existían para "los barbados" (βαρβάτοι del latín barbati, es decir, no eunucos), los eunucos (ἐκτομίαι) y las mujeres. Los funcionarios del Estado solían combinar títulos de las dos categorías principales, de modo que un alto funcionario sería tanto magistros (un título "de premio") y logotetas tou dromou (un oficio "proclamdo").



Dentro de los títulos "por premio" para los barbados estaba el Magistros (μάγιστρος) o magister officiorum, uno de los más altos funcionarios; el Vestarches (βεστάρχης), "jefe de los vestai", adoptado en la segunda mitad del siglo X para los altos eunucos, que fue otorgado a "barbados" altos oficiales militares y funcionarios judiciales de Constantinopla hasta el siglo XII; el Vestes (βέστης), título etimológicamente conectado al vestiarion, el guardarropa imperial, pero a pesar de los intentos anteriores para conectar el vestai y el título de vestarchēs relacionado, el jefe de la clase de los vestai, con los funcionarios del vestiarion, tal relación no parece haber existido; el Patrikios ( πατρίκιος ) o "patricio", establecido como el más alto título de nobleza por Constantino el Grande, que era otorgado a funcionarios de alto rango, incluidos los eunucos, y los gobernantes extranjeros, el Kandidatos ( κανδιδάτος ), del latín candidatus, llamados así por sus túnicas blancas, eran originalmente eran un selecto grupo de guardias, procedentes de la Scholae Palatinae; el Basilikos mandatōr (βασιλικός μανδάτωρ), "mensajero imperial"; el Vestētōr ( βεστήτωρ ), oficial del guardarropa imperial; el Silentiarios ( σιλεντιάριος ), originalmente un grupo de cortesanos responsable del mantenimiento del orden (incluido el respetuoso silencio) en el palacio.






Por su parte, los títulos "por premio" para los eunucos muchas veces eran los mismos que para los barbados, como el Vestarches (βεστάρχης), el Patrikios, el Vestes, el Prōtospatharios… Otros títulos propios eran Praipositos (πραιπόσιτος), del latín praepositus, "colocado antes"; Primicerio (πριμικήριος), del latín primicerius, "primero en la lista"; Ostiarios (ὁστιάριοs), del latín ostiarius, "portero, ujier"; Koubikoularios (κουβικουλάριος), del latín cubicularius, "chambelán", Nipsistiarios (νιψιστιάριος), del griego νίπτειν, "lavar las manos"), quien portaba un cuenco de oro y piedras preciosas que contenía agua para que el emperador realizara las abluciones rituales antes de salir del palacio imperial o participar en ceremonias.




También hay un solo título especial reservado para las mujeres, el de zostē patrikia (ζωστὴ πατρικία), que se le otorgaba a las damas de honor de la emperatriz y, de acuerdo con Philoteos, era un puesto destacado en la jerarquía, por encima incluso del magistros y proedros y justo debajo del kouropalates. Es el único título propio, de lo contrario las mujeres llevaban las formas femeninas de los títulos de sus maridos.

Oficios de palacio



* Parakoimomenos
- literalmente, "el que duerme cerca", era el Gran Chambelán que dormía en el dormitorio del Emperador. Por lo general, un eunuco, durante los siglos IX y X de los titulares de este oficio a menudo funcionaba como principales ministros de facto del Imperio.



* Protovestiarios - generalmente un pariente menor del emperador, que se encargaba del vestuario personal del monarca, sobre todo en las campañas militares. También era a veces responsable de otros miembros de la casa imperial y de las finanzas personales del emperador. El término más antiguo, desde antes del tiempo de Justiniano I, era curopalata (o kouropalates en griego). Esto se derivaba de kourator (curador), un antiguo funcionario responsable de asuntos financieros. El vestiarios era un funcionario subalterno. La protovestiaria y vestiaria realizaba las mismas funciones para la emperatriz.
* Papías – gran conserje de los palacios imperiales, responsable de la apertura y el cierre de las puertas del palacio todos los días.
* Pinkernes - originalmente copero del emperador, más tarde, un título honorífico de alto nivel. * Kanikleios - el guardián de la escribanía imperial, uno de los altos funcionarios de la cancillería. En el período de Comneno y Paleólogos, algunos de sus titulares eran de facto ministros principales del Imperio.
* Epi tes trapezes - griego: ὁ ἐπὶ τῆς τραπέζης, "el encargado de la mesa", oficiales responsables de atender a la mesa imperial durante los banquetes.
Los bizantinos también contaban con títulos aristocráticos para los miembros inferiores de la familia imperial y para la nobleza de menor rango. Estos títulos solían estar adaptados de términos latinos y en cierto modo eran equivalentes a títulos similares presentes en Europa occidental (que a su vez también se derivaban de términos latinos). Entre éstos se contaban los títulos de prinkeps (príncipe), doux (duque) y komes (conde). También disponían de títulos como kleisourarka, apokomes y akrita, más o menos equivalentes a los de marqués, vizconde o barón.


Portaestandarte



Otros nobles ostentaban títulos relacionados con la casa imperial, como parakoimomenos (guardia personal), pankernes (copero) y megas konostaulos ("gran condestable," a cargo de los establos imperiales).



Títulos de la administración



La vasta administración bizantina disponía de muchos títulos y más variados que los meramente aristocráticos o militares. En Constantinopla se contaban cientos, si no miles, de burócratas en un momento dado. Al igual que la Iglesia y los militares, que llevaban elaborados vestidos diferentes, incluyendo a menudo enormes sombreros. Algunos más comunes, incluidos aquellos que no eran nobles, que estaban al servicio directo del emperador, eran el Prefecto de pretorio, en origen un cargo romano que usaba el jefe del ejército en las mitades oriental y occidental del Imperio; el Protoasekretis, título antiguo del jefe de la cancillería, responsable de los registros oficiales del gobierno; el Logothetes, un secretario de la extensa burocracia, que realizaba diversos trabajos según la posición que ocupase y el Basileopatōr, "Padre del Emperador", un título del que ya hablamos y que ocupó el primer lugar entre los cargos por decreto imperial. Suponía amplios deberes administrativos.



El protoasecretes, logothetes, prefecto, pretor, cuestor, magister y sacellarios, entre otros, eran miembros del Senado bizantino, hasta que, a partir de Heraclio, el Senado pasó a ser una institución cada vez menos presente en el Imperio.






La vida en la Corte



En el pacífico Bizancio Medio, la vida de la corte "se desarrollaba en una especie de ballet", con precisas ceremonias prescriptas para cada ocasión, para mostrar que "el poder imperial podía ser ejercido en armonía y el orden" y "el Imperio podía así reflejar el movimiento del Universo, como fue hecho por el Creador ", de acuerdo con el emperador Constantino Porphyrogenitus , que escribió un Libro de ceremonias describiendo con gran detalle la ronda anual de la Corte. Eran establecidos estilos determinados de vestimenta para diferentes clases de personas, durante ocasiones especiales; en la cena por el santo del emperador o la emperatriz varios grupos de altos funcionarios realizaban "danzas" ceremoniales, un grupo usando "una prenda azul y blanco, con mangas cortas y bandas de oro y aros en sus tobillos. En sus manos sostienen lo que llaman phengia". El segundo grupo hacía lo mismo, pero usando "una prenda verde y roja, dividida con bandas de oro". Estos colores eran las marcas de las facciones de las carreras de carrozas, los cuatro fusionados a sólo los Azules y los Verdes e incorporados en la jerarquía oficial. Al igual que en el Versalles de Luis XIV, la elaborada vestimenta y el ritual de la corte, probablemente era al menos en parte un intento de sofocar y distraer la atención de las tensiones políticas.



Sin embargo, incluso en la época de Ana Comnena, con el emperador alejado en las campañas militares gran parte del tiempo, esta forma de vida había cambiado considerablemente y después de la ocupación Cruzada desapareció casi por completo. La emperatriz iba a la iglesia con un séquito muy inferior al de la reina de Francia, por ejemplo. La familia imperial abandonó en gran medida el Gran Palacio por el relativamente compacto Palacio de Blanquerne.






La corte de Justiniano

miércoles, 14 de septiembre de 2011

El palacio: escenario principal de la corte

Un palacio es una gran residencia, especialmente la residencia de un Monarca, de un jefe de Estado o un dignatario de alto rango, como un Príncipe de la Iglesia. Muchos palacios han sido transformados para otros usos, como sede de parlamentos, museos y hoteles. La palabra es usada, por extensión, para describir ambiciosas mansiones privadas de gran tamaño o adornados edificios que se usan para entretenimientos públicos o grandes exposiciones.


Uno de los palacios más célebres: Buckingham, en Londres


La palabra "palacio" proviene del antiguo francés palais (residencia imperial) y ésta del latín Palātium, nombre de una de las Siete colinas de Roma: el Monte Palatino. Los palacios originales sobre el Monte Palatino eran el asiento del poder imperial, mientras que el capitolio sobre el Monte Capitolino era el núcleo religioso de Roma. Tiempo después, la ciudad creció más allá de las siete colinas, aun así el Palatino siguió siendo un área residencial muy deseable. César Augusto vivió allí en una vivienda intencionalmente modesta, separada de sus vecinos sólo por dos árboles de laurel plantados a cada lado de la entrada frontal como un símbolo de triunfo otorgado por el Senado. Sus descendientes, especialmente Nerón, con su "Casa Dorada" (Domus Aurea) ampliaron la casa y los jardines una y otra vez hasta que abarcó toda la cima de la colina. La palabra Palatium viene a significar la residencia del emperador, o mejor dicho, el vecindario en la cima de la colina

La equivalencia "palacio" con "gobierno" puede ser reconocida en un comentario de Pablo el Diácono, escrito en 790 a. C. y describiendo eventos de los años 660: "Cuando Grimualdo se puso en camino a Beneventum, confió su palacio a Lupus" (Historia Langobardorum, V.xvii). Al mismo tiempo Carlomagno revivió la expresión romana en su "palacio" en Aquisgrán, del cual solo sobrevivió la capilla. En el siglo IX el "palacio" indicaba también la casa de gobierno y el constantemente viajero Carlomagno construyó catorce. A comienzo de la Edad Media, el Palas siguió siendo la residencia de gobierno en algunas ciudades germánicas. En el Sacro Imperio Romano Germánico los poderosos electores independientes eran alojados en palacios (Paläste). Esto ha sido usado como evidencia de que el poder estaba ampliamente distribuido en el Imperio: en la mayoría de las monarquías centralizadas, sólo el rey se permitía llamar a su morada palacio.


El Monte Palatino, una de las siete colinas (las otras son Aventino, Capitolino, Esquilino, Quirinal, Viminal y Celio) en torno a las cuales se desarrolló el casco urbano de Roma.


Los palacios más tempranos de la Antigüedad fueron las residencias reales de los Faraones egipcios en Tebas, en las cuales un muro exterior encerraba laberínticos edificios, patios y galerías. Otros antiquísimos palacios eran los asirios de Nimrud y Nínive, el minoico de Knossos y los persas de Persépolis y Susa. Palacios del este de Asia, como los imperiales de Corea, Tailandia, Vietnam, Japón y la Ciudad Prohibida de China, consistían en lujosos pabellones bajos rodeados por vastos jardines vallados, en contraste con los simples edificios palaciegos de Europa Occidental.

Palacios de Europa

Francia

En Francia hay una clara distinción entre un castillo (château) y un palacio (palais). El palacio siempre ha sido urbano, como el Palais de la Cité en París -que fue el palacio real de Francia y hoy es la suprema corte de justicia- o el palacio de los Papas en Avignon.

En contraste, el castillo siempre ha sido de características rurales, sostenido por su demesne, aun cuando actualmente no está fortificado. En otros idiomas que no fuera francés, Versailles es referido como Palacio porque fue la residencia del rey de Francia y el rey era la fuente del poder, aunque el edificio siempre ha sido conocido por los franceses como el Château de Versailles y la casa de gobierno del ancien régime permaneció en el Palais du Louvre. Este ultimo comenzó como una fortaleza, el Château du Louvre, en la afueras de París, pero como sede del gobierno y su arquitectura fortificada completamente rodeada por la ciudad, se fue convirtiendo en el Palais du Louvre.

El palacio medieval Europeo por excelencia: Palais de la Cité, en París, el palacio real de Francia hacia 1410, con la Sainte Chapelle al lado derecho.


Hôtel particulier es el término utilizado para una residencia urbana situada entre cour et jardin, es decir, detrás de un antepatio y abierta hacia un jardín; cuando su fachada da directamente a la calle, se le llama maison, "mansión". Los obispos siempre tuvieron un palais en la sede de su diócesis y un hôtel en otras ciudades, aunque también podían poseer chateaux, que florecen como setas en la campiña francesa.

El uso es esencialmente el mismo en Italia, España y Portugal, al igual que en el antiguo Imperio Austríaco. En Alemania, el término amplio fue una importación relativamente reciente y fue usado más restrictivamente.

Italia

En Italia, cualquier construcción urbana diseñada como una gran residencia es un palazzo; son a menudo no más grandes que una mansión victoriana. No era necesario ser un noble para tener un palazzo; los cientos de palacios en Venecia casi todos pertenecían a la clase patricia de la ciudad. En la Edad Media también funcionaban como almacenes y lugar de negocios, así como hogares de familia. Cada palazzo familiar tenía un ala que contenía todos los miembros de la familia, aunque no podía mostrar siempre una gran fachada elaborada. En el siglo XX, palazzo en italiano se aplicó por extensión a cualquier lujoso edificio de apartamentos, así como a antiguos palacios que fueron convertidos a este uso.


El Palazzo Venier dei Leoni, sobre el Canal Grande de Venecia, hoy alberga la Colección Peggy Guggenheim.

Las residencias urbanas de los obispos eran siempre palacios y la sede de un régimen localizado también sería llamada así. Muchas antiguas capitales disponían de un Palazzo Ducale, residencia del duque o señor local. En Florencia y otras poderosas comunas medievales, la casa de gobierno era el Palazzo della Signoria, hasta que los Médici fueron hechos Grandes Duques de Toscana. Entonces, cuando el centro de poder fue desplazado a su residencia en el Palazzo Pitti, el viejo asiento de gobierno comenzó a ser llamado Palazzo Vecchio.

Portugal

Portugal es una nación con una larga historia, cultura y tradición. A lo largo y lo ancho de su geografía se despliegan los palacios como en pocos países. Desde Douro al norte hasta la región de Algarve en el sur, estas fincas palaciegas se levantan majestuosas.

Los hogares de la realeza son ejemplo de la cultura de Portugal: el Palacio Nacional de Mafra, el Palacio da Pena (Sintra), el Palacio de Belém, el Palácio das Necessidades en Lisboa, el Palácio Hotel do Buçaco,el Palácio da Regaleira y el Palácio da Brejoeira.

Rusia

Los primeros palacios fueron construidos en Rusia unos miles de años atrás para los Grandes Duques de Kiev. Fueron destruidos por los mongoles y actualmente no hay ninguno preservado. Las primeras construcciones de este tipo, pero en estilo europeo continental, se levantaron durante el reinado de Pedro el Grande y sus sucesores. La desmesurada atracción de zares y zarinas por el lujo y la magnificencia se manifiestan desde el Palacio de Invierno en San Petersburgo, de 1.500 habitaciones, hasta el Palacio de Alejandro en Tsarskoie Seló.

Interior del Palacio de Invierno de San Petersburgo: el Salón del Trono de María Fyodorovna


Otros ejemplos de estos palacios, en exceso suntuosos, son: el Palacio de las Facetas (1487), en el Kremlin de Moscú, el palacio del zarévich Dimitry Ivanovich (1489) en Uglich, el Palacio de Madera de Koloménskoye (1528), el Palacio Teremnoy (1635) en el Kremlin de Moscú, el Palacio Oranienbaum (1710) en Lomonosov y el Palacio Peterhof (1709) en Petergof.

Uno de los palacios más grandes y con mayor tradición histórica en Rusia es el Palacio Táuride, residencia del Príncipe Grigory Potemkin en San Petersburgo y que luego fue adquirido por Catalina II. Otros ejemplos son el Palacio Vladimir, también en San Petersburgo, propiedad del Gran Duque Vladimir Alexandrovich, hijo del zar Alejandro II; el Palacio Belosselsky-Belozersky, construido para esta familia principesca en 1747 pero que luego pasaría a poder de la familia imperial y el Palacio Konstantónovski o Palacio de Constantino, en Strelna, a orillas del Golfo de Finlandia, propiedad del Gran Duque Constantino Pávlovich, hijo de Pablo I.

España

España, una tierra plena de cultura y belleza, también tiene sus propios palacios. Uno de ellos es el Palacio Real de Madrid, también llamado Palacio de Oriente. Al observar el diseño y el estilo arquitectónico de este edificio, uno advierte que ninguna habitación es similar; son varios estilos en un mismo edificio. Este palacio es el más grande de Europa con más de 2.800 habitaciones, aunque actualmente se usa únicamente con fines gubernamentales o ceremoniales, pues la familia real reside en el más pequeño Palacio de la Zarzuela.

La familia real española al completo en el Palacio de la Zarzuela


Además del Palacio de Oriente, está el Alcázar de Sevilla (que mezcla, con las delicadas filigranas arábigas, los estilos arquitectónicos cristianos), el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, el Palacio Real de la Granja de San Ildefonso y el Palacio Real de Aranjuez, fino palacio barroco rodeado por hermosos jardines. El Palacio de Marivent, en Palma de Mallorca, es la residencia privada de verano del rey de España y su familia. Por el contrario, el Palacio Real de La Almudaina, en la misma localidad, es la residencia oficial de verano del rey. El Palacio Real de Ríofrío, en Segovia, ha sido utilizado por los reyes únicamente para la caza.

Reino Unido

En el Reino Unido, por tácito acuerdo, no ha habido “palacios” más que aquellos usados como residencias oficiales por la realeza y los obispos, independientemente de si están localizados en las ciudades o en el campo.

La familia real utiliza tres palacios, nombrados como tales, todos ubicados en Londres: Buckingham, residencia oficial de la Reina, St James, que aloja oficinas de la corte y es la residencia en Londres de la Princesa Real, la Princesa Beatriz de York y la Princesa Alexandra, y Kensington, donde se alojan los Duques de Kent, los Duques de Gloucester y el Príncipe y la Princesa Michael de Kent.


El Palacio de Beaulieau, del siglo XVI, hoy es el Colegio New Hall


No obstante, no todos los palacios usan el término en su nombre: el Palacio de Holyrood, por ejemplo, residencia oficial de la soberana en Escocia, se llama Holyroodhouse. El Palacio de Beaulieu, en Essex, obtuvo su nombre precisamente cuando Thomas Boleyn lo vendió a su futuro suegro, el rey Enrique VIII, en 1517; previamente era conocido como Walkfares. Pero, como muchos otros palacios, el nombre permanece aún cuando la conexión real finaliza. Blenheim Palace, la monumental residencia de los duques de Marlborough, fue construido en un sitio diferente, sobre los terrenos del Palacio de Woodstock, residencia real en desuso y el nombre también era parte de un extraordinario honor cuando la casa le fue obsequiada a un gran general por parte de una nación agradecida. Al igual que varios palacios reales y episcopales en la campiña británica, Blenheim demuestra que, en inglés, la palabra “palacio” no tiene connotaciones urbanas específicas.

Palacios reales

Aunque no todos los palacios son residencias reales, la mayoría de las residencias reales son palacios. Residencia Real es la casa de los miembros de la familia real en las monarquías. Son los lugares donde habitan, trabajan o mantienen como casas de verano, de recreo o con propósitos especiales el Rey o la Reina en el poder, su consorte y su descendencia directa, sus hijos y sus nietos.

Puede tratarse de residencias privadas, donde habitan los miembros de la familia real; de residencias oficiales, donde tienen sus oficinas o sirven para recepciones o visitas oficiales, o de residencias de verano, de vacaciones o para usos especiales. Generalmente se trata de palacios y palacetes ubicados en la capital del país y en otras ciudades, que la Casa real ha obtenido o mandado construir a lo largo de su historia. Estos palacios, generalmente de grandes dimensiones, disponen de cientos de habitaciones, para uso público y privado y están predispuestos en un cuerpo central y una o dos alas laterales. Además tienen amplios y bellos jardines o hasta un bosque de caza.

Panorama del patio principal del Palacio del Príncipe de Mónaco durante la ceremonia de boda de Alberto II con Charlene Wittstock (julio de 2011)


En algunas monarquías, la mayoría de las residencias están abiertas al público (una excepción es la residencia privada); ya sea todo el año o sólo cuando el monarca no se encuentra presente. Cuentan con interesantes museos relativos a la historia de la Casa real o de la monarquía en general. Además se pueden visitar los jardines, algunos salones de ceremonia y, en algún caso, las sepulturas de anteriores monarcas.

En Europa, además de los palacios reales ya hablados, encontramos:

Bélgica: Palacio Real de Bruselas (Residencia oficial del rey Alberto II)

Dinamarca: Palacio de Amalienborg (Residencia oficial de la reina Margarita II)

Luxemburgo: Palacio Gran Ducal (Residencia oficial del gran duque Enrique I)

Mónaco: Palacio del Príncipe (Residencia oficial del príncipe Alberto II)

Noruega: Palacio Real de Oslo (Residencia oficial del rey Harald V)

Holanda: Palacio Real de Amsterdam (Residencia oficial de la reina Beatriz)

Suecia: Palacio Real de Estocolmo (Residencia oficial del rey Carlos XVI Gustavo)

Amalienborg, la residencia de los monarcas daneses

En Asia:

Arabia Saudita: Palacio Real Al-Yamamah de Riad (Residencia oficial del Rey)
Bahrein Palacio de Rifa'a (Residencia oficial del Rey)

Brunei: Palacio Nurul Iman de Bandar Seri Begawan (Residencia oficial del Sultán)

Bután: Palacio Tashichoedzong (Residencia oficial del Rey)

Camboya: Palacio Real de Phnom Penh (Residencia oficial del Rey)

Emiratos Árabes Unidos: Palacio Presidencial de Abu Dabi (Residencia oficial del emir de Abu Dabi y Presidente de los EUA) y Palacio del Emir de Dubai (Residencia oficial del emir de Dubai y Primer Ministro)

Japón: Kōkyo, conocido también como Palacio Imperial de Japón (Residencia oficial del Emperador)

Jordania: Palacio Raghadan de Amán (Residencia oficial del Rey)

Kuwait: Palacio Sief de Kuwait (Residencia oficial de Emir)

Malasia: Istana Negara, también llamado Palacio Nacional (Residencia oficial del Rey)

Omán: Palacio Real Qasr al Alam (Residencia oficial del Sultán)

Qatar: Palacio del Emir en Doha (Residencia oficial del Emir)

Tailandia: Gran Palacio de Bangkok (Residencia oficial del Rey)


La Residencia del Rey de Jordania


Las antiguas monarquías, hoy convertidas en repúblicas, conservan sus palacios reales como museos o residencias oficiales de los jefes de Estado. A saber, por ejemplo, el Palacio Real de Sofía, residencia oficial del antiguo zar Simeón II de Bulgaria, actualmente es sede de la Galería Nacional de Arte y del Museo Etnográfico Nacional. Son museos también el Palacio Imperial de Schönbrunn, residencia vienesa del emperador austrohúngaro (hasta 1918), el Palacio de Abdin en El Cairo, residencia del rey Faruk I de Egipto hasta 1953, el Palacio Real de Luang Prabang ("Haw Kham"), que albergó la residencia oficial del rey Savang Vatthana de Laos, o el Castillo Real de Varsovia, residencia oficial del rey Estanislao II Poniatowski, que actualmente es sede de la Fundación Polaca de Historia y Cultura y un museo histórico.

El Palacio Real de Berlín, antigua residencia oficial del emperador Guillermo II y Palacio de la República de la RDA (demolido en 2006), hoy se halla en reedificación bajo el nombre de Humboldt-Forum. Residencias de los actuales jefes de Estado de Finlandia y de la República Helénica son el Palacio Imperial de Helsinki (antigua residencia del Gran Duque de Finlandia y también Zar de Rusia, Nicolás II) y el Palacio Real de Atenas (residencia oficial de Constantino II, rey de los Helenos, hasta 1967). El Palacio Viejo de Belgrado, antigua residencia oficial del rey Pedro II de Yugoslavia hasta 1941, hoy es la Asamblea de Belgrado.

Salón del Palacio Presidencial de Atenas (antiguo Palacio Real)

Palacios de Gobierno

Una residencia oficial es la residencia en la cual oficialmente reside el Jefe de Estado, Jefe de Gobierno, gubernamental u otras figuras mayores. Ellos pueden o puede no ser el mismo lugar donde dirigen sus funciones relacionadas de trabajo.

En África, son “Palacios Presidenciales” las residencias de los presidentes de Angola, Benín, Burkina Faso, Burundi, Cabo Verde, Camerún, Chad, Comoras, Congo, Costa de Marfil, Yibuti, Egipto, Eritrea, Etiopía, Gabón, Guinea, Kenia, Libia, Madagascar, Malawi, Mali, Mauritania, Mozambique, Níger, República Centroafricana, Ruanda, Santo Tomé, Senegal y Sudán. En las monarquías africanas, el Palacio Real de Rabat es la residencia oficial del Rey de Marruecos, el Palacio Estatal Embo es la residencia oficial del Rey de Suazilandia y el Palacio Real de Maserú la de Letsie III, rey de Lesotho.

Hay, asimismo, palacios presidenciales en la mayoría de las repúblicas de Asia y de América. En el continente americano, las residencias tienen nombres más personalizados, como el Palacio de Las Garzas (residencia oficial del Presidente de Panamá), el Palacio Quemado (Bolivia), el Palacio de La Moneda (Chile), Palácio do Planalto (Brasil), Palacio de Nariño (Colombia), Palacio de Carondelet (Ecuador), Palacio de los López (Paraguay) y Palacio de Miraflores (Venezuela).

El Palacio de Nariño, en Bogotá, Colombia