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miércoles, 16 de febrero de 2011

Títulos húngaros

Príncipe de Hungría

El título de Príncipe de Hungría y el uso del tratamiento “Alteza Real” han sido restringidos a las siguientes personas:
· los hijos legítimos de un soberano de Hungría
· los descendientes en línea masculina legítima de un soberano húngaro

El título de Princesa de Hungría no fue usado hasta la creación del Imperio Austríaco. Sin embargo, las hijas de anteriores soberanos de Hungría también han sido referidas como “Princesas de Hungría” en aras de la simplicidad.
Eduviges de Anjou-Hungría, Princesa de Hungría (hija de Luis I el Grande), fue reina reinante de Polonia (Jadwiga) y venerada en la Iglesia Católica como Santa Eduviges la Reina, patrona de las soberanas y de Europa Federal


Gran Príncipe de los Húngaros

Gran Príncipe (húngaro: Nagyfejedelem) fue el título utilizado por las fuentes contemporáneas para nombrar al líder de la federación de tribus húngaras (magiares) tribus en el siglo X.

Fue elegido probablemente por los dirigentes de la federación de las siete tribus magiares y las tres tribus Kabar que se incorporaron a los magiares después de 881. Sin embargo, el primer Gran Príncipe, Álmos, padre de Árpád, fue más probablemente nombrado por el khan de los jázaros. Aún está en discusión si el Gran Príncipe fue el líder espiritual de la federación (Kende), el comandante militar de las tribus magiares (Gyula), o si el título fue una nueva creación.

Los Siete Jefes de los Magyares (el príncipe Árpád cruzando los Cárpatos)


Cuando los magiares fueron expulsados de Etelköz y se trasladaron a la cuenca de los Cárpatos (Honfoglalás), el poder del Gran Príncipe pareció ir disminuyendo. En época de Géza, Transilvania había sido gobernada por un líder semi-independiente (Gyula). Esteban (Vajk) tuvo que vencer no sólo los territorios de los Gyula, sino también las tierras de Ahtum (Ajtony) y los magiares Negros.

El título desapareció con la coronación de Esteban I (Vajk) el 25 de diciembre de 1000 o 1 de enero de 1001.

Palatino de Hungría

El Palatino o Nádor de Hungría (latín: comes palatii, comes palatinus, más tarde palatinus (regni), húngaro: nádorispán/ nádor, eslovaco: nádvorný župan/ nádvorný špán, más tarde: palatín / nádvorník, alemán: Palatin) fue la más alta dignidad del Reino de Hungría después del Rey (una especie de poderoso primer ministro o juez supremo) desde el crecimiento del reino de 1848 a 1918.

Conde Ferenc Wesselényi de Hadad et Murány (1605-1667), Palatino de Hungría


El cargo de nádor surgió cuando San Esteban I de Hungría fundó el Estado húngaro medieval en el año 1000, y quedó reservado para los nobles de más prestigio e influencia en el reino, frecuentemente allegados a la familia real. Era, de hecho, el representante del rey, más tarde virrey. En las primeras centurias del reino, era nombrado por el monarca y más tarde por la Dieta del Reino de Hungría. Luego que los Habsburgo solidificaron su posición sobre Hungría, la dignidad se convirtió en una posición concedida por ellos nuevamente. Finalmente, se volvió hereditaria en una rama menor de la dinastía Habsburgo, desde el momento en que Francisco II se la otorgó a su hermano José.

El nádor era igualmente el presidente de la asamblea real, y fue un cargo creado basándose en el occidental "Pfalzgraf"en alemán (conde palatino) que existía dentro del Sacro Imperio Romano Germánico. Inicialmente el nádor tenía como misión observar y administrar las residencias de los cortesanos, así como la propia corte del rey. Pronto obtuvo competencias legales de juez, las cuales sobresalían por encima de los demás miembros del poder legislativo en formación.

Busto de Samuel Aba (palatino y luego rey), en el parque de Ópusztaszerroi


El primer nádor húngaro del que se tiene registro alguno fue el noble Samuel Aba, quien estuvo en este cargo hasta antes de 1041, y tras el derrocamiento del monarca Pedro Orseolo de Hungría gobernó brevemente como rey húngaro (1041-1044).

Durante la Edad Media, el nádor fue escogido por el monarca, e inclusive la reina consorte y su hijo frecuentemente podían tener su propio nádor personal que se ocupase de sus asuntos. Luego de la desaparición de la Casa de Árpad en 1301, se produjo un interregno, donde muchos nobles portaron dicho título al mismo tiempo, lo que hasta la actualidad dificulta fijar cuál era el ámbito de influencia de cada uno. Una vez que el pretendiente al trono Carlos I Roberto de Hungría se hizo con la corona, él fijó su único nádor, y el cargo continuó su función regular.


El descubrimiento del cuerpo de Luis II de Hungría en la batalla de Mohács


A consecuencia de la trágica derrota de los húngaros ante los turcos en la batalla de Mohács en 1526, la corona terminó en manos de Fernando I de Habsburgo. Puesto que la situación era en extremo hostil dentro de las fronteras húngaras por la enorme presencia turca otomana en gran parte del reino, la sede real de Hungría fue trasladada lejos de la ciudad de Buda. Si bien los nobles húngaros continuaron eligiendo al nádor, su autoridad se vio muy disminuida ante la figura de los reyes Habsburgo, que emitían leyes y decretos generalmente sin consultar o notificar a las autoridades húngaras.

Después de 1848, el nádor tenía solo una función simbólica, pero fue solo en 1918 –con el fin de los Habsburgo en el trono (ya que el reino continuó formalmente hasta 1945)- cuando la función cesó oficialmente.

Importantes familias húngaras que proveyeron de nádors fueron: en los siglos XI, XII, XIII y XIV los Aba y los Lackfi, en el siglo XV los Garay, a partir de entonces los Báthory y los Zápolya, Esterházy, Pálffy y Weselényi. Tras la intensificación de la influencia de poder de los austríacos sobre el reino húngaro, el cargo de nádor fue ocupado a menudo incluso por miembros de la propia familia imperial, principalmente los Habsburgo de la rama joven: los Archiduques Alejandro Leopoldo, José y su hijo Esteban, quien renunció en 1848 durante la revolución húngara. Luego de la muerte de éste en 1867 sin descendencia, su medio hermano, el Archiduque José Augusto de Austria heredó el título, aunque el cargo por aquella época era solamente simbólico.

Alejandro Leopoldo de Austria (1772-1795), Palatino de Hungría



martes, 31 de agosto de 2010

S.A.R. La Princesa Heredera de Mónaco



En la lista anual de las mujeres más elegantes del mundo, el nombre de Caroline de Mónaco se repite una y otra vez. Y es que la hija mayor de la mítica Grace Kelly se caracteriza por su impecable forma de vestir y su acierto al adaptar las últimas tendencias a su estilo. Divorciada del playboy francés Philippe Junot, viuda del multimillonario Stefano Casiraghi, la actual esposa del polémico Ernst de Hannover y princesa heredera de Mónaco luego de la muerte de su padre en 2005 cuida su vestimenta hasta el último detalle. E incluso cualquier complemento es propicio para aportar un toque extra de distinción a su vestuario.


Caroline Louise Marguerite Grimaldi es por nacimiento Princesa de Mónaco y por matrimonio Princesa Titular de Hannover. Es primera en la línea de sucesión al trono monegasco y, de facto, primera dama del Principado desde 1982. Su tratamiento oficial, desde 2005, es Su Alteza Real La Princesa de Hannover, Princesa Heredera de Mónaco.

Según pasan los años...


La elegancia y porte que tiene esta princesa de Mónaco le viene de familia. El estilo, la confianza y la autoestima se nutre en el seno familiar y ella une la sangre de una mujer bellísima que es Grace Kelly y de un hombre de poder que es Rainiero III. En 1973 tuvo lugar su entrada en la vida mundana y frívola de la alta sociedad, en un baile ofrecido en Venecia por la novia de David de Rothschild. Acudió con la mejor introductora en fiestas y “guardaespaldas” que podía conseguir: mamá Grace. Las dos bellezas aparecieron en una góndola como resplandecientes valquirias. Discretamente, la madre indicaba a la hija quién era quién dentro de aquel desfile de vanidades. Y la nueva Venus de la jet set europea comprobaba por primera vez cuán gratificantes eran las miradas de admiración.

Pero este rotundo éxito social solo fue un ensayo general para su debut oficial en el tradicional Baile de la Cruz Roja, su entrada estelar en el gran circo de la frivolidad. Ella fue la encargada de abrir el baile del brazo de su orgulloso padre. Y lo hizo con gran estilo, demostrando que el relevo generacional había llegado para Grace. A partir de ahora debía compartir las imágenes, el éxito y el glamour con hija Caroline. De paso, Mónaco garantizaba que seguiría teniendo una buena relaciones públicas para promocionar el principado.

En su primera juventud era audaz, independiente. El temperamento dinámico y entusiasta de Caroline se avenía muy bien con los deportes, tenía muy definidas sus preferencias en la vida, aunque a veces era algo caprichosa. En los actos oficiales usaba abundantemente los recursos del buen vestir: joyas enormes, telas hermosas, adornos de cabeza, ¡escotes!, demostrando gran sensualidad e interés hacia los dictados de la moda. Exhibía con mucha frecuencia flores en sus manos, en sus cabellos, en los estampados de sus vestidos. Se la veía a menudo en jeans y camisetas pero no renegaba de los grandes modistos para las ocasiones importantes.

Pese a su cómoda posición, Caroline tenía gran preocupación por conservar su ropa. Guardaba y clasificaba sus viejos vestidos, así como sus zapatos, la mayoría de Charles Jourdan. Para los accesorios de noche prefería Bulgari y tenía una debilidad por los aros, porque estimaba que le alargaban el rostro. En cierta ocasión le preguntaron qué era lo que menos le gustaba de su cuerpo y ella contestó que su pelo. A pesar de ello, los cuidados que dedicaba a su cabellera castaña eran los normales en una joven de su edad: se lo lavaba ella misma y se lo enjuagaba con vinagre, “tengo el pelo muy seco y fino, como el de un bebé”. Sólo acudía a su peluquero –y el de toda la realeza- Alexandre para las salidas importantes.


Su primera boda, la de 1978, fue una ceremonia hermosa. Deslumbrada y radiante, Caroline quiso que todo el pueblo de Mónaco participara de sus esponsales. Al aire libre y bajo una capilla improvisada en el patio de honor del palacio, la primogénita de Grace y Rainiero era una Venus inmaculada en su traje de tul blanco de Dior, confeccionado en cinco talleres distintos para proteger el secreto. Su pelo recogido, que evocaba su amor por la danza, estaba adornado con un tocado de flores de naranjo y muguetes a modo de orejeras. La novia y su flamante esposo salieron a caminar por las calles monegascas, como quien pasea por los caminos de su finca, saludando amablemente a todos los súbditos de su señor padre. Y la princesa, madame Junot, brindó sus mejores perfiles a los cazadores de instantáneas, que a partir de entonces no la abandonaron ni a sol ni a sombra.

Luego de su divorcio, dos años después, la prensa seguía empeñada en hacer de ella una figura frívola que solo se preocupaba de la ropa y de su vida social. Las quejas al respecto se convirtieron en auténticos lamentos, en una especie de canto de cisne para oídos sordos: “Cuando empecé a ver esta imagen mía, de princesa, en los medios de comunicación, me dije: ¡No soy yo! Al principio me reía de ello, luego me empezó a herir. Además, como nada es verdad, me da la impresión de que leo la historia de otra persona (…) ¡Un folletín malo!”. Pocos se acordaban que detrás de aquella glamorosa princesa había una joven que hablaba cuatro idiomas, que era licenciada en filosofía con orientación en psicología infantil, que tenía el bachillerato inglés, que estudiaba griego e historia del arte por puro placer y que era también una lectora febril a quien le interesaban todos los géneros literarios.

Caroline siempre se ha dedicado a cuidar su lado culto e intelectual, que los demás le niegan, incluso en su época de esposa y madre feliz. En 1985 inauguró en Mónaco, en la Biblioteca Irlandesa Princesa Grace, un simposio internacional sobre James Joyce, para el cual redactó –¿osadía o seguridad en sí misma?- su propio discurso de apertura que luego leería ante decenas de eruditos en literatura irlandesa. Más tarde, en 1990, cuando sus labores de primera dama de Mónaco eran reconocidas mundialmente, viajó a Asuán para firmar la declaración que iniciaba la reconstrucción de la Biblioteca de Alejandría. Es verdad que se cambió seis veces de vestido en los dos días que duró su visita, pero su discurso, leído en perfecto francés, se asemejaba a una buena combinación literaria entre Milan Kundera y Marguerite Duras, que dejó boquiabiertos a los presentes, incluido el presidente Mitterrand.


Los Grimaldi, prototipos de la aristocracia posmoderna, recibieron en 1982 un terrible golpe: la muerte de Grace. Rainiero explicó con toda claridad y crudeza a sus hijos la necesidad de unirse y hacer frente a un futuro nada esperanzador. Era consciente de que la imagen que ellos cuatro proyectaban al mundo no era la ideal: un viudo envejecido, una caprichosa princesa divorciada, otra princesa menor de edad con síntomas de gran rebeldía y un varón heredero que padecía “alergia” al matrimonio. Ahora le tocaba a Caroline demostrar de lo que era capaz.

La hija mayor pasó a ocupar la presidencia del Festival Internacional de las Artes y de la Fundación Princesa Grace, se hizo cargo de las Guías de Mónaco y del Garden Club y creó la organización “Joven, te escucho”, que funcionaba como servicio telefónico de ayuda a jóvenes con problemas. También se ocupó de organizar una nueva compañía de ballet de Montecarlo, la gran pasión de su infancia. De hecho, se convirtió en la primera dama aunque sin título oficial. En calidad de tal, recibió de manos de su padre la Gran Cruz de San Carlos, la más alta condecoración de Mónaco.




El 29 de diciembre de 1983 volvió a casarse. Esta vez con el multimillonario italiano Stefano Casiraghi, tres años más joven que ella, en una sencilla ceremonia celebrada en la Sala de los Espejos del palacio y no en la Sala del Trono, como marca la tradición y como cabía esperar si la boda hubiese tenido un mayor esplendor. Además de las respectivas familias apenas hubo veintitrés invitados y Marc Bohan le
diseñó un leve vestido de satén color sepia, cruzado, cuyos pliegues disimulaban su embarazo de tres meses. Esta unión fue como un bálsamo para Rainiero, quien aún guardaba luto por su esposa. En rápida sucesión vendrán los hijos Casiraghi: en 1984 Andrea Albert Pierre; en 1986 Charlotte Marie Pomeline y, finalmente, en 1987 nació su tercer hijo, Pierre Rainier Stefano.


A mitad de sus veinte años, la princesa no acostumbraba tener ideas propias o renovadoras en lo que se refiere a la moda. De su madre, eso sí, ha heredado la forma tradicional de vestir en Europa y la costumbre de ser cliente asidua de Dior, Yves St. Laurent y Karl Lagerfeld, de la casa Chloé. En algunas ocasiones accedía a vestir las creaciones de Valentino. Y aunque a la rebelde princesa de Mónaco se le consideraba en el terreno privado “una muchacha algo frívola y orgullosa” era una mujer mucho más sensitiva de lo que se creía. Prueba de ello es haber logrado que su segundo vestido de novia (para casarse con Stefano Casiraghi) fuera diseñado por el mismo modista que creó para ella el modelo que lució en su primera boda: Marc Bohan, de Casa Dior. Naturalmente, la elegancia de Caroline distaba mucho de ser la de Grace, pues se dejaba llevar por muchos caprichos de juventud, pero tenía una elegancia muy personal.


La diferencia más notable entre Grace y Caroline es que la primera jamás fue sorprendida por las cámaras de los fotógrafos sin arreglar o con un atuendo que, por sencillo y casual que fuera, no lograse el debido impacto. Caroline, en cambio, fue fotografiada muchas veces con una indumentaria que rompía por completo la imagen conservadora de una princesa real. Usaba el cabello libre, lo que favorecía su aire ligero y juvenil. A veces se mostraba públicamente despeinada, cargada de paquetes y sin maquillaje, con prendas casuales y zapatos bajos, su atuendo preferido para salir de compras por París. La princesa Grace, por su parte, sabía mantener ¡hasta en su privacidad! la encantadora magia de su posición.

Lo más admirable de Caroline es que para cada evento sabía lucir exactamente la ropa apropiada: el diseño, la línea o el color, serán más o menos acertados… aunque no siempre los más adecuados a su belleza. Sin embargo, no cabe duda de que en ningún momento (sobre todo desde que comenzó a ocuparse de las funciones que estaban a cargo de la fallecida Princesa Grace y hasta hoy) desentona su forma de vestir con la jerarquía del acto a que debe asistir representando a su padre y al principado. Y en esto la ha ayudado muchísimo Marc Bohan, posiblemente el más paciente diseñador del mundo.

Caroline, a pesar de su herencia norteamericana, confesó en muchas ocasiones que no era partidaria de la moda de aquel país. Nolan Miller, el modista de la serie “Dinastía” y el más cotizado durante los ’80 en los Estados Unidos, no le atraía porque “sus vestidos son demasiado recargados. En ningún momento dan la sensación de que la mujer pueda actuar con la debida desenvoltura, que es el secreto de la verdadera elegancia, porque la forma y los adornos de Miller obstaculizan gestos y movimientos…



La belleza meridional de Caroline era una pura expresión de vitalidad, un arrebato de poderío sensual alimentado desde los propios genes. A su lado, Casiraghi era un partenaire desdibujado, sin más patrimonio que su afición deportiva y cierta dosis de romanticismo al uso. Presente junto a la princesa en las ceremonias oficiales o las veladas mundanas, Stefano la dejó ejercer plenamente su papel, manteniéndose siempre detrás de ella y convirtiéndose en su compañero ideal al ofrecerle el equilibrio que ella necesitaba. Su muerte, el 3 de octubre de 1990, víctima de un accidente náutico, la convirtió en una joven y triste princesa viuda con tres hijos pequeños que cuidar. Acudió al funeral de negro riguroso, con un vestido entallado muy por debajo de las rodillas, mantilla española de blonda negra, medias y largos guantes. Caroline usó este tipo de larga y envolvente mantilla, como una especie de escudo protector, en los tres funerales importantes de su vida, el de su madre, el de su esposo y el de su padre.

Después de la muerte de Casiraghi vivió casi dos años de luto. Su primera aparición pública fue el 4 de mayo de 1991, en un concurso internacional de bouquets, donde, siguiendo la costumbre de la casa, eligió la comunicación no verbal. Como si se tratara de una novicia a punto de tomar los hábitos apareció con un impresionante corte de melena, un riguroso traje negro con blusa blanca y unas gafas de sol redondas. Ese cambio de imagen que entristecía su aspecto venía a significar también un cambio de actitud y de vida. Se retiró a vivir a Saint Rémy- de-Provence, lugar en que se paseaba como una campesina más con vestidos de pastorcilla estilo provenzal, estampados con florecitas blancas, que se hicieron famosos por lo sorprendente que resultaba verla con esos atuendos y porque empezaron inmediatamente a venderse en todo el mundo modelos similares. Su plácida existencia allí, en soledad, fue “amenizada” por la compañía el actor francés Vincent Lindon.





En 1999, el día en que cumplía 42 años, vino la boda con Ernst de Hannover, príncipe titular de la Casa de Hannover, Duque de Brunswick y Lünenburg, amigo de toda la vida de la princesa. Este tercer matrimonio fue el más discreto de los que protagonizó Caroline, pese a que el novio es el de mayor rango de sus tres maridos. Si en 1978 todo Mónaco salió a la calle para celebrar la primera boda de su princesa, en esta ocasión sólo hubo en la plaza del palacio Grimaldi un centenar de periodistas apuntando con sus cámaras a unos balcones que permanecieron cerrados. Caroline y Ernst no repitieron ni la salida al balcón que se produjo en 1983, cuando la princesa se casó por segunda vez. La estricta intimidad marcó un enlace que, según algunas fuentes, se precipitó por el estado de buena esperanza de la princesa, quien reincidía en esa costumbre.







Caroline sumaba a su título de Alteza Serenísima el de Alteza Real y formaba parte ahora del grupo de los reales primos de Europa, constituido por los miembros de todas las familias reales. Considerada casi una princesa de opereta de una dinastía de orígenes cuestionados, la hija mayor de Rainiero podrá ahora codearse con los grandes apellidos de la realeza. Sólo una foto oficial en la que puede verse un retrato formal de los novios -ella con traje gris perla, y él, con terno oscuro- demuestra que Caroline es, además de princesa de Mónaco, princesa de Hannover y, por tanto, súbdito de la reina Isabel II, quien había autorizado el enlace como cabeza de la extinta Casa Real de Hannover.


En el cambio de milenio su estilo seguía siendo impecable. Era muy amiga del diseñador Karl Lagerfeld, pero no necesariamente se vestía de Chanel. Siempre con el atuendo adecuado, sin exageraciones, sin artificios. A sus 40 años y del brazo de Ernst de Hannover, Caroline era una reina sin reino, había entrado por la puerta grande en la galería de la realeza milenaria de Europa y sus apariciones ya no se limitaban a una noche de ópera en un teatro de juguete, sino a las grandes veladas de gala en los principales palacios reales.

Al igual que muchas otras reinas o princesas, usa modernos sombreros para destacarse en la multitud. En su armario tienen cabida desde los trajes de noche sofisticados hasta la ropa deportiva, que utiliza cuando practica algunos de sus deportes preferidos como, por ejemplo, la caza y el esquí. También los trajes sastre, que ella utiliza en funciones públicas cuando tiene que verse muy propia, pero nada de una simple falda recta y chaqueta aburrida. Son diseños de alta costura, muy cuidados en el acabado, en los detalles y los adornos.


Parte de su imagen también se la debe a diseñadores importantes como, por ejemplo, Karl Lagerfeld o Jean Paul Gaultier, quienes han contribuido con sus creaciones para resaltar el estilo de primera dama. No está en las tendencias audaces, jamás se verá con fajas o transparencias exageradas. Peina su cabello de manera discreta, por lo regular lo encima del hombro, su maquillaje es natural, sencillo, no es una mujer que marca grandes tendencias de moda, pero sí tiene seguidoras en todo el orbe que quisieran ser como ella dentro de este estilo natural, clásico y real.


Un gusto distinguido que cada vez es más admirado. Quizá su madre, tristemente fallecida en la plenitud de su madurez, sea el modelo en el que Carolina se fije para ser, hoy, a sus 53 años, la dama perfecta. Lo cierto, es que tanto Grace como ella son dos de las mujeres más elegantes de la historia. Ambas tienen ahora en Charlotte –nieta e hija de éstas, respectivamente- a la mejor heredera de su estilo.


lunes, 29 de marzo de 2010

Retratos del futuro: los nietos reales

Su Majestad La Reina tiene ocho nietos -dos por cada uno de sus hijos- y seis de ellos, de acuerdo a una Patente real emitida en 1917 (y en uso actualmente), reciben el estatus de Príncipe y el tratamiento de Alteza Real por ser nietos en línea paterna del monarca reinante.


  • Hijos de SAR Charles, Príncipe de Gales, y Lady Diana Spencer :
    * SAR Príncipe William de Gales (1982)
    * SAR Príncipe Henry de Gales (1984)

  • Hijos de SAR Anne, Princesa Real, y Cap. Mark Philips :
    * Peter Philips (1977)
    * Zara Philips (1981)

  • Hijos de SAR Andrew, Duque de York, y Sarah Ferguson :
    * SAR Princesa Beatrice de York (1988)
    * SAR Princesa Eugenie de York (1990)

  • Hijos de SAR Edward, Conde de Wessex, y Sophie Rhys-Jones :
    * Lady Louise Windsor (2003)
    * James Mountbatten-Windsor, Vizconde Severn (2007)



Estampillas



En el Orden de Precedencia de Inglaterra y Gales, los nietos de la soberana se encuentran en la siguiente posición:

(Femenino)


1. Su Majestad La Reina
2. SAR La Duquesa de Cornwall
3. SAR La Condesa de Wessex
4. SAR La Princesa Real
5. SAR Princesa Beatrice de York
6. SAR Princesa Eugenie de York
7. Lady Louise Windsor
8. Miss Zara Philips
9. Serena Armstrong-Jones, Vizcondesa Linley
10. Lady Sarah Chatto
11. SAR La Duquesa de Gloucester
12. SAR La Duquesa de Kent
13. SAR Princesa Michael de Kent
14. SAR Princesa Alexandra, Hon. Lady Ogilvy
15. La Baronesa Royall of Blaisdon, PC, Presidente de la Cámara de Lores


Primos reales 1ª parte (1987)

(Masculino)

1. SAR El Duque de Edinburgh
2. SAR El Príncipe de Gales
3. SAR El Duque de York
4. SAR El Conde de Wessex
5. SAR Príncipe William de Gales
6. SAR Príncipe Henry de gales
7.
Vizconde Severn
8. Mr. Peter Phillips
9. David Armstrong-Jones, Vizconde Linley
10. SAR El Duque de Gloucester
11. SAR El Duque de Kent
12. SAR Príncipe Michael de Kent
13. Muy Rev. y Muy Hon. Rowan Williams, Arzobispo de Canterbury
14. Muy Hon. Jack Straw, MP, Secretario de Estado de Justicia, Lord Canciller
15. Muy Rev. y Muy Hon. John Sentamu, Arzobispo de York



Primos reales 2ª parte (2005)






* El Príncipe William nació el 21 de junio de 1982 y el Príncipe Harry el 15 de setiembre de 1984, ambos en el Hospital Saint Mary de Londres. El tratamiento completo de William es Su Alteza Real Príncipe William Arthur Philip Louis de Gales, Caballero Real de la Muy Noble Orden de la Jarretera. El tratamiento completo de Harry es Su Alteza Real Príncipe Henry Charles Albert David de Gales.


Como príncipes británicos, ni William ni Harry usan un apellido en su vida cotidiana. Para propósitos formales y ceremoniales, usan el nombre del territorio sobre el cual su padre sostiene el título, es decir, Gales (como las Princesas Beatrice y Eugenie usan York por su padre, el Duque de York). Hay precedentes de que tales apellidos basados en territories dejan de usarse en la edad adulta, después del cual es usado solo el título o el apellido familiar.




Para los nietos masculinos de Elizabeth II, sin embargo, hay actualmente cierta incertidumbre sobre la correcta forma de uso del apellido familiar, o si incluso hay un apellido. La Reina ha estipulado a todos sus descendientes en línea masculina que no portan la dignidad titular de príncipe deberán usar Mountbatten-Windsor como su apellido familiar aunque existan Patentes reales estipulando el nombre Windsor, pero con la misma advertencia.



Si el Príncipe William se casa antes de la muerte de la reina, es costumbre que reciba un ducado. Si su padre accede al trono, William obtendrá inmediatamente los títulos de Duque de Cornwall y Duque de Rothesay y debería ser investido como Príncipe de Gales, pues éste no es automático. Harry pasará a ser conocido como Su Alteza Real El Príncipe Henry.




Con respecto a sus ancestros, ambos Príncipes descienden de los reyes Henry IV, Charles II y James II (VII de Escocia). Cuando se convierta en rey, William será el primer monarca desde la reina Anne en descender de Charles I. A través de su madre, William y Harry son de verdadera sangre inglesa con remota ascendencia irlandesa y escocesa. Por su padre descienden de todos los reyes y reinas de Inglaterra, Gran Bretaña y Reino Unido con descendientes vivos desde William I en adelante excepto por estos cinco: Henry V, Henry VIII (ambas líneas están extintas), George IV, William IV (ninguno de ellos tuvo hijos legítimos sobrevivientes) y Edward VIII (no tuvo descendencia). También descienden de varios de los monarcas escoceses de la pre-Unión, de los de la pre-conquista de Inglaterra y de notables soberanos extranjeros como los Reyes Católicos, Catalina la Grande de Rusia, Jorge I de Grecia, Christian IX de Dinamarca, Alfonso I de Portugal y los primeros soberanos franceses.




* Peter Mark Andrew Phillips (nacido el 15 de noviembre de 1977) es el primogénito y único varón de La Princesa Ana, Princesa Real y su primer esposo, el Capitán Mark Phillips. Ocupa actualmente el puesto 11º en la sucesión al trono británico (al momento de su nacimiento ocupaba el 5º lugar y permaneció en tal hasta el nacimiento del Príncipe William). Su hermana, Zara Anne Elizabeth Phillips, MBE (nacida el 15 de mayo de 1981), es la doceava en la línea de sucesión al trono británico.



Peter Phillips no porta ningún título o tratamiento real y sus padres rehusaron el ofrecimiento de la Reina de permitirles ingresar a la nobleza. Phillips era así el primer nieto legítimo de un monarca en nacer sin un título o un tratamiento de cortesía por más de 500 años. Antes de él, los últimos nietos de rey nacidos sin ningún título o tratamiento fueron los hijos de Cecilia de York, hija de Edward IV. Cuando Peter nació, recibió un saludo de 41 cañonazos disparados desde la Torre de Londres, pero tanto la Princesa Anne como el Capitán Phillips intentaron asegurar a sus dos hijos una vida discreta, manteniéndolos fuera de las luces del escenario.



Peter conoció a Autumn Kelly en Canadá en 2003 y cinco años después se casarían en una ceremonia en St George’s Chapel del Castillo de Windsor. Phillips es el primero (y por ahora el único) de los nietos de la Reina en contraer matrimonio. Mantiene un bajo perfil público, no teniendo deberes reales y actualmente trabaja para el Royal Bank of Scotland en Hong Kong.




Zara se dedica profesionalmente a la hípica, siendo la Campeona Mundial del Concurso Completo Ecuestre durante el Campeonato Mundial en Aquisgrán, Alemania, y fue votada en 2006 como la “Personalidad Deportiva BBC del Año” por el público británico (un premio que su madre, La Princesa Anne, obtuvo en 1971). Fue hecha Miembro de la Orden del Imperio Británico (MBE) en 2007 por sus servicios a la hípica.





* La Princesa Beatrice de York (Beatrice Elizabeth Mary; nacida el 8 de agosto de 1988), ocupando el 5º lugar, es la primera mujer en la línea de sucesión al trono británico. Al momento de su nacimiento era la primera princesa nacida en la inmediata familia real desde la Princesa Anne en 1950. La Princesa Eugenie de York (nacida el 23 de marzo de 1990) es la hija más joven del Príncipe Andrew y Sarah Ferguson, 6ª en la línea de sucesión al trono y la segunda mujer en ocupar ese lugar.




Como nietas en línea masculina de un soberano británico, a ambas hermanas les corresponde portar el título de Princesa y el tratamiento de Su Alteza Real, y ellas son las únicas nietas de la Reina en hacerlo, aunque, por Patentes Reales publicadas por George V, su prima, Lady Louise Windsor también es legalmente una princesa pero no es tratada como tal por expreso deseo de sus padres y su otra prima, Zara Phillips, es nieta de la Reina a través de línea femenina, por lo que solo pueden llevar el título y tratamiento de su padre, Capitán Mark Phillips (que, en este caso, no lleva ninguno).



Como princesas británicas, ni Beatrice ni Eugenie utilizan apellido, sino que llevan el nombre del área sobre el que su padre sostiene el título, es decir, York. En la edad adulta se usa solo el título o, en el caso de usar un apellido, este es Mountbatten-Windsor (o la designación territorial de su padre, York).




* Lady Louise Windsor (nacida el 8 de noviembre de 2003) y James, Vizconde Severn (nacido el 17 de diciembre de 2007), son los miembros más jóvenes de la familia real. Ambos son los hijos del Príncipe Eduardo, Conde de Wessex y de su esposa, la Condesa de Wessex.




El Vizconde Severn es el octavo en la línea de sucesión al trono, la persona de más alta jerarquía en la línea de sucesión que no utiliza el tratamiento de Alteza Real. Legalmente James Mountbatten-Windsor es Su Alteza Real Príncipe James de Wessex. No obstante, cuando sus padres se casaron, fue anunciado que de acuerdo a sus deseos, ninguno de sus hijos llevaría un título de príncipe o princesa con el tratamiento de Alteza Real, en vez de esto prefirieron que llevara los títulos que se les otorgan a los hijos de un Conde. Los hijos mayores de un conde por costumbre llevan el título subsidiario de sus padres, y por ello James es referido como Vizconde Severn, a pesar que tiene el estatus legal de un príncipe.



ACTUALIZACION BIOGRAFICA



Con motivo de la boda de S.A.R. Príncipe William de Gales y Miss Catherine Middleton el día 29 de julio de 2011 y atendiendo a una tradición ancestral, Su Majestad La Reina ha decidido conceder a su nieto mayor un ducado, un condado y una baronía. El Secretario de Prensa de Palacio ha hecho público el siguiente comunicado:



The Queen has today been pleased to confer a Dukedom on Prince William of Wales. His titles will be Duke of Cambridge, Earl of Strathearn and Baron Carrickfergus.
Prince William thus becomes His Royal Highness The Duke of Cambridge and Miss Catherine Middleton on marriage will become Her Royal Highness The Duchess of Cambridge
.



"La Reina ha tenido hoy el placer de conferir un Ducado al Príncipe William de Gales. Sus títulos serán Duque de Cambridge, Conde de Strathearn y Barón Carrickfergus. El Príncipe William se convierte así en Su Alteza Real El Duque de Cambridge y Miss Catherine Middleton por matrimonio se convertirá en Su Alteza Real La Duquesa de Cambridge."


domingo, 28 de marzo de 2010

Tratamientos


Señora de los Ingleses


La Emperatriz Matilda, también conocida como Matilde de Inglaterra o Maud, era hija y heredera de Henry I de Inglaterra. Ella y su hermano menor, William Adelin, fueron los únicos hijos legítimos del rey en llegar a la edad adulta. Cuando su hermano murió en 1120, Matilda se convirtió en la última heredera por línea paterna de su abuelo William I el Conquistador.


Cuando niña, Matilda fue destinada a Enrique V, Sacro Emperador Romano, con quien se casaría más tarde. Pese a que fue popularmente conocida como Emperatriz desde este matrimonio, el derecho de Matilda a ese título era dudoso. Nunca fue coronada como Sagrada Emperatriz Romana por un Papa legítimo, ceremonia que normalmente se requiere para obtener el título; de hecho, años más tarde alentó a los cronistas a creer que había sido coronada por el Papa. En aquel momento era llamada “Reina Germana” por los obispos de su esposo, mientras que su título formal era “Reina de los Romanos”. Sin embargo, “Emperatriz” era un adecuado título de cortesía para la esposa de un emperador que había sido coronado por el Papa.



Matilda (o Maud) de Inglaterra

Cuando enviudó en 1125, contrajo matrimonio con Geoffrey de Anjou, con quien tuvo tres hijos, el mayor de los cuales se convertiría en Henry II de Inglaterra. Plantagenet fue el nombre dinástico de la poderosa línea de reyes ingleses descendiente de Matilda y Geoffrey.


Matilda fue el primer gobernante femenino del Reino de Inglaterra. En abril de 1141 sus fuerzas derrotaron y capturaron al rey Stephen en la Batalla de Lincoln. El monarca fue hecho prisionero y efectivamente depuesto. Cuando Matilda arribó a Londres, la ciudad estaba lista para darle la bienvenida y apoyar su coronación. Usó entonces el título “Señora de los Ingleses” (Lady of the English) y planeó asumir el título de “reina” con la coronación (la tradición que fue seguida por sus nietos, Richard y John). Sin embargo, rehusó al requerimiento de los londinenses de reducir sus impuestos y, debido a su propia arrogancia, le cerraron las puertas de la ciudad y reiniciaron la guerra civil en junio del mismo año.


Henry II de Inglaterra


Como nunca fue coronada y fracasó al consolidar su gobierno (legal y políticamente) es normalmente excluida de las listas de monarcas ingleses, mientras que su rival (y primo) Stephen de Blois aparece como monarca por el período 1135-1154. La rivalidad entre ambos por el trono llevó a los años de guerra civil en Inglaterra que ha sido llamada “La Anarquía”. Ella sí aseguró su herencia al Ducado de Normandía –a través de las hazañas militares de su esposo Geoffrey- y protagonizó una campaña sin descanso por la herencia de su hijo mayor, viéndolo ascender al trono en 1154.


Mi Señora La Madre del Rey


Por única vez en la historia de Inglaterra se usó el título de Milady The King’s Mother con Margaret Beaufort, madre de Henry VII, en 1485. Había nacido en el castillo de Bletsoe, Bedfordshire, el 31 de mayo de 1443, siendo la única hija legítima de John Beaufort el Joven, duque de Somerset y conde de Kendal, y de Margaret de Beauchamp, heredera de la baronía de Bletsoe.


Margarita Beaufort


En el año 1449, siendo apenas una niña de 6 años, se casó con Juan de la Pole, segundo duque de Suffolk, pero dos años más tarde (1452), el matrimonio fue anulado. A los 12 se casó con el medio-hermano de Henry VI, Edmund Tudor, conde de Richmond, segundo de los hijos de Catalina de Francia, viuda del rey Henry V, en su ilegal segunda unión con Owen Tudor. Viuda a los 13 años y embarazada de 7 meses, se refugia en el castillo de Pembroke, en Gales, al amparo de su cuñado Jasper Tudor; fue allí donde, el 28 de enero de 1457, da a luz a su hijo, Henry. El difícil parto la dejó incapacitada para tener más hijos. Sin embargo, Margaret se casó (en 1462) con el que sería su tercer marido, Sir Henry Stafford, hijo del primer duque de Buckingham. Después de la muerte de éste en 1471, Margarita hizo voto de castidad, lo que no evitó que se casara por cuarta vez, esta vez con Lord Thomas Stanley, en 1473.



Henry VII de Inglaterra


Una vez sentado su hijo en el trono como Henry VII, era la madre del rey, pero como nunca había sido reina consorte no pudo ostentar el rango de Reina Madre, dándosele a cambio en la corte el título de "Mi Señora la Madre del Rey". Murió en el palacio de Westminster, el 29 de junio de 1509, a los 66 años de edad y sólo dos meses después de la muerte de su hijo el rey, siendo sepultada en la abadía de Westminster.



Tratamiento a través del matrimonio


Los tratamientos pueden ser adquiridos a través del matrimonio, aunque tradicionalmente esto aplica más a esposas que a esposos de titulares. Así, en el Reino Unido, la Princesa Real es tratada Su Alteza Real pero su esposo actual, Timothy Laurence, no tiene tratamiento y no habría especial arreglo para darle uno. En contrapartida, cuando Sophie Rhys-Jones casó con el Príncipe Edward, se convirtió en Su Alteza Real La Princesa Edward, Condesa de Wessex, es decir, automáticamente adquirió el tratamiento en virtud de su matrimonio con un príncipe real hijo del monarca británico.



El Conde y la Condesa de Wessex


Sólo aquellos miembros masculinos en la Línea de Sucesión al Trono reciben títulos y tratamientos reales automáticamente a menos que haya una dispensación especial por parte del monarca para dar a un hijo suyo y los descendientes de éste ciertos títulos de cortesía, por ejemplo, el de Vizconde Severn al Príncipe James, hijo del Conde de Wessex. Su Alteza Real Sophie, Condesa de Wessex, comparte todos los títulos que porta su esposo y la única diferencia está en que ella ejerce las derivaciones femeninas de dichos títulos.


Esta diferenciación de género continúa en la siguiente generación en las familias reales tradicionales. Así, mientras los hijos del Príncipe de Gales y las hijas del Duque de York tienen el tratamiento de Alteza Real, los hijos de La Princesa Real no reciben automáticamente tratamiento alguno, a menos que la Reina se los otorgara especialmente.



La Reina y sus nietos mayores, los hijos de la Princesa Real


Títulos y tratamientos pueden terminar cuando el matrimonio se disuelve. Diana, Princesa de Gales tenía el tratamiento de Su Alteza Real durante su matrimonio con El Príncipe de Gales. Su estatus marital era indicado por el título “La Princesa de Gales”. Cuando la pareja se divorció, ella perdió su tratamiento pero no su título, el que existía en virtud de su matrimonio: ella se convirtió en Diana, Princesa de Gales, aunque podía tener el tratamiento de “Lady” como hija de un conde. Pero como el título principesco pesó más que el de Lady fue conocida por el anterior y no por éste. El título “Princesa de Gales” no precedido por el artículo definitorio indica que era una anterior Princesa de Gales. Cuando se aplica a la actual Princesa de Gales, el tratamiento incluye el artículo (“LA” Princesa de Gales). Si Diana se hubiera casado nuevamente, entonces habría perdido definitivamente el título.



S.A.R. La Princesa de Gales (1985)


Como Su Alteza Real El Príncipe de Gales se casó en segundas nupcias con Camilla Parker-Bowles, ella es oficialmente Su Alteza Real La Princesa de Gales, pero debido al extendido uso del título y el reconocimiento de éste por el público como correspondiente a Diana, Camilla usa el título de cortesía de La Duquesa de Cornwall con el tratamiento de Su Alteza Real.


En su momento existió la opción de darle el tratamiento de Alteza Real a Diana, Princesa de Gales, dada su capacidad personal (lo que se hubiera justificado en el hecho de que era la madre de un futuro rey) pero se decidió no otorgárselo y, como resultado, desde el momento de su divorcio hasta su muerte en 1997, Diana no tuvo ningún tratamiento real. De manera similar, cuando Sarah, Duquesa de York, se divorció de Su Alteza Real El Duque de York, perdió el tratamiento real pero retuvo el título ducal.



La Duquesa de Windsor



En 1937 Wallis Simpson no obtuvo el tratamiento de Alteza Real por parte de Jorge VI cuando contrajo matrimonio con su hermano menor, por entonces conocido como Su Alteza Real El Duque de Windsor. No había precedente para un divorciado casándose con un miembro de la familia real, menos con un antiguo rey, y temieron que, si la pareja se divorciara, ella podría tratar de usar el tratamiento de todos modos, socavando su estatus, ya que aún sería conocida como La Duquesa de Windsor independientemente de su divorcio del duque.