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sábado, 16 de abril de 2011

Jelena de Serbia, Princesa de Rusia

Jelena Karađorđević (1884-1962) era la hija del rey Pedro (Petar) de Serbia y su esposa, la Princesa Zorka de Montenegro. Era hermana mayor de Jorge, Príncipe Heredero de Serbia y de Alejandro I, rey de Yugoslavia. Nació como princesa Jelena de Serbia y fue conocida como Jelena Petrovna, Hélène Petrovna o Elena Petrovna después de su matrimonio.

Su padre, Petar Karađorđević, se convirtió en rey de Serbia el 11 de junio de 1903, después de que una conspiración hubiese desembocado en el brutal asesinato de Alexander I, el último monarca de la dinastía Obrenovic, junto con su esposa, la tremendamente impopular reina Draga. Luego, en 1918, Petar I de Serbia se transformó en Rey de los Serbios, los Croatas y los Eslovenos, la futura Yugoslavia.

Cuando Petar se proclamó monarca de los serbios tenía ya cincuenta y nueve años. Había enviudado el 16 de marzo de 1890 de la princesa Zorka de Montenegro, la mayor de las hijas del rey Nikola I. Zorka había sido "una belleza balcánica", un tanto exótica desde la perspectiva occidental, que había muerto en Cetinje, capital de Montenegro, tras dar a luz a su quinto hijo, que tampoco logró sobrevivir. La muerte de Zorka dejó a Petar viudo con tres hijos: Jelena, Đorđe (George) y Aleksandar (Alexander). En esa etapa, era, simplemente, un príncipe serbio en el exilio, que dependía de la protección de sus suegros. Serbia había sido duramente disputada por dos grandes familias rivales, los Obrenovic y los Karađorđević: entonces reinaban los Obrenovic, lo que significa que los Karađorđević intrigaban sin tregua en un constante intento por recuperar el trono del que se consideraban desposeídos. Pero las aspiraciones de Petar dependían, en primer lugar, de cómo evolucionara la situación en Serbia e incluso en el conjunto de los Balcanes.


El Rey Petar de Serbia


Petar necesitaba conservar el apoyo de su suegro, el soberano de Montenegro, que había sabido maniobrar para que los rusos le considerasen su principal aliado en los Balcanes. Quizá por eso tomó la decisión de no llenar nunca en su vida el hueco que había dejado Zorka. Podía permitirse relaciones breves, esporádicas aventuras, pero no quería reemplazar a Zorka para no molestar a sus suegros.

De momento sólo podía aguardar la ocasión propicia para desplazar a Alexander Obrenovic. Decidió alternar largas estancias en Cetinje con otras en Génova. Tenía planes concernientes a la educación de sus hijos, aprobados por su suegro. Quería que Jelena, llegado el momento, estudiase en el célebre Instituto Smolny de San Petersburgo y que Đorđe y Aleksandar, tras completar una primera fase educativa en Génova, acudieran a la famosa escuela para cadetes imperiales en San Petersburgo. Mandar a su hija al famoso Smolny de San Petersburgo encajaba a la perfección en la tradición de la familia Karađorđević. La madre había sido una pensionista interna en el Smolny, al igual que la mayoría de sus tías, las hermanas de Zorka: Militza, Stana, Marija, Jelena y Anna. Sólo las menores, Xenia y Vera, se habían quedado sin pasar por aquel instituto.


La joven Jelena con sus dos hermanos, Đorđe y Aleksandar, en sus uniformes de la escuela de cadetes de San Petersburgo, y su primo hermano, Pavel.


La formación allí había derivado en que las princesas montenegrinas aumentasen sus posibilidades de ingresar por matrimonio en el grand cercle de los Romanov. Militza se casó con el gran duque Peter Nicolaevich de Rusia a finales de julio de 1889. En agosto de ese mismo año, Stana se casó con Georgi, 6º Duque de Leuchtenberg, príncipe Romanov pues descendía directamente del zar Nicolás I a través de su hija María Nicolaevna (Stana se divorciaría de él en 1907 para casarse con Nicolasha, el hermano de su cuñado Peter) Estas bodas a la rusa de Militza y Stana inflaron de orgullo a sus padres, pues podían abrir las puertas a futuros enlaces prestigiosos para el resto de sus hijas y, sin duda, para su nieta Jelena, que mezclaba en sus venas la sangre de los Petrović-Njegoš montenegrinos con la de los Karađorđević serbios.

De momento, lo sustancial, a ojos de Jelena, era que el Smolny parecía un lugar propicio para las princesas de su estirpe. Tía Militza y tía Stana, que formaban parte de lo más granado de la sociedad montenegrina, podían supervisar su crianza. Además, en el Smolny todavía estudiaba la tía homónima de la niña, Jelena de Montenegro, una belleza morena, enigmática, de modales impecables y magnífica educación que en 1896, en la coronación del zar Nicolás II, conoció al príncipe Vittorio Emanuele, heredero del trono de Italia, y que, después de renunciar a su fe ortodoxa para convertirse en católica, pasó a ser su reina consorte.

La princesa Jelena siguió siendo una ilustre interna del Smolny que visitaba asiduamente la corte imperial y después una joven casadera que residía bajo tutela de sus extravagantes y controvertidas parientas. Margaretta Alexandra Eagar, la institutriz principal de las cuatro hijas del zar –las Grandes Duquesas Olga, Tatiana, María y Anastasia-, tuvo ocasión de ver con frecuencia a la princesa Jelena entre 1898 y 1904 y la evocaría como una muchacha de dulces rasgos, ojos oscuros y brillantes y aspecto apacible y amable. A las princesas imperiales les agradaba de manera instintiva cuando Jelena acudía a tomar el té a palacio acompañada de otra de sus tías, la princesa Vera de Montenegro.

Su otra tía, la reina Elena de Italia, fue quien la presentó al Príncipe Iván Constantinovich de Rusia, hijo del Gran Duque Constantino Constantinovich y bisnieto del zar Nicolás I. Los hijos del Gran Duque Constantino no llevaron el título de grandes duques de Rusia, sino el de príncipes de Rusia, en conformidad a la reforma hecha por Alejandro III el 14 de julio de 1886. Según esta ley, solo los hijos y nietos de un zar, hijos de matrimonio dinasta, podrían ser grandes duques, los demás llevarían el título de príncipes de Rusia y el tratamiento de Alteza Imperial. Así los Constantinovich, bien que hijos de matrimonio dinasta, eran bisnietos de un zar. El objetivo de la ley era de restringir el número de personas con derecho a rentas del estado.


La familia del Gran Duque Constantino en 1905. De izq a der: Príncipe Jorge, Príncipe Igor, Príncipe Oleg, Príncipe Constantino, Princesa Tatiana, Príncipe Gabriel, Príncipe Iván, Gran Duquesa Isabel y Gran Duque Constantino.


El Príncipe Iván era descripto por sus contemporáneos como una persona religiosa y gentil, apodado Ioannchik por sus parientes. Iván le propuso matrimonio poco después. Fue una boda por amor, una sorpresa para la familia porque el suave, introvertido Iván había pensado en convertirse en monje de la Iglesia Ortodoxa Rusa. La pareja se casó el 21 de agosto de 1911, en ​​San Petersburgo. La noche anterior a la boda hubo una gran cena para 1000 invitados en Peterhof. Ella estaba ubicada entre el Zar a su izquierda y la Gran Duquesa Vladimir a su derecha. Años después Elena recordaría que el zar le pidió que lo llamara Nicki, ya que ella ahora formaba parte de su familia. Elena se rehusó y le dijo que por primera vez desobedecería una orden imperial. En realidad, estaba temerosa de su padre, el rey Petar, que estaba sentado cerca de la emperatriz. Cuando Helena era pequeña, el rey llamaba a la zarina “la pétroleuse”, como Louise Michel, un famoso anarquista de la época.


La elegante pareja de recién casados en Peterhof


Luego de su boda, Elena estudiaría medicina, una carrera que debió abandonar cuando tuvo su primer hijo, el Príncipe Vsevelod Ivanovich en 1914. Su hija, la Princesa Catalina Ivanovna, nació en 1915. Esta última fue el último miembro de la Familia Imperial en nacer antes de la caída de la dinastía.

Voluntariamente siguió a su marido al exilio, cuando el Príncipe Iván fue detenido tras la Revolución Rusa de 1917 y trató de obtener su libertad. Iván fue encarcelado por los bolcheviques, primero en Ekaterimburgo, Siberia y más tarde fue trasladado a Alapaevsk, una ciudad en Sverdlovsk Óblast, donde fue asesinado el 18 de julio de 1918, junto con sus hermanos Constantino e Igor, la Gran Duquesa Isabel Fiódorovna, el Gran Duque Sergei Mijailovich, su primo lejano el Príncipe Vladimir Pavlovich Paley, el secretario del Gran Duque Sergei, Fyodor Remez y Varvara Yakovleva, una monja del convento de la Gran Duquesa Isabel. Todos fueron conducidos al bosque por los bolcheviques locales, empujados a una mina abandonada y luego fueron lanzadas granadas al interior de la mina.



Iván había convencido a Elena a abandonar Alapaevsk y regresar con sus dos pequeños hijos, a quienes había dejado con su suegra, la Gran Duquesa Elizaveta Mavrikievna, pero la princesa fue detenida en Ekaterimburgo y encarcelada en Perm en 1918. Durante su encarcelamiento, los bolcheviques trajeron a su celda una chica que se llamaba Anastasia Romanova y le preguntaron si la muchacha era la Gran Duquesa Anastasia Nikolaievna de Rusia, la hija del zar Nicolás II. Elena dijo que no reconoció a la niña y los guardias se la llevaron.

Diplomáticos suecos obtuvieron permiso para que la suegra de Elena saliera de Rusia con sus nietos Vsevelod y Catalina y sus dos hijos menores, Jorge Constantinovich y Vera Constantinovna, en octubre de 1918, a bordo del buque sueco Angermanland. Elena permaneció encarcelada en Perm hasta que diplomáticos noruegos la localizaron y la transfirieron. Estuvo prisionera en el Palacio del Kremlin antes de serle permitido salir y reunirse con sus hijos en Suecia. Finalmente se estableció en Niza, Francia y nunca volvió a casarse. Como princesa de Yugoslavia recibió una pensión con la que ella subsistió mientras existió este reino, pero a fines de 1945 el dinero dejó de fluir y pasó sus últimos años en situación de penuria.



La Princesa Helena Petrovna en los años ‘50

Su sobrino, el Príncipe Tomislav de Yugoslavia, escribió sobre ella en sus memorias: “En 1959 estuve con mi esposa Margarita en el sur de Francia. Entonces descubrí que la Tía Jaba –los hijos de su hermano Alexander la llamaban así, apodo que en francés era “Jabé”- estaba en Niza. Yo había oído que estaba viviendo con grandes dificultades en un apartamento rentado, empobrecida, sin ningún ingreso y faltándole hasta los alimentos. Intenté encontrarla y ayudarla. Ella, sin embargo, rechazó cualquier ayuda e incluso un encuentro. Nadie, ni siquiera yo, tenía permitido verla en aquella triste condición. Persistió en ello hasta su muerte”.




Villa Trianon, en Saint-Jean Cap Ferrat, donde Elena vivió entre 1919 y 1953.

sábado, 9 de abril de 2011

El Reino de Montenegro

La Edad Media

Montenegro es una región montañosa, al sur de Serbia, junto al Adriático, entre Herzegovina y Albania. Su nombre en serbio es Crna Gora (Montaña Negra) y apareció llamada así por primera vez a fines del siglo XVIII, cuando la República de Venecia dominaba la costa.



Perturbada esta región por las invasiones bárbaras, el emperador Justiniano la anexionó al Imperio Bizantino y los eslavos la poblarían siglos más tarde. Hasta el siglo X el país se llamaba Dioclea, de cuya historia hay pocos datos conocidos; solo se sabe que perteneció a diversos estados (Serbia, Bulgaria, Venecia y nuevamente Bizancio), aunque los intentos de emancipación comenzaron en el siglo XI como Principado de Zeta, bajo la regencia de Esteban Vojislav (1031-1050), Miguel (1051-1082) y Bodin (1092-1101).

Posteriormente se inició un lento periodo de declives, caracterizado por gobiernos eclesiásticos y revueltas de los príncipes herederos contra los legítimos gobernantes peleando a su vez contra los turcos y venecianos, así como de las crudas masacres contra la población montenegrina.

Zeta se convirtió en un principado independiente en 1371, tras la batalla del río Maritza, en la que los turcos derrotaron a la liga de nobles serbios. Se eligió a un aristócrata serbio, de la familia de los Balsha, para gobernar Zeta. Al mismo tiempo, Lázaro I Hrebelyanovich se proclamó príncipe de Serbia. En 1389 Serbia se convirtió en vasallo del imperio otomano. Nominalmente, la zona de Zeta estaba incluida en el vasallaje pero los montenegrinos continuaron luchando contra los turcos. En 1421 cambiaron la dinastía serbia de los Balsha por una autóctona: los Tserni (negros), que en 1485 fundaron Cetinge, la capital del país.


Stefan Nemanja (1113-1199) fue el gobernador medieval serbio, Gran župan de Raška y de Duklja/Zeta y el fundador de la dinastía Nemanjić. Estaba emparentado con las dinastías serbias que por aquel entonces gobernaban Raška (Casa Vukanović por la parte masculina) y Zeta (Casa Vojisavljević por la parte femenina). En 1200 fue canonizado por la Iglesia Ortodoxa Serbia y se le conoce como San Simeón.

La Teocracia

Conquistada la montaña por los turcos en 1499, le permitieron cierta autonomía, inventando un sistema para que no pudieran reagruparse alrededor de un príncipe o un líder peligroso: los gobernaría el obispo de Cetinge. Aunque los montenegrinos eran cristianos ortodoxos, los musulmanes confiaban más en un jefe espiritual que en uno militar. Como los obispos ortodoxos no podían casarse, no habría temor de que se fundara una nueva dinastía que pudiera amenazar con nuevas sublevaciones. Todo lo más que podía suceder era que “el cetro” pasara de tío a sobrino, lo que no constituía una base sólida. El príncipe-obispo tomó el nombre de vladika.

Desde 1516, la teocracia gobernante se desarrolló mediante la tutela de la familia Petrovic, que mantuvo el país bajo cautela de protecciones extranjeras por parte de Austria, aunque le fueron permitidos los contactos con Rusia en el siglo XVIII. Pero también este sistema de gobierno terminó en un declive bajo la autoridad de un ruso que se hacía pasar como Pedro III (Sćepan Mali), quien hizo una pródiga administración pese a la desconfianza extranjera hasta que falleció en 1773.


Escudo de armas de la Casa de Petrović-Njegoš

Hacia el Estado Moderno

Desde Pedro I (1782-1830) se inició la formación del estado montenegrino moderno, estableciendo un código consuetudinario en 1798 y ampliando el país gracias a una guerra ruso-turca, aunque fracasó en recuperar las Bocas de Kotar. Luego de una victoria sobre los turcos, el sultán Selim III les reconoció la total independencia de la Sublime Puerta. Con Pedro II (1830-1851) se limitó el gobierno tribal, aunque se creó un senado con integrantes de las tribus y se organizó una guardia moderna que combatiría frecuentemente a los turcos durante el resto del siglo XIX y parte del XX.

La teocracia terminó con Danilo I (1851-1860), quien sucedió en 1851 a Pedro II. Danilo heredó un Montenegro independiente y continuó con la modernización del país. En lugar de tomar el nombre de Danilo II (pues ya había habido un vladika Danilo en 1696) se constituyó en el primero de su nombre, pues al abolir el título de príncipe-obispo, lo cambió por el de hospodar (que significa “señor” y equivale a príncipe), con la intención de resaltar su primacía política laica. En 1852 proclamó la monarquía absoluta y hereditaria y reorganizó el país, separando los poderes políticos de los religiosos.

Pese a la oposición tribal cada vez organizada, que culminó con el asesinato del monarca, éste logró evitar que el país se involucrara en la Guerra de Crimea, mejoró las relaciones con la Francia de Napoleón III y venció a los turcos en la batalla de Grahavo en 1858. Desgraciadamente para él, solo tuvo una hija (Olga) y, como ya había codificado que sería heredado en línea directa por primogenitura masculina, a su muerte le heredó su sobrino Nicolás.


Danilo Petrović-Njegoš, príncipe de Montenegro

El 14 de agosto de 1860, con el nuevo monarca, se daría el puntapié inicial a una época en la que Montenegro llegó a ser considerada una nación con cierto rango e influencia entre las pequeñas de Europa. Nikola I Petrovic Mirkov-Njegos (serbio cirílico: Никола me Мирков Петровић-Његош) estaba en París cuando, como consecuencia del asesinato de su tío Danilo II, le sucedió como Príncipe (13 de agosto de 1860). En noviembre contrajo matrimonio con Milena, hija del Vojvoda Petar Vukotic.

En el período de paz que siguió, el rey llevó a cabo una serie de reformas militares, administrativas y educativas. En 1867 se reunió con el emperador Napoleón III en París, y en 1868 emprendió un viaje a Rusia, donde recibió una afectuosa bienvenida del zar, Alejandro II. Después visitó las cortes de Berlín y Viena. Sus esfuerzos para conseguir la simpatía de la familia imperial rusa fueron productivos para Montenegro; considerables subvenciones fueron concedidas por el zar y la zarina para fines educativos y suministros de armas y municiones fueron enviados a Cetinje. En 1871 el Príncipe Dolgorúkov llegó a Montenegro en una misión especial del zar y distribuyó grandes cantidades de dinero entre la gente.


Nikola I de Montenegro

Entre 1862 y 1878 mantuvo una serie de conflictos con el Imperio Otomano. En 1876, cuando declaró la guerra a Turquía, su reputación militar fue reforzada por la campaña que siguió, y más aún por la de 1877-1878, durante la cual se apoderó de Nikšić, Bar y Ulcinj. La guerra dio lugar a una considerable extensión de la frontera montenegrina y la adquisición de una línea costera sobre el Adriático. El rey justificó la guerra como una venganza por la batalla de Kosovo en 1389.

La independencia de Montenegro fue reconocida en el Congreso de Berlín en 1878 y en las décadas venideras el país disfrutó de considerable prosperidad y estabilidad. La educación, las comunicaciones y el ejército se ampliaron en gran medida (este último con el apoyo de la Rusia Imperial). En 1883 el príncipe Nikola visitó el sultán, con quien posteriormente mantuvo las relaciones más cordiales; en 1896 celebró el bicentenario de la dinastía Petrovic y en el mismo año asistió a la coronación del zar Nicolás II; en mayo de 1898 visitó a la Reina Victoria en el Castillo de Windsor.

El Rey de Montenegro

En 1900 tomó el tratamiento de Alteza Real. Dio a Montenegro su primera constitución en 1905 tras las presiones de una población ávida de más libertad. También introdujo la libertad de prensa y los códigos de derecho penal al estilo europeo occidental. En 1906, introdujo la moneda montenegrina, el Perper. El 28 de agosto de 1910, durante la celebración de su jubileo, asumió el título de rey, de conformidad con una petición de la Skupština. Fue, al mismo tiempo, nombrado Mariscal de campo en el ejército ruso, honor nunca conferido antes a un extranjero, excepto el Duque de Wellington.


El día de proclamación del Reino (28 de agosto de 1910)

El rey Nicolás estaba dotado de una presencia imponente, era un carismático líder militar y agraciado poeta, mientras que sus méritos como hombre de Estado recibieron un reconocimiento general. Su sistema de gobierno, que puede ser descrito como un despotismo benevolente, fue tal vez el más adecuado al carácter de sus súbditos.

Cuando estalló la guerra de los Balcanes en 1912, el rey Nicolás fue uno de los más entusiastas de los aliados. Quería expulsar a los otomanos completamente fuera de Europa. Desafió a las potencias y capturó Scutari a pesar de que habían bloqueado toda la costa de Montenegro. De nuevo en la Gran Guerra que comenzó en 1914 fue el primero en ir a la ayuda a Serbia a rechazar a las fuerzas austríacas de la península de los Balcanes. Fue personalmente amplio partidario de la unidad serbia. Sin embargo, se opuso denodadamente a los Karađorđevićs.

Después de la Primera Guerra Mundial, Montenegro se unió con las otras tierras eslavas del sur para formar el Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, que pasaría a llamarse Yugoslavia en 1929. Nicolás se exilió en Francia en 1918, pero continuó reclamando el trono hasta su muerte en Antibes tres años más tarde.


Bandera del Reino de Montenegro (1910-1918)

La descendencia real

Cinco de sus hijas se casaron con príncipes y reyes, lo que le valió a Nicolás el apodo de "el Suegro de Europa", un apodo que compartía con su contemporáneo, el Rey Christian de Dinamarca.

* La Princesa Ljubica, conocida como Zorka (1864-1890) casó con Petar Karađorđević (que después de su muerte se convertiría en Pedro I, Rey de Serbia primero y Rey de los Serbios, Croatas y Eslovenos después);

* La Princesa Milica (1866-1951) casó con el Gran Duque Pedro Nicolaievich Romanov;

*La Princesa Anastasia, conocida como Stana (1868-1935) casó primero con Jorge, Duque de Leuchtenberg y después del divorcio con el Gran Duque Nicolás Nicolaevich de Rusia (sus dos maridos eran nietos del zar Nicolás I);

* La Princesa Marica (1869-1885);

* El Príncipe Heredero Danilo Aleksandar (1871-1939) casó con la Duquesa Jutta (más tarde conocida como Militza) de Mecklemburgo-Strelitz;

* La Princesa Jelena (1873-1952) casó con Víctor Manuel de Saboya, futuro rey de Italia;

* La Princesa Ana (1874-1971), casó con el príncipe Francisco José de Battenberg;

* La Princesa Sofia (1876);

* El Príncipe Dimitri Mirko (1879-1918) casó con Natalija Konstantinovich, una prima de Alejandro I Obrenović, Rey de Serbia;

* La Princesa Kseniya (1881-1960);

* La Princesa Vjera (1887- 1927);

* El Príncipe Petar (1889-1932), casó con Violeta Wegner (después de la conversión a la ortodoxia su nombre fue Ljubica).

El heredero al trono actual es el bisnieto de Nicolás I, el Príncipe Nikola, hijo del príncipe Miguel.



La realeza en la proclamación del reino en 1910. De pie, de izquierda a derecha: Gran Duque Pedro Nikolaievich de Rusia, Príncipe Francisco José von Battenberg, Princesa Vjera Petrovic Njegos, Princesa Ksenija (Xenia), Príncipe Heredero Danilo, Príncipe Mirko, Príncipe Petar. Sentados, de izq a der: Princesa Milica-Jutta von Mecklenburg-Strelitz, Princesa Ana von Battenberg, Jelena, reina de Italia, Reina Milena, Rey Nikola, Princesa Milica, Víctor Emanuel de Italia, Princesa Natalija Konstantinovic. Sentados en la alfombra, de izq a der: Princesa Jelena Karadjordjevic de Serbia, hija del Gran Príncipe Peter Nikolaievich, Princesa Golycin, Príncipe Heredero de Serbia Aleksandar Karadjordjevic.

El siglo XX

Al final del primer conflicto mundial, en 1918, una junta de croatas y eslovenos proclama, en Ginebra, su decisión de unir Croacia y Eslovenia a Serbia y Montenegro. Nicolás I anuncia desde Francia que su país no pretende ninguna anexión. Pero Serbia proclama en Zagreb el “Reino Unido de los serbios, de los croatas y de los eslovenos” (la futura Yugoslavia). El rey Pedro de Serbia se convierte en soberano del nuevo reino, con el príncipe Alejandro como regente.

Pese a las protestas de Nicolás I desde París, la monarquía montenegrina finalmente fue abolida, aunque sus tendencias de autonomía no fueron suprimidas y pronto empezó a prosperar el comunismo como tendencia política en difusión. Nicolás I morirá en su exilio francés el 1º de marzo de 1921, siempre considerándose rey de Montenegro y sin admitir la desaparición de su nación.


El Rey Nikola con su familia en el exilio (Lyon, Francia). Al frente, el rey y la reina. Detrás, de izq a der: La Princesa Vera, la Princesa Xenia, la Princesa Meletza (esposa del Príncipe Danilo), el señor Miouchikovitch, Presidente del consejo y el Príncipe Danilo.


En la Segunda Guerra Mundial, el país fue invadido por la Italia fascista (y después por la Alemania nazi). Los italianos le concedieron una breve independencia con el establecimiento en abril de 1941 del Estado independiente de Montenegro, pero la zona costera alrededor de Cattaro que había pertenecido a Venecia quedó anexionada a la Gobernación de Dalmacia del Reino de Italia.


En 1942 los ataques guerrilleros de Tito empezaron y continuaron de manera sangrienta en los años siguientes, especialmente desde que los alemanes ocuparon todo el Montenegro en septiembre de 1943. Para el 6 de enero de 1945, el país fue liberado por los partisanos comunistas y se reintegró a Yugoslavia como la República Socialista de Montenegro, una república federada socialista.