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miércoles, 19 de septiembre de 2012

Títulos eslavos: gran duque, gran príncipe


El título Gran Duque (en latín, magnus dux) es usado en Europa Occidental y particularmente en los países germánicos para soberanos menores. Tiene un rango protocolario inferior al de rey pero más alto en precedencia que un duque soberano o un príncipe soberano. También es usualmente traducido como gran príncipe en idiomas que no diferencian entre príncipes que son parientes no gobernantes de un monarca (como el alemán Prinz) y príncipes gobernantes (como el alemán Fürst). En inglés y francés se usa el término en este último sentido.


Corona gran ducal


El título ha sido aplicado confusamente, en traducción y en rango diplomático (cuando se decide la precedencia en una cena de Estado, por ejemplo), a duques no soberanos, particularmente en estados occidentales anteriores a la formación de las Naciones Unidas.

Europa Occidental

El propio término de gran duque fue una invención para denotar un duque particularmente poderoso, puesto que el título de duque a través de la Edad Media había ido disminuyendo por pertenecer a gobernantes de feudos relativamente pequeños (como una ciudad estado o un distrito), en lugar de las grandes provincias a las cuales una vez había estado vinculado.

Uno de los primeros ejemplos ocurrió cuando el Conde Gonçalo I Mendes de Portucale (en el noroeste de Portugal y considerado el núcleo original del país) tomó en 987 el título original de Magnus Dux Portucalensium (Gran-Duque de Portucale) y se rebeló contra el rey Bermudo II de León. Fue derrotado por los ejércitos reales pero obtuvo una remarcada autonomía como un Magnus Dux.


Escudo del Condado de Portugal


Otro ejemplo fue el uso semi-oficial del título por los posteriores Duques de Borgoña, en el siglo XV, cuando gobernaron una porción de Francia oriental así como la mayoría de los Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo. Felipe III, Duque de Borgoña de 1419 a 1467, asumió el título y tratamiento legalmente vacío de Gran Duque de Occidente en 1435, habiendo consolidado bajo su posesión los ducados de Brabante y Limburgo y los condados de Holland, Zeeland, Friesland, Hainaut y Namur. Su hijo y sucesor Carlos el Calvo (gobernante de 1467 a 1477) continuó el uso del mismo tratamiento.

El título magnus dux o Didysis Kunigas, Didysis Kunigaikštis en lituano, fue usado por los gobernantes de Lituania y, después de Vladislao II Jagellón, por los reyes de Polonia. Desde 1573, en Lituania, Rusia, Mazovia, Samogithia, Kiev, Volhynia, Podolia, Podlachia, Livonia, Smolensk, Severia y Chernigov se usó tanto el término latino como el equivalente polaco wielki ksiaze, como parte de las respectivas versiones del tratamiento completo de los reyes de Polonia durante la Mancomunidad Polaco-Lituana.


Santa Eduviges I de Anjou-Hungría, hija de Luis I el Grande, Rey de Hungría, a los 10 años de edad (1384) fue tomada como esposa por el pagano Jagellón, Gran Duque de Lituania, futuro Vladislao II de Polonia.


En 1582, el rey Juan III de Suecia agregó el título de Gran Duque de Finlandia a los títulos subsidiarios de los reyes suecos. Luego de las conquistas rusas, siguió siendo usado por el emperador ruso en su rol como gobernante de Lituania (1793-1918) y de la Finlandia autónoma (1809-1917). La Casa de Habsburgo gobernante del Sacro Imperio instituyó un Gran Principado similar en Transilvania en 1765.

Los primeros monarcas oficialmente intitulados grandes duques fueron los soberanos Médici de Toscana a comienzos del siglo XVI. Este título oficial fue otorgado por el Papa Pío V en 1569, pero las tierras en cuestión estaban bajo la soberanía del Sacro Imperio Romano. Toscana permaneció como gran ducado hasta 1860, cuando fue anexionado por el Reino de Cerdeña como parte de la reunificación de Italia.

Napoleón acostumbraba otorgar este título extensivamente: durante su era, varios de sus aliados pudieron asumir el título de gran duque usualmente al mismo tiempo que sus feudos heredados eran aumentados por tierras adicionales obtenidas gracias a esa alianza.


Joachim Murat, Mariscal del Imperio y Gran Duque de Berg en 1806.



Cuando Napoleón fue derrotado en Waterloo y sus territorios vasallos como el Gran Ducado de Berg fueron borrados del mapa de Europa, los representantes reunidos en el Congreso de Viena consintieron más usos del título por restaurados duques y príncipes, especialmente para muchos de aquellos en las tierras que habían constituido el Sacro Imperio Romano. Así, el siglo XIX vio un nuevo grupo de monarcas titulados grandes duques a lo largo y a lo ancho de Europa Central.

Las lenguas germanas y holandesas, que tienen palabras separadas para príncipe real (Prinz, Prins) y para príncipe soberano (Fürst, Vorst), marcan a los Grandes Príncipes de Lituania, altos príncipes de los estados rutenos y otras naciones europeas, así como los gobernantes rusos y posteriores príncipes imperiales de la sangre, con los términos Grossfürst (Großfürst), Grootvorst, no Grossherzog (Großherzog), Groothertog.

Las soberanías de los grandes ducados

El territorio cuya cabeza de Estado es un gran duque o gran duquesa constituye un Gran Ducado.

El único gran ducado en existencia hoy es Luxemburgo, que ha sido tal desde 1815 cuando los Países Bajos se convirtieron en un reino independiente y Luxemburgo fue entregado al Rey de esa nación, Guillermo I. Luxemburgo permaneció en unión personal con la corona de los Países Bajos hasta 1890 cuando Guillermo III murió sin herederos masculinos, por lo que en los Países Bajos fue sucedido por su hija Guillermina y en el gran ducado luxemburgués por un primo distante, el duque Adolf de Nassau, quien se convirtió en S.A.R. Gran Duque Adolphe, una disposición necesaria por la Ley Sálica para ser aplicable en Luxemburgo pero no en los Países Bajos.


Gran Escudo de Armas del Gran Ducado de Luxemburgo



En Alemania, el uso del título se extendió después de 1815, pero su aplicación no era universal. Esto es algo irónico, dado que un gobernante borgoñón que una vez en lo que antes eran regiones fronterizas occidentales de Alemania adoptó por primera vez el título y considerando que era un señor alemán, el Sacro Emperador Romano, quien primero otorgó el título oficial a un príncipe italiano.

En Bélgica, Grand Duché (“gran ducado”, en francés) es a menudo usado como un metonímico para referirse al vecino Gran Ducado de Luxemburgo. Esto ocurre para evitar confusión con la provincia belga del mismo nombre; cuando oye Luxemburgo, un belga pensaría espontáneamente en la provincia antes que el gran ducado. Al mismo tiempo, Royaume (“reino”, en francés) sería usado para referirse a Bélgica.

Invitación a la cena de gala durante la visita de Estado del Gran Duque de Luxemburgo a Portugal (2010)



Entre las Guerras napoleónicas y la Primera Guerra Mundial había 16 grandes ducados en Europa.

El término “gran ducado” es a menudo usado incorrectamente en referencia al Ducado de Varsovia (1807-1813), el cual era de hecho un ducado. Las otras dos jurisdicciones incorrectamente etiquetadas de esa forma son el Gran Ducado de Lituania (en realidad un principado, en ruteno "Великое князство Литовского") y el Gran Ducado de Moscú (también un principado, en ruso "Великое Княжество Московское").

Gran Príncipe

Los Grandes Príncipes eran monarcas medievales que gobernaban usualmente varias tribus y/o eran señores de otros príncipes. En la época, eran usualmente traducidos y tratados como reyes. No obstante, los grandes príncipes no fueron elevados a soberanos como los reyes occidentales posteriores y así, particularmente en la literatura, eran considerados reyes menores. Los grandes príncipes gobernaron en Europa Central y Oriental, notablemente entre eslavos y lituanos.

En ruso, este título es Velikiy Knjaz (Великий князь). La palabra eslava knjaz y la lituana kunigas (hoy traducida como “príncipe”) son en realidad cognados de Rey. Así,  Veliki KnjazDidysis Kunigas son más como “alto rey” que “gran duque”.


Casimiro IV Jagellón fue Gran Duque de Lituania desde 1440 y Rey de Polonia desde 1447.



Estos países se desarrollaron de una forma en que la posición del jefe de la dinastía se fue haciendo más elevada. En estas situaciones, tales monarcas asumieron un título más alto, como Zar o Rey. El Gran Príncipe Iván IV de Moscovia fue el último monarca en gobernar sin un título más alto, hasta que asumió el de Zar de Rusia en 1547.

Los gobernantes de Transilvania, estado vasallo de Turquía, usaban el título de Gran Príncipe, que fue más tarde asumido por los Habsburgo cuando conquistaron Hungría. Los reyes polacos de la dinastía sueca Vasa también usaron el título principesco para su territorio no-polaco. En muchas de esas tierras ya era en siglos medievales otorgado simultáneamente a varios gobernantes de la dinastía más extensa

En tiempos modernos este título continuó como cortesía para todos o la mayoría de los miembros de la dinastía rusa, tal como el Gran Duque de Rusia (veliki knjaz) en la era imperial.


El Gran Príncipe (luego Gran Duque) Vladimir Aleksandrovich Romanov, hijo del Zar Alejandro II, hermano del Zar Alejandro III y tío del Zar Nicolás II.


Grandes Duques bizantinos

El título latino dux (la ruta etimológica de duque), el cual fue fonéticamente dictado δουξ en griego, fue un título común para generales imperiales en los tardíos Imperios Romanos (oeste y este), pero era inferior en rango que comes (la ruta etimológica de conde). En el Imperio Bizantino, un dux ocupaba un rango justo por debajo de un strategos, esto es, el comandante en jefe y supremo de un cuerpo militar terrestre.

Bajo el último, exclusivamente bizantino sistema de themata, el comandante de una thema era a menudo tratado como un dux. El título de Gran Duque (megas doux) fue creado por Alexios I Komnenos y fue conferido al almirante al mando de la armada bizantina. El título permaneció en uso hasta el fin del imperio, época en que el cargo se había convertido en un virtual ministro principal, liderando tanto la administración civil como militar.


Megas doux Alexios Apokaukos (1341). Durante el gobierno imperial de la dinastía Paleólogo, el megaduque se convirtió en primer ministro del emperador, pasando por encima de toda la burocracia bizantina. 


Grandes Duques rusos

Gran Duque es la tradicional traducción del título Velikiy Knjaz (Великий Князь), el cual desde el siglo XI fue primero el título del Príncipe del Kievan Rus’, luego de varios príncipes del Rus’. Desde 1328 el Velikiy Kniaz de Moscovia apareció como el gran duque para “todas las Rusias” hasta que Iván IV de Rusia en 1547 fue coronado como Zar. Después de eso el título les fue dado a hijos y nietos (a través de las líneas masculinas) de los Zares y Emperadores de Rusia. Las hijas y nietas paternas de los emperadores rusos, así como las consortes de los grandes duques rusos, eran generalmente llamadas “grandes duquesas”.

Desde 1809 a 1917 el Emperador de Rusia era también el Gran Duque de Finlandia, el cual mantuvo como un estado autónomo. Antes de la conquista rusa, Finlandia había sido sostenida por los reyes suecos, primero como un ducado real, desde 1581 con el rey asumiendo el título secundario de Gran Príncipe de Finlandia (en finlandés: Suomen suuriruhtinas, en sueco: Storfurste av Finland), también traducido como Gran Duque de Finlandia.


El Gran Príncipe de Kiev


Estilos y formas de tratamiento

Muy a menudo, un gran duque reinante y en algunas familias también un gran duque hereditario, era tratado como “Alteza Real”. Otros miembros jóvenes generalmente llevaban el tratamiento menor de “Alteza Gran Ducal”. Por ejemplo, antes de su matrimonio, la Emperatriz Alexandra de Rusia era conocida como “Su Alteza Gran Ducal Princesa Alix de Hesse y del Rhin” (Ihre Großherzogliche Hoheit Alix Prinzessin von Hessen und bei Rhein).

La familia gran ducal de Luxemburgo, no obstante, trataba a todos sus miembros como “Altezas Reales” desde 1919; esto es debido al hecho que eran miembros menores de la Casa Real y Ducal de Borbón-Parma, como descendientes en línea masculina del Príncipe Félix de Borbón-Parma.

Históricamente, grandes duques y grandes duquesas de Rusia eran tratados como “Altezas Imperiales”, al ser miembros de la familia imperial rusa.


Comunicado de la Corte de Luxemburgo: “Sus Altezas Reales el Gran Duque y la Gran Duquesa tienen la gran alegría de anunciar el compromiso de su hijo, Su Alteza Real Príncipe Guillermo, el Gran Duque Heredero, con la condesa Estefanía de Lannoy. Palacio, 26 de abril 2012”





jueves, 17 de diciembre de 2009

La nobleza brasileña: el Imperio

A principios del siglo XIX se produjo un gran accidente histórico que marcó una época decisiva, de considerable transformación en la vida social y política de la nobleza territorial de Brasil.

El período de bucólica tranquilidad que estaba viviendo la aristocracia local cesó por un inesperado efecto de las grandes guerras y revoluciones que sacudían a Europa desde hacía ya veinte años: la llegada de Don Juan, príncipe regente de Portugal, rodeado de toda una corte. El regente usaba el título de Príncipe de Brasil concedido por el rey Juan IV.

Don Juan, Príncipe de Brasil, luego Rey de Portugal, Brasil y las Algarves (1767-1826)

El patriciado rural inicia entonces un movimiento generalizado hacia Río de Janeiro, donde se halla la cabeza del nuevo reino. En ese flamante “Versailles tropical” se enfrentan, entonces, los nobles de la tierra, opulentos en ingenios y haciendas, con su histórico desdén por los mercaderes enriquecidos; los comerciantes, conscientes de su fuerza y riqueza, susceptibilizados por ese desdén ofensivo y los hidalgos lusitanos emigrados, con la arrogancia de sus linajes sobre los hombros y la actitud.

La elevación de Brasil en 1815 al estatus de reino, como Reino Unido de Portugal, Brasil y las Algarves, llevó a la creación de los primeros títulos nobiliarios brasileños. Con la independencia de Brasil del reino de Portugal en 1822, el Imperio de Brasil estableció su propia nobleza, que estaba constituida por los títulos de Duque, Marqués, Conde, Vizconde y Barón y por órdenes honoríficas, condecoraciones y medallas. Entre 1831 y 1840 hubo nominaciones a los títulos y honores de acuerdo al Derecho de Regencia, una corrección constitucional aprobada durante el Período Provisional de Regencia.

Estandarte personal del rey Pedro IV de Portugal (emperador Pedro I de Brasil)

Este Imperio que nace en 1822 es democrático no sólo en el rótulo. Tanto es así que al organizar su nobleza, no la hizo hereditaria, condición de perpetuidad. Se tenía la idea de que los títulos de los antepasados no debían de ningún modo beneficiar a sus respectivos descendientes. Así, la Constitución imperial de 1824 no reconocía los privilegios de nacimiento, sólo se premiaría méritos individuales.

Al ser un mero premio, el título de nobleza no podía conferir jurisdicción específica sobre ninguna parte del territorio nacional y menos aún sobre las tierras de las cuales el agraciado fuese propietario. Esto reflejaba la influencia del individualismo y del liberalismo que sopló a todo lo largo del siglo XIX tanto en Europa como en América.


Domitila de Castro Canto e Melo, Baronesa (1824), Vizcondesa (1825) y luego Marquesa (1826) de Santos

Los títulos nobiliarios eran un signo de poder político entre la élite. Algunos de aquellos nobles eran directos descendientes de la aristocracia portuguesa e incluso de la alta nobleza, especialmente las familias que arribaron en las primeras centurias de la colonización a Bahía, Sergipe, Pernambuco, Río de Janeiro y São Paulo.


Nobleza brasileña en 1869

* Duques 1
* Marqueses 11
* Condes 11
* Vizcondes 36
* Barones 180

Total 239

Entre la nobleza titulada del Imperio se encuentran casos en los que padre e hijo recibían el mismo título; o a veces el título tenía una denominación diferente, aunque se refiriera al mismo toponímico o apellido. Eso no significaba, sin embargo, que éste fuera hereditario, sino que había sido conferido con carácter personal a padre e hijo como recompensa a los méritos individuales de cada uno.

Ejemplo de ello es el Vizconde de Rio Branco, Primer Ministro del Imperio en 1871 y su hijo, el célebre Barón de Rio Branco, diplomático de consumado valor que se destacó por la elaboración de los tratados que establecieron las fronteras brasileñas. El Barón de Rio Branco actuó como Ministro de Asuntos Exteriores del régimen republicano durante la primera década del siglo XX pero antes aún de que cayera la monarquía, el emperador le concedió el título de Barón “do Rio Branco”, sin duda por complacer a su padre.

El Barón de Rio Branco (1889)

Cuando el título estaba relacionado con un determinado lugar –Vizconde de Ouro Preto, Marqués de Paranaguá-, los descendientes de un cierto número de titulados del Imperio adoptaron, en lugar de su apellido, el nombre del lugar con el que el título estaba relacionado (de Ouro Preto, de Paranaguá) sin usar el título propiamente dicho. Este procedimiento, que tal vez no fuera estrictamente legal, tampoco suponía que el título fuese hereditario.

La repercusión de estos títulos en la “nobleza de la tierra” fue casi nula. Cuando a un noble de la tierra se le confería un título de nobleza del Imperio, tan vacío de contenido histórico, tenía un alcance poco mayor que el de una mera condecoración. Podía realzar al agraciado dentro de su clase, pero este efecto era mucho menos fuerte que los derivados de la concesión del título de Señor de la tierra por los Reyes de Portugal. Esto ocurrió en mayor medida con los emperadores Pedro I y Pedro II, quienes no se limitaron a conferir títulos nobiliarios a los señores de la tierra, sino a personas de cualquier nivel social, siempre que los considerasen merecedores de dicha distinción por los servicios prestados al país.

Palacio imperial de Petrópolis, residencia de verano de Pedro II


Con la proclamación de la república de Brasil, en 1889, la nobleza brasileña se extinguió. También fue prohibido, bajo pena de acusación de alta traición y la suspensión de los derechos políticos, aceptar títulos nobiliarios y condecoraciones extranjeras sin el propio permiso del Estado. Particularmente, los nobles de gran distinción, por respeto y tradición, fueron autorizados a usar sus títulos durante el régimen republicano: un bien conocido ejemplo es el antes dicho Barón de Río Branco.

Nobles destacados

  • Domitila de Castro do Canto e Melo, Marquesa de Santos
  • José Maria da Silva Paranhos Júnior, Barón de Rio Branco
  • Luís Alves de Lima e Silva, Duque de Caxias
  • Manuel Luís Osório, Marqués de Erval
  • Manuel Marques de Sousa, Conde de Porto Alegre
  • Honório Hermeto Carneiro Leão, Marqués de Paraná
  • João Lustosa da Cunha Paranaguá, Barón de Paranaguá
  • Afonso Celso de Assis Figueiredo, Vizconde de Ouro Preto

lunes, 30 de noviembre de 2009

Casa de Sajonia-Coburgo-Gotha

El Ducado de Sajonia-Coburgo-Gotha se hallaba situado en el actual estado de alemán de Turingia, perteneciente a los Ducados Ernestinos, llamados así pues eran gobernados por duques de la línea Ernestina de la casa sajona de los Wettin.

En 1825 se extingue con Federico IV de Sajonia-Altenburg la casa ducal de Gotha-Altenburgo produciéndose una reestructuración de los ducados. Federico de Sajonia-Hildburghausen es nombrado duque de Sajonia-Altenburgo, Bernardo II de Sajonia-Meiningen une los ducados de Sajonia-Meiningen y Sajonia-Hildbughausen y además añade Sajonia-Saalfeld. Por último Ernesto de Sajonia-Coburgo-Saalfeld unifica por unión personal los ducados de Sajonia-Gotha y Sajonia-Coburgo, convirtiéndose en Ernesto I de Sajonia-Coburgo-Gotha, aunque los ducados permanecían técnicamente separados, también desde 1816 había recibido el Principado de Lichtenberg en el Sarre, aunque lo vendió a Prusia en 1834 por 80.000 talerns.


La casa de Sajonia-Coburgo-Gotha con una hábil política dinástica se convierte durante en siglo XIX en la casa reinante de Bélgica, Reino Unido, Portugal y Bulgaria.


Su Alteza Real El Príncipe Consorte Albert, la Princesa Real Victoria y su mascota Eos


El hermano pequeño de Ernesto, el príncipe Sajonia-Coburgo-Gotha, Leopoldo, se casa primero con Carlota Augusta de Hannover, única hija de Jorge IV del Reino Unido, quien muere muy joven al dar a luz a su primer hijo. En 1831 sin embargo es elegido Rey de los Belgas. Se casa de nuevo en 1832 con Luisa María de Orleans, hija de Luis Felipe, rey de Francia y sus descendientes formaron la casa real de Bélgica, línea que permanece actualmente.


El primer hijo de Ernesto I, Ernesto II, recibe el ducado, pero el segundo hijo, Alberto, se casa en 1840 con la reina Victoria del Reino Unido que había sucedido a su tío Guillermo IV en 1837. De esta forma se convierte en Príncipe consorte y Alteza Real de Inglaterra. Sus descendientes reinan en el Reino Unido hasta el presente, aunque en 1917 cambiaron el nombre de la dinastía por el de Windsor, pues el nombre alemán sonaba antipatriótico durante la I Guerra Mundial.


Un sobrino de Ernesto I, Fernando de Sajonia-Coburgo-Gotha hijo de Fernando, se convirtió en Rey consorte al casarse con la reina María II de Portugal, sus descendientes reinaron en Portugal hasta que la revolución de 1910 proclamó la república.


Fernando II de Portugal, nacido Príncipe Fernando Augusto Francisco Antonio de Sajonia-Coburgo-Gotha-Koháry (1816-1885)


Otro hijo de Fernando, Augusto Luis de Sajonia Coburgo-Gotha y sobrino de Ernesto I se casa con Clementina de Orleans (hija también de Luis Felipe). Su quinto hijo Fernando es elegido en 1887 príncipe de Bulgaria, en 1908 se autoproclama Zar de los Búlgaros, sin embargo cuando en 1918 sus tropas le abandonan y se pasan al bando aliado, Fernando abdica y se vuelve a Coburgo, dejando a su hijo Boris III el trono.


De este modo los duques de Sajonia-Coburgo-Gotha estaban emparentados con las casa reales de media Europa. El sucesor de Ernesto II es su sobrino Alfredo, hijo de Alberto y la reina Victoria del Reino Unido, que además poseía los títulos de Príncipe de Gran Bretaña e Irlanda, Duque de Edimburgo, etc. A éste le sucede otro sobrino, Carlos Eduardo, Duque de Albany, Príncipe de Gran Bretaña e Irlanda, aunque los primeros años es regente el príncipe Ernesto de Hohenlohe-Langenburg. En 1918 con la caída del II Reich, la dinastía también cayó, aunque el hijo de Carlos Eduardo, Juan Leopoldo de Sajonia-Coburgo-Gotha, reclamó sus derechos. Gotha se convirtió en un estado libre que luego se unió al estado de Turingia el 1 de mayo de 1920 y Coburgo fue unida a Baviera.


Su Alteza Real El Príncipe Alfred, Duque de Sajonia-Coburgo-Gotha (1844-1900)


Duques de Sajonia-Coburgo-Gotha


  • Ernesto I (1826-1844)

  • Ernesto II (1844-1893)

  • Alfredo (1893-1900)

  • Regencia de Ernesto de Hohenlohe-Langenburg (1900-1905)

  • Carlos Eduardo (1900-1918)

Casas Reales Sajonia-Coburgo-Gotha


Bélgica

  • Leopoldo I (1831-1865)

  • Leopoldo II (1865-1909)

  • Alberto I (1909-1934)

  • Leopoldo III (1934-1951)

  • Balduino (1951-1993)

  • Alberto II (1993- )

Portugal

  • Fernando II (1826-1853)

  • Pedro V (1853-1861)

  • Luis I (1861-1889)

  • Carlos I (1889-1908)

  • Manuel II (1908-1910)




Bulgaria


  • Fernando I (1887-1918)

  • Boris III (1918-1943)

  • Simeón II (1943-1946)




Gran Bretaña e Irlanda

  • Alberto Príncipe consorte (1840-1861)
  • Eduardo VII (1901-1910)

  • Jorge V (1910-1936)

  • Eduardo VIII (1936)

  • Jorge VI (1936-1952)

  • Isabel II (1952- )

sábado, 26 de septiembre de 2009

El imperio de Brasil

El primer Reino de Brasil (1822-1831) fue un período marcado por conflictos de intereses en formación de la sociedad postcolonial. De un lado, estaban aquellos que pretendían mantener las bases socioeconómicas vigentes, los que presionaban al Emperador para que mantuviera el régimen de esclavitud en abierta oposición a los intereses británicos: el reconocimiento del Imperio de Brasil de parte de Inglaterra estuvo condicionado a un tratado de 1825 que mantuvo privilegios comerciales y prometía la extinción del tráfico de esclavos hasta 1830. Por otro lado, Don Pedro I pretendió extender y reforzar su propio poder con la constitución de 1824: el poder moderador exclusivo del Emperador. Su política autoritaria sufrió fuerte oposición (prensa y algunos diputados).


Al regresar a Portugal, por cuenta de la Revolución Liberal de 1820 (el Porto), Don Juan VI nombra a su hijo Príncipe Regente del Reino de Brasil. En 1822 D. Pedro recibe instrucciones de regresar pronto a Portugal, pero se rehúsa a dejar el país ("dia do fico"). El 7 de septiembre de 1822, el Príncipe D. Pedro, heredero de la Corona Portuguesa, proclama la Independencia de Brasil y se convierte en su primer monarca. A partir de esta fecha Brasil vive 67 años de monarquía. En 1823 se realizan comicios para elegir la asamblea constituyente que redactaría la primera constitución del Imperio de Brasil. Pero en 1824 D. Pedro I otorga la constitución definitiva del Imperio. En 1831, después de conflictos internos, Pedro I abdica el trono brasileño a favor de su hijo Pedro de Alcántara.


Brasil pasa por un período de regencia hasta 1840, cuando se inicia el ciclo de Pedro II que dura hasta 1889. El final de este período es marcado por fuertes rebeliones republicanas y por la campaña abolicionista. Se produce la Proclamación de la República el 15 de noviembre de 1889.


Pedro I de Brasil y IV de Portugal (1798-1834) proclamó Brasil independiente de Portugal y se convirtió en el primer emperador de Brasil. Ostentó el trono portugués durante un breve periodo de tiempo con el nombre de Pedro IV, apodado El Rey Soldado. Su padre era el rey Juan VI y su madre la infanta Carlota Joaquina de Borbón, hija del rey Carlos IV de España. Su nombre completo era Pedro de Alcântara Francisco António João Carlos Xavier de Paula Miguel Rafael Joaquim José Gonzaga Pascoal Cipriano Serafim de Bragança y Borbón.



Pedro I, Emperador (1798-1834)


Casó dos veces, primero en 1817 con la archiduquesa Leopoldina de Austria, hija del emperador Francisco I (con quien tuvo a sus hijos Maria da Gloria, Princesa do Grão-Pará y futura Reina de Portugal con el nombre de María II, Januaria, Francisca, Amelia y Pedro de Alcántara, futuro Emperador del Brasil con el nombre de Pedro II) y luego en 1829 con Amelia de Beauharnais, princesa de Leuchtenberg, hija de Eugène de Beauharnais y nieta de la emperatriz Josefina. De este matrimonio tuvo una sola hija (Amelia, Princesa de Brasil), quien murió en plena juventud.


Leopoldina, Archiduquesa de Austria (1797-1826)


Su padre le concedió el antiguo título de Príncipe de Brasil. Proclamada la independencia de este país en 1822, asumió el título de Emperador en lugar de rey, tanto para remarcar la diversidad entre las diferentes provincias brasileñas como para emular a Napoleón que unió la idea del Imperio con la Revolución Francesa y la modernidad.



Amélie de Beauharnais, Princesa de Leuchtenberg (1812-1873)


Pedro II de Brasil, "El Magnánimo" (1825- 1891), se llamaba realmente Pedro de Alcántara Juan Carlos Leopoldo Salvador Bibiano Francisco Javier de Paula Leocadio Miguel Gabriel Rafael Gonzaga de Borbón Bragança y Habsburgo, y fue el segundo y último emperador de Brasil, de 1831 a 1889.


Pedro II, Emperador (1825-1891)



Primogénito de Pedro I y de su primera esposa, Doña Leopoldina, sucedió a su padre, que abdica en su favor en 1831 para asumir la corona de Portugal. Pedro II tenía entonces cinco años, por lo que se estableció en Brasil un gobierno provisional llamado Periodo de la Regencia, hasta que alcanzara la mayoría de edad. Este período fue bastante inestable para la sociedad brasileña y terminó en 1841, cuando con apenas 15 años de edad es coronado emperador de Brasil (se le declaró mayor de edad en julio de 1840). Pedro II se casó en 1842 con la princesa Teresa Cristina de Borbón-Dos Sicilias, con quien tuvo cuatro hijos, príncipes imperiales de Brasil: Alfonso, Isabel I (casada con Gastón de Orléans, Conde d’Eu), Leopoldina (casada con Augusto de Sajonia-Coburgo-Gotha) y Pedro, Príncipe de Grão-Pará.


Teresa, Princesa de Borbón Dos-Sicilias (1822-1889)


Pedro II fue depuesto de forma pacífica en 1889, mediante un golpe militar encabezado por el Mariscal Deodoro Da Fonseca, que sería más tarde el primer presidente republicano brasileño El ex-emperador y su familia se exilió inicialmente en Portugal y luego en Francia. Falleció en París en 1891 y su hija Isabel asumió la jefatura de la Casa Imperial de Brasil.



Isabel Cristina Leopoldina Augusta Micaela Gabriela Rafaela Gonzaga de Braganza y Borbón (1846-1921), Princesa Imperial del Brasil, era hija de Pedro II de Brasil y de Doña María Cristina. Como su hija mayor y heredera al trono, asumió tres veces (1871, 1875 y 1887) la regencia del imperio durante los viajes de su padre. Es conocida como “La Redentora” porque en uno de ellos abolió la esclavitud en el Brasil, lo que enfrentó a la familia imperial con los poderosos terratenientes esclavistas. Por este motivo fue condecorada con la Rosa de Oro por el Papa León XIII.


Isabel, Princesa Imperial de Brasil (1846-1921)


Se casó con Gastón de Orleáns, Conde d’Eu, nieto del rey de los Franceses Luis Felipe y tuvo cuatro hijos (Luisa Victoria, Pedro de Alcántara, Luis Felipe y Antonio Gastón de Orleáns-Braganza). Con la proclamación de la República en Brasil, se exilió en Francia. A su muerte los derechos sucesorios del trono de Brasil pasaron a su nieto Pedro Enrique de Orleáns-Braganza.


Gaston d'Orléans, Conde d'Eu (1842-1922)


Don Pedro de Alcántara Luis Felipe María Gastón Miguel Gabriel Rafael Gonzaga de Orleáns y Braganza (1875-1940) era el hijo primogénito de Doña Isabel de Braganza y del Conde d’Eu. Entre 1891 y 1904 ostentó el título de Príncipe de Grão-Pará (heredero del Imperio del Brasil). Cuando se proclamó la República en Brasil tenía sólo 14 años de edad. En su exilio se estableció con su familia en el Castillo de Eu, en Normandía, Francia. En 1908 contrae matrimonio en la ciudad de Versalles con la condesa checoslovaca Elisabeth Dobrzensky de Dobrzenicz, proveniente de una antigua familia noble de Bohemia.



Pedro d'Orléans-Bragança, Príncipe de Grão-Pará (1875-1940)

Doña Isabel exigió la renuncia de su hijo a los derechos hereditarios, pues este matrimonio no cumplía con las expectativas que correspondía a un príncipe imperial, y consideraba a la familia de Isabel de bajo rango. El 30 de octubre hace lo solicitado por su madre, renunciando a sus derechos y los de su descendencia.

Elisabeth Dobrzensky de Dobrzenicz (1875-1951)

De su matrimonio nacieron 5 hijos (Isabel, Pedro Gastón, María Francisca, Juan María y Teresa María) que emparentaron con los Borbones franceses y españoles y los Braganza de Portugal. Volvió a Brasil en la década de 1930, estableciéndose en el Palacio de Grão-Pará, en Petrópolis.

viernes, 31 de julio de 2009

El Infante

Infante es un título de realeza que se otorga en España –y, antes de la abolición de la monarquía, en Portugal- a los hijos del monarca que no tengan la condición de Príncipe o Princesa de Asturias. También se les titula así a los nietos reales, hijos de los Príncipes de Asturias. La “infantería” fue en sus orígenes la tropa que custodiaba al infante, o también la tropa que este último comandaba. Posteriormente se llamó así al soldado de a pie, en contraposición al soldado de a caballo.
Philippe, conde de Poitiers, Infante de Francia,
futuro Philippe V « Le Long » de Francia (1292-1322)

En el caso de la Corona de Francia, los hijos segundones de los reyes eran titulados Enfants de France ("Infantes de Francia") o Fils de France ("Hijos de Francia"), y los hijos de éstos recibían el tratamiento de "Petits-Fils de France" (Nietos de Francia) en su calidad de nietos del rey por línea paterna exclusivamente.

Infante como título real

En España, al contrario de lo que sucede en otras monarquías, sólo tiene el título de Príncipe el heredero, y que recibe por ello el Principado de Asturias y demás Principados asociados al Heredero de la Corona española (los de Viana y Gerona). Reciben el título de Infantes el resto de los hijos de los Reyes de España y los vástagos de los Príncipes de Asturias.


Por otro lado, la legislación española le permite al monarca conceder dicho título, a su discreción y de forma excepcional, a personas dignos de tal merecimiento. De esta manera, el título de Infante le ha sido concedido a Carlos de Borbón-Dos Sicilias y Borbón-Parma, Duque de Calabria y primo del Rey Juan Carlos I, que es el primero en la línea de sucesión al trono español después de la familia directa del Rey.


A pesar de lo dicho, también se reserva el título de Príncipe para el consorte de una Reina de España que reine por derecho propio (Príncipe Consorte). Hubo excepción en el caso del marido y consorte de la reina Isabel II, Francisco de Asís de Borbón, duque de Cádiz, que recibió el tratamiento de "Su Majestad el Rey titular de España" (o rey consorte), y que por su nacimiento, a pesar de ser nieto de Carlos IV, no era Infante de España ni tenía tratamiento de "Alteza Real".


Entre otras distinciones, los Infantes tienen derecho a ser enterrados en el Monasterio de El Escorial, en el Panteón de Infantes. Los hijos de los Infantes reciben el tratamiento y honores de Grandes de España, excepto los hijos de los Príncipes de Asturias, que reciben el título de Infantes.


Tampoco son Infantes los maridos de las Infantas, actualmente Elena y Cristina, Jaime de Marichalar e Iñaki Urdangarín, que reciben el tratamiento de "Excelentísimos Señores", además de los correspondientes títulos de Duque Consorte de Lugo y Duque Consorte de Palma de Mallorca a título vitalicio (no transmisible a sus hijos) mientras sigan siendo consortes de las Infantas o permanezcan viudos.

Don José de Braganza y Habsburgo, Infante de Portugal, futuro José I de Portugal « el Reformador » (1714-1777)

Historia


En las monarquías hispánicas medievales -castellana, navarra o aragonesa- todos los hijos e hijas de los reyes, incluidos los primogénitos, recibían el título de infantes o infantas. Sin embargo, a fines del siglo XIV, Juan I de Castilla, hijo y sucesor de Enrique II de Trastámara, al casar a su hijo primogénito, el infante Enrique —futuro Enrique III— con Catalina de Lancaster, nieta del destronado y asesinado Pedro el Cruel, creó el título de Príncipes de Asturias para la pareja, que en lo sucesivo fue otorgado a los herederos de la Corona, fuese cual fuese el sexo de éstos. Por nacimiento, los hijos primogénitos de los reyes nacían infantes como sus hermanos, pero era en el momento de su designación como herederos por las Cortes cuando se convertían en Príncipes de Asturias.


Lo mismo pasó en Navarra, cuando Carlos III "el Noble" creó para su nieto, el infante Carlos, hijo de su hija Blanca y del futuro Juan II de Aragón, el título de Principe de Viana, con la idea de que dicho título fuese transmitido a los herederos de la Corona Navarra. Pero al ser conquistada Navarra por Fernando el Católico en 1512, el título del heredero de Navarra fue asumido por el heredero de Castilla y Aragón, aunque los Albret desterrados continuaron usando el título para sus herederos.


Tres generaciones de infantas de España


S.S.A.A.RR. Doña Leonor y Doña Sofía de Borbón Ortiz, Infantas de España, hijas de S.A.R. Don Felipe de Borbón y Grecia, Príncipe de Asturias


S.A.R. Doña Cristina de Borbón y Grecia, Infanta de España y Duquesa de Palma de Mallorca, hija de S.M. Don Juan Carlos I de Borbón y Borbón


S.A.R. Doña Margarita de Borbón y Borbón-Dos Sicilias, Infanta de España y Duquesa de Soria, hija de S.A.R. Don Juan de Borbón, Conde de Barcelona