En el caso de la Corona de Francia, los hijos segundones de los reyes eran titulados Enfants de France ("Infantes de Francia") o Fils de France ("Hijos de Francia"), y los hijos de éstos recibían el tratamiento de "Petits-Fils de France" (Nietos de Francia) en su calidad de nietos del rey por línea paterna exclusivamente.
Entre otras distinciones, los Infantes tienen derecho a ser enterrados en el Monasterio de El Escorial, en el Panteón de Infantes. Los hijos de los Infantes reciben el tratamiento y honores de Grandes de España, excepto los hijos de los Príncipes de Asturias, que reciben el título de Infantes.
Tampoco son Infantes los maridos de las Infantas, actualmente Elena y Cristina, Jaime de Marichalar e Iñaki Urdangarín, que reciben el tratamiento de "Excelentísimos Señores", además de los correspondientes títulos de Duque Consorte de Lugo y Duque Consorte de Palma de Mallorca a título vitalicio (no transmisible a sus hijos) mientras sigan siendo consortes de las Infantas o permanezcan viudos.
Don José de Braganza y Habsburgo, Infante de Portugal, futuro José I de Portugal « el Reformador » (1714-1777)
En las monarquías hispánicas medievales -castellana, navarra o aragonesa- todos los hijos e hijas de los reyes, incluidos los primogénitos, recibían el título de infantes o infantas. Sin embargo, a fines del siglo XIV, Juan I de Castilla, hijo y sucesor de Enrique II de Trastámara, al casar a su hijo primogénito, el infante Enrique —futuro Enrique III— con Catalina de Lancaster, nieta del destronado y asesinado Pedro el Cruel, creó el título de Príncipes de Asturias para la pareja, que en lo sucesivo fue otorgado a los herederos de la Corona, fuese cual fuese el sexo de éstos. Por nacimiento, los hijos primogénitos de los reyes nacían infantes como sus hermanos, pero era en el momento de su designación como herederos por las Cortes cuando se convertían en Príncipes de Asturias.
Lo mismo pasó en Navarra, cuando Carlos III "el Noble" creó para su nieto, el infante Carlos, hijo de su hija Blanca y del futuro Juan II de Aragón, el título de Principe de Viana, con la idea de que dicho título fuese transmitido a los herederos de la Corona Navarra. Pero al ser conquistada Navarra por Fernando el Católico en 1512, el título del heredero de Navarra fue asumido por el heredero de Castilla y Aragón, aunque los Albret desterrados continuaron usando el título para sus herederos.
Tres generaciones de infantas de España
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