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viernes, 6 de julio de 2012

Princeps, el origen del nombre


Princeps es una palabra latina que significa “primero en el tiempo o el orden; el primero, el jefe, el más eminente, distinguido o noble; el primer hombre, primera persona”. El significado literal es "el que toma primero", de primus (primero) y ceps, que deriva de la raíz capere  (tomar, apoderarse).

Princeps es la raíz y la representación latina de palabras modernas tales como el título inglés y  término genérico prince, así como la versión bizantina del derecho romano fue la base de la terminología jurídica desarrollada en la Europa feudal (y más tarde absolutista).

Antigua Roma

La palabra traducida como “Primer Ciudadano” era un título oficial para el Emperador Romano como determinante del liderazgo de Roma a comienzos del Imperio. Derivaba del Princeps Senatus (esto es, primus inter pares del Senado), quien era el primer miembro en precedencia del Senado Romano. Le fue dado como título especial a  Octavio Augusto (Caesar Augustus) en el 28 a.C. en reconocimiento de su poder y prestigio político. 

Augusto veía con circunspección que el uso de los títulos Rex o Dictator crearía resentimiento entre los senadores y otros hombres influyentes, los cuales habían demostrado antes su desaprobación mediante su apoyo al asesinato de Julio César. Mientras Augusto tenía supremacía política y militar, necesitaba la asistencia de sus compañeros romanos para dirigir el Imperio. En su Res Gestae, el emperador reclama auctoritas (poder de mando) para el princeps (sí mismo).

Este título no pasó a institucionalizarse para transmitirse a los sucesores, a diferencia de otros títulos, tales como Imperator, Caesar, Augustus, Pater Patriae, o Tribunicio Potestate y más tarde Dominus (Señor) y Basileus (la palabra griega para Soberano).



Caesar Augustus, princeps imperator


El Emperador Diocleciano (285-305), padre de la Tetrarquía, fue el primero en dejar de referirse a sí mismo como princeps en conjunto, auto-denominándose dominus ("señor, maestro"), aparentando que el emperador no era verdaderamente un oficio monárquico. El período en que gobernaban los emperadores que se llamaban Princeps –desde Augusto a Diocleciano- es llamado el “Principado”, mientras que bajo Diocleciano comenzó el “Dominado”, en el que la titulación imperial comenzaba con las palabras Dominus noster, “Nuestro señor”.

Cambiando el concepto de emperador de las formalidades republicanas de los primeros tres siglos del Imperio, Diocleciano introdujo un nuevo sistema de reinado, manifestando abiertamente la cruda realidad del poder imperial y adoptando un estilo de gobierno helenístico.

La antigua Roma conoció otro tipo de título principesco: el de princeps juventutis (“el primero entre los jóvenes”), que en el imperio temprano era frecuentemente otorgado a sucesores elegibles del emperador, especialmente entre su familia. Los primeros en ostentarlo fueron los hijos adoptivos de Augusto, Cayo y Lucio.



Gaius Caesar, princeps juventutis


En la administración romana se conoce como Princeps officii a los jefes de los officium (el personal oficial de un dignatario de Roma). Princeps también fue utilizado como título para cargos militares, como los Decurio  princeps (oficial de caballería de las unidades montadas auxiliares del ejército romano), Princeps peregrinorum ("comandante de los extranjeros"): centurión a cargo de las tropas "castra peregrina" (no-itálicas), Princeps praetorii (centurión comandante de la base militar o fuerte), Princeps ordinarius vexillationis (centurión al comando de un vexillatio), Princeps prior (centurión comandante de un manipulus o unidad de dos centurias) y Princeps posterior (diputado del Princeps prior).

Princeps senatus

Como quedó dicho, el princeps senatus era el primer miembro en precedencia del Senado. Aunque oficialmente fuera del cursus honorum (las magistraturas romanas) y sin poseer imperium (esto es, sin autoridad para ejercer poder militar), este cargo traía enorme prestigio al senador que lo portara.


SPQR, siglas de la expresión latina Senatus Populusque Romanus, “”El Senado y el pueblo de Roma”, lema oficial durante la República y el Imperio. Estas letras  figuraban en el estandarte de las legiones romanas hasta la adopción del Labarum (Chi – Rho) por Constantino en el 313 de la era cristiana. Hoy es la divisa de la ciudad de Roma.


El princeps senatus no era un nombramiento de por vida. Era elegido por cada nuevo par de censores (es decir, cada 5 años). Los censores podrían, sin embargo, confirmar un princeps senatus durante un período de otros 5 años. Era seleccionado entre senadores patricios con rango consular, por lo general antiguos censores. El candidato tenía que ser un patricio con impecable historial político, respetado por sus colegas senadores.

El oficio fue establecido en torno al año 275 a. C. Originalmente, la posición del princeps era de honor: tenía el privilegio de hablar primero sobre el tema presentado por el magistrado presidente. Esto daba a la posición gran dignitas, ya que permitía a los princeps establecer el tono del debate en el Senado. En la República tardía y en el Principado, el oficio obtuvo las prerrogativas de los magistrados presidentes y poderes adicionales, a saber:

§ Convocar y levantar la sesión del Senado
§ Decidir su orden del día
§ Decidir dónde la sesión debía tener lugar
§ Imponer el orden y demás normas de la sesión
§ Reunirse, en nombre del Senado, con las embajadas de países extranjeros
§ Escribir, en nombre del Senado, cartas y despachos




Quosque tandem abutere, Catilina, patientia nostra? (“Hasta cuándo abusarás de nuestra paciencia, Catilina?") El cónsul Cicerón interpela a Lucio Sergio Catilina en pleno Senado.


En el año 80 a. C., se cree que el estatus y la función del cargo fueron cambiados por las reformas constitucionales de Lucio Cornelio Sila. Aunque el término se mantuvo, reflejando el senador que fue nombrado primero en la lista  del Senado promulgado por los censores, las prerrogativas del oficio fueron restringidas. En particular, el honor de hablar por primera vez en cualquier tema debatido en el Senado, una medida de su influencia política, fue retirado de ellos y trasladado al cónsul designado.

Después de la caída de la república romana, el princeps senatus era el emperador de Roma. Sin embargo, durante la Crisis del Siglo III, algunos otros ocuparon el cargo, el futuro emperador Valeriano lo tuvo en el 238, durante los reinados de Maximino el Tracio y Gordiano I.


Un destacado princeps senatus

Publius Cornelius Scipio Africanus, también conocido como Escipión Africano, el Mayor y el Grande, fue un importante político de la República romana que sirvió como general durante la Segunda Guerra Púnica.

Su fama se debe a que fue el único general romano que pudo derrotar a Aníbal, en la batalla de Zama (202 a. C.), victoria que le valió añadir su agnomen, Africano. El hecho de que el pueblo romano le apodara Aníbal Romano demuestra que fue uno de los mejores generales de la Edad Antigua, y el más destacado de la historia de la Antigua Roma antes de Cayo Mario, Cneo Pompeyo Magno y Julio César.


Escipión Africano


Es descrito por las fuentes antiguas como un hombre de carácter benévolo, de ideología liberal, afable y magnánimo. Su genio militar se debió a la perspicacia y al ingenio, esparciendo además entre sus legiones, en varias ocasiones, la idea de que actuaba bajo la protección de los dioses del panteón romano.

Tras celebrar sus triunfos sobre Cartago, con 35 años, Escipión ocupó un puesto en el Senado de Roma. En 199 a. C., Escipión fue elegido censor con Publio Elio Peto y fue electo cónsul por segunda vez en 194 a. C. con Tiberio Sempronio Longo. Al mismo tiempo, los censores le confieren el título de princeps senatus en el año 190 a. C.

Escipión fue testigo en el senado del recrudecimiento de los conflictos externos que amenazaban a la república. Sus últimos años fueron amargados por los continuos ataques de sus enemigos. Él y su hermano Lucio fueron acusados de haber recibido sobornos de Antíoco, rey de Siria, para tratar al monarca con poco rigor y de haberse apropiado de una parte del dinero que había pagado Antíoco al estado romano.

La Clemencia de Escipión. Muestra su devolución de una joven prisionera a su prometido, habiendo rehusado aceptarla como trofeo de guerra de parte de sus tropas.


Escipión se retiró a su casa de campo en Liternum y no regresó a Roma. Nunca se sometería a las leyes del Estado, y por lo tanto decidió expatriarse para siempre. Al morir se dice que había pedido que su cuerpo fuera enterrado allí, y no en su país ingrato. Su requerimiento fue atendido: su tumba aún existía en Liternum en el tiempo de Tito Livio.

miércoles, 4 de julio de 2012

Príncipe: rangos y títulos


Príncipe es un término general para un gobernante, monarca o miembro de la familia de un monarca y es un título hereditario en la nobleza de ciertos Estados europeos. La palabra inglesa prince deriva, vía el francés prince, del sustantivo latino princeps, de primus (primero) + capio (apoderarse), significando “el jefe, el más distinguido gobernante”.



Príncipes herederos de Europa


En italiano Principe, en francés Prince, en alemán Prinz (hijo de un rey o emperador) y Fürst (par), en ruso Knyaz, la palabra tiene el mismo significado. Algunos títulos principescos son derivados de los títulos del gobernante, como el zarévich de zar. Otros ejemplos son  (e) mirza (da), khanzada, nawabzada, sahibzada, shahzada, sultanzada (todos con el sufijo patronímico persa -zada, que significa hijo, descendiente).

No obstante, algunos títulos de príncipe se han desarrollado por inusuales caminos, tales como la adopción de ese tratamiento para dinastas que no está vinculado al título del gobernante, pero más bien continúan una antigua tradición (como Gran Duque en la Rusia Romanov), reclaman sucesión dinástica a una monarquía depuesta (como Príncipe de Tarento para los herederos La Trémoïlle al trono napolitano) o son simplemente asumidos por mandato (como Prince Français por la Casa de Bonaparte).

Historia

La palabra prīnceps (del más antiguo latín *prīsmo-kaps, literalmente “aquel que toma el primer lugar/posición", se convirtió en el título usual del líder informal del Senado romano algunos siglos antes de la transición al Imperio, el princeps senatus.


Imperator Caesar Divi F. Augustus


El Emperador Augusto estableció la posición formal de monarca sobre la base de principado, no dominio. También encargaba a sus nietos el gobierno de la ciudad cuando la mayoría de los gobernantes partían al campo durante el verano o atendían rituales religiosos y, por tal comisión, les otorgaba el título de princeps.

El título tiene significados genéricos y sustantivos:

* Genéricamente, príncipe refiere a miembros de una familia que gobierna por derecho hereditario, siendo usado el título para los soberanos o los miembros más jóvenes de una familia soberana. En Europa, es el título legalmente portado por las ramas dinásticas menores de las monarquías y también, por cortesía, es llevado por miembros de dinastías antiguamente reinantes.

* Como título sustantivo, un príncipe fue un monarca de menor rango en la Europa post-napoleónica, como los Príncipes de Andorra, Hohenzollern-Sigmaringen, Mingrelia (Georgia), Mónaco, Waldeck y Pyrmont, Valaquia, etc.


Mihai Viteazul, el Valiente, Voivoda de Valaquia, Príncipe de Transilvania y de Moldavia (1558-1601)


* También sustantivamente, el título fue otorgado por los Papas y monarcas seculares a individuos específicos y jefes de algunas familias nobles, los cuales, no obstante, nunca ejercieron soberanía dinástica y cuyos parientes más jóvenes no fueron autorizados a compartir el título principesco. Ejemplos son de Beauvau-Craon,  Colonna, von Bismarck, von Dohna-Schlobitten, von Eulenburg, de Faucigny-Lucinge, von Lichnowsky, von Pless, Ruffo di Calabria, (de Talleyrand) von Sagan, van Ursel, etc.

* Genéricamente, ramas menores de algunas familias no soberanas cuyo jefe porta el título no dinástico de príncipe (o, menos comúnmente, duque) estaban a veces autorizados también a usar el título principesco, por ejemplo, von Carolath-Beuthen, de Broglie,  Demidoff di San Donato, Lieven, de Mérode, Pignatelli, Radziwill, von Wrede, Yussupov, etc.

* Sustantivamente, los herederos aparentes de algunas monarquías usan un título principesco específico asociado con un territorio dentro del reino del monarca, es decir, los Príncipes de, respectivamente, Asturias (España), Grão Pará (Brasil, antiguamente), Orange (Países Bajos), Viana (Navarra, antiguamente), Gales (Reino Unido), etc.


Isabel, Princesa Imperial de Brasil (de jure Emperatriz D. Isabel I de Brasil), hija y heredera del Emperador D. Pedro II (1870)


* Sustantivamente, se convirtió en costumbre desde el siglo XVII para los herederos aparentes de las familias ducales importantes asumir un título principesco, asociado con un señorío (feudo) de las posesiones familiares. Estos títulos eran llevados por cortesía y preservados por tradición, no por derecho, como son: los príncipes de, respectivamente, Bidache (Gramont), Marcillac (La Rochefoucauld), Tonnay-Charente (Mortemart), Poix (Noailles), Léon (Rohan-Chabot).

Príncipe gobernante

El uso original -pero hoy menos común- de la palabra, se originó en la aplicación de la palabra latina princeps, a partir del derecho romano, más precisamente, bizantino, y el sistema de gobierno clásico que se desarrolló en la sociedad feudal europea. En este sentido, un príncipe es el gobernante de un territorio del cual es soberano o cuasi-soberano, es decir, ejerciendo sustanciales (pero no completas) prerrogativas asociadas con los monarcas de naciones independientes, como era común, por ejemplo, entre los límites históricos del Sacro Imperio Romano.

En la Europa medieval y moderna temprana había unos doscientos de tales territorios, especialmente en Italia, Alemania e Irlanda Gaélica. “Príncipe” era usado por todos y cada uno de los gobernantes, independientemente del título verdadero o del rango. Este es el uso renacentista del término encontrado en el famoso trabajo de Niccolò Machiavelli, “Il Principe”.


Giuliano II de’ Medici (hijo de Lorenzo el Magnífico y Clarice Orsini) fue uno de los príncipes de Florencia, ciudad que dirigió desde 1512 a 1516.


Como título, para el fin de la era medieval, príncipe era llevado por gobernantes de territorios que eran sustancialmente más pequeños o ejercían menos derechos que los emperadores y reyes. Un lord (o señor) de cualquier territorio pequeño podía ser referido como príncipe antes del siglo XIII, o traducciones de un título nativo a partir de princeps (como el gobernante hereditario de Gales) o cuando el territorio de un señor era alodial, es decir, heredado con exención de impuestos. El señor de un alodio era propietario absoluto de sus tierras y ejercía prerrogativas absolutas sobre los sujetos de su territorio, debido a que no era vasallo de un señor feudal ni estaba sujeto a cualquier jurisdicción más alta. La mayoría de los pequeños territorios designados como principados durante las eras feudales eran alodios, como el Principado de Dombes (sureste de Francia).

Los señores que ejercían autoridad legal sobre territorios y personas dentro de una jerarquía feudal también eran considerados muchas veces como príncipes en el sentido general, especialmente si tenían el rango de Conde o más alto. Esto es atestiguado por algunos tratamientos sobrevivientes, por ejemplo, con los condes, marqueses y duques británicos, que todavía son tratados por la Corona en ocasiones ceremoniales como “altos y nobles príncipes” (high and noble princes).



S.A.R. El Duque de Albany (El Príncipe Leopold, octavo hijo de la Reina Victoria)


En partes del Sacro Imperio Romano en las cuales la primogenitura no prevalecía (por ejemplo, Alemania), todos los dinastas legítimos patrilineales tenían igual derecho a los títulos hereditarios de la familia. Esto significaba que, así como los rangos de emperador, rey o elector podían ser legalmente ocupados por un dinasta a la vez, los portadores de otros títulos como duque, margrave, landgrave, conde palatino y príncipe podían solo diferenciarse entre ellos agregando el nombre de su infantazgo al título original de la familia. Esto no solo tendía a proliferar en títulos difíciles de manejar (como Princesa Katherine de Anhalt-Zerbst y Karl, Conde Palatino de Zweibrücken-Neukastell-KleeburgPríncipe Christian Karl de Schleswig-Holstein-Sonderburg-Plön-Norburg), sino que, como la primogenitura agnaticia gradualmente se convirtió en la norma del Sacro Imperio para fines del siglo XVIII, otras formas de distinguir al monarca de otros miembros de su dinastía se hicieron necesarias. Se produjo entonces la gradual sustitución del título de Prinz por el título monarca de Fürst y se convirtió en costumbre en todas las dinastías alemanas excepto en los grandes ducados de Mecklenburg y Oldenburg. Tanto Prinz como Fürst son traducidos como “príncipe”, pero reflejan no solo diferentes sino exclusivos términos para cada título.

Esta distinción había evolucionado antes del siglo XVIII (en la mayoría de las familias: Liechtenstein permaneció como excepción, miembros menores y femeninos usaron Fürst/Fürstin entrado ya el siglo XIX) para dinastías lideradas por un Fürst en Alemania. La costumbre se propagó a través del continente hasta el punto que un renombrado general imperial que pertenecía a una rama menor de una familia ducal reinante pasó a ser más conocido en la Historia por su título dinástico genérico, Príncipe Eugenio de Saboya. Nótese que el título principesco era usado como un prefijo para su nombre cristiano, lo cual también se convirtió en costumbre.



S.A.S. Príncipe Franz Josef Wenceslaus Georg Maria von und zu Liechtenstein 
(1962-1991)


Los princes étrangers menores de Francia comenzaron a afectar un uso similar, pero cuando, por ejemplo, los duques gobernantes de Bouillon, de la Casa de La Tour d’Auvergne, intentaron usar el mismo título, esto fue inicialmente resistido por los historiadores, tales como Père Anselme  -quien, no obstante, reconoció de buena gana el uso de títulos territoriales-.

El rango post-medieval de gefürsteter Graf (principesco conde) abrazó pero elevó el equivalente alemán de los nobles intermedios franceses, ingleses y españoles. En Alemania, tales nobles se elevaron a condición dinástica preservando de la Corona imperial (de jure después de la Paz de Westfalia en 1648) el ejercicio de prerrogativas soberanas como la acuñación de moneda; la reunión de tropas militares y el derecho a declarar la guerra y contraer tratados, ejercer autoridad judicial local y reclutamiento policial y casarse entre otras dinastías soberanas. Eventualmente, estos títulos pasaron a ser más altamente valorados que el de Fürst en sí mismo y, para el siglo XIX, estos miembros menores serían conocidos como Prinzen.

Príncipe de la sangre

El título “El Príncipe, La Princesa” (The Prince, The Princess), con el artículo en mayúscula y seguido del nombre cristiano, refiere a los hijos y las hijas del monarca reinante, los príncipes de sangre real.


Ornamentos exteriores del escudo de armas de un Príncipe de la Sangre, Par de Francia y Caballero de Saint-Esprit


En algunas dinastías, un tratamiento específico distinto –pero con el mismo valor- al de príncipe se convirtió en tradición para los dinastas, tales como Fils de France en la Casa Capeto e Infante en España, Portugal y Brasil. Infante era usado por los hijos del monarca que no eran herederos al trono, para quienes cada reino usa un único título principesco: “Príncipe de Asturias” en España, “Príncipe Imperial” en Brasil y “Príncipe de Brasil” en Portugal hasta 1822.

Muchas veces un título específico es comúnmente usado por varias dinastías en una región, como Mian Rajput en varios de los Estados principescos de las Montañas de Simla (baja región Himalaya en la India británica).

Las dinastías europeas usualmente otorgaban infantazgos a los príncipes de la sangre, adjuntos a un título noble feudal, como los Duques reales en Gran Bretaña, el Delfín en Francia, el Conde de Flandes en Bélgica y el Conde de Siracusa en Sicilia. Algunos títulos infantazgos eran principescos, como el Príncipe de Acaya (Courtenay), el Príncipe de Condé (Borbón) o el Príncipe de Carignano (Saboya), pero era un hecho que sus propietarios eran de rango principesco antes que llevaran el título principesco que asegurara su prominencia.


Corona heráldica del Delfín, Príncipe heredero de Francia e hijo del Rey (Delfín de Vienne hasta Luis XIV, Delfín de Francia a partir de entonces).


Actualmente, el esposo de una reina reinante es usualmente titulado príncipe o príncipe consorte, donde las esposas de monarcas masculinos toman el equivalente femenino del título de sus esposos –el mismo que es usado cuando una mujer se eleva al trono por propio derecho, tal como emperatriz o reina-. En Brasil, España y Portugal, sin embargo, el esposo de un monarca femenino recibía el equivalente masculino de su título –por lo menos después que ella le diera un hijo-. En épocas anteriores, los esposos de las reinas reinantes compartían el título y rango real de sus consortes.

Pero en culturas donde se permite al gobernante tener varias esposas (por ejemplo, cuatro en el Islam) y concubinas oficiales, para estas mujeres muchas veces referidas colectivamente como un harén existen reglas específicas que determinan su jerarquía y una variedad de títulos, los cuales pueden distinguir entre aquellas cuyos hijos pueden estar en la línea de sucesión al trono y las que no, o específicamente quien es madre del heredero al trono.

Príncipe como título sustantivo

Otros príncipes derivan su título, no de la dinastía a la que pertenecen, sino de la herencia de un territorio específico e histórico, aunque la posesión de prerrogativas o propiedades familiares en ese territorio puede haber pasado. Tales son la mayoría de los “principados” del Ancien régime tan resentidos por sus pretensiones según Louis de Rouvroy, duque de St-Simon: Arches-Charleville, Boisbelle-Henrichemont, Chalais, Château-Regnault, Guéméné, Martigues, Mercœur, Sedan, Talmond, Tingrey, entre otros.


Henri de La Tour d’Auvergne, duque de Bouillon, príncipe de Sedan (1555-1623)


Príncipes no dinásticos

En varios países de la Europa continental, como en Francia, “príncipe” puede ser un título de un portador de alto rango de nobleza jefe de un lugar geográfico pero sin territorio actual y sin vínculo con la familia real, lo que lo hace dificultoso comparar, por ejemplo, con el sistema británico de príncipes reales.

Los reyes de Francia comenzaron a conferir el tratamiento de príncipe, como un título entre la nobleza, a partir del siglo XVI. Estos títulos eran creados para elevar un seigneurie al estatus nominal de un principado- aunque las prerrogativas de soberanía nunca eran concedidas en las patentes reales- y no tenían posición oficial en la jerarquía de la nobleza. Sin embargo, a menudo eran ubicados justo debajo de los ducados, desde que eran heredados (o asumidos) por los herederos de los duques.

Dentro de los títulos franceses de príncipe reconocidos por el rey estaban Arches-Charleville, Château-Renaud, Dombes, Orange, Sedan (parte del Ducado de Bouillon), Boisbelle (más tarde Henrichemont, principado soberano reconocido en 1598), Luxe (también considerado Soberano Conde), Yvetot (reconocido como Rey de Yvetot). Los principados creados por el Rey eran Château-Porcien; creado en 1561 en la Casa de Croÿ; Guéméné: creado en 1667 en la Casa de Rohan, Joinville; creado en 1552 en la Casa de Lorraine; Martigues: creado en la Casa de Lorraine; Mercœur: creado en 1563 en la Casa de Lorraine (más tarde ducado) y Tingry: creado en 1587 en la Casa de Luxemburg.


El hermoso Hôtel de Soubise, en el 60 Rue des Francs-Bourgeois, era la residencia parisiense de los Príncipes de Soubise, de la Casa de Rohan.


Los Príncipes de Condé y Conti, ramas menores de la casa real francesa, usaban títulos principescos reconocidos, pero los señoríos de Condé y Conti nunca fueron formalmente creados por el Rey.

Títulos de Príncipe no reconocidos eran Aigremont, Anet (Duques de Vendôme), Antibes, Bédeille, Bidache (Casa de Gramont), Carency (Condes de La Vauguyon), Chabanais, Chalais (Casa de Talleyrand), Commercy (Casa de Lorraine), Courtenay, Elbeuf, Lamballe (Penthièvre), Lambesc (Duques de Elbeuf), Léon (Duques de Rohan), Listenois (Duques de Bauffremont), Marsillac (Duque de La Rochefoucauld), Maubuisson (Duques de Rohan-Rohan), Montauban (Casa de Rohan), Montbazon (Casa de Rohan), Mortagne (Duques de Richelieu), Poix, Pons, Rochefort (Casa de Rohan), Soubise (Casa de Rohan), Soyons (Duques de Uzès), Talmond (Duques de La Trémoïlle), Tonnay-Charente (Duques de Mortemart), Turenne (Casa de La Tour d'Auvergne).

Puede ocurrir en una monarquía que exista un título feudal real y uno sustantivo idéntico, como Fürst en alemán. Un ejemplo es Otto von Bismarck, que era llamado Fürst von Bismarck (Príncipe de Bismarck) en el imperio de la Alemania unida, bajo la dinastía Hohenzollern.



Otto, Fürst von Bismarck

En otros casos, algunos principados titulares son creados en razón de un evento, como un tratado de victoria. El ministro español Manuel Godoy, por ejemplo, fue creado Príncipe de la Paz por su rey por negociar el doble tratado de Basilea en 1795, por el cual la Francia revolucionaria hizo la paz con Prusia y España. Los generales triunfantes que lideraban sus tropas a menudo recibían un título de victoria de Napoleón, tanto principesco como ducal. En la misma línea, Guillermo I de los Países Bajos otorgó el título de victoria de Príncipe de Waterloo a Arthur Wellesley, Duque de Wellington, luego de su victoria sobre Napoleón Bonaparte en Waterloo en 1815.

En Polonia, específicamente, los títulos de príncipe databan de antes de la Unión de Lublin o eran otorgados a nobles polacos por reyes extranjeros, puesto que a partir de 1569 la ley en Polonia prohibía al rey dividir la nobleza con la concesión de títulos hereditarios.

En el sistema ruso, knyaz, traducido como “príncipe”, era el más alto grado de nobleza oficial. Miembros de antiguas dinastías que estaban sujetos al sistema imperial les era concedido el título de knyaz, muchas veces después de haberles sido permitido usar el título más alto de zarévich, como los Príncipes Gruzinsky y Sibirsky. Las ramas Rurikidas usaban el título de knyaz también luego de haber sido sucedidos por los Romanov como dinastía imperial.


Príncipes polacos firman la Unión de Lublin (1569)





sábado, 15 de enero de 2011

Aldobrandini, Della Rovere, Torlonia

Los Aldobrandini

Los Aldobrandini fueron una familia noble originaria de Florencia que se expandió por toda Italia y especialmente por la región de las Marcas. La familia se enriqueció en el siglo XIV gracias al comercio internacional y a la actividad financiera que en aquella época desempeñaron en Florencia, una de las plazas activas de Europa.

Armas de los Aldobrandini (Papa Clemente VIII)


El mercader Benci Aldobrandini se casó con Madonna Giovanna degli Aldobrandini, nacida Altoviti, una mujer muy pía y dedicada a la beneficencia, lo que la hizo muy amada por parte del pueblo. Cuando murió la población le rindió grandes honores en olor de santidad. A ella está dedicada la plaza de la Madonna degli Aldobrandini de Florencia ("madonna" según el italiano antiguo, refiere a María, madre de Jesús).

Rápidamente la familia se dividió en varias ramas (Bellincioni, Lippo, y da Madonna), que se dispersaron a causa de las malas relaciones con la familia Médici, estableciéndose en las Marcas, Roma y otros lugares.

Olimpia, hija de Giorgio Aldobrandini (príncipe de Meldola, Sarsina y Rossano) y de Ippolita Ludovisi (sobrina del Papa Gregorio XV)


La casa fue célebre, sobre todo en el siglo XVI, porque muchos de sus miembros hicieron una brillante carrera tanto en el campo del derecho como del humanismo o en el campo eclesiástico. Silvestre Aldobrandini, abogado financiero y gobernador de Fano, y Lisa Donati fueron padres de los cardenales Giovanni e Ippolito, éste último subido al solio pontificio en 1592 con el nombre de Clemente VIII. Esta elección ensalzó el prestigio de la familia, aunque el papado de Clemente VIII fue controvertido por algunos hechos como las condenas de Beatrice Cenci (quizás para encamarar los bienes de los ricos Cenci) y de Giordano Bruno.

Estatua de Clemente VIIII (Ippolito Aldobrandini) en la Basilica di Santa Maria Maggiore


El Papa fue nepotista como su antecesores y enriqueció a sus familiares, concediendo la dignidad cardenalicia a varios de sus parientes: los sobrinos Pietro Aldobrandini y Cinzio Passero, a su sobrino-nieto Silvestro y a otros parientes pertenecientes a otras ramas de la familia como Gian Francesco y Bonifazio. Este pontífice arregló el matrimonio que vinculó los Aldobrandini con la familia romana de los Borghese (Olimpia contrajo matrimonio con Paolo Borghese). Asimismo, Margarita Aldobrandini fue casada con tan solo 11 años con Ranuccio I Farnesio, para mejorar las relaciones entre ambas familias, convirtiéndose así en duquesa de Parma.

Después de la muerte del papa, sin embargo, sus descendientes murieron y en pocos años la casa se quedó sin herederos. Muy severo fue el juicio de Antonio Muratori, que criticando la ejecución de Giordano Bruno, veía un signo de la justicia divina en la desaparición de la familia Aldobrandini:

« Morì Papa Clemente, sono morti i cinque nipoti che avevano altri due cardinali fra loro; mancarono tutti i maschi di quella casa e mancò finalmente con essi ogni successione ed insieme ogni grandezza del sangue lor proprio. »


Villa Aldobrandini en Frascati


El palazzo familiar y sus colecciones de obras de arte y mobiliario forman hoy la Galleria Doria Pamphilj. Las familias Doria, Pamphilj, Landi y Aldobrandini se han unido a través de matrimonios y sus descendientes utilizan el apellido simplificado Doria Pamphilj. En Florencia la familia se extinguió en 1861.

El nombre sobrevive hoy en una rama de la familia Borghese, descendiente del matrimonio entre Olimpia y Paolo Borghese del siglo XVII. Esta línea desciende de Don Camilo Borghese, Príncipe Aldobrandini (1816-1902), quien era hermano del Príncipe Borghese cabeza de familia. Olimpia Anna Aldobrandini ingresó por matrimonio en la familia de banqueros Rothschild.

Actualmente, esta familia principesca está representada por el Príncipe Camillo Aldobrandini (n. 1945), cuyo heredero es Don Clemente Aldobrandini (n. 1982).


La Princesa Olimpia Anna Aldobrandini y su esposo, David de Rothschild


Los Della Rovere

La histórica familia Della Rovere proviene de modestos comienzos en Savona, Liguria, hasta que salta a la fama a través del nepotismo y los matrimonios arreglados por dos ambiciosos papas Della Rovere: Francesco, que gobernó como Sixto IV (1471-1484) y su sobrino Giuliano, que fue el Papa Julio II (1503-1513). El primero es conocido por haber construido la Capilla Sixtina, que se llama así en su honor. La Basílica de San Pietro in Vincoli, en Roma, es la iglesia de la familia.


Armas de la familia Della Rovere en el Palazzo della Cancelleria


En 1508 los Della Rovere obtuvieron el ducado de Urbino y en 1513 la ciudad de Pesaro. La línea de los duques de Urbino terminó en 1626 cuando el Papa Urbano VIII incorporó Urbino a los dominios papales, un obsequio del último duque, Francesco Maria II, en retiro después de la muerte de su heredero, Francesco Ubaldo.

El Papa Julio II (fresco de Rafael)


Por su parte, Vittoria, última descendiente de la familia Della Rovere (era la única hija de Federico Ubaldo), se casó con Ferdinando II de Médici, Gran Duque de Toscana, a cuya familia fueron absorbidos los bienes, mientras el rico patrimonio en libros fue incorporado a la Biblioteca Apostólica Vaticana.Tuvieron dos hijos: Cosimo III, el monarca que reinó más tiempo en Toscana, y Francesco María, un príncipe de la Iglesia.

Francesco Maria, 1r Duque de Urbino


Los Duques de Urbino
  • Francesco Maria I (1490-1538)
  • Guidobaldo II (1514-1574)
  • Francisco María II (1549-1631)
  • Federico Ubaldo (1605-1623)
Los Torlonia

Los Príncipes Torlonia son una familia romana, cuya gran fortuna fue obtenida durante los siglos XVIII y XIX por su administración de las finanzas del Vaticano.

Armas Torlonia en Piazza Fiammetta


El primer influyente miembro de esta familia fue Marino Torlonia (1725-1785) un rico hombre de negocios y banquero. Su hijo, Giovanni, fue administrador de Finanzas del Vaticano y, en agradecimiento, el Papa Pío VI lo hizo duque de Bracciano y conde de Pisciarelli en el año 1794. En 1803 recibe los títulos de marqués de Romavecchia e Turrita y primer príncipe de Civitella Cesi (Princeps Romanus) por parte de Pío VII. En 1809 fue nombrado Patrizio Romano (con confirmación papal el 19 de enero de 1813) y duque de Poli e Guadagnolo en 1820. Él fue el constructor de Villa Torlonia en Via Nomentana, Roma, entre otras propiedades Torlonia: el Palazzo Torlonia en Via Condotti, cerca de Piazza Spagna, un palazzo en Via della Conciliazione, un palazzo en Via della Lungara (Trastevere), Villa Albani fuera de Porta Salaria y Villa Torlonia en Frascati.

Los célebres jardines de Villa Torlonia en Frascati


El título de Princeps Romanus pasó de Giovanni a su hijo Alessandro; éste lo legó a su sobrino-nieto Augusto (nieto de su hermano mayor, Giulio) y éste a su hermano Marino, quien lo sucedió como 4º príncipe de Civitella-Cesi en 1907. Marino casó con la rica americana Mary Elsie Moore y ambos fueron padres de Don Alessandro, 5º príncipe de Civitella-Cesi –quien casó con la Infanta Beatriz de Borbón, hija del rey Alfonso XIII de España- y de Donna Marina, esposa del tenista norteamericano Francis Shields.


El Príncipe Alessandro Torlonia y la Infanta Beatriz de Borbón el día de su boda en Roma (1935)


La familia Torlonia es una de las pocas familias aristocráticas italianas en haber sobrevivido a la reconstrucción de la Corte Papal en 1969 por el motu propioPontificalis Domus”. Hoy el único honor hereditario todavía en uso en el Vaticano es el de Príncipe Asistente al Trono Papal, rango que portan Don Alessandro Torlonia, Príncipe de Fucino, y Don Marcantonio Colonna, Príncipe y Duque de Paliano. Los Torlonia fueron premiados con este honor en 1958 en sucesión al príncipe Orsini, cuyos miembros habían sido Príncipes Asistentes desde 1735 hasta 1958.


La princesa Ines Theodoli y el príncipe Giovanni Torlonia en el palazzo de los duques Serra di Cassano (1960)


Los Príncipes de Civitella-Cesi

1º-Giovanni Torlonia (1755-1829)
2º-Alessandro Torlonia (1800-1886)
3º-Augusto Torlonia (1855-1926)
4º-Marino Torlonia (1861-1933)
5º-Alessandro Torlonia (1911-1986)
6º-Marco Torlonia (1937- )

Heredero aparente: Don Giovanni Torlonia di Civitella-Cesi (1962- )