Príncipe es un término general para un gobernante, monarca o
miembro de la familia de un monarca y es un título hereditario en la nobleza de
ciertos Estados europeos. La palabra inglesa prince deriva, vía el francés prince,
del sustantivo latino princeps, de primus
(primero) + capio (apoderarse),
significando “el jefe, el más distinguido gobernante”.
Príncipes herederos de Europa
En
italiano Principe, en francés Prince, en alemán Prinz (hijo de un rey o emperador) y Fürst (par), en ruso Knyaz, la
palabra tiene el mismo significado. Algunos títulos principescos son derivados
de los títulos del gobernante, como el zarévich de zar. Otros ejemplos son (e) mirza (da), khanzada, nawabzada, sahibzada, shahzada, sultanzada (todos con el sufijo patronímico persa -zada,
que significa hijo, descendiente).
No
obstante, algunos títulos de príncipe se han desarrollado por inusuales
caminos, tales como la adopción de ese tratamiento para dinastas que no está
vinculado al título del gobernante, pero más bien continúan una antigua
tradición (como Gran Duque en la Rusia Romanov), reclaman
sucesión dinástica a una monarquía depuesta (como Príncipe de Tarento para los
herederos La
Trémoïlle al trono napolitano) o son simplemente asumidos por mandato (como Prince Français por la Casa de
Bonaparte).
Historia
La
palabra prīnceps (del más antiguo latín *prīsmo-kaps,
literalmente “aquel que toma el primer lugar/posición", se convirtió en el
título usual del líder informal del Senado romano algunos siglos antes de la
transición al Imperio, el princeps
senatus.
Imperator Caesar Divi F. Augustus
El
Emperador Augusto estableció la posición formal de monarca sobre la base de principado, no dominio. También encargaba a sus nietos el gobierno de la ciudad
cuando la mayoría de los gobernantes partían al campo durante el verano o
atendían rituales religiosos y, por tal comisión, les otorgaba el título de princeps.
El
título tiene significados genéricos y sustantivos:
* Genéricamente,
príncipe refiere a miembros de una
familia que gobierna por derecho hereditario, siendo usado el título para los
soberanos o los miembros más jóvenes de una familia soberana. En Europa, es el
título legalmente portado por las ramas dinásticas menores de las monarquías y
también, por cortesía, es llevado por miembros de dinastías antiguamente
reinantes.
* Como
título sustantivo, un príncipe fue un monarca de menor rango en la Europa
post-napoleónica, como los Príncipes de Andorra, Hohenzollern-Sigmaringen,
Mingrelia (Georgia), Mónaco, Waldeck y Pyrmont, Valaquia, etc.
Mihai Viteazul, el Valiente, Voivoda de Valaquia, Príncipe de Transilvania y de
Moldavia (1558-1601)
* También
sustantivamente, el título fue otorgado por los Papas y monarcas seculares a
individuos específicos y jefes de algunas familias nobles, los cuales, no
obstante, nunca ejercieron soberanía dinástica y cuyos parientes más jóvenes no
fueron autorizados a compartir el título principesco. Ejemplos son de Beauvau-Craon, Colonna, von Bismarck, von Dohna-Schlobitten, von Eulenburg, de Faucigny-Lucinge, von Lichnowsky, von Pless, Ruffo di Calabria, (de Talleyrand) von Sagan, van Ursel, etc.
* Genéricamente,
ramas menores de algunas familias no soberanas cuyo jefe porta el título no
dinástico de príncipe (o, menos comúnmente, duque) estaban a veces autorizados
también a usar el título principesco, por ejemplo, von Carolath-Beuthen, de Broglie, Demidoff di San Donato, Lieven, de Mérode, Pignatelli, Radziwill, von Wrede, Yussupov, etc.
* Sustantivamente,
los herederos aparentes de algunas monarquías usan un título principesco
específico asociado con un territorio dentro del reino del monarca, es decir,
los Príncipes de, respectivamente, Asturias (España), Grão Pará (Brasil, antiguamente),
Orange (Países Bajos), Viana (Navarra, antiguamente), Gales (Reino Unido), etc.
Isabel, Princesa Imperial de Brasil (de
jure Emperatriz D. Isabel I de Brasil), hija y heredera del Emperador D.
Pedro II (1870)
* Sustantivamente,
se convirtió en costumbre desde el siglo XVII para los herederos aparentes de
las familias ducales importantes asumir un título principesco, asociado con un
señorío (feudo) de las posesiones familiares. Estos títulos eran llevados por
cortesía y preservados por tradición, no por derecho, como son: los príncipes de, respectivamente, Bidache
(Gramont), Marcillac (La Rochefoucauld), Tonnay-Charente (Mortemart), Poix (Noailles),
Léon (Rohan-Chabot).
Príncipe
gobernante
El
uso original -pero hoy menos común- de la palabra, se originó en la aplicación
de la palabra latina princeps, a
partir del derecho romano, más precisamente, bizantino, y el sistema de
gobierno clásico que se desarrolló en la sociedad feudal europea. En este
sentido, un príncipe es el gobernante de un territorio del cual es soberano o
cuasi-soberano, es decir, ejerciendo sustanciales (pero no completas)
prerrogativas asociadas con los monarcas de naciones independientes, como era
común, por ejemplo, entre los límites históricos del Sacro Imperio Romano.
En
la Europa medieval y moderna temprana había unos doscientos de tales
territorios, especialmente en Italia, Alemania e Irlanda Gaélica. “Príncipe”
era usado por todos y cada uno de los gobernantes, independientemente del
título verdadero o del rango. Este es el uso renacentista del término
encontrado en el famoso trabajo de Niccolò Machiavelli, “Il Principe”.
Giuliano II de’ Medici (hijo de Lorenzo el Magnífico y Clarice
Orsini) fue uno de los príncipes de Florencia, ciudad que dirigió desde 1512 a
1516.
Como
título, para el fin de la era medieval, príncipe
era llevado por gobernantes de territorios que eran sustancialmente más
pequeños o ejercían menos derechos que los emperadores y reyes. Un lord (o
señor) de cualquier territorio pequeño podía ser referido como príncipe antes del siglo XIII, o
traducciones de un título nativo a partir de princeps (como el gobernante hereditario de Gales) o cuando el
territorio de un señor era alodial, es decir, heredado con exención de
impuestos. El señor de un alodio era propietario absoluto de sus tierras y
ejercía prerrogativas absolutas sobre los sujetos de su territorio, debido a
que no era vasallo de un señor feudal ni estaba sujeto a cualquier jurisdicción
más alta. La mayoría de los pequeños territorios designados como principados
durante las eras feudales eran alodios, como el Principado de Dombes (sureste
de Francia).
Los
señores que ejercían autoridad legal sobre territorios y personas dentro de una
jerarquía feudal también eran considerados muchas veces como príncipes en el sentido general,
especialmente si tenían el rango de Conde o más alto. Esto es atestiguado por
algunos tratamientos sobrevivientes, por ejemplo, con los condes, marqueses y
duques británicos, que todavía son tratados por la Corona en ocasiones
ceremoniales como “altos y nobles príncipes” (high and noble princes).
S.A.R. El Duque de Albany (El Príncipe Leopold, octavo hijo de la Reina
Victoria)
En
partes del Sacro Imperio Romano en las cuales la primogenitura no prevalecía
(por ejemplo, Alemania), todos los dinastas legítimos patrilineales tenían
igual derecho a los títulos hereditarios de la familia. Esto significaba que,
así como los rangos de emperador, rey o elector podían ser legalmente ocupados
por un dinasta a la vez, los portadores de otros títulos como duque, margrave,
landgrave, conde palatino y príncipe podían solo diferenciarse entre ellos
agregando el nombre de su infantazgo al título original de la familia. Esto no
solo tendía a proliferar en títulos difíciles de manejar (como Princesa
Katherine de Anhalt-Zerbst y Karl, Conde Palatino de
Zweibrücken-Neukastell-Kleeburg o Príncipe
Christian Karl de Schleswig-Holstein-Sonderburg-Plön-Norburg), sino que, como
la primogenitura agnaticia gradualmente se convirtió en la norma del Sacro
Imperio para fines del siglo XVIII, otras formas de distinguir al monarca de
otros miembros de su dinastía se hicieron necesarias. Se produjo entonces la
gradual sustitución del título de Prinz
por el título monarca de Fürst y se convirtió en costumbre en todas
las dinastías alemanas excepto en los grandes ducados de Mecklenburg y
Oldenburg. Tanto Prinz como Fürst son traducidos como “príncipe”,
pero reflejan no solo diferentes sino exclusivos términos para cada título.
Esta
distinción había evolucionado antes del siglo XVIII (en la mayoría de las
familias: Liechtenstein permaneció como excepción, miembros menores y femeninos
usaron Fürst/Fürstin entrado ya el
siglo XIX) para dinastías lideradas por un Fürst
en Alemania. La costumbre se propagó a través del continente hasta el punto que
un renombrado general imperial que pertenecía a una rama menor de una familia
ducal reinante pasó a ser más conocido en la Historia por su título dinástico
genérico, Príncipe Eugenio de Saboya. Nótese que el título principesco era
usado como un prefijo para su nombre cristiano, lo cual también se convirtió en
costumbre.
S.A.S. Príncipe Franz Josef Wenceslaus Georg Maria von und
zu Liechtenstein
(1962-1991)
Los
princes
étrangers menores de Francia comenzaron a afectar un uso
similar, pero cuando, por ejemplo, los duques gobernantes de Bouillon, de la
Casa de La Tour d’Auvergne, intentaron usar el mismo título, esto fue
inicialmente resistido por los historiadores, tales como Père Anselme -quien, no obstante, reconoció de buena gana
el uso de títulos territoriales-.
El
rango post-medieval de gefürsteter Graf (principesco conde) abrazó pero elevó el
equivalente alemán de los nobles intermedios franceses, ingleses y españoles.
En Alemania, tales nobles se elevaron a condición dinástica preservando de la
Corona imperial (de jure después de
la Paz de Westfalia en 1648) el ejercicio de prerrogativas soberanas como la
acuñación de moneda; la reunión de tropas militares y el derecho a declarar la
guerra y contraer tratados, ejercer autoridad judicial local y reclutamiento
policial y casarse entre otras dinastías soberanas. Eventualmente, estos
títulos pasaron a ser más altamente valorados que el de Fürst en sí mismo y,
para el siglo XIX, estos miembros menores serían conocidos como Prinzen.
Príncipe
de la sangre
El
título “El Príncipe, La Princesa” (The
Prince, The Princess), con el artículo en mayúscula y seguido del nombre
cristiano, refiere a los hijos y las hijas del monarca reinante, los príncipes
de sangre real.
Ornamentos exteriores del escudo de armas de un Príncipe de la Sangre, Par de Francia y
Caballero de Saint-Esprit
En
algunas dinastías, un tratamiento específico distinto –pero con el mismo valor-
al de príncipe se convirtió en tradición para los dinastas, tales como Fils
de France en la Casa Capeto e Infante
en España, Portugal y Brasil. Infante
era usado por los hijos del monarca que no eran herederos al trono, para
quienes cada reino usa un único título principesco: “Príncipe de Asturias” en
España, “Príncipe Imperial” en Brasil y “Príncipe de Brasil” en Portugal hasta
1822.
Muchas
veces un título específico es comúnmente usado por varias dinastías en una
región, como Mian Rajput en varios de los Estados principescos de las Montañas
de Simla (baja región Himalaya en la India británica).
Las
dinastías europeas usualmente otorgaban infantazgos a los príncipes de la
sangre, adjuntos a un título noble feudal, como los Duques reales en Gran Bretaña, el
Delfín en Francia, el Conde de
Flandes en Bélgica y el Conde de Siracusa en Sicilia. Algunos títulos
infantazgos eran principescos, como el Príncipe de Acaya (Courtenay), el
Príncipe de Condé (Borbón) o el Príncipe de Carignano (Saboya), pero era un
hecho que sus propietarios eran de rango principesco antes que llevaran el
título principesco que asegurara su prominencia.
Corona heráldica del Delfín, Príncipe heredero de Francia e hijo del Rey
(Delfín de Vienne hasta Luis XIV, Delfín de Francia a partir de entonces).
Actualmente,
el esposo de una reina reinante es usualmente titulado príncipe o príncipe
consorte, donde las esposas de monarcas masculinos toman el
equivalente femenino del título de sus esposos –el mismo que es usado cuando
una mujer se eleva al trono por propio derecho, tal como emperatriz o reina-.
En Brasil, España y Portugal, sin embargo, el esposo de un monarca femenino
recibía el equivalente masculino de su título –por lo menos después que ella le
diera un hijo-. En épocas anteriores, los esposos de las reinas reinantes
compartían el título y rango real de sus consortes.
Pero
en culturas donde se permite al gobernante tener varias esposas (por ejemplo,
cuatro en el Islam) y concubinas oficiales, para estas mujeres muchas veces
referidas colectivamente como un harén existen reglas específicas que
determinan su jerarquía y una variedad de títulos, los cuales pueden distinguir
entre aquellas cuyos hijos pueden estar en la línea de sucesión al trono y las
que no, o específicamente quien es madre del heredero al trono.
Príncipe
como título sustantivo
Otros
príncipes derivan su título, no de la dinastía a la que pertenecen, sino de la
herencia de un territorio específico e histórico, aunque la posesión de
prerrogativas o propiedades familiares en ese territorio puede haber pasado.
Tales son la mayoría de los “principados” del Ancien régime tan resentidos por sus pretensiones según Louis de
Rouvroy, duque de St-Simon: Arches-Charleville, Boisbelle-Henrichemont,
Chalais, Château-Regnault, Guéméné, Martigues, Mercœur, Sedan, Talmond,
Tingrey, entre otros.
Henri de La Tour d’Auvergne, duque de Bouillon, príncipe de Sedan (1555-1623)
Príncipes
no dinásticos
En
varios países de la Europa continental, como en Francia, “príncipe” puede ser
un título de un portador de alto rango de nobleza jefe de un lugar geográfico
pero sin territorio actual y sin vínculo con la familia real, lo que lo hace
dificultoso comparar, por ejemplo, con el sistema británico de príncipes
reales.
Los
reyes de Francia comenzaron a conferir el tratamiento de príncipe, como un título entre la nobleza, a partir del siglo XVI.
Estos títulos eran creados para elevar un seigneurie
al estatus nominal de un principado- aunque las prerrogativas de soberanía
nunca eran concedidas en las patentes reales- y no tenían posición oficial en
la jerarquía de la nobleza. Sin embargo, a menudo eran ubicados justo debajo de
los ducados, desde que eran heredados (o asumidos) por los herederos de los
duques.
Dentro
de los títulos franceses de príncipe reconocidos por el rey estaban Arches-Charleville,
Château-Renaud, Dombes, Orange, Sedan (parte del Ducado de Bouillon), Boisbelle
(más tarde Henrichemont, principado soberano reconocido en 1598), Luxe (también
considerado Soberano Conde), Yvetot (reconocido como Rey de Yvetot). Los principados
creados por el Rey eran Château-Porcien; creado en 1561 en la Casa de Croÿ; Guéméné: creado en 1667 en la Casa
de Rohan, Joinville; creado en 1552 en la Casa de Lorraine; Martigues: creado
en la Casa de Lorraine; Mercœur: creado en 1563 en la Casa de Lorraine (más
tarde ducado) y Tingry: creado en 1587 en la Casa de Luxemburg.
El hermoso Hôtel de Soubise, en el 60 Rue des Francs-Bourgeois, era la
residencia parisiense de los Príncipes de Soubise, de la Casa de Rohan.
Los
Príncipes de Condé y Conti, ramas menores de la casa real francesa, usaban
títulos principescos reconocidos, pero los señoríos de Condé y Conti nunca
fueron formalmente creados por el Rey.
Títulos
de Príncipe no reconocidos eran Aigremont, Anet (Duques de Vendôme), Antibes, Bédeille,
Bidache (Casa de Gramont), Carency (Condes de La Vauguyon), Chabanais, Chalais
(Casa de Talleyrand), Commercy (Casa de Lorraine), Courtenay, Elbeuf, Lamballe
(Penthièvre), Lambesc (Duques de Elbeuf), Léon (Duques de Rohan), Listenois
(Duques de Bauffremont), Marsillac (Duque de La Rochefoucauld), Maubuisson
(Duques de Rohan-Rohan), Montauban (Casa de Rohan), Montbazon (Casa de Rohan), Mortagne
(Duques de Richelieu), Poix, Pons, Rochefort (Casa de Rohan), Soubise (Casa de
Rohan), Soyons (Duques de Uzès), Talmond (Duques de La Trémoïlle), Tonnay-Charente (Duques de
Mortemart), Turenne (Casa de La Tour d'Auvergne).
Puede
ocurrir en una monarquía que exista un título feudal real y uno sustantivo
idéntico, como Fürst en alemán. Un ejemplo es Otto von Bismarck, que era llamado Fürst von Bismarck (Príncipe de Bismarck) en el imperio de la
Alemania unida, bajo la dinastía Hohenzollern.
Otto, Fürst von Bismarck
En
otros casos, algunos principados titulares son creados en razón de un evento,
como un tratado de victoria. El ministro español Manuel Godoy, por ejemplo, fue
creado Príncipe de la Paz por su rey
por negociar el doble tratado de Basilea en 1795, por el cual la Francia
revolucionaria hizo la paz con Prusia y España. Los generales triunfantes que
lideraban sus tropas a menudo recibían un título de victoria de
Napoleón, tanto principesco como ducal. En la misma línea, Guillermo I de los
Países Bajos otorgó el título de victoria de Príncipe de Waterloo a Arthur
Wellesley, Duque de Wellington, luego de su victoria sobre Napoleón Bonaparte
en Waterloo en 1815.
En
Polonia, específicamente, los títulos de príncipe databan de antes de la Unión
de Lublin o eran otorgados a nobles polacos por reyes extranjeros, puesto que a
partir de 1569 la ley en Polonia prohibía al rey dividir la nobleza con la
concesión de títulos hereditarios.
En
el sistema ruso, knyaz, traducido
como “príncipe”, era el más alto grado de nobleza oficial. Miembros de antiguas
dinastías que estaban sujetos al sistema imperial les era concedido el título
de knyaz, muchas veces después de
haberles sido permitido usar el título más alto de zarévich, como los Príncipes
Gruzinsky y Sibirsky. Las ramas Rurikidas usaban el título de knyaz también
luego de haber sido sucedidos por los Romanov como dinastía imperial.
Príncipes polacos firman la Unión de Lublin
(1569)
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