El Principado de Liechtenstein es un país en la Europa Central, uno de los más
pequeños del mundo, sin acceso al mar, puesto que está rodeado al oeste por Suiza y al este por Austria, países también sin salida marítima. Las fronteras de Liechtenstein han permanecido inalteradas desde
1434, cuando el Rin estableció el límite entre el Sacro Imperio Romano Germánico y los cantones suizos.
Gran Escudo de Armas del Fürstentum Liechtenstein
El moderno territorio conocido como Liechtenstein
fue antes una parte (aunque diminuta) de la provincia de Recia del antiguo Imperio romano. Durante siglos este
territorio, geográficamente excluido de los intereses estratégicos europeos,
contribuyó poco a la historia europea. Antes del gobierno de la dinastía actual, la región era un recinto
feudal de una de las primeras líneas de la Casa
de los Habsburgo. La zona, parte de Recia, fue
incorporada al imperio carolingio y dividida en condados, los cuales se subdividieron
través de las generaciones.
Debido a
que el ducado de
Suabia perdió
su duque en 1268 y nunca fue restaurado, todos los vasallos del ducado se
convirtieron en vasallos inmediatos del trono imperial (como ha ocurrido en
gran parte de Westfalia, cuando el ducado de Sajonia se dividió y se disolvió
parcialmente en las secuelas de la derrota de Enrique el León).
La
dinastía de Liechtenstein, de la cual el Principado toma su nombre (más que al
revés) estaba entre las familias nobles más poderosas de Alemania al final de la Edad Media. La familia, a su vez toma
su nombre del Castillo
de Liechtenstein, en la Baja
Austria,
del cual era propietaria desde por lo menos 1140 hasta el siglo XIII y desde
1807 en adelante.
Schloss
Liechtenstein, en Austria, origen del nombre familiar
A
pesar de ello, y aunque poseyeran grandes terrenos en Alemania (Baja Austria, Bohemia y Estiria),
estos ricos territorios estaban dados en un régimen feudal bajo el dominio de señores feudales de
mayor rango, en particular en las diferentes líneas de la familia Habsburgo, a la que
muchos Liechtenstein fueron cercanos asesores. Permaneció virtualmente bajo mando español
cuando el rey Carlos I de España es nombrado también emperador del Sacro Imperio Romano
Germánico. Estos poderes pasaron a su hermano Fernando una vez abdicó.
Por
lo tanto, sin tener ninguna tierra directamente debajo de los Emperadores romanos, la
dinastía de Liechtenstein fue incapaz de cumplir con el requisito principal
para tener derecho a un escaño en la Dieta Imperial, el Reichstag, aunque
su jefe fue elevado al rango principesco en el siglo XVII.
Edad
Moderna
Liechtenstein
fue invadida por tropas austríacas y suecas durante la Guerra de los Treinta
Años de
1618-1648. Durante el
siglo XVII el país fue afectado por una plaga y también por una cacería de brujas, en la
que más de 100 personas fueron perseguidas y ejecutadas.
En 1699 el
príncipe Johann Adam Andreas de
Liechtenstein compró el dominio
de Schellenberg y en 1712 el condado de Vaduz (el condado medieval de Vaduz fue
formado en 1342 como una pequeña subdivisión del condado Werdenberg de la
dinastía de Montfort
de Vorarlberg).
Este príncipe de Liechtenstein tenía vastas propiedades en Austria, Bohemia y
Moravia, pero ninguna de sus tierras fue obtenida directamente del emperador. Por lo tanto, al príncipe se le
prohibió la entrada al Consejo de los Príncipes y el prestigio y la influencia
que ello implicaría.
Johann Adam Andreas von Liechtenstein (1706)
Con
la adquisición de los señoríos de Schellenberg y Vaduz, modestas áreas de
pueblos de montaña cada uno de los cuales fue directamente subordinado al
emperador porque no había duque de Suabia, el príncipe de Liechtenstein logró
su objetivo, un lugar en el gobierno del Sacro Imperio Romano Germánico. El territorio tomó el nombre de la
familia que hoy lo gobierna.
El 23 de enero de 1719 el emperador Carlos VI decretó que los condados de Vaduz y
Schellenberg se unieran para formar un principado con el nombre de
Liechtenstein en honor a su sirviente Anton
Florian de Liechtenstein, por el que se convertía en Heiliger Römischer Reichsfürst. Es
en este momento cuando Liechtenstein se convierte en un estado soberano del
Sacro Imperio Romano Germánico. Irónicamente, aunque como prueba de la
importancia política que tenían estas compras de territorios, los Príncipes de
Liechtenstein no pisaron sus dominios en el principado hasta varias décadas más
tarde.
La bandera de Liechtenstein en la frontera con Austria (Hinterschellenberg)
Siglo
XIX
En 1806, el Sacro Imperio Romano
Germánico fue invadido por Francia.
Este hecho trajo grandes consecuencias para Liechtenstein. Las maquinarias legales
y políticas del Imperio se derrumbaron cuando el emperador abdicó. El propio
Imperio se disolvió. El resultado de la disolución fue que Liechtenstein ya no
tenía obligaciones para ningún señor feudal más allá de sus fronteras. Algunas
publicaciones modernas atribuyen (incorrectamente) la soberanía de
Liechtenstein a estos sucesos. En realidad, su príncipe se convirtió en el
único señor soberano del principado. Después de la separación del Imperio
Germánico, se alió con la Confederación
del Rin, que había sido creada por Napoleón
I.
Los
franceses bajo Napoleón
ocuparon
el país durante unos años, pero Liechtenstein, mantuvo su independencia en
1815. Poco
después, el principado se unió a la Confederación
Alemana (20
de junio de 1815 a 24 de agosto de 1866, que fue presidida por el emperador de Austria). Luego,
en 1818, Johann
I le concedió
una constitución, a pesar de que estaba limitado en su naturaleza. Ese año también vio la primera visita de un miembro de
la casa de Liechtenstein, el príncipe Alois. Sin embargo, la primera visita de un
príncipe soberano no se produciría hasta 1842.
Alois II von Liechtenstein (1858)
En
1862, una nueva
Constitución fue promulgada, la cual
preveía un representante del pueblo para la Dieta. En 1868, después de disuelta la
Confederación Alemana, Liechtenstein desmanteló su ejército de 80 hombres y
declaró su permanente neutralidad, que se
respetó durante las dos guerras mundiales.
Liechtenstein
durante las guerras mundiales
Hasta
el final de la primera guerra, Liechtenstein estuvo
estrechamente ligado al
Imperio Austrohúngaro. En respuesta, los Aliados impusieron un
embargo económico en el principado. La
devastación económica obligó al país a la conclusión de una unión aduanera y
monetaria con Suiza. En 1919, Liechtenstein y Suiza
firmaron un tratado mediante el cual Suiza asumía la
representación de los intereses de Liechtenstein en el
ámbito diplomático y consular en los países donde mantiene una representación y Liechtenstein no.
En
la primavera de 1938, justo después de la anexión de Austria en la Gran Alemania, el
Príncipe Franz I, de ochenta y cuatro años de edad, abdicó, nombrando a su primo
tercero, el
príncipe Franz Joseph II, de treinta y un años, como su sucesor. Mientras el príncipe Franz afirmaba
que la vejez era la razón de su abdicación, se cree que no tenía ningún deseo
de estar en el trono si Alemania engullía a su nuevo vecino, Liechtenstein. Su esposa, con quien se había casado
en 1929, era una rica judía de Viena, y
locales nazis de Liechtenstein ya la habían señalado como su "problema" anti-semita. Aunque Liechtenstein no contaba con
ningún funcionario del partido nazi, un movimiento de simpatía nazi había
estado latente durante años dentro de su partido Unión Nacional.
El
Príncipe Franz Josef II se convirtió en el primer príncipe de Liechtenstein en
establecer su residencia permanente en el principado.
Durante la Segunda Guerra Mundial,
Liechtenstein permaneció neutral, mientras que los tesoros de la familia dentro
de la zona de guerra eran llevados a Liechtenstein (y Londres) para su
custodia. Sin
embargo el estado mantuvo cooperación y trato de favor con el gobierno nazi
de Hitler por temor a la represalia de ser
invadidos.
Al
final del conflicto, Checoslovaquia y Polonia, actuando
para aprovechar lo que consideraban posesiones alemanas, expropiaron la
totalidad de las tierras hereditarias de la dinastía de Liechtenstein y las
posesiones en Bohemia, Moravia y Silesia -los
príncipes de Liechtenstein vivieron en Viena hasta el Anschluss de 1938. Las expropiaciones (sujetas a
litigio jurídico moderno en la Corte
Internacional de Justicia) incluían más de 1.600 kilómetros
cuadrados de tierras agrícolas y forestales, y varios castillos y palacios de
la familia. Los
ciudadanos de Liechtenstein tenían prohibida también la entrada de
Checoslovaquia durante la Guerra
Fría.
El
Castillo de Vaduz, hoy residencia oficial del soberano de Liechtenstein
Liechtenstein
dio asilo a unos 500 soldados del Primer
Ejército Nacional de Rusia (una fuerza colaboracionista de Rusia en el
Wehrmacht alemán) en
la clausura de la Segunda Guerra, lo que es conmemorado con un monumento en la
ciudad fronteriza de Hinterschellenberg que se
marca en el mapa turístico del país. El acto de
la concesión del asilo no era un asunto menor ya que el país era pobre y tenía
dificultades para alimentar y cuidar a un grupo tan grande de refugiados.
Finalmente, Argentina accedió a reasentar a los solicitantes de asilo
permanente. Por el contrario, los
británicos repatriaron los rusos que lucharon en el bando de Alemania a la URSS, donde
fueron tratados sumariamente como traidores y la mayoría de ellos fueron ejecutados,
incluyendo a sus familias.
De la
posguerra al siglo XXI
En
una situación financiera desesperada después de la guerra, la dinastía de
Liechtenstein a menudo recurría a la venta de tesoros artísticos de la familia,
incluyendo por ejemplo el retrato "Ginevra
de 'Benci"
de Leonardo da
Vinci,
que fue comprada por la Galería
Nacional de Arte de Estados
Unidos en 1967. Liechtenstein prosperó, sin embargo,
durante las siguientes décadas, puesto que modernizó su economía con la ventaja
de las bajas tasas de impuestos que atrajeron a muchas empresas al país. Liechtenstein se convirtió cada vez
más importante como centro financiero.
El 7 de marzo de 1943, en Vaduz, Francisco José II se casó con la
condesa austríaca Georgine "Gina" Norberte de Wilczek.
En
1989, el Príncipe Hans-Adam II sucedió a su padre Franz Josef II en el trono, y en 1996, Rusia devolvió los archivos de la familia
Liechtenstein, acabando así una larga disputa entre ambos países. En 1978,
Liechtenstein se convirtió en un miembro del Consejo
de Europa, entrando más tarde en las Naciones
Unidas en 1990, la Asociación Europea de Libre Comercio en 1991 y el Espacio Económico Europeo y la Organización
Mundial del Comercio en 1995.
En
un referéndum convocado en 16 de marzo de 2003,
el Príncipe Hans-Adam, quien había amenazado con abandonar el país si perdía,
ganó con una amplia mayoría (64.3%) a favor de cambiar la constitución para
entregarle más poderes que a ninguna otra monarquía en Europa. La nueva constitución otorga
al príncipe el poder de disolver gobiernos y aprobar los candidatos a jueces,
así como permitirle vetar leyes con simplemente no firmarlas en un plazo de
seis meses.
La familia real
.
Estimado Gustavo: He necesitado unos datos sobre la Casa Liechtenstein, y loos mejores los he encontrado en tu blog. ¡Qué magnífico historiador eres! Gracias. Espero te vaya bien. Saludos.
ResponderEliminarQué gentil, amiga Maria Águila! Agradezco un poco tardíamente sus palabras (pero nunca es tarde). Un gran saludo
Eliminarbueno estoy encantada leyendo todos sus articulos. me gusta la historia. y la realeza. gracias sr paco.
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