miércoles, 18 de julio de 2012

El Principado de Liechtenstein


El Principado de Liechtenstein es un país en la Europa Central, uno de los más pequeños del mundo, sin acceso al mar, puesto que está rodeado al oeste por Suiza y al este por Austria, países también sin salida marítima. Las fronteras de Liechtenstein han permanecido inalteradas desde 1434, cuando el Rin estableció el límite entre el Sacro Imperio Romano Germánico y los cantones suizos.



Gran Escudo de Armas del Fürstentum Liechtenstein



El moderno territorio conocido como Liechtenstein fue antes una parte (aunque diminuta) de la provincia de Recia del antiguo Imperio romano. Durante siglos este territorio, geográficamente excluido de los intereses estratégicos europeos, contribuyó poco a la historia europea. Antes del gobierno de la dinastía actual, la región era un recinto feudal de una de las primeras líneas de la Casa de los Habsburgo. La zona, parte de Recia, fue incorporada al imperio carolingio y dividida en condados, los cuales se subdividieron través de las generaciones. 

Debido a que el ducado de Suabia perdió su duque en 1268 y nunca fue restaurado, todos los vasallos del ducado se convirtieron en vasallos inmediatos del trono imperial (como ha ocurrido en gran parte de Westfalia, cuando el ducado de Sajonia se dividió y se disolvió parcialmente en las secuelas de la derrota de Enrique el León).

La dinastía de Liechtenstein, de la cual el Principado toma su nombre (más que al revés) estaba entre las familias nobles más poderosas de Alemania al final de la Edad Media. La familia, a su vez toma su nombre del Castillo de Liechtenstein, en la Baja Austria, del cual era propietaria desde por lo menos 1140 hasta el siglo XIII y desde 1807 en adelante. 



Schloss Liechtenstein, en Austria, origen del nombre familiar



A pesar de ello, y aunque poseyeran grandes terrenos en Alemania (Baja Austria,  Bohemia y Estiria), estos ricos territorios estaban dados en un régimen feudal bajo el dominio de señores feudales de mayor rango, en particular en las diferentes líneas de la familia Habsburgo, a la que muchos Liechtenstein fueron cercanos asesores. Permaneció virtualmente bajo mando español cuando el rey Carlos I de España es nombrado también emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Estos poderes pasaron a su hermano Fernando una vez abdicó.

Por lo tanto, sin tener ninguna tierra directamente debajo de los Emperadores romanos, la dinastía de Liechtenstein fue incapaz de cumplir con el requisito principal para tener derecho a un escaño en la Dieta Imperial, el Reichstag, aunque su jefe fue elevado al rango principesco en el siglo XVII.

Edad Moderna

Liechtenstein fue invadida por tropas austríacas y suecas durante la Guerra de los Treinta Años de 1618-1648. Durante el siglo XVII el país fue afectado por una plaga y también por una cacería de brujas, en la que más de 100 personas fueron perseguidas y ejecutadas.

En 1699 el príncipe Johann Adam Andreas de Liechtenstein compró el dominio de Schellenberg y en 1712 el condado de Vaduz (el condado medieval de Vaduz fue formado en 1342 como una pequeña subdivisión del condado Werdenberg de la dinastía de Montfort de Vorarlberg). Este príncipe de Liechtenstein tenía vastas propiedades en Austria, Bohemia y Moravia, pero ninguna de sus tierras fue obtenida directamente del emperador. Por lo tanto, al príncipe se le prohibió la entrada al Consejo de los Príncipes y el prestigio y la influencia que ello implicaría.



Johann Adam Andreas von Liechtenstein (1706)


Con la adquisición de los señoríos de Schellenberg y Vaduz, modestas áreas de pueblos de montaña cada uno de los cuales fue directamente subordinado al emperador porque no había duque de Suabia, el príncipe de Liechtenstein logró su objetivo, un lugar en el gobierno del Sacro Imperio Romano Germánico. El territorio tomó el nombre de la familia que hoy lo gobierna. 

El 23 de enero de 1719 el emperador Carlos VI decretó que los condados de Vaduz y Schellenberg se unieran para formar un principado con el nombre de Liechtenstein en honor a su sirviente Anton Florian de Liechtenstein, por el que se convertía en Heiliger Römischer Reichsfürst. Es en este momento cuando Liechtenstein se convierte en un estado soberano del Sacro Imperio Romano Germánico. Irónicamente, aunque como prueba de la importancia política que tenían estas compras de territorios, los Príncipes de Liechtenstein no pisaron sus dominios en el principado hasta varias décadas más tarde.



La bandera de Liechtenstein en la frontera con Austria (Hinterschellenberg)



Siglo XIX

En 1806, el Sacro Imperio Romano Germánico fue invadido por Francia. Este hecho trajo grandes consecuencias para Liechtenstein. Las maquinarias legales y políticas del Imperio se derrumbaron cuando el emperador abdicó. El propio Imperio se disolvió. El resultado de la disolución fue que Liechtenstein ya no tenía obligaciones para ningún señor feudal más allá de sus fronteras. Algunas publicaciones modernas atribuyen (incorrectamente) la soberanía de Liechtenstein a estos sucesos. En realidad, su príncipe se convirtió en el único señor soberano del principado. Después de la separación del Imperio Germánico, se alió con la Confederación del Rin, que había sido creada por Napoleón I.

Los franceses bajo Napoleón ocuparon el país durante unos años, pero Liechtenstein, mantuvo su independencia en 1815. Poco después, el principado se unió a la Confederación Alemana (20 de junio de 1815 a 24 de agosto de 1866, que fue presidida por el emperador de Austria). Luego, en 1818, Johann I le concedió una constitución, a pesar de que estaba limitado en su naturaleza. Ese año  también vio la primera visita de un miembro de la casa de Liechtenstein, el príncipe Alois. Sin embargo, la primera visita de un príncipe soberano no se produciría hasta 1842. 



Alois II von Liechtenstein (1858)



En 1862, una nueva Constitución fue promulgada, la cual preveía un representante del pueblo para la Dieta. En 1868, después de disuelta la Confederación Alemana, Liechtenstein desmanteló su ejército de 80 hombres y declaró su permanente neutralidad, que se respetó durante las dos guerras mundiales.

Liechtenstein durante las guerras mundiales

Hasta el final de la primera guerra, Liechtenstein estuvo estrechamente ligado al Imperio Austrohúngaro. En respuesta, los Aliados impusieron un embargo económico en el principado. La devastación económica obligó al país a la conclusión de una unión aduanera y monetaria con Suiza. En 1919, Liechtenstein y Suiza firmaron un tratado mediante el cual Suiza asumía la representación de los intereses de  Liechtenstein  en el ámbito diplomático y consular en los países donde mantiene una representación y Liechtenstein no.

En la primavera de 1938, justo después de la anexión de Austria en la Gran Alemania, el Príncipe Franz I, de ochenta y cuatro años de edad, abdicó, nombrando a su primo tercero, el príncipe Franz Joseph II, de treinta y un años, como su sucesor. Mientras el príncipe Franz afirmaba que la vejez era la razón de su abdicación, se cree que no tenía ningún deseo de estar en el trono si Alemania engullía a su nuevo vecino, Liechtenstein. Su esposa, con quien se había casado en 1929, era una rica judía de Viena, y locales nazis de Liechtenstein ya la habían señalado como su "problema" anti-semita. Aunque Liechtenstein no contaba con ningún funcionario del partido nazi, un movimiento de simpatía nazi había estado latente durante años dentro de su partido Unión Nacional.




Estampilla de 1920, donde figuran los blasones del Principado



El Príncipe Franz Josef II se convirtió en el primer príncipe de Liechtenstein en establecer su residencia permanente en el principado.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Liechtenstein permaneció neutral, mientras que los tesoros de la familia dentro de la zona de guerra eran llevados a Liechtenstein (y Londres) para su custodia. Sin embargo el estado mantuvo cooperación y trato de favor con el gobierno nazi de Hitler por temor a la represalia de ser invadidos.

Al final del conflicto, Checoslovaquia y Polonia, actuando para aprovechar lo que consideraban posesiones alemanas, expropiaron la totalidad de las tierras hereditarias de la dinastía de Liechtenstein y las posesiones en Bohemia, Moravia y Silesia -los príncipes de Liechtenstein vivieron en Viena hasta el Anschluss de 1938. Las expropiaciones (sujetas a litigio jurídico moderno en la Corte Internacional de Justicia) incluían más de 1.600 kilómetros cuadrados de tierras agrícolas y forestales, y varios castillos y palacios de la familia. Los ciudadanos de Liechtenstein tenían prohibida también la entrada de Checoslovaquia durante la Guerra Fría. 



El Castillo de Vaduz, hoy residencia oficial del soberano de Liechtenstein



Liechtenstein dio asilo a unos 500 soldados del Primer Ejército Nacional de Rusia (una fuerza colaboracionista de Rusia en el Wehrmacht alemán) en la clausura de la Segunda Guerra, lo que es conmemorado con un monumento en la ciudad fronteriza de Hinterschellenberg que se marca en el mapa turístico del país. El acto de la concesión del asilo no era un asunto menor ya que el país era pobre y tenía dificultades para alimentar y cuidar a un grupo tan grande de refugiados. Finalmente, Argentina accedió a reasentar a los solicitantes de asilo permanente. Por el contrario, los británicos repatriaron los rusos que lucharon en el bando de Alemania a la URSS, donde fueron tratados sumariamente como traidores y la mayoría de ellos fueron ejecutados, incluyendo a sus familias.

De la posguerra al siglo XXI

En una situación financiera desesperada después de la guerra, la dinastía de Liechtenstein a menudo recurría a la venta de tesoros artísticos de la familia, incluyendo por ejemplo el retrato "Ginevra de 'Benci" de Leonardo da Vinci, que fue comprada por la Galería Nacional de Arte de Estados Unidos en 1967. Liechtenstein prosperó, sin embargo, durante las siguientes décadas, puesto que modernizó su economía con la ventaja de las bajas tasas de impuestos que atrajeron a muchas empresas al país. Liechtenstein se convirtió cada vez más importante como centro financiero. 



El 7 de marzo de 1943, en Vaduz, Francisco José II se casó con la condesa austríaca Georgine "Gina" Norberte de Wilczek. 



En 1989, el Príncipe Hans-Adam II sucedió a su padre Franz Josef II en el trono, y en 1996, Rusia devolvió los archivos de la familia Liechtenstein, acabando así una larga disputa entre ambos países. En 1978, Liechtenstein se convirtió en un miembro del Consejo de Europa, entrando más tarde en las Naciones Unidas en 1990, la Asociación Europea de Libre Comercio en 1991 y el Espacio Económico Europeo y la Organización Mundial del Comercio en 1995.

En un referéndum convocado en 16 de marzo de 2003, el Príncipe Hans-Adam, quien había amenazado con abandonar el país si perdía, ganó con una amplia mayoría (64.3%) a favor de cambiar la constitución para entregarle más poderes que a ninguna otra monarquía en Europa. La nueva constitución otorga al príncipe el poder de disolver gobiernos y aprobar los candidatos a jueces, así como permitirle vetar leyes con simplemente no firmarlas en un plazo de seis meses.





La familia real

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3 comentarios:

  1. Estimado Gustavo: He necesitado unos datos sobre la Casa Liechtenstein, y loos mejores los he encontrado en tu blog. ¡Qué magnífico historiador eres! Gracias. Espero te vaya bien. Saludos.

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    1. Qué gentil, amiga Maria Águila! Agradezco un poco tardíamente sus palabras (pero nunca es tarde). Un gran saludo

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  2. bueno estoy encantada leyendo todos sus articulos. me gusta la historia. y la realeza. gracias sr paco.

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