miércoles, 1 de septiembre de 2010

Franciae, alea jacta est

Los primeros pobladores conocidos en el actual territorio francés fueron los celtas, que constituyeron el pueblo galo al fundirse con antiguas tribus galas. En el siglo VI a.C. los griegos se establecieron en Massalia (hoy Marsella). Julio César conquistó las Galias para Roma a mediados del siglo I a.C. y con Augusto quedaron divididas en varias provincias. A partir del siglo IV se producen invasiones germánicas, en especial de los francos que, durante el reinado de Clodoveo, iniciador de la dinastía merovingia, lograron restaurar la unidad de las Galias.

De los francos deriva el antiguo nombre de “Francie” (la “Francia moderna” debe su nombre al dominio feudal de los reyes Capetos alrededor de París). Los francos fueron la primera tribu entre los conquistadores germánicos de Europa, después de la caída del imperio romano, en convertirse al cristianismo a raíz del bautismo de Clodoveo en 498. Así, Francia obtuvo el título de "Hija mayor de la Iglesia”, lo que adoptaría esto como justificación para llamarse con posterioridad “el reino más cristiano” y su soberano Christianissimus Rex.

El bautismo de Clovis

Sobre los territorios que componían la Francia de la Edad Media reinaron las siguientes dinastías:
  • Los Merovingios, descendientes de Meroveo y Clodoveo.
  • Los Carolingios, descendientes de Carlos Martel.
  • Los Capetos, descendientes de Hugo Capeto.
En 751 Pipino el Breve fundó la dinastía carolingia que alcanza el mayor esplendor con su hijo Carlomagno, coronado emperador de Occidente (800). Al morir Carlomagno (814) su imperio fue dividido en tres reinos (Francia Oriental, Francia Central y Francia Occidental), uno de los cuales era aproximadamente lo que hoy es Francia, que más tarde se dividió en principados.

En 987 Hugo Capeto fundó la dinastía de su nombre iniciándose un largo período de régimen feudal. Sus sucesores (la Casa de Valois y la Casa de Borbón) lograron extender su poder sobre la nobleza y contrarrestar los avances ingleses. Felipe II Augusto luchó contra Ricardo Corazón de León, conquistó Normandía, se valió de la cruza albigense para dominar parte de Aquitania y consolidó la autoridad del rey. Luis IX, San Luis (1226-1270) y Felipe IV el Hermoso (1285-1314) afirmaron el poder del Estado y lograron la hegemonía francesa.


Luis IX, San Luis, dando limosna

A la muerte de Carlos IV (1328), último de los Capetos, lo sucedió Felipe VI de Valois, pero Eduardo III de Inglaterra también pretendía el trono, lo que dio origen a la Guerra de los Cien Años, que dejó a Francia muy debilitada. El Estado se reorganizó en tiempos de Carlos VII, con la acción heroica de Juana de Arco (1435). Luis XI (1461-1483) logró fortalecer la integridad territorial del país. Se continuaron las guerras en Italia desde 1494 que terminaron con la derrota de Francisco I.


Enrique IV entra en París (1594)


El siglo XVI se caracterizó por las luchas religiosas entre católicos y protestantes que culminaron cuando Enrique IV (Enrique de Navarra), primero de los Borbones, protestante, se convirtió al catolicismo y publicó el Edicto de Nantes (1589) que garantiza la tolerancia religiosa. Su hijo Luis XIII continuó la restauración política y económica con el apoyo de loas cardenales Richelieu y Mazarino. A la muerte del cardenal Mazarino (1661) comenzó el gobierno de Luis XIV (1643-1715), llegando el absolutismo a su mayor esplendor. En este tiempo Francia poseía la población más grande de Europa y su política, su economía y su cultura influían en todo el continente.


Boda de Luis XIV y María Teresa de Austria (1660)


Culminó la gloria artística y literaria que proseguía en “El siglo de las luces” durante el reinado de Luis XV (1715-1774), que llevó a Francia al primer lugar en Europa, pero también dio comienzo al descontento popular debido a la miseria provocada por los impuestos. Fracasó en la política exterior con la pérdida de las mayores colonias francesas (Canadá, Louisiana y el imperio colonial de la India). En mayo de 1789 Luis XVI convocó a los Estados Generales y en julio del mismo año el pueblo de París tomó la Bastilla, con lo que dio comienzo a la Revolución francesa, el rey fue guillotinado, se abolió la monarquía y se proclamó la Primera República (1792), eliminando las bases económicas y sociales del Antiguo Régimen.

Napoleón, Primer Cónsul (1799)

De 1792 a 1794 se instaló el reino del Terror conducido por Robespierre hasta que, restablecido el Directorio (1795-1799), dio paso al Consulado de Napoleón Bonaparte, quien fue coronado emperador de Francia (1804) y rey de Italia (1805). Es lo que se conoce hoy como el Primer Imperio Francés. Aparte de sus proezas militares, a Napoleón también se le conoce por el establecimiento del Código Napoleónico, un código civil que permanecería vigente hasta la segunda mitad del siglo XX y serviría de modelo a otros países. Se le conoce también por su talento para haberse rodeado de brillantes expertos con un elevado sentido del Estado, que supieron crear el marco jurídico y administrativo de la Francia contemporánea. Otros, sin embargo, lo consideran un dictador tiránico cuyas guerras causaron la muerte de millones de personas, y uno de los personajes más megalómanos y nefastos de todos los tiempos.


Después de llevar a la victoria los ejércitos de la Revolución en una guerra de defensa del territorio nacional amenazado por los ejércitos de las monarquías europeas, su ejército, la Grande Armée, conquistó la mayor parte de Europa continental. En los territorios invadidos, Napoleón nombró a los miembros de la familia Bonaparte y a algunos de sus generales más cercanos como monarcas. Hoy en día, la familia real sueca desciende del general bonapartista Bernadotte.

Alegoría de Luis XVIII ayudando a Francia a sus pies


Tras la derrota final de Napoleón en 1815 en la batalla de Waterloo y como consecuencia del Congreso de Viena, la monarquía francesa fue reinstaurada (Luis XVIII, de la Casa de Borbón), pero con nuevas limitaciones constitucionales. Si bien la organización política de Francia osciló entre república, imperio y monarquía durante 75 años después del golpe de Estado de Napoleón Bonaparte, lo cierto es que la revolución dio a luz a un nuevo régimen donde la burguesía, y en algunas ocasiones las masas populares, se convirtieron en la fuerza política dominante en el país. En 1830, una sublevación civil estableció la monarquía constitucional de julio, que duró hasta 1848. La Segunda República, de breve duración, terminó en 1852, cuando Luis Napoleón Bonaparte, sobrino de Napoleón I, se hizo proclamar emperador como Napoleón III (1852-1870). Se inició así el Segundo Imperio Francés.

Presentación de los planos del Louvre a Napoleón III y la emperatriz Eugenia

urante este nuevo imperio se produce un considerable desarrollo de los medios de transportes, así como una bonanza económica. Sin embargo la política exterior tuvo una serie de fracasos importantes como la Segunda Intervención Francesa en México y sobre todo la estrepitosa derrota en la Guerra Franco-prusiana de 1870 en la cual Napoleón III fue vencido por completo. Este suceso ocasionó la Tercera República (1871).


Adolphe Thiers aclamado en la Asamblea General (1877)


Francia tuvo posesiones coloniales en varias partes del mundo, desde principios del siglo XVII hasta mediados del siglo XX. En los siglos XIX y XX, su imperio colonial global era el segundo más grande del mundo después del Imperio británico. En su pico, entre 1919 y 1939, el segundo Imperio colonial francés se extendió sobre 12.347.000 kilómetros cuadrados de tierra.

Con la presidencia de Thiers el país prosperó económicamente. En 1914 Alemania le declaró la guerra y estalló la Primera Guerra Mundial. Por el Tratado de Versailles (1919) Francia recuperó Alsacia y Lorena. Se produce el surgimiento del nazismo. Aunque en última instancia acabó como vencedor en la Primera Guerra Mundial, Francia sufrió unas pérdidas humanas y materiales enormes que la debilitaron en las décadas por venir. Los años 30 fueron marcados por una variedad de reformas sociales introducidas por el gobierno del Frente Popular. Francia y Reino Unido declararon la guerra a la Alemania nazi el 3 de septiembre de 1939 en virtud de un tratado suscrito con Polonia, cuyo territorio había sido invadido por el ejército alemán.


La Conferencia de Paz de Versailles, 1919


El Reich estableció un régimen autoritario bajo la tutela del mariscal Philippe Pétain, conocido como la Francia de Vichy, que adoptó una política de colaboración con la Alemania Nazi. Los opositores del régimen formaron el estado de Francia Libre fuera de Francia, sostuvieron a la resistencia francesa y fueron sumando cada vez más territorios coloniales a su causa. Francia continental fue liberada con el esfuerzo común de los Aliados, de Francia Libre y de la Resistencia en 1944.

La derrota alemana (1945) produjo la subida al poder de Charles De Gaulle, quien dimitió ese mismo año por entrar en vigor una nueva Constitución y proclamarse la Cuarta República, con Vicente Auriol como presidente. La Cuarta República luchó para mantener su estatus económico y político como potencia mundial e intentó recuperar el control sobre su imperio colonial, afectado por la guerra.


Charles De Gaulle y la Reina Elizabeth, la Reina Madre, en París, 1959


Se producen conflictos coloniales. La revolución argelina produjo una seria crisis en el país que llevó nuevamente al general De Gaulle al poder (1958), el cual presidió la Quinta República haciendo votar una nueva Constitución que otorgaba plenos poderes al presidente. Argelia logró su independencia en 1962. De Gaulle fue reelecto en 1965. Impulsó la reestructuración económica pero en el orden interno su política provocó serios obstáculos. Se producen manifestaciones estudiantiles y una huelga general que paralizó al país en el célebre “mayo francés” (1968). En 1969 De Gaulle renunció a la presidencia y lo reemplazó Georges Pompidou.

A la muerte de Pompidou en 1974 fue elegido presidente el conservador Valery Giscard d’Estaing. En 1981 el candidato del partido Socialista, François Mitterrand se impuso en las elecciones presidenciales y fue reelecto en 1988 por un período de 7 años. En junio de 1991 es nombrada Primer Ministro Edith Cresson, la primera mujer en la historia de Francia que ocupa ese cargo. A partir de entonces se sucederían en la presidencia Jacques Chirac (reelecto) y Nicolas Sarkozy.


El Presidente Mitterrand y la Primera Dama francesa, Danielle, reciben en el Elíseo a Margarita II de Dinamarca y su consorte (1992)


En décadas recientes, la reconciliación y la cooperación de Francia con Alemania han probado la línea central a la integración política y económica de la Unión Europea de desarrollo. La nación francesa ha estado a la vanguardia de los Estados miembros europeos de la Unión que intentaban explotar el ímpetu de la unión monetaria para crear una unión europea política, con una defensa y un aparato unificados y más capaces en la seguridad.






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