miércoles, 29 de septiembre de 2010

Una figura: Olympe de Soissons


Olimpia (en francés, Olympe) Mancini, Condesa de Soissons, fue la segunda de las célebres hermanas Mancini.

Su madre, Girolama Mazzarini, era una de las dos queridas hermanas del poderosísimo valido de Ana de Austria: el Cardenal Jules de Mazarin (aunque ha pasado a la historia con esta versión afrancesada de su nombre, en realidad había nacido Giulio Raimondo Mazzarini, en un tranquilo pueblo de los Abruzzos italianos). Girolama se había casado con el barón romano Michele Mancini y ambos habían tenido una numerosa prole: de sus diez hijos sobrevivieron seis, un varón llamado Filippo y cinco niñas. Luego de la muerte del padre en 1650, Geronima Mazzarini llevó a sus hijas de Roma a París con la esperanza de utilizar la influencia de su hermano, el Cardenal Mazarin, para asegurarles ventajosas alianzas matrimoniales.


El Cardenal


Las otras hermanas Mancini eran:

§ Laura Vittoria, que casó con Luis II de Borbón-Vendôme, duque de Vendôme, heredero del hijo natural de Henri IV de Francia.
§ Anna Maria, la menos bella de todas pero quien obtuvo el premio mayor: Luis XIV -más tarde casaría con el príncipe Lorenzo Colonna-.
§ Ortensia, la belleza de la familia, escapó de su abusivo esposo, Armand-Charles de la Porte, duque de La Meilleraye, y se fue a Londres, donde se convirtió en amante del rey Carlos II.
§ Maria Anna, quien casó con Maurice Godefroy de la Tour d'Auvergne, duque de Bouillon, un sobrino del vizconde Henri de Turenne.


Las hermanas Marie, Olympe y Hortense


El Cardenal Mazarin nunca dejó de favorecer a sus hermanas, la ya mencionada Girolama y otra mayor, Laura Margherita. Más adelante, ese trato de favor se dirigió especialmente a la descendencia de ambas. Laura y Olimpia, las dos primeras hijas de Girolama con Michele, pronto fueron llamadas por su tío para que acudiesen a la corte francesa. Ambas recibieron enseguida el apodo de “mazarinettes”, que posteriormente se aplicaría a sus hermanas menores y a sus primas hermanas Martinozzi, las hijas de tía Laura Margherita (Laura Martinozzi, la primogénita, casó con Alfonso IX d’Este, duque de Módena y fue la madre de María de Módena, segunda esposa de James II de Inglaterra. La menor, Anne Marie Martinozzi, casó con Armand, Príncipe de Conti). Jóvenes bonitas e inteligentes, adquirieron la pátina de sofisticación que distinguía al círculo de la reina madre Ana de Austria, amiga y, según los rumores, amante de Mazarin.


Olympe


Las Mancini crecieron en el Palais-Royal junto con el joven Luis XIV. Aunque no era exactamente una belleza, Olimpia poseía un enorme charme e indiscutible fascinación: su cabello oscuro, su complexión brillante, sus ojos negros y vivaces, su figura pulposa y redondeada cual modelo de Rubens. Su aspecto era tan resplandeciente y su personalidad tan notable que en la corte se la solía denominar “la perle des précieuses”.

El rey, entonces un buen mozo soltero, estaba extasiado con ella y se dedicó a cortejarla con entusiasmo, organizando fiestas para poder bailar con ella y ofreciéndole valiosos presentes. Se mantuvo unido fuertemente a la joven Mancini, hasta el punto de que muchos creyeron que eran amantes. Mazarin fue muy claro con Olimpia: si ella cedía a los requerimientos de Luis estando aún soltera, arruinaría sus posibilidades de lograr un matrimonio igual de ventajoso que el que se había obtenido para Laure Victoire con el duque de Vendôme. Por tanto, Olimpia no cedió ante el rey y, en febrero de 1657, se casó en el curso de una fastuosa ceremonia con Eugène-Maurice, Príncipe de Savoie-Carignan (1633-1673), más tarde Conde de Soissons. Ya a salvo las apariencias, Olympe (como era conocida en Francia) pudo volver a inflamar la pasión real.

El Rey Sol


Al ser esposa de Monsieur le Comte, ella sería tratada en la corte como Madame la Comtesse. Este tratamiento era usado por el jefe de la rama más joven de la Casa de Borbón, el conde de Soissons, título que había sido adquirido por el primer Príncipe de Condé en 1557 y retenido por sus descendientes durante más de dos generaciones. Cuando el título pasó a la hermana menor del 2º conde de Soissons, Marie de Borbón-Condé, esposa de Thomas François, príncipe de Carignano, comenzó a ser conocida como Madame la Comtesse de Soissons. A su muerte, el título pasó a su segundo hijo, el esposo de Olympe, quien sería tratado como Monsieur le Comte.

Pero entonces habían aparecido en escena (ya que se habían trasladado a Francia en 1654) las tres hermanas pequeñas: Marie, Hortense y Marianne. La primera se había enamorado apasionadamente del rey, el mismo que aún buscaba solaz con Olympe de Soissons. Un hecho fortuito inclinaría la balanza: en el verano de 1658, luego de una repentina enfermedad lo bastante seria como para que se temiese por su vida, Luis XIV empezó a frecuentar a Marie Mancini. Primero fue un romance absolutamente platónico, pero luego ambos se convencieron de que sus sentimientos recíprocos culminarían en matrimonio.

La cámara de Olympe de Soissons en el Château Condé


Ana de Austria echaba chispas. Durante la etapa ominosa de la enfermedad de su hijo, se había decidido a negociar, en cuanto se recuperase el joven rey, un matrimonio dinástico con España, su país natal. Felipe IV, hermano de Ana, tenía una hija que cuadraba en edad con el monarca: la infanta María Teresa. Ana ordenó a Mazarin lograr un compromiso en firme en un mínimo plazo de tiempo, para que la boda no se demorase y su hijo, unido a su sobrina la infanta española, pudiese empezar a engendrar la siguiente generación de la dinastía. El empeño de Luis en casarse con Marie Mancini era un inconveniente y Anne y Mazarin concordaron en que lo más inteligente era apartar a Marie de Louis: sería enviada junto a sus hermanas Hortense y Marianne a la fortaleza de Brouage, en La Rochelle.

En el caso de que María Teresa no lograse insuflar en Luis tal clase de amor que le hiciese borrar de su corazón y su mente a Marie, emplearían en la tarea a Olympe de Soissons. Efectivamente, cuando Luis volvió a París con su María Teresa, demasiado seria y pacata para su gusto, Olympe aprovechó para relanzar su historia erótico-galante con Luis. Madame la Comtesse no dudó en enviarle a su hermana Marie una carta en la que proporcionaba suculentos detalles acerca de su propia implicación con el rey. Marie se quedó devastada. Ahora comprendía que ella, relegada en Brouage, nada podía hacer para competir con la vibrante y sensual Olympe.


Eugène-Maurice de Savoie-Carignan


Con el príncipe de Saboya-Carignano, Olympe tuvo cinco hijos y tres hijas, entre ellos el que sería célebre soldado Eugenio de Saboya. Pero ninguno de los padres pasó mucho tiempo con los niños: su padre, un valiente pero poco atractivo soldado del ejército francés, pasaba mucho de su tiempo en campaña, mientras que la pasión de Olympe por las intrigas de la corte significaba que los niños recibían escasa atención de su madre.

Casi enseguida que su hermana Marie se uniera con el Príncipe Lorenzo Colonna en un matrimonio arreglado, Olympe fue nombrada Superintendente de la Casa de la Reina, lo que le daba autoridad sobre todas las otras damas de la corte con la excepción de las Princesas de la sangre. Como era, por naturaleza, una intrigante, pronto se vio envuelta en varias intrigas cortesanas.

El Hôtel de Soissons


Decidió aliarse con la cuñada de Luis XIV, Henriette-Anne Stuart, duquesa de Orléans, quien era conocida en la corte como Minette. Cuando la duquesa y el rey trataron de ocultar su relación de los demás, Olympe, queriendo tomarse la revancha, presentó a Luis una de las damas de Henriette, Louise de La Vallière, para que él pudiera reclamar que su atención sobre Minette y sus damas estaba basada en su afecto por Louise y no Minette.

El asunto todavía se enredó bastante más. Olympe, ya sin nada que hacer respecto al rey, se había reconfortado en brazos del gallardo y malicioso marqués de Vardes, quien se dedicaba a propagar rumores sobre el duque de Orleans y el caballero de Lorena, para gran bochorno de Minette. Temiendo la lengua suelta y venenosa de Vardes, Minette persuadió a su hermano mayor, el rey inglés Carlos II, que la ayudase a convencer a Luis XIV que el marqués era un intrigante. Vardes acabó en La Bastilla y luego se le condenó a exilio perpetuo. Muy ofendida, Olympe decidió actuar a la vez contra Minette y contra Louise de LaVallière: contó a Luis que Minette se había escrito durante años con el duque de Guiche gracias a la silenciosa complicidad de Louise. El rey se enojó tanto, que Louise buscó refugio temporal en un convento tras recibir las imprecaciones de su amante.


Olympe a caballo


Después de caer en desgracia en la corte, Olympe se dirigió a Catherine Monvoisin (conocida como La Voisin) y las artes de la magia negra y la astrología. Su cometido era envenenar a Louise de La Vallière. Envuelta en el hecho conocido en la historia como el Affaire des poisons, ahora abundaban las sospechas sobre su participación en la muerte prematura de su marido en 1673 e incluso se dijo que había amenazado al rey con las palabras “vuelve a mí o lo lamentarás”. Para peor, en 1689 fue sospechosa de envenenar a María Luisa de Orléans, reina de España, hija de Minette y sobrina de Luis XIV, cuya confianza había obtenido luego de residir en España al ser expulsada de Francia como resultado del asunto de los venenos.

En enero de 1690 se le ordenó abandonar la corte española y se mudó a Bruselas, reclamando su inocencia. Ocasionalmente viajaba a Inglaterra con sus dos hermanas Marie y Hortense. En Bruselas se convirtió en patron de músicos como Pietro Antonio Fiocco y Henry Demarest. Murió en 1708, exactamente tres meses después de la victoria de su hijo Eugène en la batalla de Oudenarde, el día de su 70º cumpleaños.


Olympe como Athena


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