Las monarquías en el reino de Israel se extienden aproximadamente desde el -1050 hasta el -920 a. C.
Después de 200 años de un éxito relativo en cuanto al asentamiento en la tierra de Israel, los hebreos se unieron para formar un único estado bajo una sola monarquía. Durante los primeros siglos, en esa zona, los hebreos eran regidos en forma esparcida por “jueces” quienes parecían ejercer un limitado control judicial, legislativo y aún militar sobre las tribus hebreas que debían ser independientes.
Por momentos, numerosos “enviados” liderarían a algunas tribus en contra de los agresores u opresores no hebreos, y luego se desvanecerían en la historia. Aún así, las tribus enfrentaban constantemente las amenazas de invasión y opresión, y todavía no estaban certeras en cuanto a su fe en un solo Dios (Adonai).
Saúl
Los hebreos, de todas maneras, comenzaron a requerir soluciones más permanentes para sus problemas políticos y militares. Observando los modelos monárquicos de Egipto y la Mesopotamia, particularmente entre sus vecinos, los cananeos, filisteos, moabitas y amonitas, las tribus hebreas comenzaron a demandar un rey.
Tal como se halla relatado en los libros I Samuel y II Samuel, los hebreos solicitaron a Samuel, el juez y profeta de Israel, un rey. El relato deja en claro que tanto Samuel como Yahvé consideraron esta actitud como desobediencia; según Samuel el pueblo hebreo sufriría graves consecuencias por esta desobediencia. Sin embargo, Yahvé, así como sucedió con Moisés y otros “enviados” en la historia hebrea, seleccionó un rey para los hebreos. Samuel formalmente lo ungió como tal, con aceite, para simbolizar su elección como monarca. Se trataba de Saúl, que según la historia hebrea fue elegido por aclamación popular del pueblo.
Aparentemente fue elegido por su altura y bella apariencia, pero pronto probó ser ineficaz. Saúl constituía alguien fuera de lo común para Cercano Oriente ya que parece haber sido un líder militar. No hay registros de su ejercicio de poder monárquico fuera del ámbito militar. Los hebreos, después de todo y para esa época todavía eran un pueblo tribal, de tal forma que la transición hacia la monarquía fue lenta.
Saúl no era un monarca rico, los registros de su reinado demuestran que no era más rico que otros líderes tribales. La historia hebrea de Saúl enfatiza su desobediencia porque repetidamente falla en cumplir las instrucciones de Yahvé, inspiradas en Samuel. Entonces surge otro líder, David.
Saúl y David
Aparentemente, Saúl reinó solamente dos años. A partir de él la monarquía es tomada como un desarrollo negativo en la historia hebrea, y esto resulta asombroso considerando que los recuentos históricos fueron escritos después de siglos de las monarquías hebreas y judías. Desde el punto de vista religioso, representa la negativa hebrea a ser regidos por Dios en favor de un regidor humano.
David
Aún antes de que Saúl hubiera sido designado como Rey, Yahvé elige otro candidato en función de la desobediencia de Saúl: David. Muy desconfiado, Saúl intenta matar varias veces al joven David, pero éste huye hacia las colinas. Cuando Saúl se mata, David retorna y se erige en Rey. Los relatos de su reinado son muy ambivalentes. David es claramente un héroe durante el reinado de Saúl, pero su carácter cambia con el ejercicio del poder hasta que comete el crimen mayor, mucho peor que cualquier otro delito que hubiera cometido Saúl: manda a matar a un hombre para casarse con su mujer.
El juicio a David parece ser ambivalente, otra vez, pero sus éxitos en 40 años de reinado son innegables. Después de siglos de perder en batallas, los hebreos finalmente derrotan a los filisteos bajo un brillante liderazgo militar de David. Sus campañas militares transformaron al nuevo reino hebreo en un Imperio hebreo. Un imperio es un estado que rige varios estados semi-independientes. Estos estados independientes nunca se integraron completamente en el estado mayor, pero bajo la amenaza de retaliación militar, enviaban su tributo y labor al rey del Imperio.
Mucho más importante es el hecho de que David unifica las tribus de Israel bajo una monarquía absoluta. Un gobierno monárquico requiere mucho más que campañas militares, también requiere obras públicas, legislación, judiciales, etc.
David tañendo su arpa
También reconstruyó Jerusalén como una capital rica, grande y opulenta. Un gobierno central, un ejército en armas y mucho dinero no vienen solos; los hebreos pronto se hallaron pagando pesados impuestos –por primera vez desde su salida de Egipto.
Salomón
Fue el tercer y último rey de un estado hebreo unido. Transformó a la monarquía hebrea en algo comparable a las monarquías opulentas del Medio Oriente y Egipto. El relato hebreo muestra un sabio rey, aunque este retrato no es del todo positivo y algunos aspectos perturbadores emergen claramente.
Salomón deseaba ser Rey según el modelo de los reyes de la Mesopotamia. Construyó una extremadamente rica y opulenta capital en Jerusalén con un palacio magnífico y un enorme templo junto al palacio (el Templo). Tomó 700 esposas y más de 300 concubinas, la mayoría de las cuales no eran hebreas (en el Libro de Jueces, Dios le prohíbe a todo hombre hebreo casarse con no-hebreas).
Toda esta infraestructura y riqueza requería de bienes importados: oro, cobre y cedros que no podían hallarse en Israel. Salomón impuso altísimos impuestos a su pueblo, y aquello que no podía pagar a través de los impuestos, lo pagaba con tierras (y la gente en ellas). Entregó 20 ciudades a poderes extranjeros, y a los fenicios les pagó con trabajo de esclavos: cada tres meses, 30 mil hebreos debían efectuar trabajos esclavizantes para el rey de Tiro. Esto, parecería ser lo que el profeta Samuel expresó cuando dijo que el pueblo sufriría mucho por tener un rey.
Salomón y la Reina de Saba
Sufriendo bajo la opresión de Salomón, los hebreos estaban muy descontentos y enardecidos, de tal forma que a la muerte de Salomón (circa -926) las diez tribus del norte hicieron una revolución. Negándose a ser regidos por el hijo de Salomón, Rejoboam, estas tribus establecieron su propio reinado.
El gran imperio de David y Salomón nunca más volvería a ser visto; en su lugar quedaron dos pequeños reinos que perdieron todos los territorios conquistados por David, hasta 100 años después de la muerte de Salomón.
muy buen resumen te da un enfoque rápido y general de la historia monárquica de Israel...
ResponderEliminarUna re garcha no me sirvio me saque 1 y eso que me re machetie
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