El Reino de Suecia (en sueco Konungariket Sverige) es un país escandinavo que limita al norte con Noruega y Finlandia, al este con Finlandia y el golfo de Botnia, al sur con el mar Báltico y al oeste con el mar del Norte y también con Noruega.
Su nombre deriva del latín Suetidi, el cual proviene del vocablo inglés antiguo Sweoðeod, que significa «pueblo de los suiones» (en escandinavo antiguo Svíþjóð). Esta palabra deriva de sweon/sweonas (en escandinavo antiguo sviar, en latín suiones). La etimología de Suiones, y por ende de Suecia, deriva probablemente del proto-germánico Swihoniz, que significa «propiedad de uno»,refiriéndose a la propiedad de una tribu germánica. El nombre en sueco, Sverige significa literalmente «Reino de los suiones» (Sve: suiones; Rike: reino), el cual se utilizaba para designar la zona sur del país habitada por la tribu germánica del mismo nombre.
Variaciones del inglés Sweden se utilizan en la mayoría de los idiomas, excepto en danés y en noruego, donde el nombre es el mismo que en sueco, Sverige. En los idiomas finlandés (Ruotsi) y estonio (Rootsi), el nombre proviene de la misma raíz que la palabra «Rusia», refiriéndose a la etnia Rus, originaria de las zonas costeras de Uppland y Roslagen.
La Suecia moderna surgió de la Unión de Kalmar en 1397, y de la unificación del país por el rey Gustavo Vasa en el siglo XVI. En el siglo XVII amplió sus territorios para formar el Imperio sueco. La mayor parte de los territorios conquistados fuera de la península Escandinava se perdieron durante los siguientes siglos. La mitad oriental de Suecia constituida por la mitad oriental de Norrland y Österland se perdió frente a Rusia en 1809. Desde 1814 no ha participado en ningún conflicto, manteniendo una política exterior de paz y neutralidad en tiempo de guerra.
La cruz nórdica en las banderas de Escandinavia: de izq. a der. Finlandia, Islandia, Noruega, Suecia y Dinamarca.
Época vikinga y Edad Media
La época vikinga sueca abarca desde el siglo VIII hasta el XI. Durante este periodo, se cree que los suiones se expandieron hacia el sureste y se mezclaron con los gautas que habitaban el sur de la actual Suecia. Los vikingos suecos y los vikingos guter realizaban viajes principalmente hacia el este y hacia el sur, yendo a (lo que hoy es) Finlandia, los países bálticos, Rusia, el Mediterráneo y a ciudades tan lejanas como Bagdad. Sus rutas atravesaban los ríos de Rusia hasta llegar a la capital del Imperio bizantino, Constantinopla (actualmente Estambul), de donde partían hacia distintas direcciones.
El emperador bizantino Teófilo comprobó la destreza que poseían para la guerra y los invitó a servirle como su guardia personal, la cual tomó el nombre de Guardia varega. También se cree que un grupo de vikingos suecos, llamados «rus», son los padres fundadores de Rusia. Las expediciones de estos fueron plasmadas en muchas piedras rúnicas existentes en el país, tales como las piedras griegas y varegas. Hubo también una participación vikinga considerable en expediciones al oeste, las cuales fueron registradas en las piedras rúnicas inglesas.
No se sabe cuándo ni cómo se creó el reino de Suecia, pero la lista de monarcas suecos sólo nombra a aquellos que reinaron en Svealand (Suecia) y Götaland (Gothia) al mismo tiempo, siendo el primero de ellos Erik el Victorioso. Previamente, Suecia y Gothia habían sido naciones separadas. Aunque no se sabe desde cuándo existían aquellos reinos, Beowulf los describe en las semi-legendarias guerras entre suecos y gautas del siglo VI.
Erik el Victorioso diciendo una plegaria a Odín antes de la Batalla de Fýrisvellir (985). Erik fue el primer rey en gobernar sobre los suecos y los gautas.
En el año 829, San Oscar introdujo el cristianismo en Escandinavia, pero recién en el siglo XII la nueva religión comenzó a reemplazar las creencias tradicionales. Durante el siglo XI, el cristianismo se convirtió en la religión predominante y para el año 1050 ya se contaba entre las naciones cristianas. El período que va de 1100 a 1400 se caracterizó por las luchas internas por el poder y la competencia entre los reinos nórdicos. Los reyes suecos también empezaron a expandir su territorio hacia Finlandia, creando conflictos con el rus, quienes se habían desprendido de toda conexión con Suecia.
En 1319, Suecia y Noruega fueron unidas por el rey Magnus Eriksson y en 1397 la reina Margarita I de Dinamarca efectuó una unión personal de Suecia, Noruega y Dinamarca, naciendo así la ya nombrada Unión de Kalmar. Sin embargo, los sucesores de Margarita, cuyo poder estaba centrado en Dinamarca, no lograron controlar a la nobleza sueca. Por largos periodos, el poder efectivo lo poseían regentes (notablemente aquellos de la familia Sture) elegidos por el parlamento sueco.
Para remediar la situación, el rey Christian II de Dinamarca ordenó la ejecución de los nobles de Estocolmo. La matanza fue conocida como el «Baño de sangre de Estocolmo» e incitó a la nobleza sueca a formar una nueva resistencia, por lo que el 6 de junio de 1523, nombraron a Gustavo I como su rey. Este hecho se considera a menudo como la fundación del Estado moderno de Suecia y el 6 de junio es ahora la Fiesta Nacional del país. Poco después, Gustavo I rechazó el catolicismo e introdujo la Reforma Protestante en el país. Por estos acontecimientos a Gustavo I se le conoce como el «Padre de la Nación».
Escudo de armas de Suecia durante el reinado de Erik XIV (1560-1568)
El Imperio sueco
Durante el siglo XVII Suecia emergió como una potencia europea. Antes del surgimiento del Imperio sueco, era un país muy pobre, escasamente poblado, poco conocido en el norte de Europa, y con poca participación en asuntos internacionales. Fue repentinamente convertido en una de las naciones líderes en Europa por Axel Oxenstierna y el rey Gustavo II Adolfo, gracias a la conquista de territorios de Rusia y Polonia-Lituania, pero también gracias a su participación en la Guerra de los Treinta Años, la cual la convirtió en el líder continental del protestantismo hasta el colapso del imperio en 1721.
La guerra de Gustavo II Adolfo en contra del Sacro Imperio Romano tuvo un alto costo para este último, donde un tercio de la población murió y casi la mitad de los estados que lo componían fueron ocupados por los suecos. El plan de este monarca era aprovecharse del conflicto armado para expandir los límites de su reino. Sin embargo, murió después en la Batalla de Lützen de 1632, dejando el trono a Cristina de Suecia, que era menor de edad. Después de la Batalla de Nördlingen Suecia se retiró de la guerra y perdió su poderío en la zona sur de la actual Alemania, y las provincias conquistadas se separaron del dominio sueco una a una, dejándola con sólo un par de territorios en el norte: Pomerania Sueca, Bremen-Verden y Wismar.
Monumento a Cristina de Suecia en la Basílica de San Pedro, en Roma
Durante el siglo XVII, el país se vio envuelto en varias guerras, como la que sostuvo contra Polonia-Lituania, en la que ambos compitieron por los territorios de los Países Bálticos hasta la Batalla de Kircholm ocurrida en 1605, la cual es considerada una de las peores derrotas del ejército sueco. Este periodo también fue testigo de «El Diluvio», la invasión sueca de la Unión de Polonia-Lituania. Después de más de medio siglo de una guerra casi constante, la economía sueca se deterioró seriamente.
A mediados del siglo era el tercer país más extenso en Europa, sólo superado por Rusia y España. En 1658 alcanzó su máxima extensión bajo el reinado de Carlos X (1622-1660), poco después de la firma del Tratado de Roskilde. Reconstruir la economía y recuperar el poder militar se convirtió en una labor que se extendió durante toda la vida del sucesor de Carlos X, Carlos XI (1655-1697). El legado para su hijo, Carlos XII, fue uno de los mejores arsenales en el mundo, un ejército numeroso y una gran flota.
En 1700, después de la Batalla de Narva (una de las primeras batallas de la Gran Guerra del Norte), el Ejército Ruso, peor equipado y entrenado y desmoralizado por la retirada de Pedro I de Rusia antes de la batalla, fue severamente diezmado, dándole a Suecia la oportunidad de invadir Rusia. Sin embargo, Carlos XII no persiguió al ejército ruso, sino que se dirigió a Polonia-Lituania y en 1702 derrotó al rey polaco Augusto II y a sus aliados sajones. Carlos XII tenía preparado el terreno para invadir Rusia atacando su capital desde Ucrania pues contaba con la ayuda de cerca de 2.000 cosacos ucranianos. Pero en esta ocasión el ejército zarista estaba mejor preparado y motivado y en 1709 derrotó decisivamente a los suecos en la Batalla de Poltava, lo que significó el comienzo del derrumbe del imperio sueco.
La victoria sueca en la Batalla de Narva (19 de noviembre de 1700)
En 1716, Carlos XII intentó invadir Noruega, sin embargo, su avance fue frenado por los noruegos en 1718, con el asedio de la fortaleza Fredriksten. Los suecos no fueron derrotados militarmente, pero la organización y estructura de la campaña noruega llevaron a la muerte del rey y a la retirada del ejército. Forzada a ceder grandes extensiones de tierra en el Tratado de Nystad de 1721, también perdió su lugar como imperio y como el Estado dominante del mar Báltico.
Con la pérdida de la influencia sueca, Rusia emergió como un imperio y se convirtió en una de las naciones dominantes en Europa. En el siglo XVII, ya carecía de los suficientes recursos para mantener sus territorios fuera de Escandinavia, debido a lo cual perdió la mayoría de éstos, culminando con la pérdida del este de Suecia por Rusia, territorios que se convertirían en el Ducado de Finlandia semiautónomo en la Rusia imperial.
En 1810 el heredero adoptado del rey sueco, el mariscal francés Bernadotte, fue elegido príncipe heredero Carlos por el Riksdag. En 1813, sus fuerzas se unieron a los aliados contra Napoleón. Después de que Dinamarca-Noruega fuera derrotada en las Guerras Napoleónicas, el 14 de enero de 1814 Noruega fue cedida a Suecia a cambio de las provincias del norte de Alemania, en el Tratado de Kiel. Los intentos de Noruega por mantenerse como una nación soberana fueron repelidos por el rey sueco Carlos XIII, quien lanzó una campaña militar contra Noruega el 27 de julio de 1814. El conflicto terminó con la Convención de Moss, la cual forzó a Noruega a una unión personal bajo el poder sueco. La unión duró hasta 1905, cuando fue disuelta pacíficamente a petición de Noruega.
Carlos XIII de Suecia (Carlos II de Noruega) usando la Cruz de la Orden de Carlos III (en rojo)
El siglo XIX fue marcado por el surgimiento de una presión opositora liberal, la abolición de los monopolios de los gremios en el comercio y manufactura en favor de la libre empresa, la introducción de las reformas de tasación y votación, la instauración del servicio militar nacional y la subida en el electorado de los tres principales grupos políticos: Socialdemócrata, Liberal y Conservador.
La monarquía sueca
La monarquía en el Reino de Suecia es constitucional. El actual monarca, Carlos XVI Gustavo, ha reinado desde el 15 de septiembre de 1973. Él y su familia inmediata se comprometen a diversas funciones ceremoniales y de representación. Como Suecia es una democracia representativa basada en un sistema parlamentario, el monarca ha tenido un gran papel ceremonial, aunque oficialmente es jefe de Estado y mantiene los más altos cargos públicos y el más alto rango militar y social de Suecia.
La Ley de Sucesión de 1810 designa a la Casa de Bernadotte como la casa real sueca; también establece que el rey (y por tanto implícitamente cualquier reina reinante) debe ser cristiano protestante. La dinastía Bernadotte fue establecida durante las Guerras Napoleónicas, en una revolución sin derramamiento de sangre después de que la actual Finlandia, entonces la mitad oriental del reino, fuera perdida en poder de Rusia imperial.
La Barca Real sueca, construida para Gustavo III y llamada Vasaorden, se usa en raras ocasiones ceremoniales.
Suecia ha sido un reino desde tiempos prehistóricos. Ya en el siglo I, Tácito escribió que los Suiones tenían un rey, pero el orden de sucesión a los últimos reyes históricos de Suecia no se conoce, a excepción de lo que se explica en la polémica mitología nórdica, las Sagas.
Originalmente, el rey sueco tenía poco poder, y estaba restringido a las funciones de un jefe de guerra, juez y sacerdote en el Templo de Uppsala. Es un testimonio de esta falta de influencia el hecho de que hay miles de piedras rúnicas que conmemoran plebeyos, pero no existen crónicas de reyes de Suecia antes del siglo XIV; sólo unas pocas piedras rúnicas mencionan reyes: Gs 11 (Emund el Viejo), U 11 ( Haakon el Rojo) y U 861 (Blot-Sven).
El poder del rey estaba, sin embargo, muy fortalecido por la introducción del cristianismo durante el siglo XI y los siglos siguientes vieron un proceso de consolidación del poder en manos del rey.
El monarca era elegido tradicionalmente en las Piedras de Mora y el pueblo tenía el derecho de elegirlo pero también deponerlo. Las piedras fueron, sin embargo, destruidas aproximadamente en 1515 y el oficio ha sido hereditario desde 1544.
La Constitución del siglo XIX dividió los poderes de gobierno entre el Riksdag (el Parlamento sueco) y el monarca. Tras el avance del parlamentarismo en 1917 los poderes del rey se redujeron considerablemente y se convirtió en un monarca constitucional con sólo la autoridad política limitada.
Cuatro generaciones Bernadotte en 1906: atrás izquierda, el príncipe heredero Gustavo y su hijo el príncipe Gustavo Adolfo (futuro rey Gustavo VI Adolfo); al centro, el rey Óscar II con el pequeño príncipe Gustavo Adolfo, duque de Västerbotten.
Jefe de Estado
En 1974 un nuevo Instrumento de Gobierno se convirtió en parte de la Constitución, por el cual se abolió el Consejo Privado como entidad gubernamental y se despojó al monarca de prácticamente todos los poderes formales, reteniéndolo como Jefe de Estado. Muchas de las funciones políticas previas del rey fueron trasladadas al Presidente del Riksdag. El monarca lleva al Consejo Privado en una sesión que establece el nuevo gobierno después de una elección general o cambios en el gabinete. El rey también preside el Comité para Asuntos Extranjeros (Utrikesnämnden), un organismo que sirve para informar oficialmente al jefe de Estado y los líderes de la oposición de los asuntos de gobierno. Proyectos de ley aprobados en el Parlamento sueco se convierten en ley sin tener que adquirir el asentimiento real. Así, en Suecia, a diferencia de la mayoría de las monarquías constitucionales, el monarca ya no es siquiera el jefe ejecutivo nominal.
Una reforma constitucional más reciente cambió las reglas de sucesión a la igualdad de primogenitura. Esto permitió a la corona heredar al hijo mayor, independientemente del género y así instaló a la Princesa Victoria como Heredera Aparente desplazando a su hermano menor, el príncipe Carlos Felipe.
Título completo del rey
Un título simplificado que se utiliza a veces en circunstancias menos formales se Rex Sveciae o Sveriges Konung, el rey de Suecia. El título completo tradicional del soberano sueco era:
Por la Gracia de Dios Rey de Suecia, los Godos / Gautas y los Wendos (en sueco: med Guds Nåde Sveriges, Götes och Vendes Konung; en latín: Dei Gratia Suecorum, Gothorum et Vandalorum Rex, a veces la primera parte del título en latín era Svionum o Sveonum, todo significando Suecos, no Suecia).
Estandarte usado por los herederos de la Corona y otros príncipes suecos.
Otros títulos que fueron parte del título completo antes de la Casa de Bernadotte, que accedió al trono en 1818, fueron:
Gran Príncipe de Finlandia, Duque de Scania, Estonia, Livonia, Carelia, Bremen, Verden, Stettin, Pomerania, Casubia y Wendia, Príncipe de Rügen, Señor de Ingria y Wismar, Conde Palatino del Rin, Duque de Baviera, Jülich, Cleves y Berg.
Durante el reinado de la dinastía Holstein-Gottorp el título heredero de Noruega (en sueco: Arvinge till Norge) fue agregado, como también otros títulos que estaban conectados a los duques de Holstein-Gottorp. Cuando después de las guerras napoleónicas Noruega fue incluida en unión personal con Suecia, también se incluyó el título de Rey de Noruega. En antigua pronunciación del sueco el título era Sweriges, Norriges, Göthess och Wendes Konung.
Este título tradicional completo con pequeñas alteraciones había estado en uso desde el establecimiento de la monarquía hereditaria en 1544. Por ejemplo, el título Vendes Konung "Rey de los Wendos" comenzó a ser utilizado entonces. Sin embargo el título Götes Konung, "Rey de los Godos", se remonta a Magnus Ladulås y Erik el Santo, al igual que el título Rey de los Suecos, Konung Svea. Este último ya había cambiado en el siglo XVI para el de Sveriges Konung, Rey de Suecia. Esta forma corta era también de uso frecuente.
El Rey Carlos Gustavo y su familia Carlos XVI Gustavo eligió de plano el título simple y sencillo Rey de Suecia (en sueco: Sveriges Konung), poniendo así fin a una tradición ancestral. Estas innovaciones se reflejan en su divisa personal de För Sverige, i tiden, "Para Suecia, con los tiempos".