El Ducado de Cádiz es el título concedido por Fernando V a Rodrigo Ponce de León (1484-1492), III Conde de Arcos, II Marqués de Cádiz, de la Casa de Arcos. Su nombre se refiere a la ciudad andaluza de Cádiz.
Bandera de la ciudad de Cádiz
Una vez muerto el primer duque, los Reyes Católicos negociaron con su heredera Francisca Ponce de León (1492-1493) la caducidad del marquesado y ducado de Cádiz, reincorporando la ciudad a la Corona tras la muerte de la segunda duquesa. El título permaneció en desuso hasta el siglo XIX.
Desde entonces el título de duque de Cádiz lo han ostentado varios miembros de la familia del rey: Francisco de Asís de Borbón, primogénito del Infante de España Francisco de Paula de Borbón y de Luisa Carlota de Borbón Dos Sicilias, y, tras su muerte en la primera infancia, su hermano (de igual nombre) don Francisco de Asís de Borbón, rey consorte por su matrimonio con Isabel II, quien apenas utilizó este título en vida, y a cuya muerte dicho título volvió a revertir a la Corona.
Rodrigo Ponce de León, 1r Duque de Cádiz por creación de los Reyes Católicos
Una vez Alfonso XIII asumió el trono en 1902, recibió el ducado su primo el Infante de España Fernando de Baviera y Borbón y él lo portó hasta su muerte en 1958, en que revirtió a la Corona. Por último, su descendiente don Alfonso de Borbón y Dampierre recibió el título por parte del abuelo de su esposa, el dictador Francisco Franco. Tras su muerte, el título volvió a revertir a la Corona una vez más.
Primera creación por Fernando V e Isabel I de Castilla
I - Rodrigo Ponce de León (1484-1492)
II - Francisca Ponce de León y de la Fuente (1492-1493)
Segunda creación por Fernando VII
I - Francisco de Asís de Borbón y Borbón (1820-1821)
II - Francisco de Asís de Borbón y Borbón (1822-1902)
III - Fernando de Baviera y Borbón (1902-1958)
Tercera creación por Francisco Franco
I - Alfonso de Borbón y Dampierre 1972-1989
Francisco de Asís de Borbón y Borbón, 1r Duque de Cádiz por creación de Fernando VII
El último duque de Cádiz
Fue Alfonso Jaime Marcelino Manuel Víctor María de Borbón y Dampierre, rey titular de Francia como Alfonso II de Borbón (1936- 1989), nieto de Alfonso XIII de España. Fue pretendiente legitimista al trono de Francia entre el 14 de marzo de 1975, fecha de la muerte de su padre —Enrique VI, de iure— y su muerte, el 30 de enero de 1989.
Su padre renunció en 1933 a los derechos de sucesión al trono de España para él y sus descendientes por su limitación física, ya que era sordo-mudo, y por expresa orden del rey Alfonso XIII de España, su padre, que en aquel entonces ya se encontraba en el exilio debido a la proclamación en 1931 de la Segunda República Española. Además, Jaime de Borbón contrajo matrimonio, algunos años después, con Emmanuella de Dampierre, una mujer que, aunque de familia noble, no pertenecía a la realeza, un requisito para no quedar excluido de la línea de sucesión, que estuvo vigente en la monarquía española desde el reinado de Carlos III.
Don Alfonso, futuro Duque de Cádiz, en brazos de su abuelo, el rey Don Alfonso XIII.
Alfonso de Borbón sólo tuvo un hermano, Gonzalo de Borbón y Dampierre (1937- 2000), con quien tuvo muy buena relación. Sus padres se separaron muy pronto, y el infante Jaime se volvió a casar, esta vez con una cantante prusiana; mientras tanto, Emmanuella de Dampierre se casó con un empresario milanés. Los dos hermanos Borbón y Dampierre deambularon por internados suizos varios, y solían ir a Lausana, para visitar a su abuela, la reina Victoria Eugenia de Battenberg, que les profesaba verdadero afecto. Alfonso XIII nunca consideró a sus nietos Alfonso y Gonzalo miembros de la línea sucesoria debido a la renuncia de su padre. En 1954, tras el permiso del general Franco, volvieron los hermanos a España. Alfonso de Borbón se licenció allí en Ciencias Políticas.
Francisco Franco designó en 1969 al primo de Alfonso, Juan Carlos de Borbón y Borbón como sucesor tras su muerte. Años antes, Alfonso de Borbón había especulado en televisiones francesas con la posibilidad de ser rey de España. -"Hay tres condiciones: tener sangre real, tener 30 años y ser español, y obviamente yo cumplo esos requisitos" dijo entonces Alfonso de Borbón y Dampierre. Estas especulaciones tuvieron su origen posiblemente cuando su padre, Jaime de Borbón y Battenberg se retractó de su renuncia al trono y se autoproclamó Jefe de la Casa Real de los Borbones en sus ramas española y francesa, así como duque de Anjou. Cuando Franco designó al futuro Juan Carlos I como su sucesor, nombró a Alfonso de Borbón y Dampierre embajador de España en Suecia. Fue ahí donde conoció a su futura esposa, María del Carmen Martínez-Bordiú y Franco, nieta del propio Franco. El padre de María del Carmen, el marqués de Villaverde, Cristóbal Martínez-Bordiú, la llevó a un acto al que Alfonso de Borbón le había invitado.
La boda entre el nieto del rey Alfonso XIII y la nieta del General Franco
Después de que Alfonso de Borbón y Dampierre contrajese matrimonio con Carmen Martínez-Bordiú en mayo de 1972, los rumores de una posible alteración de la línea sucesoria reaparecieron. El matrimonio recibió el ducado de Cádiz, título que ella sigue utilizando pese a no ser la poseedora legal del mismo. Algunos familiares y personas del entorno de Francisco Franco y Jaime de Borbón y Battenberg, querían que esta unión significase que Alfonso de Borbón y de Dampierre fuese designado sucesor de Franco con el título de rey, en lugar de su primo hermano Juan Carlos de Borbón y Borbón. Franco sentía verdadera aversión hacia Juan de Borbón y Battenberg y desde algunos sectores se especulaba que dicho cambio tendría lugar. Sin embargo, el Generalísimo no alteró los planes de sucesión de la Jefatura del Estado previstos desde 1969 y Juan Carlos de Borbón fue proclamado Rey de España, tras su muerte, el 20 de noviembre de 1975.
Tras la boda Borbón - Martínez-Bordíu, los recién casados se trasladaron a Estocolmo, donde Alfonso siguió desempeñando las labores de embajador durante todo su mandato. Estando en Suecia, el matrimonio anunció que estaban esperando su primer hijo: Francisco de Borbón y Martínez-Bordíu nació en 1972 en Madrid. Tuvo como padrinos a su bisabuelo Francisco Franco, y a su bisabuela, Vittoria Ruspoli. Dos años después, nació Luis Alfonso de Borbón y Martínez-Bordiú.
Los duques de Cádiz con sus hijos
En 1982 Alfonso de Borbón y Carmen Martínez-Bordiú se divorciaron. Dos años después, Francisco de Borbón, su hijo, falleció en un trágico accidente de automóvil, en el que estaban también su padre y su hermano Luis Alfonso. El nieto de Alfonso XIII sufrió un gran golpe psicológico tras saber del fallecimiento de su hijo mayor.
Su propia muerte, el 30 de enero de 1989, también tuvo características trágicas y misteriosas, en un accidente de esquí en Beaver Creek, Colorado. Fue repatriado posteriormente y enterrado en el Monasterio de las Descalzas Reales, donde descansan también los restos de su hijo Francisco y, desde el año 2000, los de su hermano Gonzalo, fallecido en Lausana, Suiza, a consecuencia de la leucemia.
Alfonso de Borbón y de Dampierre fue considerado por algunos sectores (muy minoritarios) del legitimismo francés como cabeza de la casa real francesa con el nombre de Alfonso II de Francia, al ser el supuesto descendiente más directo por línea paterna de Hugo Capeto y, por tanto, heredero de los antiguos reyes franceses según el derecho del Antiguo Régimen. Sin embargo, estas pretensiones jamás han obtenido ningún reconocimiento ni validez oficial, e incluso su misma base ha sido cuestionada debido a la explícita renuncia de derechos del padre de Alfonso, para sí y para sus descendientes.
Emblemática fotografía: el pretendiente legitimista al trono de Francia, con su heredero, en la residencia de los monarcas del Antiguo Régimen, el Château de Versailles
Desde la muerte del duque de Cádiz, su hijo Luis Alfonso de Borbón Martínez-Bordiú es considerado por algunos monárquicos franceses como Luis XX de Francia, virtual rey de dicho país, y titular de los ducados de Anjou, de Borbón y de Touraine, aunque oficialmente no se le reconocen tales distinciones, ni ninguna otra. En 1987, el gobierno español estableció que el título de duque de Cádiz no era hereditario al estar vinculado tradicionalmente a la Corona y Luis Alfonso no podría heredarlo, ya que no había sido otorgado por el jefe de la Casa Real. Tampoco le reconoce el tratamiento de Alteza Real pues no ha sido concedido por el Rey y, al igual que los ducados ya nombrados, no tienen validez en España.
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