El Trono del Pavo Real, llamado Takht-e Tâvus en persa, es el nombre dado originalmente a un trono mogol de la India, que posteriormente fue adoptado y utilizado para describir los tronos de los emperadores persas desde Nader Shah Afshari y erróneamente a Mohammad Reza Shah Pahlavi (cuyo trono era una reconstrucción del trono aqueménida).
Historia
El nombre proviene de la forma de un trono, con las figuras de dos pavos reales de pie detrás de él, sus colas expandidas y todo incrustado de zafiros, rubíes, esmeraldas, perlas y otras piedras preciosas de colores apropiados para representar vida. Esta pieza fue creada para el Shah Jahan, padisha mogol del Subcontinente Indio en el siglo XVII, y estaba en el Diwan-i-Am, su sala de audiencias públicas de la capital imperial, Delhi. Shah Jahan había colocado en este trono el famoso diamante Koh-i-noor, de 105 quilates (hoy en poder de la Corona Británica). El joyero francés Tavernier, que vio Delhi en 1665, describió el trono como de forma de una cama (un "takhteh" o plataforma), 6 pies por 4 pies, apoyado por cuatro patas de oro, de 20 a 25 pulgadas de alto desde las barras, encima de las cuales se levantaban doce columnas para soportar el baldaquín; las barras estaban decoradas con cruces de rubíes y esmeraldas, también diamantes y perlas. En total había 108 grandes rubíes en el trono y 116 esmeraldas, pero muchas de éstas tenían defectos. Las doce columnas estabandecoradas con hileras de espléndidas perlas y Tavernier consideraba que ésta era la parte más valiosa del trono. Las estimaciones de su valor variaban entre 40 millones de rupias (Bernier) y 100 millones de rupias (Tavernier).
Otra pintura de Sha Jahan en el Trono del Pavo Real
Según un artículo publicado por el Sunday Tribune: Fue, en consecuencia, que ordenó que, además de las joyas de la joyería imperial, rubíes, granates, diamantes, ricas perlas y esmeraldas, todo pesando 230 kg, debían ser llevados a la inspección del emperador y entregados a Bebadal Khan, el superintendente del departamento de orfebrería. También debería dársele 1.150 kg de oro puro... El trono iba a ser de tres metros de longitud, dos metros y medio de ancho y cinco de altura y se iba a confeccionar con las joyas antes mencionadas. El exterior del baldaquín iba a ser esmaltado con gemas ocasionales, el interior iba a ser confeccionado con rubíes, granates y otras joyas e iba a ser apoyado por 12 columnas de esmeraldas. En la parte superior de cada columna tenía que haber dos pavos reales, profusamente cubiertos con gemas y, entre cada uno, un árbol hecho con rubíes y diamantes, esmeraldas y perlas." De los 11 huecos de piedras preciosas formados a su alrededor para cojines, el del medio era para el asiento del emperador. Entre los diamantes históricos que lo adornan estaban el famoso Kohinoor (186 quilates), el Shah Akbar (95 quilates), el Shah (88,77 quilates), el Jehangir (83 quilates) y el segundo rubí espinel más grande del mundo, el rubí Timur (283 quilates). Un poema de 20 versos por el laureado poeta mogol Qudsi alabando al emperador en letras de esmeralda fue incorporado en el trono. El 12 de marzo de 1635, el emperador Shah Jahan ascendió por primera vez al recién terminado Trono del Pavo Real. El joyero y viajero francés, Jean Baptiste Tavernier, que tuvo la oportunidad de examinar el trono de cerca, confirma la descripción del cronista de la corte. Su lugar en los dos palacios-fortaleza de Delhi y Agra era por lo general en el Salón de la Audiencia Privada conocida como Diwan-I-Khas, aunque se mantuvo en la Sala de Audiencia Pública conocida como el Diwan-i-Am cuando se esperaba una mayor asistencia.
El Emperador Awrangzib (1658-1707) recibe a su hijo, el Príncipe Mu'azzam. El poder y la riqueza mogol y por lo tanto, el mecenazgo artístico y la producción alcanzaron su punto máximo durante los reinados de Akbar, Jahangir, Shah Jahan y Awrangzib. Luego, en 1739, Nadir Shah saqueó Delhi, llevando de nuevo a Irán de las riquezas de los mogoles, su biblioteca, sus tesoros e incluso el legendario Trono del Pavo Real. Más que nada, esto fue un golpe psicológico devastador del cual nunca se recuperaron.
Nader Shah, emperador de Persia entre 1736 y 1747, invadió el imperio mogol en 1738 y regresó a Persia en 1739 con el Trono del Pavo Real original, así como muchos otros invaluables tesoros indios tomados del emperador mogol Muhammad Shah. Después de que Nader Shah fuera asesinado en 1747, el Trono del Pavo Real original desapareció de los registros, robado o desmantelado en el caos que sobrevino. Los rumores se generaron alegando que el trono le fue dado al sultán otomano. Sin embargo, posteriores tronos iraníes fueron referidos erróneamente como Tronos del Pavo Real, aunque se asemejaban a una silla en lugar de una plataforma. Un ejemplo es el Trono de Naderi, construido en 1812 para Fath Ali Shah Qajar. Otro trono iraní, construido en 1836 para Mohammad Shah Qajar, tiene de hecho forma de plataforma y escalones que misteriosamente se asemeja a las pinturas mogoles indias del Trono del Pavo Real original y puede incorporar partes del trono original. Este trono, sin embargo, era conocido como el Takht-i Khurshid o el "Trono del Sol" (después de que un disco de sol radiante fuera colocado a la cabecera). Con el tiempo, este trono ha llegado a expropiar el nombre del legendario Trono del Pavo Real, aunque sólo los escalones y algunas partes no especificadas pueden pertenecer al trono original.
Aunque los Qajar se referían a su trono como el del Pavo Real, el trono Pahlavi era una reconstrucción del trono aqueménida. Desde entonces, el término “Trono del Pavo Real” siempre ha sido mal usado para referirse al trono de la monarquía Pahlavi.
El Trono del Sol, de la dinastía Pahlavi, cuando se hallaba en el Palacio Golestán
El uso retórico
Dependiendo del contexto, el Trono del Pavo Real puede ser interpretado como una metonimia, que es un recurso retórico para una alusión dependiendo de la proximidad o su correspondencia, como por ejemplo, refiriéndose a las acciones del gobernante mogol o del sha, o como "acciones del trono". El trono se entiende también como una sinécdoque, que está relacionada con la metonimia y la metáfora en la que sugiere un juego de palabras mediante la identificación de una concepción estrechamente relacionada, por ejemplo:
*refiriéndose a una parte con el nombre del conjunto, como "el trono" para el proceso místico de transferencia de la autoridad monárquica: "El triste ejemplo de su propia historia familiar, tarde o temprano llevarían a Dara y Shuja y Aurangzeb y Murad a pelear por el Trono del Pavo Real con furia desesperada".
*refiriéndose a la totalidad con el nombre de una parte, como "el trono" para los símbolos seriales y las ceremonias de entronización.
*refiriéndose a lo general con lo específico, como "el trono" para la realeza.
*refiriéndose a lo específico con lo general, tales como "el trono" para el reino truncado de Mohammad Reza Pahlavi, o igualmente para el ámbito de los mogoles o de la monarquía persa.
*refiriéndose a la totalidad con el nombre de una parte, como "el trono" para los símbolos seriales y las ceremonias de entronización.
*refiriéndose a lo general con lo específico, como "el trono" para la realeza.
*refiriéndose a lo específico con lo general, tales como "el trono" para el reino truncado de Mohammad Reza Pahlavi, o igualmente para el ámbito de los mogoles o de la monarquía persa.
El Salón del Trono del Palacio Golestán (Teherán)
Trono de Naderi
El Trono de Naderi es un trono esmaltado y cubierto de gemas confeccionado durante la era de la dinastía Qajar. No tiene ninguna relación con Nader Shah (1688-1698), pero sí con la palabra persa 'nader', que significa "raro" o "único" en esa lengua. El trono fue realizado por orden de Fat'h Ali Shah Qajar (1772-1834) y se ve en muchas pinturas de su época.
La pieza se puede desmontar en 12 secciones diferentes ya que fue pensado para ser portátil, para llevarlo consigo cuando el sha se trasladaba a sus residencias de verano. Está hecho de madera, cubierto de oro y con incrustaciones de piedras. Entre las 26.733 joyas que cubren el trono, hay cuatro randes espinelas en el respaldo (la mayor de 65 quilates) y cuatro esmeraldas más grandes aún, la mayor de las cuales tiene un peso aproximado de 225 quilates. El rubí más grande pesa 35 quilates. Los versos que aparecen escritos sobre el trono se atribuyen a Fathali Shah. Diarios escritos por viajeros que visitaron la corte de Fathali Shah en aquella época mencionan también un trono como éste, aunque pudo haber sido renovado por Naser al-Din Shah Qajar. Los diseños que se pueden verse en el trono incluyen una cola de pavo real en el respaldo, patos, dragones, hojas y ramas de árbol. Un león no domesticado descansa en el panel frontal del estrado.
El Trono Naderi en el Salón del Trono del Palacio Golestán
Mohammad Reza Shah Pahlavi el día de su coronación
Las Joyas de la Corona
Las Joyas de la Corona Imperial de Irán incluyen, además de los tronos, varias elaboradas coronas, treinta tiaras, numerosos aigrettes, una docena de enjoyadas espadas y escudos, un gran número de piedras preciosas no definidas, platos y otros servicios de comedor hechos en metales preciosos y con incrustaciones de gemas y otros artículos más inusuales (como un globo de piedras preciosas) coleccionados por la monarquía iraní en sus 2.500 años de existencia. La colección se encuentra en la Tesorería de Joyas Nacionales (el nombre oficial), pero se conoce coloquialmente como el Museo de Joyas. Está situado en el interior del Banco Central de la República Islámica de Irán en Teherán. Estas piezas constituyen la mayor colección de joyería en el mundo.
La mayoría de los objetos que están hoy en la colección fue adquirida por la dinastía Safávida, que gobernó Irán desde 1502 hasta 1736. Los afganos invadieron Irán en 1719 y saquearon la entonces capital de Ispahán, llevándose las joyas de la corona iraní como botín. En 1729, sin embargo, después de una lucha interna de casi una década, Nader Shah Afshar expulsó con éxito a los afganos de Irán. En 1738, el Sha lanzó su propia campaña contra el territorio afgano y, después de tomar y atacar las ciudades de Kandahar y Kabul, así como varios principados del norte de la India y la ciudad de Delhi, regresó victorioso a Irán con lo que quedaba de las joyas de la corona saqueada, así como varios otros objetos preciosos que hoyse encuentran en Tesoro iraní. Entre ellos varios tronos pesadamente incrustados de joyas y numerosos diamantes, esmeraldas, rubíes, zafiros y otras gemas. Cuatro de las adquisiciones más destacadas de esta conquista fueron los diamantes Koh-i-Noor (“Montaña de Luz”) y Darya-i-Noor (“Océano de Luz”) -ambos originarios de la India y aún hoy entre los más grandes del mundo-, el Trono del Pavo Real y la Espinela Samaria.
La Corona Pahlavi
El diamante rosado Darya-i-Noor
Reza Shah con el Darya-i-Noor en su sombrero militar
La Espada de Coronación
La Corona Kiani
Uso moderno
La joyas de la corona fueron utilizadas por última vez por la dinastía Pahlavi, la última en gobernar Irán. El esplendor de la colección llegó a conocimiento del mundo occidental en gran medida a través de Mohammad Reza Pahlavi y su tercera consorte, la Emperatriz Farah, quienes no escatimaban su uso durante las ceremonias oficiales y las visitas de Estado.
Estas piezas son consideradas tan valiosas que todavía se utilizan como una reserva para respaldar la moneda iraní (y han sido utilizadas de esta manera por varios gobiernos sucesivos). En 1937, durante el reinado de Reza Shah Pahlavi, la propiedad del tesoro imperial se trasladó al Estado. Las joyas fueron colocadas en las bóvedas del Banco Nacional de Irán, en donde fueron utilizadas como garantía para fortalecer la capacidad financiera de la institución y para respaldar el sistema monetario nacional. Esta importante función económica es quizás una razón por la cual estas joyas, símbolos innegables del pasado monárquico de Irán, se han mantenido por la actual República Islámica.
Exhibición pública
Debido a su gran valor e importancia económica, las joyas de la corona iraní fueron durante siglos mantenidas lejos de la vista del público, en las bóvedas del tesoro imperial. Sin embargo, como el primer sha Pahlavi había transferido la propiedad de las joyas de la corona al estado, su hijo, Mohamed Reza, decretó que las más espectaculares de las piezas debían ser puestas en exhibición pública en el Banco Central de Irán.
Cuando la revolución iraní derrocó a la dinastía Pahlavi en 1979, se temió que, en el caos, las joyas de la corona fueran robadas o vendidas por los revolucionarios. Aunque, de hecho, algunos artículos más pequeños fueron robados y pasados de contrabando por las fronteras de Irán, la mayor parte de la colección se mantuvo intacta. Esto se hizo evidente cuando el gobierno revolucionario, bajo la presidencia de Hashemi Rafsanyani, volvió a abrir al público la exposición permanente de las joyas de la corona en la década de 1990. Ellas permanecen en exhibición pública hasta hoy.
Las Joyas de la Emperatriz, parte de la Corona Iraní
No hay comentarios:
Publicar un comentario