viernes, 27 de abril de 2012

El guardarropa de la Jequesa Mozah de Qatar

¿Quién mejor que ella representa hoy en el mundo árabe la alta costura al servicio del refinamiento y la sofisticación? Es una de las reinas del estilo a nivel mundial. Es la jequesa Mozah Bint Nasser al Missned, segunda de las tres esposas del opulento emir de Qatar.




Desde hace unos años, la jequesa se ha convertido en una rara avis en un golfo Pérsico en el que las esposas de reyes y jeques son desconocidas para la opinión pública. El personaje es incluso singular en un mundo árabe donde sólo Rania de Jordania y Lalla Salma de Marruecos han adquirido un discreto protagonismo.




Hace un lustro, el emir de Qatar, Hamad Bin Khalifa al Thani, de 56 años, dejó atónitos a sus súbditos al conceder a la cadena norteamericana CBS una entrevista acompañado por sus tres esposas, que hasta entonces nunca habían aparecido en público, y menos juntas. Una era Mozah, segunda esposa del emir y la menos prolífica. Tuvo siete hijos -cinco varones y dos hembras- de los 27 descendientes del jefe de Estado, pero es probablemente hoy día la mujer árabe con más proyección internacional e influencia. Es también la que más dinero público administra.




Hija de un rico empresario, Mozah se graduó en Sociología por la Universidad de Qatar y continuó sus estudios en Estados Unidos. Como muchas de las mujeres que reinan hoy, su origen plebeyo no le impidió contraer matrimonio con el jeque, al que conoció en un avión cuando se dirigía a un congreso. Como un cuento de hadas moderno, tuvo que transgredir las rígidas reglas de la realeza árabe para convertirse en su segunda esposa. Su rebeldía, unida a su intensa labor social, la ha convertido en una de las mujeres más detestadas por los hombres de su país, y más aplaudidas por las jóvenes. En 2000 fue la por primera vez que los medios de comunicación qataríes difundieron imágenes de ella, toda una revolución para la sociedad árabe.






Considerada como una de las mujeres más elegantes del mundo, el estilo de la jequesa está cautivando a los fotógrafos que la siguen en sus viajes. El mérito se debe a varias cosas. Su belleza es destacada allí donde va, pero más que su porte, se ha convertido en un referente gracias a su cuidado estilismo, que ya se ha definido como el de una mujer árabe moderna. Pulcra y sexy a la vez, con un toque muy personal, su aspecto joven aparece realzado por su elegancia cuando viste la abaya, una túnica negra que cubre casi todo el cuerpo, o luce trajes de alta costura, pero siempre con la cabeza tapada por un discreto hiyab (pañuelo) o un turbante.







Brillante, aunque un poco ostentosa, recurrió a Gaultier para la cena de gala por el 60º aniversario en el trono del rey de Thailandia (2006).


El accesorio estrella de la jequesa es, sin duda alguna, el turbante. Lo más llamativo no es que lo utilice, sino cómo lo hace, convirtiendo a esta prenda poco usada en Occidente en un tocado lleno de estilo. Glamorosa como pocas, Mozah hace del turbante un accesorio apto para todas las ocasiones y siempre a juego con los trajes de los mejores diseñadores. Gracias a esta costumbre, con sus turbantes de distintos colores, tejidos e incluso formas, pero siempre combinados con su ropa, Mozah acapara todas las miradas durante sus visitas oficiales, como en Francia 2009, Gran Bretaña 2010 y España 2011. Los observadores de moda destacan los detalles de sus trajes y los accesorios que lleva.









Como es normal en la mayoría de los países del Golfo, donde el petróleo y el dinero desbordan, Mozah no escatima en trajes, joyas y zapatos. Dior, Chanel, Gaultier y Armani son sus firmas fetiches y cada una de sus apariciones en público es motivo de debate entre estilistas y prensa de moda. Durante la visita oficial a Gran Bretaña en 2010, sus «looks» fueron un reflejo de los más de 2.000 millones de euros de patrimonio que posee su esposo. Uno de los diseñadores más prestigiosos del país anglosajón, Julien Macdonald, se refirió a ella como «la nueva Jackie O. Es la mejor embajadora de la realeza».






La monocromía es uno de sus distintivos, aunque opta por diseños de alta costura, son de tonos planos que en numerosas ocasiones recuerdan al estilo de la primera dama francesa, Madame Sarkozy. Tanto Carla como Mozah han vestido un mismo Dior gris de soirée. Eso sí, la jequesa le añadió los accesorios reglamentarios de una mujer árabe: guantes y velo. También rompe los looks monocromáticos con accesorios –bolso, cartera, cinturón- de un color contrastante.




Usando un Stephane Rolland Couture bicromático y accesorios negros, Mozah llega a Matignon, París, durante el segundo día de su visita oficial a Francia, el 23 de junio de 2009. La jequesa de Qatar ocupa el nº 79 en la lista de Forbes de las Cien Mujeres Más Poderosas del Mundo.




Junio 24 de 2009: la Jequesa de Qatar es investida como miembro permanente de la Academia de Bellas Artes del Institut de France, en París.


Cuando aterrizó en España para su visita oficial en 2011, llevaba un vestido largo y de manga larga blanco, de cuello redondo, chaqueta del mismo tono, cinturón y clutch de cuero marrón. No podría vestir más tapada y al mismo tiempo más «sexy». Y es que la jequesa lleva a rajatabla los códigos de vestimenta que exige la costumbre musulmana, siempre viste de largo y, como mucho, se permite una manga francesa, que tapa el codo. Pero su estilo no está reñido con la coquetería y el gusto por el lujo: habitualmente luce pendientes chandelier de diamantes, así como brazaletes, anillos, broches o cinturones de piedras preciosas.




Izquierda: Visita oficial a España. Mozah en un Stephane Rolland Haute Couture, recto de color marfil con chaqueta a juego y accesorios color chocolate. Centro: Todo el glamour de los años 50 en un vestido morado largo, de falda acampanada, escote barco y manga francesa. Los complementos, esta vez, en negro: largos pendientes, cinturón con forma de lazo, bolso de mano y zapatos de tacón abiertos en la punta. Derecha: exquisito diseño de Chanel que vemos en detalle más abajo.


Para la cena de gala en el Palacio Real de Madrid, Mozah desplegó todo el glamour con un conjunto de la colección Primavera-Verano 2011 de Chanel: caftán-abrigo totalmente bordado a mano en pedrería a juego con el vestido interior –de un valor estimado de 100.000 dólares- rosa pálido y accesorios en plata.


Chaumet y Cartier son dos de sus firmas favoritas y, aunque suele optar por diseños discretos, el collar de diamantes con forma de serpiente que subrayó su largo cuello en una cena a la que asistió en Londres, no pasó desapercibido. Dado que siempre usa su cabeza cubierta, nunca se la ha visto con tiaras, al contrario que la reina consorte de Brunei, por ejemplo, cuya costumbre en el vestir femenino de gala agrega la tiara por encima del velo, en un estilo que no siempre resulta favorecedor por lo recargado.


En la cena de gala presidida por los reyes de Thailandia, en 2006, llevó exclusivos pendientes de diamantes, pero sin tiara.


Para su visita a India, Mozah llegó con un vestido estampado de flores blancas y azules, cintura baja, pliegues en la falda y mangas tres cuartos. Era la esencia de la Dama-Que-Prepara-el-Almuerzo pero también “Estoy a punto de ir al Derby de Kentucky”, sin perder su aire de Primera Dama. Su silueta era un estilo Dior de la vieja escuela pues su collar de perlas de cuatro vueltas y su turbante a juego le daban una elegancia de los años 50.


Durante su estancia en Gran Bretaña, Mozah deslumbró en el banquete de Buckingham Palace con un Valentino rojo brillante, de pequeña cola, que hacía un agradable contraste con el atuendo color marfil de la Reina Elizabeth. Pero, sin duda, el gran revuelo lo causaron las botas Chanel con las que impactó en su visita a Clarence House, residencia del Príncipe de Gales. La jequesa qatarí acostumbra a lucir calzado de Christian Louboutin, pero en esta ocasión optó por unas botas de pelo sintético con un altísimo tacón que imita la forma de un iceberg, una de las apuestas de Karl Lagerfeld con la que busca reivindicar el problema del calentamiento global y cuyo precio supera los mil euros.


De Valentino, en Buckingham Palace.


Las célebres botas de Lagerfeld que usó en Inglaterra.


Su Alteza ha sido votada entre las mujeres con más estilo del mundo por la revista Vanity Fair en 2011. Junto con SAR La Duquesa de Cambridge, Mme. Carla Bruni-Sarkozy y SAR Princesa Charlene de Mónaco, la jequesa encabeza la Lista Internacional de Mujeres Mejor Vestidas. No es la primera vez que esta revista incluye a la realeza qatarí en su lista anual. La Jequesa Mozah fue reconocida en la encuesta de mejor vestidas ya en el año 2009.


Su traje gris de paloma y estola de piel durante la ceremonia de bienvenida a Inglaterra le prestan un aire de diosa del cine de los años 40.


Las gafas de sol son otro accesorio infaltable en su atuendo. La combinación de gafas y turbante le dan un aire glamoroso de los años 60. Aquí en los Royal Botanic Gardens durante su visita oficial a Inglaterra.


Otra "A" en estilo. De escarlata para una visita a Venezuela en enero de 2010. La longitud del vestido al tobillo no es el largo suficiente para ser considerado como un vestido de noche, pero es una manera elegante de "encubrimiento" para el día.


Pero Mozah Bint Nasser es mucho más que un espléndido escaparate qatarí. Se casó en 1977, a los 18 años, cuando el emir era todavía heredero, y desde entonces se ha convertido en una figura clave en la política de su país, participando activamente en la educación y la reforma social de Qatar en los últimos años. Graduada en sociología por la Universidad de Qatar en 1986 es «honoris causa» en las universidades de la Virginia, Texas, Carnegie Mellon, el Imperial College of London y la Universidad de Georgetown. En su país, preside la Fundación Qatarí para la Educación, la Ciencia y el Desarrollo de la Comunidad, el Consejo Supremo de Asuntos de la Familia, es vicepresidente del Supremo Consejo de Educación y presidente de la Fundación Árabe para la Democracia. Además es enviada especial de la Unesco para mejorar la calidad y la accesibilidad de la educación en todo el mundo.


En 2007, la Jequesa, como Enviada Especial para la Alta y Básica Educación y Presidente la Fundación Qatar, preside la Conferencia Regional sobre Retos de la Alfabetización en la Región Árabe, Doha, Qatar. 

Con parte de los ingentes recursos que proporciona el gas al emirato -la renta per cápita es la más alta del mundo, con 75.900 dólares en 2007-, la jequesa ha impulsado la Fundación Qatar para la Educación y la Ciencia, con el fin de modernizar la enseñanza en su país e incluso en el mundo árabe. Es además la inspiradora del Parque de la Ciencia y de la Tecnología de Qatar, que busca captar inversiones extranjeras. Y, como toda primera dama que se respeta, se ocupa también de obras sociales: el Centro Shafallah lidera el tratamiento de niños autistas.

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