El Principado de Transilvania (en húngaro: Erdéyi Fejedelemség) fue un Estado independiente de idioma y cultura húngara, con una monarquía electiva, que existió en los territorios de la actual región de Transilvania, dentro de las fronteras de la moderna Rumania. El Principado de Transilvania mantuvo viva la cultura húngara durante el periodo de crisis y decadencia que siguió a la derrota en la batalla de Mohács en 1526 contra los turcos.
El Príncipe de Transilvania era electo de entre la nobleza húngara por la gran asamblea de los altos órdenes. En muchas ocasiones el sultán del Imperio Otomano intervenía directamente en la política interna del Principado, removiendo o colocando en el cargo superior a aquel noble húngaro que le conviniese, pues si bien este Estado era independiente pagaba tributos a los turcos por sus privilegios. El Principado desapareció cuando el reino húngaro fue reunificado después de 1686 por los Habsburgo y el título de Príncipe fue disuelto, siendo entonces el emperador germánico el monarca supremo sobre todos los territorios húngaros.
El surgimiento del Principado
La región de Transilvania siempre formó parte del Reino de Hungría. San Esteban de Hungría, al formar las diócesis y arquidiócesis en el nuevo reino, estableció una en Transilvania. A la cabeza de ésta colocó a la figura del Voivoda de Transilvania, cargo vitalicio y no hereditario que era asignado por el propio Rey húngaro a altos nobles, a los cuales tenía la potestad de remover cuando lo considerase.
San Esteban de Hungría
En 1526 los ejércitos húngaros fueron derrotados por los turcos otomanos en la batalla de Mohács, donde también murió el rey Luis II de Hungría. El trono quedó vacío, pues el monarca no tenía hijos herederos, y de inmediato comenzó la carrera por apropiarse del título de rey. Primero el conde húngaro Juan Szapolyai, voivoda transilvano se hizo coronar como Juan I, mientras que, por otra parte, el hermano menor del emperador, Fernando I de Habsburgo, reclamó sus derechos sobre Hungría, pues había tomado por esposa a la hermana del fallecido rey. Haciéndose coronar un año después, tras la intervención de su hermano, el emperador Carlos V y rey Carlos I de España, Fernando se convirtió entonces en uno de los dos anti-reyes húngaros de esa época. Conflictos armados se sucedieron y Juan I se replegó a la región de Transilvania, donde se hallaba más seguro ante los ejércitos imperiales que habían ocupado los territorios occidentales y centrales del reino húngaro.
Acudiendo ante la ayuda del sultán turco Solimán el Magnífico, Juan I consiguió que los ejércitos otomanos avanzasen hacia occidente en 1529 y expulsó a las fuerzas imperiales del reino, tras lo cual el nuevo rey húngaro arribó a la ciudad de Buda, donde fijó su corte. Fernando I continuó conspirando y actuando para obtener el control del reino, hasta que finalmente convino en secreto en 1538 con Juan I que, ya que éste no tenía hijos, luego de su muerte el Habsburgo se convertiría en rey. Sin embargo, en 1540, pocos días antes de la muerte de Juan I, su esposa Isabela Jagellón de Hungría dio a luz a un hijo varón, Juan Segismundo Szapolyai, quien, faltando al acuerdo secreto, fue electo rey inmediatamente.
Molesto, Fernando de Habsburgo decidió reclamar sus derechos por la fuerza, pero el sultán, al enterarse de que los cristianos conspiraban y hacían pactos a sus espaldas, decidió que ningunos, ni germánicos ni húngaros, eran dignos de su confianza, por lo cual movilizó sus ejércitos y ocupó la ciudad real de Buda en 1541. Pronto el reino húngaro se vio dividido en tres partes, una occidental bajo el control de los Habsburgo (donde Fernando I seguía siendo rey), una central bajo ocupación otomana y una oriental, Transilvania, donde la reina Isabela actuaba como regente junto al arzobispo Jorge Martinuzzi, mientras el recién nacido Juan Segismundo alcanzaba la edad apropiada para gobernar.
Juan Segismundo Szapolyai ante el sultán Suleimán el Magnífico (1556). Con el paso de los años, la posición independiente de Juan Segismundo se reforzó cada vez más; se convirtió en un monarca culto y amante de los idiomas y de la historia y también caracterizado por una gran tolerancia religiosa. Juan Segismundo Szapolyai, de confesión protestante, promovió que en 1568 se firmase el Edicto de Turda donde se estipulaba que se debía respetar las cuatro tendencias religiosas cristianas principales de Transilvania: catolicismo, luteranismo, calvinismo y unitarismo. Este edicto fue el primer tratado de tolerancia religiosa en el mundo, convirtiendo a Transilvania en el primer Estado donde se pudo practicar libremente cualquiera de las confesiones religiosas protestantes.
La independencia de Transilvania, la cual llegó a ser conocida en este tiempo como "El Reino de Hungría de Oriente", pronto se concretó cuando Juan Segismundo se vio forzado a llegar a un acuerdo con el hijo del fallecido Fernando I, el nuevo emperador Maximiliano II de Habsburgo, quien también era rey de Hungría. Los dos monarcas firmaron entonces en 1570 el Acuerdo de Speyer donde Maximiliano reconoció a Juan Segismundo como Príncipe de Transilvania y consideró el principado como una unidad político-administrativa independiente. A cambio, el hijo del fallecido rey Juan I de Hungría debía renunciar a sus pretensiones sobre el trono húngaro. A partir de este momento, los siguientes monarcas Habsburgo fueron reyes de Hungría y en Transilvania se instauró una monarquía electiva, pues Juan Segismundo murió sin herederos, por lo que la gran asamblea nombró al conde Esteban Báthory como su sucesor en 1571.
El rey Esteban I (Báthory) de Polonia, Príncipe de Transilvania, frente a la ciudad asediada de Pskov durante la Guerra Livona. La Guerra de los 15 Años
Esteban Báthory reinó con habilidad; el Principado fue elevado paulatinamente a un alto nivel cultural, y adquirió más importancia aún, cuando en 1576 fue electo como Rey de Polonia. El conde húngaro no renunció al título de Príncipe transilvano, sino que por el contrario mudó la sede a Cracovia, desde donde gobernó dejando a su hermano mayor Cristóbal Báthory como regente en Transilvania. Esteban Báthory, de confesión católica, se esforzó por fortalecer la fe de Roma trayendo a jesuitas a Transilvania, la cual se había convertido mayoritariamente al protestantismo después de la reforma de Lutero. En 1581 murió Cristóbal Báthory y fue electo como su sucesor su hijo Segismundo, de 9 años de edad, ya que Esteban Báthory deseaba que existiese cierta continuidad familiar en el reinado. Segismundo asumió el trono transilvano a su edad adulta en 1588, dos años después de la muerte de Esteban.
Por otra parte, Rodolfo II de Habsburgo, rey de Hungría, deseaba extender sus influencias sobre el Principado para reunificar el reino húngaro bajo su figura, por lo cual surgió un confuso período de conflictos sucedido entre numerosas firmas de paz, donde Segismundo Báthory se vio forzado a renunciar cuatro veces al trono del Principado. Esta época fue conocida como la Guerra de los 15 Años. La nobleza húngara no aprobaba la política pro-Habsburgo de Segismundo, por lo Rodolfo II tuvo que enviar a su general mercenario Giorgio Basta en 1598 para que apaciguase a los húngaros. El resultado fue aún peor, en marzo de 1599, Segismundo llamó a su primo Andrés Báthory para que ocupase su cargo y posteriormente el voivoda de Valaquia, Miguel el Valiente, forzó a la asamblea de nobles húngaros en Gyulafehérvár a que lo eligiesen Príncipe tras invadir la ciudad aprovechando la situación caótica.
Escudo de armas de Segismundo Báthory de 1597, incluyendo las armas de Transilvania
Pronto las fuerzas de Giorgio Basta se unificaron con las de Miguel el Valiente y derrotaron a las de Segismundo Báthory, pero tras haber conseguido su victoria, el mercenario germánico mandó a matar al voivoda de Valaquia en 1601. Teniendo el control sobre el Principado, parecía que lo único que restaba era que fuese investido con el cargo oficialmente, pero la asamblea transilvana eligió en mayo de 1603 al noble Moisés Székely para ocupar la silla Principal, ya que Segismundo Báthory había huido al exilio a Bohemia. Pero durando solo dos meses como Príncipe, Székely dejó la silla vacía nuevamente. El tío de Segismundo Báthory, el barón húngaro Esteban Bocskai (hermano de su madre Isabel Bocskai) derrotó a Basta, quien huyó dejando el control del Estado en manos del noble húngaro. Bocskai fue electo Príncipe oficialmente en 1605 y fue considerado una de las figuras más relevantes, pues su objetivo fue honrado por todos los húngaros por igual: reunificar las tres partes del Reino de Hungría, arrebatándole la suya a los Habsburgo.
Corona de Esteban Bocksai. Otorgada por el sultán turco al noble húngaro en agradecimiento por su colaboración en su lucha contra los Habsburgo.
Pero Bocskai murió envenenado en diciembre de 1606 y a comienzos de 1607 la asamblea transilvana eligió a uno de los nobles más influyentes del Principado para ocupar el puesto: Segismundo Rákóczi.
La época dorada
Si bien Segismundo fue popular al comienzo de su gobierno, pues otorgó muchos privilegios a la nobleza húngara y székely en Transilvania, pronto los soldados campesinos hajdú que habían luchado para Bocskai comenzaron a alzarse y a generar problemas. Para evitar derramamiento de sangre, Rákóczi firmó un pacto con Gabriel Báthory, quien estaba aliado con los rebeldes y así, para marzo de 1608 quedó vacío el cargo de Príncipe transilvano. Desde luego, ante esta situación, la asamblea transilvana eligió entonces a Gabriel Báthory como el nuevo Príncipe, quien casi de inmediato movilizó sus ejércitos contra el Estado vecino de Valaquia, de etnia rumana. Esto generó la ira del sultán turco, quien desaprobaba este tipo de acciones militares promotoras del caos dentro de Estados que se hallaban bajo su poder.
Báthory finalmente fue derrotado en 1613 por un ejército germánico comandado por el conde húngaro Gabriel Bethlen. Consiguió escapar, pero fue asesinado en su huida por un székely en octubre de 1613. La asamblea transilvana eligió ese mismo mes a Gabriel Bethlen como el nuevo sucesor del trono, quien tenía también la bendición del sultán otomano.
Gabriel Bethlen reunido con científicos y sabios
Gabriel Bethlen no en vano fue considerado uno de los Príncipes transilvanos más importantes. Fue gran mecenas cultural, promotor del arte y las ciencias, llenando su corte de extranjeros traídos de Italia, España, Alemania y otras naciones. Pronto el Principado se convirtió en una pequeña potencia que mantuvo viva la llama cultural húngara, pues los territorios centrales del reino se hallaban ocupados por los otomanos y despoblados en su mayoría y los territorios occidentales se hallaban en manos de los Habsburgo. Viendo el estallido de la Guerra de los Treinta Años como una oportunidad factible de enfrentar frontalmente a los Habsburgo, Gabriel Bethlen (de religión calvinista) manifestó su desaprobación a las sanciones anti-protestantes tomadas por el emperador germánico Fernando II en 1618 contra Bohemia. Al ensamblarse la liga de países protestantes que enfrentaron a los Habsburgo, Bethlen fue uno de los primeros en unirse, pues si el emperador católico Fernando II era derrotado, Hungría podía ser reunificada y el Príncipe de Transilvania colocado a su cabeza.
Las campañas de Bethlen fueron al comienzo en su mayoría exitosas y en 1620 una asamblea de nobles húngaros lo nombró rey, pero éste no aceptó el título. En 1624 condujo una segunda campaña contra los Habsburgo, la cual no fue tan favorable como la primera y terminó con la paz de Viena el 8 de mayo del mismo año. Sin darse por vencido, Bethlen intentó establecer una gran coalición protestante contra los Habsburgo y tomó por esposa a Catalina de Brandeburgo en 1626, pero la campaña que condujo ese mismo año contra el emperador resultó en un fracaso, viéndose obligado a firmar la paz de Bratislava. Entonces en 1629, igual que su predecesor Esteban Bocskai décadas antes, Bethlen murió sin conseguir cumplir su objetivo de reunificar Hungría y librarla del poder de los Habsburgo. Luego de su muerte, el poder Transilvano fue detentado por su esposa Catalina de Brandeburgo, quien gobernó en nombre de la asamblea por un breve tiempo hasta que el 28 de septiembre de 1630 fue sucedida por Esteban Bethlen, hermano menor del fallecido Príncipe.
Catalina de Brandeburgo, “Príncipe” de Transilvania en 1629
Esteban Bethlen no llegó a gobernar tres meses, pues la asamblea lo obligó a renunciar a su cargo a favor de otro noble de mayor influencia en Transilvania: Jorge Rákóczi I, hijo del fallecido Príncipe Segismundo Rákóczi. Rápidamente Rákóczi continuó con una política similar a la del fallecido Bethlen y se alió a las facciones protestantes de la Guerra de los 30 Años. Sin embargo, luego de varios ataques, no obtuvo victorias importantes contra los Habsburgo y se conformó con gobernar dentro de las fronteras de su Principado. En 1636 derrotó a las fuerzas de Esteban Bethlen, quien se había arrepentido de renunciar a su cargo, y tras asegurar nuevamente su control sobre sus fronteras, condujo una campaña contra el emperador germánico en 1644. Habiendo ocupado los territorios húngaros del emperador se dispuso a avanzar hacia Viena, pero el sultán se lo prohibió y le ordenó regresar a Transilvania.
Rákóczi firmó en 1645 un tratado de paz con el emperador y con esto terminó su participación en la Guerra de los 30 Años, que culminó en 1648 con la victoria de los Habsburgo católicos. Siendo un gran promotor del protestantismo en Transilvania y habiendo fundado numerosas escuelas calvinistas, Jorge Rákóczi I murió en 1648, tras lo cual fue inmediatamente elegido su hijo Jorge Rákóczi II para ocupar su lugar.
La desaparición del Principado
Jorge Rákóczi II fue nombrado Príncipe de Transilvania el 11 de octubre de 1648. Una característica de su gobierno fue la política de expansión de la influencia transilvana por Europa, justo como lo había hecho Esteban Báthory un siglo atrás. Pero al no pedir la autorización del sultán turco para sus movimientos político-militares a gran escala, las altas autoridades otomanas se enfurecieron. El Gran Visir de Buda decidió darle una lección a Rákóczi por su irreverencia ante los otomanos y llamó a los ejércitos mongoles para que saqueasen Transilvania a manera de represalia.
György Rákóczi II (1621 –1660)
El 2 de noviembre de 1657 la asamblea fue obligada a elegir un nuevo Príncipe transilvano que estuviese plegado a los intereses del sultán otomano. Francisco Rhédey fue electo para suceder a Rákóczi quien regresó molesto y sin reconocer esta elección, tras lo cual recuperó el trono el 9 de enero de 1658, cuando Rhédely renunció a su favor. Pero aún más disgustados aún, los turcos continuaron presionando diplomáticamente para que Rákóczi fuese destituido, y ordenaron que Ákos Barcsay fuese electo, lo cual sucedió el 11 de octubre. Nuevamente sin aceptar dicha resolución, Rákóczi volvió a avanzar con sus ejércitos para recuperar el trono, pero fue derrotado en mayo de 1660 en una batalla tras lo cual recibió una mortal herida. Rákóczi murió a los pocos días y Ákos Barcsay continuó entonces en el trono impidiendo que Francisco Rákóczi I, el hijo del fallecido Príncipe destituido, pudiese reclamar sus derechos sucesorios en Transilvania.
Sin embargo, el breve gobierno de Barcsay no superó los tres meses, pues fue capturado y asesinado por los hombres del noble húngaro Juan Kemény, quien no deseaba que el cargo de Príncipe de Transilvania fuese ocupado por un monarca totalmente obediente al sultán. El nuevo Príncipe de Transilvania fue electo: Juan Kemény, de severa postura anti-otomana. Tras ocupar el trono, Kemény inició una cacería donde hizo ejecutar a todos los húngaros simpatizantes de los turcos, y rompió relaciones con el gobierno del sultán. De inmediato Kemény comenzó una serie de negociaciones con el emperador germánico y rey húngaro Leopoldo I de Habsburgo, planeando que Transilvania pasase a manos cristianas y el reino de Hungría se reunificase finalmente. Pero el sultán envió sus ejércitos sobre Transilvania y Kemény huyó a Viena buscando la protección del emperador. Los turcos entonces eligieron el 14 de septiembre de 1661 a Miguel Apafi I, un nuevo Príncipe al cual podían manipular como lo deseasen.
El Emperador y Rey Leopoldo I La Reunificación del Reino de Hungría
Miguel Apafi I continuó enfrentando al emperador Leopoldo I y solo fueron detenidas las ofensivas húngaras cuando en 1664 se firmó la paz de Vasvár, donde Transilvania fue reconocida como Estado vasallo de los otomanos. Apafi no resultó ser un gobernante eficiente, pues obedecía los designios del sultán turco, aún cuando ésto significó unirse a los ejércitos otomanos en el Asedio de Viena de 1683. Sin embargo, los ejércitos otomanos fueron derrotados y se vieron forzados a huir hacia territorios húngaros, tras lo cual la Santa Liga Católica comandada por el emperador decidió enviar una ofensiva a gran escala para expulsar a los turcos del reino de Hungría en 1686. De esta manera, los ejércitos cristianos comenzaron a barrer a las tropas turcas de los territorios húngaros centrales que llevaban más de un siglo ocupados.
Los ejércitos imperiales comandados por Carlos V de Lorena, Maximiliano II Manuel de Baviera, el rey Juan III Sobieski de Polonia y el Príncipe Eugenio de Saboya, entre muchos otros nobles, continuaron ganando batalla tras batalla, produciéndose la Liberación de Buda, la capital húngara que se hallaba en manos turcas desde 1541, hasta que en 1687 las fuerzas cristianas ocuparon exitosamente Transilvania. Apafi se rindió entonces ante Leopoldo I quien después de todo era el legítimo rey de Hungría, y luego de algunos enfrentamientos para someter a la nobleza transilvana, el Estado se debilitó peligrosamente. Esto se agravó cuando en 1690 murió Miguel Apafi I, dejando a su hijo de 14 años de edad como heredero al trono transilvano.
Miguel Apafi I de Apanagyfalva (1632-1690)
La asamblea transilvana pidió al emperador que reconociese la soberanía y gobierno de Transilvania. Pero Leopoldo I emitió en 1690 el Diploma Leopoldinum, donde decidía la situación juridíco-política de Transilvania: a partir de ese momento estaba bajo el poder del Sacro Imperio Romano Germánico, debía pagarle un alto impuesto anual y tres regentes, de las tres nacionalidades de Transilvania (húngaro, székely y sajón), debían administrar el Estado hasta que Miguel Apafi II cumpliese la edad apropiada para gobernar en nombre del emperador. Por otra parte, fue fundada la cancillería transilvana en Viena, y Jorge Bánffy nombrado regente en 1691. Leopoldo I continuó orquestando hábilmente sus jugadas políticas y mudó al joven Príncipe transilvano a Viena, donde le otorgó el título de Príncipe Imperial Germánico, forzándolo a renunciar oficialmente en 1701 al trono del Principado de Transilvania.
En los siguientes años se produjeron enfrentamientos menores entre la nobleza húngara que no deseaba rendirse ante las fuerzas del emperador, hasta que finalmente se firmó en 1699 la Paz de Karlowitz, cuando se reunificó el reino de Hungría y se fijó una frontera para los otomanos más allá de Transilvania.
La última esperanza húngara
Cuando ya parecía perdida la causa húngara independentista para establecer un Estado libre del control de los Habsburgo, surgió una figura, descendiente de tres Príncipes de Transilvania: Francisco Rákóczi II. Era hijo del exiliado Francisco Rákóczi I y nieto del Príncipe Jorge Rákóczi II, por lo tanto, siendo el heredero principal de la familia contaba con enormes extensiones de terreno y grandes cantidades de dinero para financiar cualquier tipo de rebelión.
Franciscus II. Dei Gratia Sacri Romani Imperii & Transylvaniae princeps Rakoczi. Particum Regni Hungariae Dominus & Siculorum Comes, Regni Hungariae Pro Libertate Confoederatorum Statuum necnon Munkacsiensis & Makoviczensis Dux, Perpetuus Comes de Saros; Dominus in Patak, Tokaj, Regécz, Ecsed, Somlyó, Lednicze, Szerencs, Onod.
Cuando los ejércitos de Leopoldo I avanzaron sobre los territorios húngaros, Francisco Rákóczi II fue llevado ante el emperador en Viena, donde permaneció hasta que en 1700 fue descubierto intentando buscar aliados en Francia para alcanzar la independencia de Hungría. Fue arrestado, pero consiguió escapar a territorios polacos, donde su gente lo esperaba. Aprovechando la serie de conflictos surgidos durante la Guerra de Sucesión Española que estalló en 1701, Rákóczi reanudó sus planes, consiguió un ejército de 6.000 soldados húngaros y de 600.000 mercenarios polacos con los que decidió marchar contra el emperador en 1703.
La asamblea de nobles de Transilvania reunida en Gyulafehérvár lo escogió entonces en 1704 como Príncipe de Toda Hungría, tras lo cual continuó con sus ofensivas contra el imperio germánico. Sin embargo, en 1706 Rákóczi no pudo recibir apoyo francés y pronto se vio forzado a retirar su ofensiva.
El 13 de junio de 1707 se reunió la Dieta húngara y fue declarada por Rákóczi la deposición de la Casa de Habsburgo como reyes húngaros. A partir de 1708 su rebelión fue decayendo cada vez más, viéndose forzado a huir el mismo Rákóczi a Polonia en febrero de 1711. Viendo su causa perdida y sin aliados, Rákóczi huyó a territorios del Imperio Otomano, donde murió en el exilio años más tarde. Por otra parte, Carlos VI del Sacro Imperio Romano Germánico, quien había sucedido a su hermano José I ese mismo año, se encargó de sujetar firmemente con su poder a toda Hungría, la cual cedió ante su rey legítimo ante la ausencia de otros líderes que pudiesen enfrentarlo.
Captura del Príncipe Rákóczi en el Castillo Nagysáros
A partir de este momento, Hungría sufrió un proceso de catolicización promovido por los Habsburgo. Paulatinamente las ciudades comenzaron a recobrar vida y se repoblaron zonas enteras con inmigrantes germánicos y eslavos. Por otra parte, las regiones orientales del reino húngaro, especialmente Transilvania, comenzaron a recibir enormes cantidades de inmigrantes rumanos que huían desde Valaquia, buscando refugio de los turcos y mejores oportunidades de vida. Con el paso de los siglos, eventualmente la población rumana en Transilvania aumentó desmedidamente y superó a la húngara, por lo cual después de la Primera Guerra Mundial en 1919, se privó a Hungría de la región transilvana, y ésta fue otorgada a Rumania.
Los Príncipes
1541-1571 Juan Segismundo Szapolyai
1571-1589 Esteban Báthory, Rey de Polonia con el nombre de Esteban I
1588-1602 Segismundo Báthory
1599 Andrés Báthory
1599-1600 Miguel el Valiente, Voivoda de Valaquia
1603 Moisés Székely
1605-1606 Esteban Bocskai
1607-1608 Segismundo Rákóczi
1608-1613 Gabriel Báthory
1613-1629 Gabriel Bethlen
1629-1630 Catalina de Brandeburgo
1629-1630 Esteban Bethlen
1630-1648 Jorge Rákóczi I
1648-1657 Jorge Rákóczi II
1657-1658 Francisco Rhédey
1658-1659 Jorge Rákóczi II
1658-1660 Ákos Barcsay
1661-1662 Juan Kemény
1661-1690 Miguel Apafi I
1690-1701 Miguel Apafi II
1690 Emérico Thököly, Príncipe de la Alta Hungría
1704-1711 Francisco Rákóczi II, Príncipe de Hungría
Castelul Bran, más conocido como el castillo de Drácula