viernes, 3 de diciembre de 2010

¿Tiaras o coronas?

La realeza utiliza estas piezas de joyería –ambas- para las ocasiones solemnes: la corona, contadas veces, en situaciones de gran majestuosidad; la diadema, de uso más común, en banquetes de Estado y galas familiares con un protocolo pre-establecido.

Una corona consta de un círculo de oro que se ajusta a la cabeza, del que parten dos arcos, uno frontal y otro lateral, que se cruzan perpendicularmente. De la intersección de los arcos elevados, surge una cruz. Interiormente está forrada de terciopelo y constelada con piedras preciosas.

Una de las coronas más famosas del mundo, la del Estado Imperial (Reino Unido)


El grado de riqueza del trabajo y los materiales empleados, así como el diseño específico, hacen de la corona la joya más preciada para la solemnidad de la coronación de un monarca. Las reinas consortes usan esta joya para su propia coronación y para ocasiones de Estado muy parecidas a ésta en majestuosidad e importancia. Al contrario que los monarcas reinantes, quienes pueden heredar una o más coronas para su uso, las consortes se han mandado confeccionar especialmente coronas para sí mismas que no han sido vueltas a usar por ninguna sucesora suya.



La Corona de María de Módena, utilizada por las reinas consortes de Inglaterra hasta 1831


Todas las reinas británicas del siglo XX, Alexandra de Dinamarca, Mary de Teck y Elizabeth Bowes-Lyon usaron sus propias coronas de consorte confeccionadas en 1902, 1911 y 1937, respectivamente. La otra reina consorte que mandó crear una especialmente para ser usada en su coronación fue Adelaida de Saxe-Meiningen, esposa de William IV, en 1831. Anteriormente venía siendo usada la corona de María de Módena, esposa de James II de Escocia. Lo contrario ocurrió en la Rusia Imperial, donde no había una corona de consorte para cada nueva emperatriz, porque la Corona Imperial Menor fue usada por todas las zarinas consortes.

Otras famosas coronas consortes en la Historia han sido las de Dinamarca, Francia, Hungría, Irán, Noruega, Rumania y Suecia.

La Corona de la Emperatriz Farah Diba de Irán, confeccionada por Van Cleef & Arpels usando enormes piedras de las Joyas de la Corona persa


La diadema es un tipo de corona, específicamente una banda de cabeza ornamental utilizada por los monarcas del Este y otros como una insignia de la realeza. La palabra deriva del griego "διάδημα" (diádēma), "banda" o "filete" y de "διαδέω" (diadéō), "Yo ato alrededor", o "Yo aprieto". El término originalmente se refería a la cinta blanca de seda bordada, que termina en un nudo y dos tiras de flecos a menudo envueltas en los hombros, que rodeaba la cabeza del rey para denotar su autoridad.


Corona y Diadema romanas de bronce, estilo celta, encontradas en un templo de Hockwold-cum-Wilton, Norfolk


El término fue aplicado más tarde a una corona, por lo general un "aro" de forma circular. Por ejemplo, la corona usada por los reyes de la Inglaterra anglosajona fue una diadema, como fue más tarde la del barón (en algunos países, coronada por tres globos). Por extensión, una diadema es un ornamento enjoyado en forma de media corona, usado por las mujeres y que se coloca en el centro de la cabeza o sobre la frente (en este sentido, también llamada “tiara”). Los antiguos persas usaban una alta y erguida tiara real, rodeada con una diadema.

En el Imperio napoleónico, las diademas imperiales eran anchas y envolventes, más del estilo de una corona. La Emperatriz Josefina, el día de su coronación, llevó una de estas joyas confeccionada enteramente de diamantes. No hubo una corona de consorte que ella portara, ya que Napoleón sólo tocó la cabeza de su esposa con la Corona de Carlomagno que había usado para sí, en un gesto simbólico indicador que la autoridad de ella provenía de él.

La diadema de coronación de Josefina de Beauharnais


Detalle de la coronación de Josefina (obra de David)


Elisa Bonaparte, Gran Duquesa de Toscana, con una ancha diadema de perlas


Dos formas de llevar una tiara:


Sobre la frente, como la actual Princesa Heredera de Japón, Masako
Sobre la coronilla, como la Emperatriz Michiko (en la foto, cuando era princesa heredera)


Una de las diademas más célebres con forma de corona es la “King George IV State Diadem”, también conocida como “Diadema de Diamantes”, que fue hecha en 1820 por los Reales Orfebres Rundell, Bridge y Rundell para la coronación de Jorge IV. Fue diseñada para rodear la Cap of Estate de terciopelo que llevaba el Rey en la procesión a la Abadía de Westminster. La joya tiene 1.333 diamantes de 325,75 quilates y 169 perlas a lo largo de su base. Su diseño incluye rosas, cardos y tréboles, los símbolos florales de Inglaterra, Escocia e Irlanda, respectivamente.

La Diadema de Diamantes de George IV


La diadema fue usada también durante la procesión de coronación de la reina Victoria y más tarde de la reina Isabel II. Hoy es usada por la actual soberana en la procesión en carroza el día de la Apertura del Parlamento y ha aparecido en muchos retratos de Isabel II. Apareció además en el primer sello de correos, el "Penny Black" de 1840. Incluso hoy, se puede ver en los billetes y monedas en todos los reinos de la Commonwealth. En su testamento, la reina Victoria dejó la diadema a la Corona, no sólo asegurándose que sería usada por los monarcas futuros, sino también haciéndola formar parte de las joyas de la Corona.


La Reina Mary con la Diadema de Diamantes


Ciertas diademas, como la Tiara Leuchtenberg de zafiros en poder de la familia real sueca, o la Tiara de Esmeraldas de la reina Federica de Grecia, son flexibles y se pueden estirar, para guardarlas en un estuche o para usarlas como collar.

La reina Silvia de Suecia con la tiara de zafiros y el resto del aderezo

La misma tiara en su estuche
Aquí Federica de Grecia usa la diadema de esmeraldas como collar
Su nuera, la reina Ana María, la usa en la cabeza como tiara


Hay diademas reales que han pertenecido a una misma dinastía por generaciones, lo que les ha llevado a iniciar tradiciones familiares, como la Tiara Cartier del Khedive de Egipto, que hoy es una joya de gran valor sentimental para la familia real danesa. Esta tiara de diamantes y platino fue originalmente un regalo de bodas del Khedive de Egipto a la princesa Margarita de Connaught, que se casaría con el futuro rey Gustavo VI Adolfo de Suecia en 1905. Después de la prematura muerte de la princesa Margarita en 1920, la tiara fue heredada por su hija, la princesa Ingrid, que se la llevó con ella cuando se casó, ingresando a la familia real danesa en 1935. A su muerte en 2000, la tiara pasó a la hija menor de Ingrid, la reina Ana María de Grecia.

La Princesa Ana María de Dinamarca en su boda (1964)


Cuando las tres hijas de la reina Ingrid se casaron, usaron la tiara de su abuela como una forma de reconocer su memoria: la princesa Margarita en 1967, la princesa Benedicta en 1968 y la Princesa Ana María en 1964. Esta encantadora tradición familiar se siguió también en la generación siguiente, con la hija mayor de la princesa Benedicta, la Princesa Alexandra zu Sayn-Wittgenstein-Berleburg usando la joya en 1998 y la hija de la reina Ana María, la Princesa Alexia de Grecia, en 1999. Las dos restantes descendientes solteras de la reina Ingrid con quienes continuará la tradición son la Princesa Teodora de Grecia y la Princesa Nathalie zu Sayn-Wittgenstein-Berleburg.


La Princesa Alexia de Grecia en su boda (1999)


Algo parecido ocurre con la Tiara/Collar Belga de Diamantes, que el gobierno belga regaló a la princesa Joséphine-Charlotte en 1953 para su boda con el Gran Duque Heredero Jean de Luxemburgo y que no debe confundirse con la Tiara Congo, regalada para la misma ocasión por el banco nacional belga, el Société Générale. La Tiara Belga consta de brillantes montados en platino, que tanto puede ser usada como tiara y como collar.

La Tiara Belga


La Gran Duquesa Josefina Carlota la usó como tiara en su boda



Y como collar en una recepción oficial


Como tiara de boda fue usada por su nuera, María Teresa Mestre (1981)


Al igual que su hija Marie Astrid (1982)


Y su otra hija, Margaretha (1982)




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