domingo, 9 de mayo de 2010

Los Títulos de los Soberanos de España


Ha sido siempre costumbre encabezar las Leyes, Sentencias y Cartas de Ceremonia o de Cancillería con el nombre del Soberano y los títulos de cada uno de los Estados que posee, detallándolos por reinos y hasta por provincias.

Este “Título extenso” es el que se conoce por gran Título de un Soberano y el “Título pequeño” es el que se usa para la acuñación de moneda, por ejemplo. En este último no consta más que el nombre del Estado que gobierna.
La firma de Carlos V como Rey de España

Es costumbre también usar en el Título grande el nombre de los Estados que fueron poseídos por sus antepasados, como si todavía fueran sus soberanos. Dado que esta costumbre ha ocasionado controversias y reclamaciones se convino que al usar estos títulos se adoptaría la fórmula de non praejudicando, como se observa actualmente.

Carlos I de España usaba el gran Título como sigue:

CARLOS V, por la Divina clemencia, electo Emperador de Romanos, siempre Augusto y Rey de Alemania, de Castilla, de Aragón, de León, de las Dos Sicilias, de Jerusalén, de Hungría, de Dalmacia, de Croacia, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega, de Murcia, de Jaén, del Algarve, de Algeciras, de Gibraltar y de Islas Baleares, Islas Canarias, Indias y Tierra Firme del Mar Océano; Archiduque de Austria, Duque de Borgoña, de Lorena, de Brabante, de Estiria, de Carinthia, de Carniola, de Limburgo, de Luxemburgo, de Güeldres, de Würtemberg, de Calabria, de Atenas, de Neopatria; Conde de Flandes, de Habsburgo, de Tirol, de Barcelona, de Artois y Borgoña; Conde Palatino de Henao, de Holanda, de Zelanda, de Ferrete, de Riburgo, de Namur, de Rosellón, de Cerdeña y Zutphen; Landgrave de Alsacia; Marqués de Burgovia, de Oristán y Gociano y del Sacro Romano Imperio; Príncipe de Suevia y Cataluña; Señor de Frisia, de la Marca Eslavona, de Puerto Naón, de Vizcaya, de Molina, de Salinas, de Trípoli y Malinas, etcétera.


D. Carlos, por la divina providencia emperador semper augusto


En 1875, el Consejo de Ministros acordó que para los Títulos reales, despachos, patentes y demás documentos se usase el Título pequeño de Su Majestad, según consta en la Real Orden circular del Ministerio de Estado de fecha 3 de abril del mismo año, que lo establecía de esta forma:


DON ALFONSO XII, por la gracia de Dios, Rey Constitucional de España, etcétera.

Pero como en las Cartas de Cancillería no se puede prescindir del Título grande, porque al hacerlo con los que no lo han abolido se reconocería implícitamente la superioridad del otro soberano, durante el reinado de Don Alfonso XII se usó este Título en la misma forma que se empleó para la notificación del fallecimiento de S.M. Don Fernando VII y de la proclamación de S.M. Doña Isabel II.



En junio de 1886, el Consejo de Ministros acordó que la fórmula que se debía emplear en el encabezamiento de los títulos fuera la siguiente:

DON ALFONSO XIII, por la gracia de Dios y la Constitución, Rey de España, y en su Real nombre y durante su menor edad, la Reina Regente del Reino.

Y para los decretos, al terminar la parte dispositiva:

“… en nombre de Mi augusto Hijo el Rey Don Alfonso XIII y como Reina Regente del Reino, Vengo en… etcétera

Y finalmente, para las Reales órdenes:
S.M. el Rey (q. D. g.) y en su Real nombre la Reina Regente del Reino, etcétera

De modo que el Título pequeño de Su Majestad será:

DON ALFONSO XIII, por la gracia de Dios y la Constitución, Rey de España, etcétera.



El Título grande, como lo usó su antecesor, es:

DON ALFONSO XIII, por la gracia de Dios y la Constitución, Rey de España, Rey de Castilla, de León, de Aragón, de las Dos Sicilias, de Jerusalén, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Menorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega, de Murcia, de Jaén, de los Algarves, de Algeciras, de Gibraltar, de las Islas Canarias, de las Indias Orientales y Occidentales, Islas y Tierra Firme del Mar Océano, Archiduque de Austria, Duque de Borgoña, de Brabante y de Milán, Conde de Habsburgo, de Flandes, del Tirol y de Barcelona, Señor de Vizcaya y de Molina, etcétera, usado con la fórmula de non praejudicando por los Estados de familia de que ya no es soberano.


Títulos y Honores de Don Juan Carlos I

Tratamientos:

5 enero 1938 – 15 enero 1941: Su Alteza Real El Infante Juan Carlos de España
15 enero 1941 – 21 julio 1969: Su Alteza Real El Príncipe de Asturias
21 julio 1969 – 22 noviembre 1975: Su Alteza Real El Príncipe de España
22 noviembre 1975: – : Su Majestad El Rey



Títulos en uso oficial:

Los títulos de Juan Carlos I son (los marcados con * son títulos en pretensión, puramente nominales y ceremoniales):

Rey de España, de Castilla, de León, de Aragón, de Dos Sicilias (Nápoles y Sicilia)*, de Jerusalén*, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña*, de Córdoba, de Córcega*, de Murcia, de Menorca, de Jaén, de las Algarves*, de Algeciras, de Gibraltar*, de las Islas Canarias, de las Indias Orientales y Occidentales y de las Islas y Tierras de la Mar Océana*; Archiduque de Austria; Duque de Borgoña, de Brabante, de Milán, de Atenas y de Neopatria; Conde de Habsburgo, de Flandes, de Tirol, del Rosellón y de Barcelona; Señor de Vizcaya y de Molina; etcétera.

Debido a la gran cantidad de títulos asociados a la Monarquía Hispánica, sólo se escribían los más importantes, terminando la lista con un «etc.» o «&c.». Refiriéndose así a títulos secundarios y en desuso. Estos son:

· Rey de Hungría, Dalmacia y Croacia
· Duque de Limburgo, Lotaringia, Luxemburgo, Güeldrés, Estiria, Carniola, Carintia y Würtemberg
· Landgrave de Alsacia
· Príncipe de Suabia
· Conde Palatino de Borgoña
· Conde de Artois, Hainaut, Namur, Gorizia, Ferrete y Kyburgo
· Marqués de Oristán y Gociano
· Margrave del Sacro Imperio Romano y Burgau
· Señor de Salinas, Malinas, la Marca Eslovena, Pordenone y Trípoli.


Honores en España

Rango militar

  • Capitán General de las Reales Fuerzas Armadas Españolas y su Supremo Comandante (22 de noviembre de 1975)

Con la venera del Toisón de Oro, la Cruz de Carlos III y las Grandes Cruces del Mérito Militar, Naval y Aeronáutico


Órdenes Hereditarias
  • Soberano Gran Maestre de la Insigne Orden del Toisón de Oro

  • Gran Maestre de la Real y Distinguida Orden de Carlos III

  • Gran Maestre de la Real Orden de Isabel La Católica

  • Gran Maestre de la Orden Real y Militar de San Hermenegildo

  • Gran Maestre de la Orden Real y Militar de San Fernando

  • Gran Maestre de la Orden de Montesa

  • Gran Maestre de la Orden de Alcántara

  • Gran Maestre de la Orden de Calatrava

  • Gran Maestre de la Orden de Santiago

  • Gran Maestre de la Orden de María Luisa

Órdenes militares y condecoraciones
  • Gran Cruz de la Orden del Mérito Militar, distintivo blanco
  • Gran Cruz de la Orden del Mérito Naval, distintivo blanco
  • Gran Cruz de la Orden del Mérito Aeronáutico, distintivo blanco

Con uniforme militar, en el que figuran las veneras de las órdenes de Santiago, Alcántara, Calatrava y Montesa


Honores extranjeros


  • Gran Cordón de la Orden de Leopoldo (Bélgica)
  • Estrella de Primera Clase de la Orden del León Blanco (República Checa)
  • Caballero de la Orden del Elefante (Dinamarca)
  • Gran Cruz y Collar de la Orden de la Rosa Blanca (Finlandia)
  • Gran Cruz de la Legión de Honor (Francia)
  • Gran Cruz de la Orden Nacional del Mérito (Francia)
  • Gran Cruz, Clase Especial de la Orden del Mérito o Bundesverdienstkreuz (República Federal de Alemania)
  • Gran Cruz de la Orden del Redentor (Grecia)
  • Gran Collar de la Dinastía de Reza (Irán)
  • Gran Collar de la Reina de Saba (Irán)
  • Gran Cruz y Collar de la Orden del Mérito de la República Italiana
  • Caballero de la Orden de la Annunziata (Casa de Saboya, no reinante)
  • Caballero de la Ilustre y Real Orden de San Januario (Casa de las Dos-Sicilias, no reinante)
  • Bailío Gran Cruz de Justicia y Collar de la Sagrada Orden Militar Constantiniana de San Jorge (Casa de las Dos-Sicilias, no reinante)
  • Caballero de la Orden de la Nación (Jamaica)
  • Gran Cordón de la Suprema Orden del Crisantemo (Japón)
  • Cadena Dorada de la Orden de Vytautas el Grande (Lituania)
  • Collar de la Orden del Águila Azteca (México)
  • Gran Cruz de la Orden del León de los Países Bajos (Países Bajos)
  • Gran Cruz de la Real Orden Noruega de San Olav (Noruega)
  • Bailío Gran Cruz de Honor y Devoción de la Soberana Orden de Malta
  • Caballero de la Orden del Águila Blanca (Polonia)
  • Gran Collar de la Orden de la Torre y la Espada (Portugal)
  • Caballero de la Real Orden del Serafín (Suecia)
  • Caballero de la Orden de Rajamitrabhorn (Thailandia)
  • Caballero 974º de la Orden de la Jarretera (Reino Unido)
  • Caballero de la Orden del Imperio Británico (Reino Unido)
  • Collar de la Orden de la Estrella de Rumania (Rumania)
  • Gran Collar de la Orden de Adolf Nassau (Luxemburgo)



Como Caballero de la Orden de la Jarretera


viernes, 7 de mayo de 2010

La Familia Real: composición, honores y tratamientos



La Familia Real española está formada actualmente por el Titular de la Corona (el Rey), por su consorte, por sus hijos (Príncipe de Asturias e Infantas de España), por los consortes de éstos y por sus nietos. No forman parte de la Familia Real, pero sí de la familia del Rey, sus hermanas, también infantas de España.



La Constitución de 1978 establece en su artículo 57.1 que "La Corona de España es hereditaria en los sucesores de S.M. Don Juan Carlos I de Borbón, legítimo heredero de la dinastía histórica".


El Titular de la Corona


El Titular de la Corona es la persona que ocupa el Trono por derecho propio (Rey o Reina de España), en virtud de la aplicación de las reglas sucesorias fijadas por la Constitución.


Cuando la Corona pertenece a una mujer, se suele aludir a ella como "Reina propietaria", a fin de marcar la diferencia con la "Reina consorte", que es aquélla que se denomina así únicamente por ser la esposa del Rey.

En cualquiera de los dos casos el Titular de la Corona es aludido por su nombre de pila, al que se antepone el tratamiento de Majestad y va seguido del ordinal correspondiente según la lista de los Reyes de España, que continúa la de los Reyes de Castilla.





La Reina consorte o el Consorte de la Reina


Artículo 58: "La Reina consorte o el consorte de la Reina no podrán asumir funciones constitucionales salvo lo dispuesto para la regencia".

Cuando el Titular de la Corona es un varón, su consorte es la Reina y recibe el tratamiento de Majestad, mientras lo sea o permanezca viuda. Cuando el Titular de la Corona es una mujer, su consorte se denomina Príncipe y recibe el tratamiento de Alteza Real. No existe ningún impedimento constitucional para que una futura Reina de España eleve a su esposo a la dignidad de Rey consorte, con tratamiento de Majestad.


El Heredero de la Corona


Artículo 57.2: "El Príncipe heredero, desde su nacimiento o desde que ocurra el hecho que origine el llamamiento tendrá la dignidad de Príncipe de Asturias y los demás títulos vinculados tradicionalmente con el sucesor de la Corona de España".


La persona llamada directamente a la sucesión en el Trono (es decir, que se convertiría automáticamente en Rey o Reina) en caso de fallecimiento o abdicación del Titular, ostenta la dignidad de Príncipe o Princesa de Asturias y recibe el tratamiento de Alteza Real.


Esta dignidad y corresponden al Heredero de la Corona desde el mismo momento en que se produzca su posicionamiento en el primer lugar del orden de sucesión en el Trono, bien por su nacimiento (como sería el caso del primer hijo del Rey) o bien por pasar posteriormente a ocupar dicho lugar (como sería el caso de que el Príncipe de Asturias falleciese sin descendencia pero el Rey tuviese otros hijos o hijas).


El consorte del Príncipe o Princesa de Asturias participa del título y tratamiento, en este caso sin distinción de sexos.


Los hijos del Titular de la Corona


Los hijos e hijas del Titular de la Corona que no ostenten la dignidad de Príncipe o Princesa de Asturias, así como los hijos e hijas de este Príncipe o Princesa, son desde su nacimiento Infantes de España y reciben el tratamiento de Alteza Real.



Sus consortes, mientras lo sean o permanezcan viudos, ostentarán el título y recibirán el tratamiento que el Titular de la Corona, por vía de gracia, juzgue conveniente concederles, en uso de la prerrogativa que le reconoce el artículo 62.h de la Constitución.

Los nietos del Titular de la Corona


Los hijos e hijas de los Infantes de España tienen la consideración de Grandes de España, sin que ello dé origen a otro tratamiento especial distinto del de Excelencia.



De los matrimonios

Artículo 57.4: "Aquellas personas que teniendo derecho a la sucesión en el trono contrajeren matrimonio contra la expresa prohibición del Rey y de las Cortes Generales, quedarán excluidas en la sucesión a la Corona por sí y sus descendientes".

Por tanto el matrimonio de los hijos del Rey se convierte en un asunto de estado pues deben contar no solo con la aprobación del Monarca Español si no también el de las Cortes Generales; de lo contrario pierden los derechos de suceder en el trono.




Composición actual

  • Titular de la Corona: S.M. El Rey Don Juan Carlos I.

  • Reina Consorte: S.M. La Reina Doña Sofía.

  • Heredero de la Corona: S.A.R. El Príncipe de Asturias, Don Felipe de Borbón y Grecia.

  • Princesa Consorte: S.A.R. La Princesa de Asturias, Doña Letizia Ortiz Rocasolano.

Infantes de España:

  • S.A.R. la Infanta Doña Leonor (Nieta del Titular, Hija primogénita de SS.AA.RR. los Príncipes de Asturias).

  • S.A.R. la Infanta Doña Sofía (Nieta del Titular, segunda hija de SS.AA.RR. los Príncipes de Asturias).

  • S.A.R. la Infanta Doña Elena, Duquesa de Lugo (Hija de SS.MM. los Reyes de España).

  • S.A.R. la Infanta Doña Cristina, Duquesa de Palma de Mallorca (Hija de SS.MM. los Reyes de España).

  • S.A.R. la Infanta Doña Pilar, Duquesa de Badajoz (Hermana de S.M. el Rey de España).

  • S.A.R. la Infanta Doña Margarita, Duquesa de Soria y de Hernani (Hermana de S.M. el Rey de España).

  • S.A.R. el Infante Don Carlos, Duque de Calabria (Primo hermano de S.M. el Rey de España).

  • S.A.R. la Infanta Doña Alicia, Duquesa viuda de Calabria (Tía de S.M. el Rey de España. Infanta viuda por su casamiento con el infante Alfonso de Borbón-Dos Sicilias y Borbón, duque de Calabria.)


Consortes Reales:

  • Excmo. Sr. Don Iñaki Urdangarín, Duque consorte de Palma de Mallorca.
  • Excmo. Sr. Don Carlos Zurita, Duque consorte de Soria.
  • S.A.R. la princesa Doña Ana de Francia, Duquesa consorte de Calabria.

Otros nietos del Titular:

  • Excmo. Sr. Don Felipe Juan Froilán de Marichalar y Borbón, Grande de España.
  • Excma. Sra. Doña Victoria Federica de Marichalar y Borbón, Grande de España.
  • Excmo. Sr. Don Juan Valentín Urdangarín y de Borbón, Grande de España.
  • Excmo. Sr. Don Pablo Nicolás Urdangarín y Borbón, Grande de España.
  • Excmo. Sr. Don Miguel Urdangarín y Borbón, Grande de España.
  • Excma. Sra. Doña Irene Urdangarín y Borbón, Grande de España.

Antiguos miembros de la Familia Real:
  • Don Jaime de Marichalar, Consorte de S.A.R. la Infanta Doña Elena, desde 1995 a 2010.

Los Honores de la Corona

El saludo civil no está reglamentado por ninguna ley, por lo que habitualmente se utiliza el marcado por la tradición: para los caballeros una pequeña inclinación de cabeza, como signo de respeto, y para las damas aparte de una leve inclinación de cabeza también se suele hacer una pequeña genuflexión.


Si el saludo es militar, este se halla reglamentado en las Reales Ordenanzas de los tres Ejércitos. En ellas se indica que todos los militares de cualquiera de los Ejércitos saludarán militarmente a Sus Majestades los Reyes, a Su Alteza Real el Príncipe de Asturias, y a los Infantes de España, de acuerdo a lo que reglamentariamente se disponga en las preceptivas Ordenanzas. Aparte del habitual saludo militar (con la palma de la mano hacia abajo, en posición de casi 90 grados a la altura de la sien), el saludo deberá ir acompañado de una leve inclinación de la cabeza.


Con respecto al tratamiento a los miembros de la Familia Real, durante mucho tiempo se rigió por la costumbre y la tradición, ya que carecía de cualquier tipo de reglamentación oficial. Luego de lo especificado en la Constitución de 1978, en el año 1987 se aprueba un Real Decreto en el que se dan las pautas pertinentes para el correcto tratamiento, como se especifica ut supra.

Para dirigirse verbalmente al rey o a la reina se utiliza Su Majestad o Vuestra Majestad. Si se les nombra en una conversación debe referirse a ellos como Su Majestad el Rey o su Majestad la Reina. Lo mismo ocurre con el tratamiento del Príncipe de Asturias: se debe dirigirse a él como Su Alteza o Vuestra Alteza, y al referirse a él, debe usarse Su Alteza Real.


Para dirigirse por escrito al Rey o la Reina se debe utilizar Señor o Señora. En el caso del Príncipe, el tratamiento escrito deberá ser Alteza o Señor.


Los honores militares especificados en las ordenanzas correspondientes son:
  1. Rey de España. Arma presentada, Himno Nacional (primera parte completa), salvas de veintiún cañonazos, y siete voces de "¡Viva España!". Las Banderas contestarán al saludo de Su Majestad.

  2. Reina de España. Arma presentada e Himno Nacional (primera parte completa).

  3. Príncipe de Asturias. Arma presentada, Himno Nacional (primera parte sin repetición), diecinueve cañonazos de salvas y cinco gritos de "¡Viva España!".

  4. Infantes de España. Arma presentada e Himno Nacional (primera parte sin repetición).
En general se rinden estos honores cuando se preside algún acto oficial o en las recepciones y despedidas de los viajes oficiales. Siempre se deben rendir estos honores, salvo orden contraria expresa.



La Pascua Militar, en la que los asistentes rinden honores a don Juan Carlos como Jefe del Estado, marca el fin de las fiestas navideñas y siempre se celebra un día después del cumpleaños del monarca.




miércoles, 5 de mayo de 2010

La Corona y sus Títulos


La Monarquía en España, constitucionalmente referida como La Corona y comúnmente referida como Monarquía Española o (históricamente) Monarquía Hispánica, es una institución constitucional que implica la organización política del Gobierno y del Estado de España. Comprende un monarca reinante, su familia y una Casa real, que apoya al soberano y le facilita el ejercicio de sus deberes y prerrogativas reales.


La trayectoria histórica de la Monarquía Española va desde la unión dinástica de los reinos peninsulares en los descendientes de los Reyes Católicos, reformándose durante el nuevo régimen hasta la actualidad, interrumpida únicamente en los períodos de la Primera República (1873–1874), la Segunda República (1931–1939) y el régimen franquista (1936–1975).

Trono de los Reyes Católicos


Se considera generalmente que la Monarquía española tiene su origen en la unión personal entre Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón; intitulados Catholicos reges, et principes por el papado desde el 4 de mayo de 1493 en razón de la conquista de la península ibérica al Islam y el proyecto evangelizador del Nuevo Mundo; quienes procuraron llevar una política de acción común.

Carlos I, nieto de los Reyes Católicos, consolidó la unión de ambas Coronas, siendo llamado Rey Católico de las Españas (Hispaniarum Catholicus Rex) por el papa León X en la bula del 1 de abril de 1516. En la Embajada de España ante la Santa Sede se puso en febrero de 1977 una lápida conmemorativa refiriéndose a Ioannes Carolus I como Hispaniae Cath. Rex [adaptación del trato histórico que los papas habían dado a los reyes desde Carlos I]. Las de fecha posterior suprimen el calificativo de católico, de acuerdo con la constitución de 1978.

Carlos I a caballo, por Van Dyck


Felipe II, Príncipe de Asturias desde 1528, accedió al trono por abdicación de su padre, y usó en documentos y monedas la fórmula abreviada de rey de las Españas y de Indias (Hispaniarum et Indiarum Rex), y tras la Crisis sucesoria en Portugal (1580) adquirió también la titularidad de la Corona portuguesa.

Cambio de régimen

La Monarquía española pierde su condición monarquía absoluta, y adquiere su carácter de monarquía parlamentaria con la transformación de España en un estado liberal.

Desde el año 1833, con el pretexto de la cuestión dinástica, se sucedieron tres guerras civiles en España que jalonaron intermitentemente una parte del siglo XIX, donde los constitucionalistas («cristinos», «alfonsinos») oponían su ideario del «estado liberal» contra el «absolutismo» y «foralismo» de los carlistas. La cuestión dinástica se inició cuando Fernando VII promulgó la Pragmática Sanción de 1830, que era a su vez la publicación de la Pragmática Sanción de 1789, con lo que se anularon la disposiciones que impedían el acceso al trono de las mujeres hasta no agotarse toda la descendencia masculina de Felipe V. De esta manera, el hermano del rey Fernando VII, Carlos María Isidro, fue relegado en favor de su sobrina Isabel, hija del rey; y así, si Carlos María Isidro no tuvo inconveniente en renunciar a sus derechos en 1808, en 1833 sus argumentos habían cambiado, y con sus partidarios («carlistas») inició la Primera Guerra Carlista.


Isabel II de Borbón


Isabel II finalmente fue proclamada reina, pero su madre la regente María Cristina de Borbón-Dos Sicilias que se alineó con los liberales, sin embargo pretende el estatuto Real de 1834 lo que dio lugar al motín de La Granja (1836) y la vuelta al periodo constitucional. Así el artículo 180 de la Constitución de 1812 habría establecido el reinado legítimo de Isabel II, y el artículo 50 de la Constitución de 1837 y el artículo 49 de Constitución de 1845 indican que Isabel II era la legítima reina de las Españas. Desde entonces la legitimidad de la monarquía española ha ido vinculada con la Constitución de turno (aunque fuera a posteriori).

El sentido patrimonial de la unión bajo una corona de distintos reinos peninsulares desaparece también con el periodo constitucional. El cambio no fue brusco, la denominación de Reino en singular data desde la Constitución de 1812 (no así el Estatuto de Bayona de 1808), pero el territorio se denomina en plural, Españas, en la Constitución de 1812, de 1837 y 1845, con la salvedad que ya aparece en singular en las dos últimas. Pero en la Constitución de 1869, con la afirmación de la Nación española, el territorio pasó a denominarse en singular España, y así ha seguido desde entonces.


Representación heráldica de la corona real española

El estado actual

El actual régimen monárquico español reúne los caracteres típicos de la forma de gobierno de Monarquía parlamentaria, esto es:
  • La sucesión hereditaria de los miembros de la Familia Real en la Jefatura del Estado, con el título de Reyes de España.
  • La jefatura del Estado corresponde al Rey, el cual tiene funciones ceremoniales y simbólicas, y no dirige ni el poder legislativo ni el ejecutivo.
  • El poder ejecutivo, el gobierno, goza de la confianza del Congreso de los Diputados (poder legislativo).

La Constitución de 1978 confirmó el rol del Rey de España como la personificación del Estado español y un símbolo de la unidad duradera y permanencia de España. Constitucionalmente, el rey es el Jefe de Estado y el Comandante-en-Jefe de las Fuerzas Armadas Españolas. También se detalla allí el uso de la titularidad y los tratamientos reales, las prerrogativas reales, la sucesión hereditaria a la Corona, la compensación económica y una contingencia o regencia en los casos de la minoría o incapacidad del monarca. De acuerdo a la Constitución, el soberano español también se encarga de promover las relaciones iberoamericanas, las “naciones de esa histórica comunidad”. Desde este punto, el Rey de España sirve como presidente de la Organización de Estados Iberoamericanos, representando más de 700 millones de personas en veinticuatro naciones. En 2008, Juan Carlos I era considerado el líder más popular en toda Iberoamérica.


Los Títulos de la Corona


La actual Constitución española refiere a la monarquía como “la Corona de España” y el título constitucional del monarca es simplemente “rey o reina de España”. Sin embargo, autoriza el uso de otros títulos históricos pertenecientes a la monarquía española, sin especificarlos. Un decreto promulgado el 6 de noviembre de 1987 en el Consejo de Ministros regula los títulos completos y sobre esta base el monarca de España tiene un derecho de uso (“puede usarlos”) a esos otros títulos pertenecientes a la Corona. Contrario a algunas creencias, la titularidad larga que contiene más de 20 reinos, ducados, condados, etc. no se encuentra en uso oficial ni siquiera en la diplomacia española. De hecho, nunca ha estado en uso de esa forma, desde que “España” nunca fue parte de la lista en el período anterior a 1837 (cuando la lista larga se usaba oficialmente).


España, mencionada de forma diferente en la titularidad dependiendo del monarca que estuviera en el trono, estuvo por más de tres centurias simbolizada por la lista larga que comenzaba “… de Castilla, León, Aragón…”. Esta titularidad en el tratamiento feudal fue la última usada oficialmente por Isabel II en 1836, antes que se convirtiera en reina constitucional.


Escudo de armas de Carlos III (también de sus sucesores, incluyendo Isabel II) con el Toisón de Oro y su Orden. Variante con los leones de púrpura representados de gules, costumbre frecuente en la heráldica española.


El primer monarca que oficialmente usó una derivación del nombre “España” como reino en la titularidad fue Carlos I, Hispaniarum et Indiarum Rex. Debe notarse que este título era usado a menudo después del de Sacro Emperador Romano, puesto que “Emperador” era considerado superior a “Rey”. Durante su breve y controversial ocupación del trono, José Bonaparte, hermano del emperador Napoleón, también usaba un título similar.

En la primera restauración borbónica se regresó al formato tradicional (…de Castilla, León, Aragón…) hasta 1837, cuando la versión corta “reina de las Españas” fue comenzada a usar por Isabel II. El singular “España” fue usado primeramente por Amadeo de Saboya: “… por gracia divina y voluntad de la nación, rey de España”. Durante la segunda restauración, el rey Alfonso XII usaba “rey constitucional de España, por gracia divina…”.


Firmas del Rey Juan Carlos y de la Reina Sofía en el libro de visitas de Antena 3 (A3TV)


Con la actual (y tercera) restauración de la casa real de España, Juan Carlos de Borbón y Borbón usa el título simple de “rey de España”, sin ninguna referencia divina, nacional o constitucional. Este monarca decidió no usar el tratamiento de Su Majestad Católica y los otros títulos, aunque no declinó tales honores.

Tratamientos y “Fuente de Honor”


De acuerdo a un decreto real publicado en 1987, el rey y la reina consorte serán formalmente tratados como Su Majestad (o Sus Majestades en plural) antes que el tradicional Su Católica Majestad. Un príncipe consorte de una soberana reinante de España tendrá el tratamiento de Su Alteza Real. Adicionalmente, una reina viuda y que no contraiga nuevo matrimonio continuará siendo tratada como Su Majestad. Un príncipe consorte viudo y que no contraiga nuevo matrimonio continuará siendo tratado como Su Alteza Real.


Sus Majestades, El Rey y La Reina de España


El heredero tendrá el título de Príncipe de Asturias y los otros títulos históricamente asociados con el heredero aparente, como Príncipe de Viana (asociado al Reino de navarra), Príncipe de Girona y Duque de Montblanc (asociados a la Corona de Aragón). Si su progenitor es el monarca reinante al momento de su nacimiento, desde entonces portará estos títulos; en caso que el soberano no haya accedido al trono cuando su primogénito nace (como en el caso de Juan Carlos I), éste obtendrá los títulos a posteriori.

Otros hijos del monarca, y los hijos del heredero aparente, tendrán el título y rango de Infante o Infanta (príncipe o princesa) y el tratamiento de Su Alteza. Los hijos de un Infante o Infanta de España tendrán la consideración de Grandes de España y el tratamiento de Su Excelencia. No se prescribe en la Constitución títulos o formas de tratamiento a la cuarta generación, o bisnietos, de un monarca reinante. El real decreto limita aún más la capacidad de cualquier regente de utilizar o crear títulos durante la minoría o incapacidad de un monarca.


El Salón del Trono en el Palacio de Oriente


La posición del monarca como “Fuente de honor” en España es prescripta en el Artículo 62 (f), donde se especifica que el rey podrá conferir posiciones civiles y militares y otorgar honores y distinciones en conformidad con la ley. De acuerdo al Ministerio de Justicia, los títulos de nobleza y la Grandeza son creados por la “soberana gracia del rey” y pueden pasar a los herederos del recipiendario, quienes no los pueden vender. Los títulos pueden revertir a la Corona cuando quedan vacantes.

La sucesión puede seguir alguno de los cursos listados en el “Título de Concesión” cuando el título es creado. Por regla general, la mayoría de los títulos son heredados por primogenitura absoluta, según la cual el primogénito hereda todos los títulos de su padre, independientemente del género. Sin embargo, un titular puede designar su sucesor (Sucesión por Asignación) o dispersar los títulos entre sus hijos, donde el primogénito obtiene el título de mayor rango (Sucesión por Distribución).


El rey Juan Carlos condecora a Matías Prats con la Medalla de Oro al Mérito Deportivo en junio de 1980.


El rey Juan Carlos otorgó títulos nobiliarios a dos de sus antiguos presidentes de Gobierno que se retiraron de la actividad política: Adolfo Suárez fue creado 1º Duque de Suárez y Leopoldo Calvo-Sotelo fue hecho Marqués de la Ría de Ribadeo. El tercer presidente, Felipe González, declinó el título, mientras que la presidencia de José María Aznar estuvo tan envuelta en controversias que no hizo viable un título para él. Todos los sucesivos políticos permanecen en actividad.

El soberano concede órdenes militares y civiles y premios de distinción, tradicionalmente con el consejo del gobierno. La orden más distinguida que puede otorgar es la Orden de Carlos III, a “ciudadanos que, con su esfuerzo, iniciativa y trabajo, han prestado un distinguido y extraordinario servicio a la Nación”. La Cruz Laureada de San Fernando es el más alto premio militar para el valor.

martes, 4 de mayo de 2010

Los reinos de la Península Ibérica

La historia y la cronología de los reinos que se crearon tras la caída del Imperio Romano de Occidente y las invasiones de distintos pueblos germánicos se remontan al 400 de la era cristiana.

Aunque la configuración de España como estado moderno da comienzo tras el final de la Guerra de Sucesión, la unificación bajo una misma corona de los distintos reinos cristianos que vinieron a conformarse tras la invasión musulmana de 711 sucedió con los Reyes Católicos, que unificaron las coronas de Castilla y Aragón para finalizar la conquista del hasta entonces territorio musulmán e invadir el reino de Granada. Posteriormente Fernando el Católico, una vez fallecida Isabel I, invadió el reino cristiano de Navarra, que, tras una larga guerra heredada por Carlos I, llevó al control de la Alta Navarra, al sur de los Pirineos.


Fernando el Católico


El orden numérico de los reyes españoles fue secuenciado a posteriori, partiendo siempre de la realeza asturiana, considerada entonces la dinastía legítimamente hispana, heredera de los visigodos; luego la leonesa, continuadora de la asturiana, y más tarde la castellana. En un principio la monarquía asturiana —como la visigoda— no era hereditaria sino electiva, si bien la Corona solía recaer en hijos o parientes de reyes. Por ello, la actual monarquía española desciende directamente de Bermudo I (no de Don Pelayo, pues su estirpe terminó con su bisnieto Alfonso II el Casto de Asturias). Este linaje entroncará sin interrupción hasta Juan Carlos I, lo que la convierte en la dinastía reinante más antigua del mundo, sólo por detrás de la japonesa.



Alta Edad Media: los reinos bárbaros



A comienzos del siglo IV reinaban en la Península los vándalos con Gunderico, los visigodos con Ataúlfo y los suevos con Hermerico. En el año 585 los suevos son conquistados definitivamente por los visigodos, de los cuales el rey Agila II se opone a los musulmanes y sólo gobierna la Septimania hasta el año 725.


Al-Ándalus


Con Abderramán I (756-788) se inició el control de la dinastía Omeya en España y la fundación del emirato de Córdoba, independiente de Damasco.

Desde que el califa Hisham II es obligado a abdicar en 1009 hasta el año de la abolición formal del califato en 1031 se suceden en el trono de Córdoba nueve califas, de las dinastías omeya y hamudí, en medio de una anarquía total que se refleja en la independencia paulatina de las taifas de Almería, Murcia, Alpuente, Arcos, Badajoz, Carmona, Denia, Granada, Huelva, Morón, Silves, Toledo, Tortosa, Valencia y Zaragoza. Cuando el último califa Hisham III es depuesto y proclamada en Córdoba la república, todos los coras (provincias) de al-Ándalus que aún no se habían independizado se autoproclaman independientes, regidas por clanes árabes, bereberes o eslavos.


Abderramán III


Durante el apogeo de los reinos de taifas (siglo XI y después a mediados del siglo XII), los reyes de las taifas compitieron entre sí no sólo militarmente, sino sobre todo en prestigio. Para ello, trataron de patrocinar a los más prestigiosos poetas y artesanos.

La conquista de Toledo en 1085 por parte de Alfonso VI de León y Castilla hizo palpable que la amenaza cristiana podía acabar con los reinos musulmanes de la península. Ante tal amenaza, los reyes de las taifas pidieron ayuda al sultán almorávide del norte de África, Yusuf ibn Tasufin, el cual pasó el estrecho y no sólo derrotó al rey de León (1086), sino que conquistó progresivamente todas las taifas.

Cuando el dominio almorávide empezó a decaer, surgieron los llamados segundos reinos de taifas (1144-1170), que fueron posteriormente sometidos por los almohades, que habían sucedido a los almorávides en su dominio del norte de África.


Detalle de la Gran Mezquita de Córdoba


Tras el fin del periodo almohade en 1212, hubo un corto periodo denominado terceros reinos de Taifas, que terminó en la primera mitad del siglo XIII con las conquistas cristianas en el Levante de Jaime I de Aragón (Valencia, 1236) y en Castilla de Fernando III el Santo (Córdoba, 1236 y Sevilla, 1248) y perduró en Granada con la fundación del reino nazarí, que no capituló hasta el 2 de enero de 1492, fecha que pone fin a la Reconquista.


Reinos cristianos durante la Reconquista


El Reino de Asturias es el más antiguo y se inicia con Don Pelayo en 718. Su nieto Alfonso I se autoproclama primer rey de Asturias. Luego estaban los reinos de Navarra, Aragón, Castilla, León, Galicia y Portugal. Ordoño II de Galicia también se proclama rey de León en el 910. Ramiro II de León unifica los reinos de León, Asturias, Galicia y Portugal en el 930. Fernando I, Conde de Castilla, se proclama en 1037 rey de León y a su muerte el Condado se convierte en Reino de Castilla.

Urraca de León y Castilla, que reinó entre 1109 y 1126, casó con Alfonso I de Aragón –entonces rey de Aragón y Navarra-. Su marido fue rey consorte hasta que la repudió en 1114. En 1157 se separan los tronos de Castilla y de León hasta que en 1230 Fernando III el Santo crea la Corona de Castilla uniendo ambos reinos. En Portugal, Alfonso Henriques, conde de Portugal, se convierte en su primer monarca como Alfonso I.



Urraca Regina


Para inicios del siglo XVI Catalina de Foix y Juan III de Albret reinaban en Navarra, Fernando el Católico en Aragón, Isabel I la Católica en Castilla, León, Asturias y Galicia y Manuel I en Portugal. Carlos I, nieto de Fernando de Aragón e Isabel de Castilla, se convirtió en 1517 en el primer rey de la España unida.

Monarcas de España de la Edad moderna

Isabel I de Castilla pertenecía a la Casa de Trastámara, una rama menor de la Casa de Borgoña, que reinó en Castilla (de 1369 a 1504 y de 1506 a 1516, en Aragón (de 1412 a 1516), en Navarra (de 1425 a 1479) y en Nápoles (de 1458 a 1501). La última soberana de esta Casa en gobernar en la península fue Juana I la Loca, que por su matrimonio con Felipe el Hermoso y a través del hijo de ambos, Carlos, dio paso al gobierno de España por reyes de la Casa de Austria.


Juana de Castilla con sus dos hijos mayores, Leonor y Carlos (quien llegará a ser Rex Imperator)

Carlos I (V del Sacro Imperio Romano Germánico) dejó tras de sí una monarquía española que fue también, por algún tiempo, soberana de los Países Bajos, de buena parte de Italia y de grandes territorios en ultramar; no obstante, el título de Emperador no pasó a los siguientes monarcas de España.

Tras la muerte del quinto monarca Habsburgo, Carlos II, sin descendencia, la titularidad de la Corona de España pasa a su sobrino-nieto, y nieto a su vez de Luis XIV de Francia, Philippe d'Anjou, siendo el primer miembro de la Casa de Borbón en España. Al ser nombrado Rey de España, Philippe cambia su nombre a Felipe, mientras que el apellido francés Bourbon se castellanizó como Borbón.

Se suceden seis Borbones (Felipe V, Luis I, Fernando VI, Carlos III, Carlos IV y Fernando VII) hasta 1808, en que el emperador Napoleón impone a su hermano Joseph como José I después de invadir España y hacer renunciar a Carlos IV. El título que usó José I fue Rey de las Españas y de las Indias, por la gracia de Dios y por la Constitución del Estado. La primera restauración borbónica tiene lugar en 1813 con Fernando VII, a quien veinte años después sucede su hija Isabel II. A partir de la Constitución de 1837, Isabel II pasa a denominarse Reina de las Españas.



Estandarte real de la Casa de Borbón (1761-1931)

En noviembre de 1870 sube al trono español Amadeo de Saboya, segundo hijo de Vittorio Emanuele II, rey de Piamonte-Cerdeña y luego de Italia. Fue elegido por las Cortes como tal después de la revolución de 1868 y la abdicación de Isabel II, siendo el único monarca de la Casa de Saboya. Su título fue Rey de España, por la gracia de Dios y la voluntad nacional.

La Casa de Borbón vuelve a restaurarse dos veces luego del paréntesis del rey Amadeo I. Primero con Alfonso XII y Alfonso XIII, que llevó a la dictadura de Primo de Rivera, la Segunda República Española y la dictadura de Francisco Franco, y por segunda vez con Juan Carlos I, que continúa hasta la actualidad.

domingo, 2 de mayo de 2010

Hispania, quo vadis?

Los íberos, procedentes del norte de África, habitaban la península desde comienzos de la Edad de Bronce y a ellos siguieron grupos migratorios de celtas. La fusión de estos pueblos dio origen a los celtíberos. Fenicios y griegos fundaron colonias, que fueron desalojadas por los cartagineses hacia el siglo VI A.C.

La península fue finalmente sometida por Roma, que impuso su lengua y su legislación. El cristianismo fue predicado por los apóstoles Santiago y Pablo; la iglesia española cobró importancia dentro del imperio romano. Al caer éste, España fue invadida por pueblos bárbaros (suevos, vándalos y alanos) que saquearon el país. Luego llegaron los visigodos que dominaron durante tres siglos.


Don Rodrigo


El último rey visigodo, Don Rodrigo, fue derrotado por los árabes en 711 y éstos se apoderaron de casi toda la península. España árabe dependió durante un período de Damasco pero en el 756 Abd-al-Rahmán I fundó el Emirato independiente. Uno de sus sucesores, Abd-al-Rahmán III, convirtió el Emirato en Califato de Córdoba (929). Luego, el territorio musulmán se fraccionó en pequeños estados llamados “taifas” y así se inició la decadencia árabe en España.

En el 722 las huestes de Don Pelayo derrotaron a los árabes en Covadonga comenzando así el período de la Reconquista, que duró ocho siglos. En ese período nacen los reinos de Asturias, León, Castilla, Aragón, Navarra, Cataluña y Portugal. Más tarde se unen los reinos de Aragón y Cataluña (1137), Castilla y León (1230) y Castilla y Aragón (1479) por el matrimonio de Isabel de Castilla y Fernando V de Aragón, llamados los “Reyes Católicos”.

Pendón heráldico de los Reyes Católicos


Tras la toma de Granada, los Reyes Católicos trataron de reunir bajo su Corona a los que todavía permanecían independientes. Durante su reinado se creó el tribunal de la Inquisición para mantener la unidad religiosa, se inició la época del descubrimiento de un nuevo continente y se llevó a cabo una política de expansión mediterránea.

Carlos I (1517-1556), nieto de los Reyes Católicos, unió no solamente Castilla y Aragón sino también los grandes dominios de la Casa de Austria, los cuales le correspondían por herencia paterna. A la muerte de su abuelo Maximiliano, Carlos fue elegido emperador con el nombre de Carlos V. Partió para Alemania dejando como gobernador de España a su antiguo preceptor Adriano de Utrecht.

Carlos I de España (Carlos V de Alemania), por Rubens


Carlos V debió enfrentar graves problemas, como conquistar y colonizar el Nuevo Mundo, combatir a los turcos, enfrentar los avances del protestantismo y luchar por la hegemonía europea contra el francés Francisco I. El emperador es sustituido por su hijo Felipe, se retira al Monasterio de Yuste y muere en 1558. Bajo Felipe II se produjo el fin del poderío otomano en el Mediterráneo y la unidad ibérica como consecuencia de la victoria de Alcántara (1580) sobre el pretendiente portugués Don Antonio. Sin embargo sufrió la derrota de su armada frente a Isabel I de Inglaterra (1588).

Sus sucesores, Felipe II y Felipe IV, no fueron capaces de gobernar tan extensos territorios. Carlos II fue el último monarca de los Austrias y, al morir sin descendencia, se produce la Guerra de Sucesión que terminó con la victoria del pretendiente francés. Con Felipe V se inicia la dinastía Borbón en España. En la segunda mitad del siglo XVIII se produce la unión de las ramas borbónicas reinantes.


Retrato de la Familia de Felipe V (1723). Se observa al Infante Don Fernando (futuro Fernando VI), el propio Felipe V, Luis de Borbón, Príncipe de Asturias (futuro Luis I), el Infante Don Felipe (futuro duque de Parma), la reina consorte Isabel (de Farnesio), segunda esposa del monarca, un retrato de la hija mayor de Felipe: la Infanta Mariana Victoria de España (quien estaba en Francia comprometida con Luis XV) y el Infante Don Carlos, otro futuro rey de España (Carlos III).


Carlos IV abdicó en favor de su hijo Fernando VII pero Napoleón obligó a éste a devolver la Corona a su padre quien cedió todos los derechos al emperador francés. El pueblo madrileño se sublevó el 2 de mayo de 1808 e inició la llamada guerra de la Independencia (1808-1813) que se extendió a toda la península. A lo largo del siglo XIX se suceden las sublevaciones, las guerras civiles entre “carlistas” (tradicionalistas) y liberales y las sucesivas restauraciones del poder real, así como el declive y caída del imperio colonial. La vida política española se caracteriza por la lucha permanente entre progresistas y moderados.

En 1914 el gobierno de Eduardo Dato proclamó la neutralidad de España en la Primera Guerra Mundial, política que siguieron sus continuadores. Se suceden crisis que preparan el golpe de Estado de 1923, dirigido por Primo de Rivera, capitán general de Cataluña. Su gobierno progresista cae en 1930 y al año siguiente se proclama la Segunda República. Una coalición de izquierda, el Frente Popular, subió al poder en 1936 y fue presidente de la República Manuel Azaña. El general Francisco Franco, al frente del ejército de Canarias y Marruecos, se levantó contra el régimen republicano y recibió apoyo en diferentes puntos de la península.



Escudo de España bajo el régimen del Generalísimo


Da comienzo así la guerra civil española (1936-1939) que ensangrentó al país y dio lugar a la implantación de una dictadura cuyo jefe fue Francisco Franco, el “Generalísimo”. Durante la Segunda Guerra Mundial España mantuvo una política de no beligerancia y en 1947 una ley de Sucesión estableció el principio de la monarquía.

En 1969 se nombra al príncipe Juan Carlos de Borbón, nieto de Alfonso XIII, a título de rey, sucesor en la jefatura del Estado. Sube al trono en 1975, a la muerte de Franco. Así termina un período autoritario y se inicia la integración de España en el mundo democrático occidental. Durante su reinado se aprobó la Constitución Española que define las funciones del Rey, suprimiendo toda participación política de la Corona y convirtiendo España en una Monarquía Parlamentaria de corte europeo occidental; asimismo, el artículo 57 de la Constitución le reconoce como el heredero legítimo de la dinastía histórica, soslayando el de heredero designado de Franco.




Uno de los momentos más graves a los que ha tenido que hacer frente el rey Juan Carlos I fue el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, el conocido como «23-F». La intervención televisiva del rey desautorizando el golpe acabó con la insurrección, que pensaba contar con el apoyo de la Corona, y contribuyó a aumentar su carisma entre sectores políticos que hasta entonces no eran muy afines a la forma de gobierno monárquica.

Santiago Carrillo, en aquel momento secretario general del Partido Comunista de España, y quien en 1975 había popularizado refiriéndose al nuevo rey el sobrenombre de Juan Carlos I, «el Breve», declaró al día siguiente del golpe: «Hoy todos somos monárquicos». Después de este conflicto la monarquía quedó definitivamente consolidada.



Estandarte Real de España