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sábado, 12 de febrero de 2011

Hungaria Magna

Durante el Imperio romano, el territorio de la actual Hungría formó parte de las provincias de Panonia y Dacia. A fines del siglo IV, Roma perdió Panonia, ocupada desde entonces por tribus germanas y eslavas, y por los "pastores romanorum", pastores que hablaban un idioma derivado del latín vulgar. La planicie central recibió a hunos, búlgaros (que finalmente se asentaron más al sur, en la actual Bulgaria y la República de Macedonia) y ávaros: pueblos nómadas provenientes de las estepas del norte del Mar Negro. Los ávaros dominaron la cuenca del Danubio entre los siglos VII y VIII, hasta ser sometidos por el Imperio de Carlomagno.


La Corona, la Espada y el Orbe de Hungría

Los sucesores de Carlomagno organizaron una serie de ducados en la mitad oeste y norte de la cuenca, mientras que el Imperio bizantino y Bulgaria ejercieron cierta autoridad sobre el sur y el este de la región. El Ducado de Croacia se independizó en el año 869 y Moravia luchó tenazmente contra los carolingios, hasta la aparición de los magiares, pueblo de origen fino-ugro (emparentado con fineses, estonios, carelios, udmurtos, etc.). Éstos organizaron, al oeste del bajo Don, una federación de tribus (integradas por diversos clanes y dirigidas por un jefe hereditario), llamada On-Ogur (Diez Flechas), que dio origen al nombre húngaro, en la lengua eslava, por lo que su reino se acabó conociendo como Hungaria, que posteriormente derivó en Hungría.

La tradición sostiene que Hungría fue fundada por siete tribus magiares (húngaras) que emigraron desde la región de los Montes Urales cerca del límite de Europa y Asia hasta el territorio actual en el siglo VIII. Estas fueron guiadas por siete líderes: Álmos, Előd, Ond, Kond, Tas, Huba y Töhötöm. Un par de décadas después de haber llegado a las tierras del Danubio, Árpád - el hijo mayor de Álmos - se convirtió en príncipe y líder absoluto de las tribus, que hicieron un pacto de sangre para simbolizar una unión indivisible.

Así comenzó la historia de la nación húngara y la dinastía de los Árpádes.

Pacto de sangre de los siete líderes tribales húngaros


San Esteban y el Cristianismo

El bisnieto de Árpád fue Esteban I, hijo del príncipe Géza. Esteban había nacido como pagano con el nombre de Vajk y posteriormente fue bautizado con su nombre cristiano. Esteban sabía que si su nación quería sobrevivir, debía ser reconocida como un reino cristiano y estar bajo la tutela del Papa. Así, comenzó su lucha contra el paganismo tras haber sido coronado Rey de Hungría en el año 1000. El principal adversario de Esteban era un familiar suyo llamado Koppány, que deseaba la corona de Hungría y repudiaba el cristianismo. Finalmente fallece y Esteban ordena que fuese desmembrado en cuatro y que las partes de su cuerpo fueran enviadas a ciudades importantes como muestra de lo "poco conveniente" que podía ser el paganismo.



Firma del rey Esteban I

Matías Corvino y los turcos

Hungría se convirtió gradualmente en un reino amplio e independiente, donde florecería la cultura y se daría un importante progreso económico, sobre todo de la mano de Mátyás (Matías Corvino), quien conquistó Moravia, Bohemia y Silesia, y posteriormente trasladó la corte húngara a Viena. Así, Matías fue una figura de gran relevancia para el renacimiento en Hungría y la lucha armada contra los turcos, a los que se intentaba repeler desde hacía décadas (por ejemplo, su padre, el Regente húngaro Juan Hunyadi, hijo de un noble rumano de Valaquia, guió incontables campañas contra los turcos).

La época dorada finalizó con la derrota húngara de Mohács en 1526 y la ocupación turca de Buda (hoy parte de Budapest). A la muerte de Luis II en la batalla de Mohács, la nobleza húngara elegirá rey a Fernando de Habsburgo, hermano del emperador Carlos V, vinculándose así Hungría por casi 400 años a la Casa de Habsburgo.


El escudo de armas de Matías Corvino custodiado por dos infantes del Ejército Negro de Hungría (Iglesia de San Matías, Budapest)


En 1529 fracasó la ofensiva turca contra Viena. Durante la dominación otomana de gran parte de Hungría, ésta estaría administrada por algunas grandes familias, y las revueltas serían constantes, al igual que en Transilvania. A finales del siglo XVII, los Habsburgo reconquistarían Hungría (Budapest en 1686 y en 1699 Transilvania). Durante los siglos XVIII y XIX, Hungría formó parte de los territorios administrados por los Habsburgo (Imperio austríaco a partir de 1806).

Los Habsburgo y su dominio sobre Hungría

Tras las victorias imperiales de finales del siglo XVII, Hungría y Transilvania pasaron a formar parte del Imperio de los Habsburgo, ocasionando varios conflictos entre la nobleza magiar, poderosa y de espíritu independiente, y las tendencias centralistas de Viena.

En 1848, estallaron rebeliones en todas partes del imperio, y en Hungría escritores como Sándor Petőfi tomaron las calles y guiaron las multitudes contra los austriacos. Pronto se estableció un gobierno provisional que fue derrocado por el emperador Francisco José I con el apoyo en Hungría de las minorías que estaban sometidas a los húngaros (especialmente croatas y rumanos) y por la intervención rusa. La rebelión fracasó, y entre 1849 y 1866 se reimplantó una política centralista y autoritaria.


Escudo de armas de la Tierra de la Corona de San Esteban (1867)


"El Compromiso"

Tras la derrota austríaca de 1866 contra Prusia en la Guerra de las Siete Semanas, Hungría se convertiría finalmente, en 1867, en una parte autónoma del Imperio austrohúngaro. En 1902, una comitiva húngara encabezada por Ferenc Deák fue enviada a Viena, donde se firmó el Compromiso (en húngaro: Kiegyezés y en alemán: Ausgleich). En este tratado se le otorgaban a Hungría instituciones políticas propias, gobierno y ejército propios y el parlamento tendría su sede en Budapest. Hungría (territorios de la Corona de San Esteban) se constituyó en la 2ª entidad de la nueva monarquía, con plena independencia excepto en asuntos militares, exteriores, monetarios y aduaneros. El káiser pasó a ser simultáneamente "rey apostólico" de Hungría.

La política interna húngara se caracterizó por apostar por la magiarización de las minorías (croatas, serbios, eslovacos, ucranianos, rumanos), la centralización administrativa (sólo Croacia conservó cierta autonomía) y el mantenimiento de un régimen tendente al autoritarismo (sufragio censitario reducido, discriminación de las minorías, etc.). A diferencia de la parte austriaca, Hungría se mantuvo esencialmente rural y agraria bajo el dominio de una numerosa y poderosa nobleza que controlaba gran parte de los recursos del Estado.


Coronación de Carlos I de Austria como Carlos IV de Hungría en Budapest (1916)


Hungría desmembrada

Sin embargo, el Imperio fue derrotado durante la Primera Guerra Mundial, por lo que Hungría declaró su independencia el 1 de octubre de 1918. Con el tratado de Trianon en 1920 Hungría firmó la paz con las potencias vencedoras y perdió más de un 70% de su territorio, que pasó a los nuevos Estados centroeuropeos. Eslovaquia y Rutenia (esto es, la Rutenia subcarpática) se unirían a Bohemia y Moravia para formar Checoslovaquia. Transilvania y parte del Bánato se juntarían a Rumanía. Croacia y Voivodina pasarían al Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, futura Yugoslavia. Quedaron, no obstante, importantes grupos de población húngara en Checoslovaquia (884.000 individuos), Voivodina serbia (420.000) y Transilvania rumana (1.662.000), hoy en día también siguen siendo mayoritarios en numerosos distritos y municipios de las tres nuevas naciones.

Poco después, hubo una revolución comunista instaurándose la República Soviética Húngara, que fue sofocada tres meses más tarde por las tropas anticomunistas rumanas. Durante este estado de anarquía, el almirante Miklós Horthy tomó el poder como regente "permanente" del Reino de Hungría (1920 - 1945), aunque impidiendo la restauración del rey Carlos IV de Habsburgo (que falleció en 1922), quien contaba con un apoyo social muy amplio.


El Regente Miklós Horthy


La Segunda Guerra Mundial

Tras cierta presión, Horthy, el regente húngaro, estableció una alianza con la Alemania nazi y los otros miembros de las Potencias del Eje (Italia y Japón) en los años 1930, donde le ofrecían revisar el Tratado de Trianon. Hungría fue recompensada por Alemania con territorios pertenecientes a Checoslovaquia, Yugoslavia y Rumanía, y tomó parte activa en la Segunda Guerra Mundial, pudiendo así recuperar temporalmente unos territorios donde había húngaros (sur de Eslovaquia, Rutenia subcarpática, Transilvania septentrional y el norte de la Voivodina), y donde las autoridades húngaras pretendieron que los húngaros eran la mayoría, aunque los censos hechos por las autoridades rumanas, eslovacas o serbias pretendían lo contrario. En octubre de 1944, Adolf Hitler forzó la abdicación del no demasiado dócil Horthy, por un mayor colaboracionista pronazi húngaro, Ferenc Szálasi, con el fin de evitar así la defección de Hungría.

Hungría comunista

Tras la caída de Hitler, Hungría fue ocupada por tropas rusas y, pese a que hubo un pequeño periodo liberal, en 1947 se instauró un gobierno comunista, liderado por el Partido de los Trabajadores Húngaros, estando a la cabeza de este Mátyás Rákosi. Por lo tanto el país pasaba a ser una parte importante del Bloque del Este. En 1949 Hungría ingresó en el Consejo de Asistencia Económica Mutua (COMECON) patrocinado por la Unión Soviética, del que formó parte hasta 1991.

Cuando murió Iósif Stalin en 1953, se inició - como en la URSS y toda Europa del Este (menos Yugoslavia, que había elegido su propia vía al socialismo) - el proceso de desestalinización, en donde se aprobó un nuevo programa económico y se concedió amnistía a varios prisioneros políticos. En 1955, se firmó el Pacto de Varsovia que era un tratado de ayuda mutua, tanto económica como militar.


El Parlamento de Budapest, a orillas del Danubio

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