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viernes, 12 de marzo de 2010

Los Consortes reales


  • Las esposas de los monarcas británicos reciben el título de Reina Consorte del Reino Unido. Anteriormente la esposa del rey de Inglaterra era llamada Reina Consorte de Inglaterra. Todas las esposas de rey han sido Reina Consortes, mientras que el único Rey Consorte fue Felipe II de España, rey con autoridad de nombre, pero no de hecho. Los otros tres consortes varones han sido llamados de distintas maneras que se indicarán en la siguiente lista.
Reina consorte en vestimenta de coronación
(Adelaida, esposa de Guillermo IV, en su coronación en Westminster Abbey, 8 de setiembre de 1831)


Evolución del título
  1. En 1031 Guillermo el Conquistador contrae matrimonio con Matilde de Flandes, la primera en ostentar el título de Reina Consorte de Inglaterra.
  2. Durante el reinado de Enrique VIII, el señorío de Irlanda se convirtió en Reino, siendo la consorte Reina Consorte de Inglaterra e Irlanda.
  3. La muerte de la reina Isabel I (Casa de Tudor) sin descendencia, provocó el acceso al trono de Jacobo I (Casa de Estuardo), hijo de María Estuardo, que era también rey de Escocia como Jacobo VI, siendo la esposa Reina Consorte de Inglaterra, Escocia e Irlanda.
  4. Durante el reinado de Ana I, se firmó el Acta de la Unión (1707), que unía a las coronas de Inglaterra y Escocia, convirtiéndose en el Reino de Gran Bretaña, dándosele al consorte el título de Reina Consorte de Gran Bretaña, que estaría vacante hasta el reinado de Jorge II.
  5. La muerte de la reina Ana (Estuardo) provocó que heredara su pariente más cercano protestante, Jorge I (Casa de Hannover), también rey de Hannover.
  6. Durante el reinado de Jorge III, se unieron las coronas de Gran Bretaña e Irlanda, que pasaron a conformar el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda, y la consorte pasó a llamarse Reina Consorte del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda.
  7. La muerte de Guillermo IV del Reino Unido significó la separación de Hannover, en el que existía la Ley Sálica, quedando el Reino Unido para Victoria I y Hannover para Jorge V.

La Diadema de Diamantes de George IV (1820)

Consortes de Inglaterra
  • Matilda de Flandes (1031-1083), esposa de Guillermo I
  • Edith de Escocia (1080-1118), esposa de Enrique I
  • Adela de Louvain (1103-1151), esposa de Enrique I
  • Matilda de Boulogne (1105-1152), esposa de Esteban I
  • Leonor de Aquitania (1122-1204), esposa de Enrique II
  • Berenguela de Navarra (1165-1230), esposa de Ricardo I
  • Isabel de Angulema (1187-1246), esposa de Juan I
  • Leonor de Provenza (1223-1291), esposa de Enrique III
  • Leonor de Castilla (1241-1290), esposa de Eduardo I
  • Margarita de Francia (1275-1317), esposa de Eduardo I
  • Isabel de Francia (1292-1358), esposa de Eduardo II
  • Felipa de Henaut (1311-1369) esposa de Eduardo III
  • Ana de Luxemburgo (1366-1394), esposa de Ricardo II
  • Isabel de Valois (1387-1409), esposa de Ricardo II
  • Juana de Navarra (1370-1437), esposa de Enrique IV
  • Catalina de Francia (1401-1437), esposa de Enrique V
  • Margarita de Anjou (1430-1482), esposa de Enrique VI
  • Isabel Woodville (1437-1492), esposa de Eduardo IV
  • Ana Neville (1456-1485), esposa de Ricardo III
  • Isabel de York (1466-1503), esposa de Enrique VII
  • Catalina de Aragón (1485-1536), primera esposa de Enrique VIII
  • Ana Bolena (1501-1536), segunda esposa de Enrique VIII
  • Jane Seymour (1507-1537), tercera esposa de Enrique VIII
  • Ana de Cleves (1515-1557), cuarta esposa de Enrique VIII
  • Catalina Howard (1520-1542), quinta esposa de Enrique VIII


Catalina de Aragón, reina consorte de Inglaterra

Consortes de Inglaterra e Irlanda
  • Catalina Parr (1512-1548), sexta y última esposa de Enrique VIII.

Consortes de Inglaterra, Escocia e Irlanda
  • Ana de Dinamarca (1574-1619), esposa del rey Jacobo VI de Escocia y I de Inglaterra.
  • Enriqueta María de Francia (1609-1669), esposa de Carlos I.
  • Catalina de Braganza (1638-1705), esposa de Carlos II.
  • María de Módena (1658-1718), esposa de Jacobo II.

Consortes de Gran Bretaña e Irlanda
  • Carolina de Brandenburgo-Ansbach (1683-1737), esposa de Jorge II.
  • Carlota de Mecklenburgo-Strelitz (1744-1818), esposa de Jorge III.

Consortes del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda

  • Carlota de Mecklenburgo-Strelitz (1744-1818), esposa de Jorge III.
  • Carolina de Brunswick-Wolfenbüttel (1768-1821), esposa de Jorge IV.
  • Adelaida de Sajonia-Meiningen (1792-1849), esposa de Guillermo IV.
  • Alejandra de Dinamarca (1844-1925), esposa de Eduardo VII.
  • María de Teck (1867-1953), esposa de Jorge V.
  • Isabel Bowes-Lyon (1900-2002), esposa de Jorge VI.

Carolina, reina consorte del Reino Unido (1820)


Príncipes

Los esposos de reinas británicas que por alguna razón no fueron reyes consortes son:


Consorte de Gran Bretaña e Irlanda

  • Jorge de Oldenburgo (1653-1708), esposo de la reina Ana de Gran Bretaña.

Consorte del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda

  • Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha (1819-1861), consorte de Victoria I del Reino Unido.

1º de mayo de 1851: La reina Victoria sostiene a su hijo, el Príncipe Arthur, mientras el Duque de Wellington le presenta un obsequio y detrás, protector, aparece Alberto, Príncipe Consorte.



Consorte del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte
  • Felipe de Edimburgo, actual Príncipe Consorte (1921 - ), esposo de la reina Isabel II.

Reyes

Sólo hubo un hombre, esposo de una soberana británica, que ostentó el título de rey consorte:

Consorte de Inglaterra e Irlanda

  • Felipe I de Inglaterra, esposo de la reina María la Sanguinaria, que fue también llamado El Prudente (1527 – 1598), fue Rey de España, de Nápoles y Sicilia y de Portugal y las Algarves (como Felipe I), realizando una ansiada Unión Ibérica que duró 60 años.



Felipe, Príncipe de Asturias, futuro consorte de María I Tudor y luego Rey de España como Felipe II (1551)



Remembranza de una Consorte: la Reina Mary

El elemento importante del reinado de George V fue la presencia de la extraordinaria reina Mary. Desde el comienzo de sus funciones, ésta se aboca a la tarea de redecora
r Buckingham Palace, de restaurarlo según su propio estilo, de eliminar los anacronismos, de anular el mal gusto. Ella amaba la unidad, la armonía y la belleza. Reunió la serie de muebles, cuadros y vajilla que se encontraba dispersa por doquier, barrió con las palmeras enanas, con las colgaduras de felpa roja, con los bronces informes; arregló los suntuosos baños y alentó a su hijo para que instalara la calefacción central. Fue realmente célebre su colección de objetos de arte.


Su estilo personal era eterno: durante los últimos cuarenta años de su vida vistió casi de la misma manera, trajes de noche adornados con abalorios, chaqueta y falda sastre, zapatos de punta larga y una sombrilla arrollada, con una gran toca puesta en lo alto del peinado haciendo las veces de corona. Este aspecto propio que cultivó servía de modelo para todo el tiempo, siendo bueno lo mismo para el sol que para la lluvia. Dondequiera que se la veía, su fina silueta sólida y pulcra indicaba la presencia de la realeza.


No contenta con apoyar al rey con su devoción absoluta, la reina Mary dio muestras de verdadero genio para hacer brillar la monarquía británica. Durante la Primera Guerra Mundial, decidió con su esposo que la corte renunciaría al alcohol “mientras duraran las hostilidades”. El rey difícilmente podía prescindir de su whisky con soda, pero la omnipresencia de la reina Mary le obligaba a no sucumbir. Un sacrificio muy comentado por la prensa: nadie podía imaginar tal renunciamiento, que los soberanos vivieran en el lujo mientras el pueblo debiera abstenerse.


Bajo la influencia de la soberana, la monarquía hizo una religión del deber y la devoción. Fatigándose a la cabecera de los heridos, Mary obligaba a las otras mujeres de la familia a seguir su ejemplo, de tal modo que una de ellas acabó por quejarse: “Estoy cansada y detesto los hospitales” y la reina replicó: “Usted pertenece a la familia real de Inglaterra. Nosotros jamás nos fatigamos y en verdad amamos todos los hospitales”.


Sin embargo, como lo ha hecho notar un biógrafo, “tanta devoción que ella mostró hacia el mito de la monarquía británica y a la persona sagrada del rey, jamás logró resolver un problema crucial: sus relaciones con sus hijos. El hijo mayor y heredero del rey refutaba casi todos los valores defendidos por sus padres, hasta tal punto que su breve y agitado reinado de 325 días causó la más grande crisis que jamás afrontó la casa de Windsor…”


4 comentarios:

  1. Sin duda Felipe II fue un importante consorte, pues ostentó, como rey de Nápoles y milán e hijo del emperador Carlos V, y luego ya como Rey de España un poder mayor del de la propia reina.

    Un saludo.

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  2. Felipe como rey de Nápoles y duque de Milán fue un consorte de Inglaterra poco menos que de nombre. Actuó conforme a lo estipulado en un rígido contrato matrimonial y no se entrometió en el gobierno de María I. Durante gran parte de su reinado estuvo ausente, especialmente a partir de 1556 cuando su padre abdicó en él la Corona de España. A partir de entonces sí se hizo poderoso, porque bajo su gobierno el imperio español abarcaba posesiones en los cinco continentes.

    Retribuyo saludo

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  3. Aùn asì durante su breve estancia en la corte inglesa se convirtiò en un hombre inicialmente amado pues intentò suavizar el caràcter de su esposa, intentando que no se sacrificasen a personas por cuestiòn de religiòn como una manera de ganarse el afecto de los sùbditos. Que tan distante èste joven prìncipe de lo que luego serìa como se llamò en su tiempo la espada de Dios en su lucha contra el protestantismo.

    Nuevo saludo.

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