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martes, 17 de abril de 2012

El guardarropa y el guardajoyas de Marina de Kent

Al igual que S.A.R. El Duque de Edimburgo, que posee el título de Príncipe por haber nacido en el seno de la depuesta familia real griega, asimismo su prima hermana, la Princesa Marina, Duquesa de Kent, mantuvo el título principesco hasta su muerte por ser hija de Príncipe y nieta de Rey. La Princesa Marina fue la esposa del príncipe George, Duque de Kent, el cuarto hijo varón del rey George V y de la reina Mary. Fue la última princesa extranjera en casarse con un miembro de la familia real británica, ya que posteriores consortes han sido de la aristocracia inglesa, escocesa, alemana o, simplemente, plebeyas.

Posando para el pintor de la realeza, Philip de Laszlo.



No fue nada difícil organizar un "compromiso" entre el Príncipe George y la Princesa Marina. La joven poseía un árbol genealógico sencillamente formidable, así como las apropiadas conexiones familiares. En esa época, lo importante era que, ya que había que proteger detrás de una vistosa pantalla la intimidad desordenada del príncipe, nada mejor que un enlace absolutamente glamoroso con una princesa de verdadera sangre real (su madre, la Gran Duquesa Elena, era nieta del Zar Alejandro II; su padre, el Príncipe Nicolás, era hijo del Rey de Grecia, nieto de los Reyes de Dinamarca, primo carnal del Zar Nicolás II y del Rey George V).





Marina (1923)



Los encuentros entre George y Marina no habían hecho surgir el amor pero, ciertamente, se agradaban mutuamente. Marina podía apreciar la apostura y la personalidad encantadora del príncipe. En cuanto a George, estaba fascinado por el parecido que veía en Marina con su fallecida abuela paterna, la inolvidable Alexandra. En realidad, no resultaba sorprendente, ya que Alexandra era tía abuela paterna de Marina. Para George, suponía un estímulo positivo la perspectiva de ofrecer a los ingleses una princesa que tuviese un estilo similar al que había hecho extraordinariamente popular a Alix. Formarían un equipo con una imagen conjunta elegante y refinada, lo que constituiría un servicio a la monarquía. Así que se comprometieron.


Máxima elegancia: raso negro y perlas


El 28 de Agosto de 1934, el Boletín de la Corte publicaba el anuncio, fechado en Balmoral: "Con gran satisfacción, S.M. El Rey anuncia el compromiso de su querido hijo, el Príncipe George, con la Princesa Marina de Grecia, hija del Príncipe y la Princesa Nicolás de Grecia. El Rey, con gran alegría, ha dado su consentimiento a esta unión."



Balmoral


Un detalle snob de Marina es que siempre consideró que ella estaba hecha de madera más noble que sus concuñadas. Marina era REALEZA, en tanto que Elizabeth Bowes-Lyon (prometida del duque de York) y Alice Montagu-Scott (prometida del duque de Gloucester) eran ARISTOCRACIA, aunque el matrimonio las hubiese introducido en el círculo real. Dada la fuerte raigambre y conexiones dinásticas germanas de la familia real, se había considerado muy apropiado y ventajoso que dos de los hijos varones del rey se casasen con aristócratas de sólida raigambre escocesa. Lizzie y Alice aportaban esa conexión británica. Con cierta ironía, Marina llamaría a ambas "esas galletitas escocesas" (these scottish cookies).




El día del compromiso, con the Marina hat, estilo cajita de píldoras.



Por cierto que Marina ya entraba a la realeza británica creando estilo. El sombrerito que llevó Marina en la sesión de fotos del compromiso se convirtió en el sueño de millones de británicas, al punto de que llegó a inspirar una canción en la época.




El día de la boda



El 29 de noviembre de 1934 tuvo lugar la boda en la Abadía de Westminster. Su vestido fue diseñado por el couturier inglés Edward Molyneux en brocado color plata tejido en Lyon con rosas inglesas de diseño medieval, todo cerrado con botones de plata que también tenían grabada la rosa de Inglaterra. Era el tipo de vestido que habría usado una princesa inglesa en el Medioevo. El material para el vestido era tan delicado que sólo fue enviado a las Islas alrededor de dos semanas antes de la boda. Las mangas se ampliaban desde el hombro hasta la muñeca. El ondulante velo de tul blanco era de cinco pies de largo, ampliándose en la parte inferior a diez pies; era el mismo que había usado su hermana Elisabeth para su boda. Manteniendo esto en su lugar estaba la Tiara London Fringe de diamantes y dos pequeños ramos de flores de azahar detrás de cada oreja.



De pie, de izquierda a derecha: George V, la Princesa Nicolás de Grecia (Gran Duquesa Helena de Rusia), la novia y el novio, la reina Mary, el príncipe Nicolás de Grecia. Sentadas, a la izquierda, la princesa Elizabeth (futura Elizabeth II) y a la derecha, lady Mary Cambridge.



El rey le obsequió un collar de 36 enormes diamantes; la reina, un set de diamantes que consistía en una diadema con dos enormes zafiros en el centro y diamantes a los lados, tres gargantillas, dos broches, un collar y un par de aretes; el novio una belleza en diamantes, perlas y rubíes: una tiara de diamantes, cuya parte central puede ser intercambiada por rubíes, una pulsera de diamantes y rubíes, un collar de diamantes con un gran rubí y pendientes de perlas. El rey y la reina, además, ofrecieron a su nuera un soutoir de diamantes y un broche grande con rubíes en el centro y diamantes a los lados. Una tercera tiara con diamantes y perlas recibiría de sus padres y una cuarta, la tiara fringe de diamantes en el modelo ruso kokoshnik, de parte del alcalde y los ciudadanos de Londres.



El día de la coronación de George VI, 12 de mayo de 1937, luciendo sus joyas de boda.



El Illustrated London News, del 1º de diciembre de 1934, tiene imágenes claras de algunas de las joyas reales que recibió Marina como regalos de boda, incluyendo el aderezo Cambridge de zafiros y diamantes de la reina Mary. Este consistía en una tiara con siete motivos de diamantes y zafiros, un par de brazaletes, un largo collar con un pendiente desmontable, tres broches y un par de pendientes colgantes. Este fabuloso conjunto se rompió cuando el actual duque vendió la tiara por los derechos de sucesión.

Marina –aquí con su suegra- luciendo el famoso parure de diamantes y perlas que heredó de su madre, la Princesa Nicolás de Grecia.





Con el enorme broche de lazos de diamantes que recibió de su madre como regalo de bodas. Le fue regalado originalmente a la Gran Duquesa Helena, hija de la Gran Duquesa Vladimir, cuando se casó con el Príncipe Nicolás.



Cuando se convirtió en Duquesa de Kent, Marina introdujo una nueva elegancia a la familia real, tal y como Lady Diana Spencer lo haría cincuenta años después. Amante de la literatura, culta, inteligente y sofisticada, cualidades que se unían a las físicas, era alta, delgada, con unos preciosos ojos de color miel y un mohín permanente en su boca. Tenía una elegancia clásica y etérea y sus diseñadores favoritos eran Charles Worth, Edward Molyneux y John Cavanagh, todos de origen inglés.



Vestida de Molyneaux, con el broche de lazos puesto en la cintura.



La casa de Edward Molyneux estuvo en funcionamiento desde 1919 hasta 1950. Fue el diseñador a quien recurría la mujer a la moda en los años 20 y 30, cuando quería ser absolutamente "correcta" y no predecible. Molyneaux se mezclaba tanto con la aristocracia, como con la cafe society del París de entre-guerras y trabó conocimiento de las necesidades de las mujeres en esa época de cambio y libertad. Tenía la seguridad en sus manos, vistiendo a Gertrude Lawrence para el teatro y a Marina de Grecia para su boda.



Diseños de Molyneaux para su trousseau de bodas.




De color pastel y con perlas, combinación que le encantaba.



Desde el principio, su estilo era de extrema sencillez y buen gusto. Además de la alta costura, Molyneux diseñó pieles, ropa interior, sombreros y hasta perfume. Vistió a las mujeres más elegantes hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial; era conocido por su ropa conservadora, pero nunca formal o estilo matrona. Su cliente típica era alta, delgada e inteligente, con piernas largas y delgadas y por lo general en el filo de los treinta años. Su aerodinámico vestido sin espalda en blanco satén con pieles de zorro plateado arrojadas por encima del hombro, se convirtió en el símbolo de la elegancia de los años 30. Fue mejor conocido por su maravilloso manejo del azul marino y negro, ya sea en un liviano tailleur de falda plato o un sensual vestido de noche.


Marina usaba los diferentes tipos de sombrero volcados a la derecha. Aquí un nuevo “pillbox”.




En carroza, durante el Jubileo del Rey George V (1935).




Una excepcional imagen tomada por Cecil Beaton (1938)



En las carreras, con el Duque (1938)



De uniforme (1940)



Un diseño de Molyneux


John Cavanagh, por su parte, había instalado su propia maison en 1952 y se lanzó a la fama con su colección “Coronación”, para la Primavera-Verano 1953, marcando la coronación de Elizabeth II. Era una serie de vestidos diseñados en telas suntuosas y, aunque solo llevaba en el negocio un año, los miembros de la aristocracia de Inglaterra le encargaron sus atuendos para las celebraciones de ese año.



Junto a su hijo y duque de 17 años, Edward, y luciendo la recargada vestimenta de Par del Reino, en un retrato oficial por la coronación de su sobrina, Elizabeth II, en 1953.


Con su otra sobrina, la Princesa Margarita –quien la adoraba-, a mediados de los ’50.



El modisto era reconocido por su elegante manufactura, su sentido del color y del refinamiento, así como el alto nivel y calidad de sus diseños. Mantuvo una pureza de líneas y formas en toda su obra, ropa adecuada para el estilo de vida de su clientela predominantemente británica y estadounidense, tales como vestidos de cóctel y de noche y trajes a medida. Buscaba que sus prendas se vieran igualmente buenas en cualquier lugar que se usaran, ya fuera en Londres, París o Nueva York. Diseñó exquisitos trajes para Marina, a quien admiraba y también hizo los vestidos de novia de su nuera, Lady Katharine Worsley, cuando se casó con el Duque de Kent en 1961 y el de la Princesa Alexandra de Kent para su boda con el Honorable Angus Ogilvy en 1963.



Resplandeciente de joyas y órdenes dinásticas (1959)



El Duque de Kent moriría trágicamente en 1942 en un accidente de aeroplano en Escocia, mientras prestaba servicio en la Royal Air Force, pero ella siguió siendo un miembro activo de la familia real, llevando a cabo una amplia gama de compromisos oficiales. En marzo de 1957, cuando Ghana -entonces colonia británica -se independizó de Gran Bretaña, la duquesa de Kent fue nombrada para representar a la Reina en las celebraciones. Cincuenta años más tarde, en el aniversario de la independencia de Ghana, sería nombrado su hijo, Príncipe Eduardo, Duque de Kent, para representar a la Reina. En septiembre de 1966, cuando el Protectorado Británico de Bechuanalandia se convirtió en la nueva República de Botswana, nuevamente la Duquesa de Kent acudió en representación de Su Majestad.



En los ’60 no pierde un ápice su elegancia.



Justo antes de la boda del actual Duque de Kent, en junio de 1961, Marina anunció que deseaba ser conocida como Su Alteza Real la Princesa Marina, Duquesa de Kent en lugar de Su Alteza Real la Duquesa de Kent, un cambio en el tratamiento tradicional que le fue concedido por su sobrina, la reina Elizabeth II. Tras su matrimonio, le correspondía legalmente el título y el tratamiento de Su Alteza Real la Duquesa de Kent, Condesa de St. Andrews, y Baronesa Downpatrick. Sin embargo, seguía siendo una princesa de la Casa Real griega. Así que, después de la boda de su hijo mayor, simplemente volvió a su título principesco propio.


Con el traje típico griego, 1930



Treinta años después

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