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domingo, 29 de enero de 2012

La Temporada

La temporada social o, simplemente, Temporada (en inglés, The Season), es el término por el que se ha referido históricamente al período anual en que es habitual para los miembros de la élite asistir a una serie de fiestas, bailes de debutantes, cenas de gala y grandes eventos de caridad. También es el momento apropiado para residir en la ciudad antes que en el campo, con el fin de asistir a tales eventos.




La Temporada en Londres


La temporada social londinense se desarrolló en los siglos XVII y XVIII y en su forma tradicional alcanzó su punto máximo en el siglo XIX. En esta era, la elite británica estaba dominada por las familias de la aristocracia y la nobleza menor terrateniente, quienes generalmente consideraban a su casa de campo como su hogar principal, pero pasaban varios meses del año en la capital para socializar y participar en la política. Los eventos más exclusivos se celebraban en las mansiones de la ciudad de los principales miembros de la aristocracia. Lugares públicos exclusivos como Almack’s, el primer club londinense en admitir hombres y mujeres, jugaba un papel secundario.


La alta sociedad de Londres en Almack’s (1800)


La Temporada coincidía con la sesión del Parlamento y comenzaba poco después de Navidad, extendiéndose hasta mediados de verano (más o menos a finales de junio). Por esta razón, jugaba un papel importante en la vida política del país: los miembros de las dos Cámaras del Parlamento eran casi todos los participantes en la temporada. Pero también era una oportunidad para que los hijos en edad núbil de la nobleza y la burguesía fueran lanzados en la sociedad. Las mujeres eran introducidas formalmente en la sociedad mediante la presentación ante el monarca en la Corte. En la sociedad londinense, tradicionalmente la temporada comenzaba después de Pascua y terminaba con el Glorious Twelfth (12 de agosto), el inicio de la temporada de caza de perdiz roja.



Glorious Twelfth of August (1890)

La temporada tradicional entró en declive después de la Primera Guerra Mundial, cuando muchas familias aristocráticas renunciaron a sus mansiones de Londres. A partir de este momento un número creciente de eventos de la sociedad comenzaron a llevarse a cabo en lugares públicos, por lo que fue más difícil mantener la exclusividad social.

Muchos eventos que tienen lugar lejos del centro de Londres llegaron a ser considerados como parte de la temporada social, incluyendo el Royal Ascot y la Regata Henley. Los eventos que conforman hoy la London Social Season son cada vez más organizados o patrocinados por las grandes empresas (es decir, "la hospitalidad corporativa") y aunque no existe una organización oficial de la temporada, muchas tradiciones y costumbres permanecen. Los códigos de vestimenta, por ejemplo, todavía se aplican a ciertos eventos, especialmente cuando la Reina juega un papel oficial. De acuerdo con la guía de nobleza de Debrett, la temporada social tradicional se extiende desde abril a agosto.



La Familia Real en el Derby de Epsom (junio de 2011)


Los eventos de la temporada en Inglaterra incluyen:


* Festival Internacional de Edimburgo (música clásica, teatro, ópera y danza de diferentes partes del mundo), Glyndebourne Festival Opera, en East Sussex (principalmente óperas de Mozart), The Proms o Proms de la BBC, ciclo de conciertos diarios de música clásica orquestal, principalmente en el Royal Albert Hall, desde mediados de julio hasta mediados de septiembre.
* La Exhibición de Verano de la Royal Academy, exposición abierta de arte (pintura, dibujo, escultura, diseños arquitectónicos) y espectáculos teatrales en la popular zona del West End; el Chelsea Flower Show, una muestra de jardines durante cinco días de mayo.
* Las prestigiosas carreras de caballos de Royal Ascot (Berkshire), Glorious Goodwood (Chichester, West Sussex), Epsom Derby (Epsom Downs) y Grand National (Aintree, Liverpool).
Otros eventos ecuestres, como el concurso de saltos Badminton Horse Trials en la mansión del Duque de Beaufort en Gloucestershire y el Royal Windsor Horse Show en el Windsor Home Park, el desfile Trooping the Colour –que marca el cumpleaños oficial de la soberana británica- y el Servicio de la Orden de la Jarretera en el Castillo de Windsor.
* Y más deportes: la Boat Race o Carrera de Botes (entre los equipos de Oxford y Cambridge) en el Támesis; la Henley Royal Regatta en la localidad de Henly-on-Thames, los torneos de polo en Guards Polo Club de Windsor (Queen’s Cup, Royal Windsor y Archie David), los campeonatos de tenis de Wimbledon, la semana de regatas de Cowes en el Solent (el área de agua entre el sur de Inglaterra y la Isla de Wight) y el Lord’s Test Match de cricket en St John’s Wood.

El Duque de Edimburgo y la Reina observando los Badmington Horse Trials en Gloucestershire (1968)


Aunque varios de estos eventos no se celebran en Londres, como la copa Hurlingham Polo Cartier International en Windsor, los organizadores de la mayoría de ellos intentan evitar enfrentamientos de fechas y por lo general es posible visitar todos ellos en el mismo año (teniendo suficiente tiempo libre, ingresos adecuados y resistencia). El tradicional fin de la temporada en Londres es el Glorious Twelfth de Agosto, que marca el inicio de la temporada de caza. La sociedad se retiraría al campo para cazar perdiz roja durante el otoño y zorros durante el invierno, antes de regresar a Londres de nuevo con la primavera.


El Baile


El baile como evento social de la temporada implica una gran recepción formal con música, a la que los asistentes acuden con atuendo de noche, detalle que es especificado en la invitación como “esmoquin” o “frac” (el más formal). Existen diferentes tipos de baile, desde el Commemoration ball que año a año organiza uno de los colegios de la Universidad de Oxford hasta el May ball con el que finaliza el año académico la Universidad de Cambridge y que requiere vestimenta formal; desde el Cotillion ball o Cotillón que implica parejas en formación geométrica repitiendo figuras y que hoy se realiza en el Wiener Opernball o Baile de la Opera de Viena, hasta el Gran Ballo della Cavalchina en el Teatro La Fenice, el más espectacular y exclusivo de todos los bailes de máscaras venecianas. Párrafo aparte merece el legendario “baile de debutantes”.




Cotillón en el Baile de la Opera de Viena


Una debutante (del francés débutante, "principiante femenina") es una joven de la aristocracia o la clase alta que ha llegado a la edad de la madurez, y como un nuevo adulto, es introducida a la sociedad en un formal "debut" de presentación. Originalmente, significaba que la mujer joven tenía derecho a casarse y parte de la finalidad era mostrarla a solteros elegibles y sus familias con miras al matrimonio dentro de un selecto círculo social. Las debutantes pueden ser recomendadas por un comité distinguido o patrocinadas por un miembro establecido de la sociedad de élite.

Las presentaciones varían según la cultura regional y también son citadas frecuentemente como "bailes de debutantes", "bailes de cotillón" o "fiestas de puesta de largo". El equivalente masculino se refiere a menudo como "baile de beautillion". Una debutante en solitario podría tener su propio debut, o compartirlo con un hermano u otro pariente cercano. Los modernos bailes de debutantes son a menudo eventos de caridad: los padres de la debutante donan una cierta cantidad de dinero para la causa designada y los invitados pagan por sus billetes. Estos bailes se pueden ser elaborados asuntos formales e involucrar no sólo a "debs", sino también debutantes más jóvenes, escoltas y ujieres, niñas de las flores y también pajes.



Debutantes ante la reina Victoria

En el Reino Unido, la presentación de debutantes en la corte de Saint James marcaba el inicio de The Season. Las solicitudes para jóvenes a ser presentadas en la corte tenían que ser hechas por damas que ya se habían presentado al soberano, como su madre u otra persona conocida por la familia que era adecuada para dar fe por la dama a ser presentada. Una suegra que se había presentado podría, por ejemplo, presentar su nueva nuera. La Presentación de debutantes en la corte era también una manera para que las jóvenes en edad de casarse fueran presentadas a jóvenes solteros y sus familias con la esperanza de encontrar un marido adecuado. El soltero podía, a su vez, utilizar la presentación en la corte como una oportunidad para encontrar una esposa adecuada. Los que querían ser presentados en la corte estaban obligados a solicitar permiso para hacerlo por lo que si la solicitud era aceptada, se les enviaba una citación real del Lord Chambelán para asistir a la presentación en un día que declarado por Debretts siempre comenzaba a las 10 pm. Así como las debutantes, también podían ser presentadas mujeres mayores y damas casadas que no habían sido presentadas previamente.


Después de la presentación, las debutantes eran lanzadas a la sociedad como jóvenes damas para asistir a Royal Ascot, fiestas de té vespertinas, partidos de polo y bailes, todo lo cual era escenario para que las jóvenes actuaran con las maneras apropiadas de una dama. Muchas debutantes también tienen su propia "fiesta de presentación" o, alternativamente, una fiesta compartida con una hermana u otro miembro de la familia.

Drawing Room de Saint James Palace durante un baile de presentación de debutantes (1808)


Los últimas debutantes fueron presentadas en la Corte en 1958, después la reina Isabel II abolió la ceremonia. Se hicieron intentos de mantener la tradición mediante la organización de una serie de fiestas para jóvenes que de otra manera hubieran sido presentadas en la Corte en su primera temporada (a la que jóvenes idóneos también fueron invitados). Sin embargo, la retirada del patrocinio real hizo estas ocasiones cada vez más insignificantes y apenas se distinguen de cualquier otra parte de la temporada social.

Códigos de vestimenta


Muchos eventos de la temporada tienen directivas tradicionales con respecto a la vestimenta. En el Royal Ascot, por ejemplo, los sombreros son un deber y para ser admitido por primera vez en el Recinto Real (Royal Enclosure) uno debe ser invitado de un miembro o patrocinado para la membresía por un miembro que ha asistido al menos cuatro veces. Esto sigue manteniendo un carácter socialmente excluyente al Recinto. Si está permitido entrar en el Recinto Real, los caballeros deben vestir traje de mañana sea negro o gris, incluyendo un chaleco, con un sombrero de copa. Un caballero puede quitar su sombrero de copa en un restaurante, un palco privado, un club privado o terraza con instalaciones, balcón o jardín. Los sombreros también pueden ser quitados en cualquier área exterior dentro del Jardín del Recinto Real. Las damas no deben mostrar diafragmas u hombros descubiertos y deben usar sombreros.



Dama en el Royal Enclosure de Ascot, con sofisticado sombrero diseñado por Hélène de Saint Lager


En la Henley Royal Regatta, en el Recinto de los Mayordomos (Stewards’ Enclosure) los caballeros deben llevar chaqueta y corbata. Los colores del Rowing Club en una chaqueta o sombrero están permitidos, como es el uso de los navegantes. El dobladillo de la falda de una dama debe llegar por debajo de la rodilla y se comprueba antes de la entrada por los oficiales de los Mayordomos. Los sombreros están permitidos pero no son obligatorios para las damas. Cuando una estudiante protestó porque se le negó la entrada al Steward’s Enclosure por no cumplir con el código de vestimenta, diciendo que se había puesto el vestido "en el Recinto Real de Ascot y nadie dijo nada", un portavoz defendió el código diciendo: "La intención es mantener la atmósfera de una fiesta de jardín inglés de la época eduardiana con un vestido más tradicional". Los miembros deben mostrar sus tarjetas de identificación esmaltadas en todo momento. Cualquiera que se encuentre usando un teléfono móvil se le pide que salga inmediatamente y su anfitrión del Steward’s Enclosure, identificado por el número de la insignia de los clientes, puede retener su membresía como resultado.

Espectadores en la Henley Regatta

En partidos de polo es habitual que los caballeros usen una chaqueta y siempre pantalón blanco. Las damas deben usar zapatos planos, pues la tradición de "pisando los terrones" impide el uso de tacones. La famosa Club House en Guards Polo Club, en Windsor Great Park, es solo para uso de los miembros del Club, que usan individualmente insignias de oro y esmalte. Los invitados de los miembros reciben etiquetas especiales con relieve de oro.


La vestimenta masculina


Un esmoquin (del inglés smoking) es un traje de etiqueta masculino para lucir en actos sociales de cierta relevancia, pero sin llegar a la importancia de una boda, recepción oficial o cena de gala, ceremonias donde se luce chaqué o frac. En español, se ha inventado la leyenda de que el origen del esmoquin se remonta al siglo XIX en que los caballeros británicos se ponían esta chaqueta (smoking jacket) para fumar. De ahí su denominación en español, aunque en inglés la misma prenda se llama tuxedo. Actualmente los británicos la llaman dinner jacket ("chaqueta para cenar") o black tie ("corbata negra", por el color de la pajarita o moño).


Los Duques de Cambridge y el Príncipe Harry respondiendo el black tie dress code en la entrega de los Sun Military Awards


El chaqué (también llamado chaquet, terno o vestón) es el traje de máxima etiqueta para el hombre. Se utiliza para fiestas y ceremonias de día (para las noches se utiliza el frac). Sólo el traje regional de cada país tiene el mismo nivel que el chaqué. En inglés se le llama morning dress y raramente es usado en otra cosa que un evento formal diurno, desde almuerzos hasta las carreras de Royal Ascot, en funciones cívicas, gubernamentales o reales o como uniforme para algunos de los colegios más tradicionales de Gran Bretaña, como Eton.

El frac es un traje de tipo formal que constituye el tipo de vestuario más elegante para el hombre en celebraciones nocturnas. En inglés es white tie (o evening dress, full evening dress). Al igual que el chaqué, el protocolo indica que la invitación lo especifique con frases del tipo "frac o traje nacional". Una de las ocasiones más conocidas en que se lleva el frac es la ceremonia de entrega de los premios Nobel. Otras ocasiones posibles incluyen recepciones en las embajadas, cenas de Estado, coronaciones, bailes de gala, etc. No está indicado en absoluto para las bodas (para las que se lleva el chaqué) a menos que tengan lugar al atardecer. Asimismo, durante muchos años, se usó en las visitas al Vaticano por parte de jefes de Estado y durante los cambios de mando presidenciales.

Fracs y trajes nacionales escoceses en la visita del Rey Carlos Gustavo de Suecia a Inglaterra (1975)


Tanto en el chaqué como el frac se desaconseja llevar prendas de abrigo porque tapan la prenda. En grandes eventos formales, como en España el funeral de don Juan de Borbón, padre del Rey, las autoridades lucieron el chaqué sin prenda de abrigo alguna, pese al mal tiempo. Asimismo, los palacios reales de Europa cuentan con escalinatas cubiertas para evitarles a los invitados tener que llevar prendas de abrigo.

La temporada en los Estados Unidos

Muchas de las grandes ciudades de Estados Unidos tienen una temporada social más o menos oficial, aunque sólo las personas del registro social pueden ser conscientes de su existencia. En los Estados Unidos, el momento de la temporada social se adapta al clima local antes que a la sesión de un órgano legislativo y puede empezar tan pronto con el otoño y finalizar a principios del verano, cuando la rica élite tradicionalmente huye del calor y las húmedas ciudades hacia los campos de los Adirondacks, se retira junto al mar, como los Hamptons, o, en California, los valles Napa y Sonoma. En Nueva York, la apertura de la Metropolitan Opera en septiembre es un acontecimiento clave al principio de la temporada, que incluye el International Debutante Ball en diciembre. En Los Angeles es el baile de debutantes de Las Madrinas y en San Francisco la Noche de Gala de Apertura de la Ópera.



Debutante Cotillion Ball en el Waldorf Astoria de Nueva York (1952)

viernes, 27 de enero de 2012

Los ballets imperiales rusos

En el siglo XVIII en Rusia comienza a establecerse el arte coreográfico gracias a las condiciones favorables en que se hallaba el imperio respecto a la valoración de la estética por parte de su monarquía militar y feudal.

La influencia de ballets extranjeros en el imperio ruso se mantiene durante medio siglo y es durante estas primeras cinco décadas del siglo XIX que los intérpretes extranjeros visitan asiduamente dicho país. Nacido en el siglo XVI en las cortes italianas, para luego trasladarse a Francia a finales del mismo siglo, el ballet ya florecido en París se introdujo en Rusia dos siglos más tarde.


Dadas las virtudes artísticas del pueblo ruso, la popularidad de la danza en general y el apoyo oficial con su Dirección General de Teatros Imperiales, que solventaba económicamente el ballet y lo dirigía en su totalidad, se produjo el advenimiento de este arte en un país tan singular.


Las Escuelas Imperiales de baile en Rusia eran tres: la de San Petersburgo, la de Moscú y otra que se situaba en la ciudad de Varsovia. Allí además de tener una enseñanza general y de ballet, tenían un programa -de 8 a 9 años de estudio- compuesto por clases de música, dibujo, arte escénico, idiomas, además de otras materias vinculadas al arte de la danza. Todas ellas eran también supervisadas por el gobierno y dirigidas por renombrados maestros de baile.


Período del maestro Landé


El emperador Pedro el Grande introdujo reformas que cambiaron la vida de los rusos en su aspecto social, impulsando el arte de su nación para abandonar poco a poco la imitación de la danza de Europa Occidental. Tal es así que liberó a las damas de la aristocracia para que pudieran participar de reuniones sociales con gente de otras clases, lo cual anteriormente no les había estado permitido. Introdujo también danzas francesas como el minuet, la courante y la pavana, pero muchas veces pedía que el ritmo se acelerara un poco para que la danza fuese más veloz.

Landé


En 1738 el maestro Jean-Baptiste Landé fundó la primera de las escuelas imperiales de baile, la de San Petersburgo. El maestro Landé era un bailarín francés que había sido empleado en la corte polaca en Dresde hasta que fue contratado por el rey Federico I de Suecia en 1721. Hasta 1728 fue maestro de danza de la corte sueca, luego viajó a Dinamarca y por último a Rusia, donde, luego de una actuación ante la emperatriz Anna en 1735, pudo establecerse como ballet master de la Escuela Imperial de Ballet, llamada Escuela de Baile de Su Majestad. Sus primeros alumnos (doce chicos y doce chicas) fueron de las clases sociales más bajas y los bailarines no eran considerados más que simples instrumentos para la diversión y placer del monarca (recién a principios del siglo XIX los artistas de la danza lograron ser considerados).


Dos escuelas europeas estaban representadas en el plan de estudios. Danza «grave» basada en el minué francés fue enseñada por Landé, luego por sus alumnos. Métodos de danza cómica, derivados de la Commedia del'Arte, fueron enseñados por los italianos: el coreógrafo y bailarín Antonio Rinaldi, llamado Fuzano, y su esposa, Julia. Las estrictas formas de la escuela francesa y el virtuosismo de la italiana se fusionaron para extenderse en el estilo de actuación ruso.


Las trabas para que los rusos consideraran que podían tener un arte propio eran muchas. La mayoría continuaba pensando que el género nacional era de muy mal gusto. Lo primero que pudo lograr autonomía fue la literatura a partir del siglo XIX con Pushkin y Gogol. Luego hizo lo propio la música, con Tschaikovsky, Glinka y Dargomijsky y también la pintura. Para el ballet resultó más dificultoso que para el resto de las artes, ya que su técnica y terminología denotaban el origen extranjero del mismo, complicando la tendencia nacionalista.


La emperatriz Elizaveta Petrovna

A esto contribuyó la emperatriz Isabel Petrovna (segunda hija de Pedro el Grande), para quien los asuntos teatrales llegaron a ser preocupación de la corte. Amante del lujo y del ocio y ella misma una excelente bailarina, Isabel recomienda diversiones en palacio. Landé fue convocado desde el exterior para reabrir el estudio de baile y todos los recursos fueron lanzados a la organización de la celebración de la ascensión al trono. La coronación se celebró en Moscú en mayo de 1742, para la cual fueron representados dos ballets: “La Manzana de Oro en el Festín de los Dioses” y “El Juicio de Paris y la Felicidad del Pueblo ante la Aparición de Astrea en el Horizonte de Rusia y la Restauración de los Tiempos Dorados”. Estas alegorías de ballet representaban a la nueva zarina como patrona de las artes en favor de unirse a la cultura europea.


Durante su reinado, Landé tuvo la iniciativa de presentar ante su corte una obra con danzas rusas, que, si bien fue aceptada con éxito por la refinada y culta Isabel, éste no duró demasiado, ya que luego "lo nacional" fue despreciado por aquellos en quienes se depositaba el control y destino del ballet ruso. Por tanto, la danza durante su período no logró salir del círculo de los salones cortesanos.


Acto II de La Bayadére (1877)


Después de la muerte de Landé, Fuzano dirigió la escuela hasta 1750. A su vez, éste fue reemplazado por el maestro Josette. En 1758, el coreógrafo vienés Franz Hilverding llegó a San Petersburgo y obtuvo el reconocimiento europeo por su progresiva actividad creativa. Hilverding confiadamente llevó el ballet a la independencia, tratando de demostrar sus posibilidades en géneros tanto cómicos como trágicos.


La forma musical de la «ópera seria» sigue siendo la base fundamental sobre la que Hilverding unió pantomima y danza, aumentando así el hermoso templo de ballet. La novedad ideológica y estética de la creatividad de Hilverding demandó de los bailarines rusos desarrollo de métodos técnicos, perfección de movimiento y enriquecimiento de mímica.


Período del maestro Canziani


Fue Catalina la Grande quien finalmente le imprimió un carácter nacional al teatro, sacándolo del palacio real y poniéndolo al servicio de la sociedad toda. Desde ese momento, las funciones de ópera y ballet comienzan a ser parte de la vida social de los habitantes de San Petersburgo, tanto que se vuelven indispensables.


Les amazones

La formación del ballet fue mejorada notablemente en 1784, con la llegada del coreógrafo veneciano Giuseppe Canziani. Su actividad fue distinguida por un genuino cuidado hacia el arte ruso. Enseñó a sus alumnos cinco o seis horas al día, dedicando sus clases no sólo a ejercicios y ensayos, sino también a las conversaciones sobre Noverre y sus teorías, así como sobre otras destacadas figuras del ballet de la época. El coreógrafo no sólo preparó artistas pasivos, sino más bien desarrolló la capacidad de sus estudiantes para la creatividad independiente. Los brillantes resultados de la actividad docente de Ganziani fueron la graduación de varios bailarines rusos masculinos y femeninos, que alcanzaron posiciones prominentes en la compañía, así como figuras de origen ruso que lograron destacarse luego al reemplazar a las celebridades que iban a bailar a Rusia desde Occidente. Entre ellos estaba Iván Ivanovich Valberkh (Lesogorov), el primer coreógrafo ruso.


Tras la muerte de la Emperatriz, asume el reinado su hijo Pablo I y bajo su despotismo las artes volvieron a decaer.


Período del maestro Didelot


Al comenzar el nuevo siglo, comienza el período del nuevo zar, Alejandro I, desde 1801 a 1825. Junto a él las artes, y en particular el ballet, recobraron el terreno perdido años atrás y la danza logró avanzar aún más. Desde la misma fecha de la asunción al trono del nuevo emperador, asumió como profesor en San Petersburgo el gran Charles-Louis Didelot, moldeando la Escuela Teatral de aquella ciudad según las enseñanzas recibidas de Jean Dauberval en Francia y su propio criterio. Sus métodos e ideas fueron muy cuestionadas por su gran crueldad para con los niños que acudían a sus clases, y con todo su elenco de bailarines - tan dispuesto a someterse con tal de lograr una mejora en su posición social o tener éxito-.



Charles-Louis Didelot


A pesar de su mal carácter, su trabajo a lo largo de los 37 años que pasó en Rusia resultó útil y eficaz, ya que el público comenzó a considerar a sus bailarines como a verdaderos artistas, gracias al aporte en la enseñanza de su gran técnica y talento coreográfico; tanto que sus alumnas rusas consiguieron superar hasta la mismísima Marie Taglioni en cuanto a emoción dramática. Concretó, asimismo, cambios con respecto a la danza que llegarían a modificar los paradigmas antes establecidos. Por ejemplo, él mismo quitó los trajes utilizados tradicionalmente hasta el siglo XVIII, e introdujo el maillot color carne y las túnicas de gasa en escena.

Gracias a una casualidad, en medio de una de sus coreografías Taglioni - que hasta ese entonces bailaba en demi-pointe- se elevó sobre la punta de sus pies, asombrando a los espectadores. De esa manera transformó al ballet en "arte alado", al decir del poeta ruso Pushkin. En adelante, los coreógrafos han modificado sus danzas que ahora parecían tener posibilidad de simular a seres ultraterrenales y etéreos con el uso de las zapatillas de punta o pointes.



Marie Taglioni como La Sílfide



Otro hecho importante en Rusia es el que se produjo entre 1803 y 1804 cuando, por decreto del zar, el gobierno imprime los cuatro tomos de "Cartas sobre la danza" de Jean-Georges Noverre (destacado coreógrafo y teórico de la danza de aquellos tiempos), que se constituyó en el diccionario del lenguaje coreográfico. Mientras tanto, el contacto con los bailarines y coreógrafos extranjeros que visitaban Rusia se mantuvo gracias a las giras de los cuerpos de ballets de otros países. Algunas de las figuras que viajaron hasta allí fueron: María Taglioni, Carlos Blasis, Lucile Grahn, Fanny Elssler, Julio José Perrot y Marius Petipa.

El maestro Petipa

Durante casi 20 años Marius Petipa fue el ballet master del Ballet Imperial ruso, convirtiéndose en uno de los nombres más célebres en la historia de la danza. Petipa fue un gran apasionado de las danzas tradicionales españolas, y sobre todo las andaluzas, como así demuestran sus ballets Don Quijote y Paquita (ballet que eligió para su presentación en San Petersburgo). Descolló en los pasos de carácter e introdujo en escena el baile de la polca. Tras debutar en Bruselas en 1838, se perfeccionó con Auguste Vestris y actuó por toda Europa como primer bailarín.


Casi una década después (1847), tras haber pasado una temporada en París, decidió volver a San Petersburgo, donde trabajó durante 60 años. En ese período creó 55 ballets en exclusiva, 21 en colaboración y 37 para diversas óperas. En 1858 fue nombrado maestro de baile del Ballet Imperial ruso, cargo ocupado hasta entonces por Jules Perrot y con este nombramiento se inició su época más productiva. Junto con Vsevoloiski, formó una dupla que duró 17 brillantes años. En la lista inmensa de creaciones de este periodo basta con recordar las tres obras supremas de Tchaikovsky, nervio principal de todos los repertorios (El Lago de los Cisnes, Giselle, La Bella Durmiente y El Cascanueces), así como las tardías pero eficaces partituras de Aleksandr Glazunov (Raymonda, Las Cuatro Estaciones, Astucias de amor).



Marius Petipa; Pierina Legnani como Odette (1895); Pavel Gerdt como el Príncipe Sigfrido (1895); Julia Nikolaievna Sedova como la Princesa Aspicia (1862); el coreógrafo Lev Ivanov, colaborador de Petipa.



El arte de Petipa estuvo hecho de rigor técnico, riqueza de medios y un sentido de la elegancia que huía de todo virtuosismo y de cualquier espectacularidad pomposa. Detestaba el acrobatismo de la escuela italiana y el lujo desanimado del tardío ballet francés. Intentó conservar y enriquecer la herencia romántica, llevando la tradición a sus más altos niveles. Reformó el papel del bailarín masculino y dio corporeidad diferenciada al hombre y a la mujer, de modo que se explotaran al máximo las propiedades anatómicas y enérgicas del bailarín. También suprimió la figura del favorito (o favorita), tratando a todos con igualdad.


En la redacción de sus coreografías era minucioso y científico, e iba escribiendo en una libreta las diversas evoluciones que la partitura exigía, incluyendo retratos y perfiles de las actitudes que imaginaba en los diversos personajes. El culmen de cada una de sus obras era el pas de deux entre los protagonistas, que empieza con un adagio a cargo de ambos, sigue con variaciones alternadas, una para ella y una para él, una lenta y otra rápida, y acaba con un nuevo dúo, exigente de técnica y resuelto con una pose entrelazada y estatuaria. Así pues, Petipa unió la tradición de la velocidad italiana con la herencia del elaborado adagio francés. Petipa fue quién dio el esplendor al llamado ballet imperial en Rusia.


El Ballet Mariinsky


El Ballet Mariinsky siguió a la formación de la primera escuela de danza rusa, la de San Petersburgo, en la década de 1740.



Bailarines del Mariinsky Imperial Ballet posan frente a la decoración de Orest Allegri para Raymonda, de Petipa (1898).



Hay poca información sobre los años formativos de la compañía de ballet, aunque es sabido que tanto la escuela como la compañía estaban vinculadas por el nombre: Escuela Imperial de Ballet y Ballet Imperial Ruso, que continuaron siendo usados hasta la abolición del régimen imperial. A finales del siglo XVIII y principios del XIX, la compañía alcanzó la prominencia y emplearía a los más influyentes y reconocidos nombres de la historia de la danza, como Charles Didelot, Marie Taglioni, Christian Johansson, Enrico Cecchetti, Jules Perrot, Fanny Cerrito y Carlotta Grisi.

Luego de la Revolución Rusa, el gobierno soviético decidió que la escuela y la compañía de ballet eran símbolos no queridos del régimen zarista y los cerraron. La compañía fue la primera en ser re-establecida, convirtiéndose en el Ballet Soviético, con la escuela re-abriendo más tarde como Escuela Coreográfica Estatal de Leningrado. En 1934, después del asesinato del revolucionario bolchevique Sergei Kirov, el entonces Ballet Soviético fue renombrado como Ballet Kirov, un nombre que es comúnmente usado para identificar a la compañía todavía hoy. Terminado el gobierno comunista, tanto la compañía de ballet como la de ópera del Teatro Mariinsky fueron vinculadas al teatro por el nombre, convirtiéndose en Ballet Mariinsky y Opera Mariinsky.




El Teatro Mariinsky (1900)


El Ballet Bolshoi


El Ballet Bolshoi es, junto con el Mariinsky, una de las más antiguas compañías de ballet clásico. Sus orígenes pueden ser encontrados en la creación de una escuela de danza para un orfanato en Moscú en 1773. En 1776, bailarines de esa escuela fueron empleados por el Príncipe Pyotr Urusov y el empresario teatral inglés Michael Maddox para formar para de su nueva compañía. Originalmente actuando en lugares privados, más tarde adquirieron el Teatro Petrovsky, el cual, luego de incendios y remodelaciones erráticas, sería reconstruido más tarde y es el actual Teatro Bolshoi.

La historia temprana del Ballet Bolshoi es muy superficial y, pese a poner en escena muchos ballets, luchaba por competir con la reputación del ballet imperial ruso, el actual Ballet Mariinsky. No fue hasta la designación de Alexander Gorsky como ballet master en 1900 que la compañía comenzó a desarrollar su propia y única identidad. Ese año, Alexander Gorsky fue nominado para ser Premier danseur (principal solista masculino) del Ballet Imperial de San Peterburgo, solo para ser movido al Ballet del Teatro Imperial Bolshoi de Moscú como régisseur (director) ocho días después. Lo que iba a ser un movimiento temporario se convirtió en permanente. Fue nombrado Premier Maître de Ballet del Teatro Bolshoi. En su enseñanza usó “libres movimientos de baile en contraste con las formas académicas, congeladas” del anterior estilo clásico del ballet. Gorsky estaba inspirado por Isadora Duncan, quien era famosa por rechazar el ballet pues creía que la danza debía ser una natural expresión del alma. Su inspiración era también el método de acción de Stanislavsky.



Arabesque



Alexander Gorsky coreografió, repuso y revivió muchos ballets. Creó varias obras propias, pero fue su re-elaboración de los ballets de Marius Petipa los que habrían de convertirse en conocidos. Algunos dicen que allanó el camino para la obra de Michel Fokine. Del repertorio clásico del Bolshoi, Gorsky revivió la versión Petipa-Ivanov de La Fille mal gardée por primera vez en 1903 (la versión de Gorsky se convertiría en la base para todas las producciones sucesivas representadas en Rusia y en Occidente durante décadas), la reposición de Petipa/Ivanov de El Lago de los Cisnes en 1901, Don Quijote en 1900, La Bayadère en 1904 y Raymonda en 1905, entre muchas otras.

lunes, 23 de enero de 2012

Los ballets de cour y la Ópera Royal

Luis XIV fue nombrado “el gran Rey Sol de Francia” luego de representar a Apolo, el dios griego del Sol y patrono de las artes, en el Ballet de la Nuit que era una alegoría. Su carisma, así como su entusiasmo y admiración hacia el ballet lo caracterizaron. Como en Versailles se vivía en una "existencia teatral", los miembros de la corte personificaban a mitos vivientes en los ballets y luego continuaban comportándose en su vida diaria de acuerdo al molde de su papel, al modo en que su monarca lo hizo con su interpretación de Apolo.

El Rey Sol en el “Ballet de la Nuit”


Ballets de cour es el nombre dado a aquellos ballets, los representados en la corte durante los siglos XVI y XVII. Jean-Baptiste Lully, de origen italiano, es considerado el más importante compositor de la música para estos eventos, que era instrumental. En varias ocasiones éste actuó junto a su monarca, ya que, además de compositor, era a la vez bailarín y violinista. El gusto refinado de Luis XIV atrajo a colaboradores y conocedores del arte de la danza que querían demostrar su talento en el ballet francés. Tanto es así, que hasta el célebre Molière se preocupó de escribir una obra para la danza en colaboración con Lully: Le Bourgeois Gentilhomme ("El burgués gentilhombre"). Durante su servicio bajo el Rey Sol como director de la Académie Royale de Musique, Lully no solo trabajó con Moliére, sino también con Pierre Beauchamp, Philippe Quinault y Mademoiselle De Lafontaine (première danseuse del Paris Opera Ballet) para desarrollar el ballet como una forma artística del mismo nivel que la música acompañante.


El Rey Sol tomaba clases diarias con el maestro Beauchamp y ante el público actuó por primera vez en el ballet de "Cassandre", en 1651, con sólo 13 años de edad. Frecuentemente participaba de los ballets durante el primer período de su reinado, en donde tomaba el rol de las divinidades más majestuosas, como Neptuno, Júpiter y Apolo, ya que así pensaba que debía ser la personalidad de quien ocupara el trono: majestuoso. Beauchamp, superintendent del ballet y director de la Académie Royale de Danse, codificó las cinco posiciones establecidas por Thoinot Arbeau en su Orchesographie de 1588. Enfatizando los aspectos técnicos de la danza, Beauchamp estableció las primeras reglas del ballet técnico, que se vieron por primera vez en L’Europe galante, en 1697.




Frances Yates ha señalado que la influencia italiana en el ballet de cour francés debe mucho a Catherine de Médici, ya en el siglo XVI: “Fue inventado en el contexto de los pasatiempos caballerescos de la corte, por una italiana y una Medici, la Reina Madre. Muchos poetas, artistas, músicos, coreógrafos, contribuyeron al resultado, pero fue ella la inventora, quizá podríamos decir, la productora, la que daba a las damas de su corte entrenamiento para realizar estos ballets en escenas de su elaboración.”


Las Academias Reales


Luis XIV fundó L’Académie Royal de Danse en 1661 y con ello transformó la danza en oficial, aunque no era un arte autónomo aún. Las producciones de la época eran una gran fusión de diferentes artes, y por ello resultaban suntuosas para los espectadores. Años más tarde la Academia se disolvió, aunque dejó su marca para los acontecimientos venideros.


Asimismo el Rey continuó participando como bailarín de ballet hasta 1669, cuando ya con cincuenta años las preocupaciones de estado le consumían todo su tiempo y abandonó la práctica de la danza. Fue en ese mismo año, que Luis XIV fundó L’Académie Royal de Musique, con el nombre de Ópera du Paris, que logró sobrevivir en sus comienzos gracias a la intervención y reorganización de Jean-Baptiste Lully en su dirección musical.


Las Academias formaron parte del absolutismo con sus reglas y orden, promoviendo un status quo del poder y una creatividad conservadora. Se crearon como un modo de otorgarle jerarquía a la corte de Versailles, para envidia de otros reinos y aunque comúnmente se suele destacar a esta época como una etapa de gran apogeo creativo, lo cierto es que el creador tenía tantas limitaciones por parte del poder que sólo podía ser un "súbdito repetidor". Luis XIV pretendía que ningún artista se sometiese a sí mismo sino a la voluntad del Rey, sólo para él creaba y de acuerdo a sus gustos y condiciones.

La innovación del escenario

Es allí cuando, a través de la instrucción sobre la danza y la consecutiva evolución técnica de sus intérpretes, se produce la caída del ballet de cour y pasa a transformarse en espectáculo público. Se pasó a los escenarios teatrales en lugar del uso de los salones para los espectáculos, donde la danza podía ahora ser vista por otros que no participaban de los bailes, en contraposición con lo que ocurría anteriormente en los salones donde los que observaban también bailaban.


Gracias a la perspectiva frontal y la importancia del centro del escenario, las coreografías se modificaron destacando el cuerpo de los bailarines y los movimientos del conjunto, a la vez que comenzó a utilizarse el en dehors.




La grandiosidad de la vida en la Corte era también representada en los bailes, ya que estos eran muy coreografiados y por demás ostentosos. Para cada ballet trabajaba mucha cantidad de gente, además de los bailarines, que intervenían en el aspecto creativo de escenografías, ornamentos y vestuario. Los trajes de los bailarines eran parecidos a los de los oficiales romanos pero modernizados bajo el punto de vista del siglo XVIII. Las bailarinas usaban largas polleras y ceñidos corpiños que impedían el libre movimiento y la buena respiración. Se comenzó a utilizar tacos para bailar, lo que modificó el eje corporal de los intérpretes.


Los bailarines y figurantes eran sólo hombres y para la representación de los papeles femeninos se solicitaba la participación de los muchachos más jóvenes. A partir de 1681, Luis XIV introduce en los espectáculos a mujeres verdaderas. Lully hace participar por primera vez a mujeres profesionales en el ballet "Le Triumphe de l’Amour", realizado en la corte con actuación de las damas más distinguidas en 1681. Más adelante en la historia L’Académie de Musique presentó en este ballet a cuatro de sus primeras bailarinas, destacándose Mademoiselle De Lafontaine, quien se convirtió en la primera première danseuse del ballet clásico.



Personaje de Alceste

Los ballets de cour se convirtieron en la comédie-ballet y luego en la opéra-ballet a lo largo del siglo XVIII. Esta era una forma completamente operática que incluía ballet como una prominente participación de la representación. Les Indes Galantes, de Jean-Philippe Rameau (1735) es considerado el trabajo que signó la diferencia de la danza social (ballroom) y el ballet.


La Ilustración y el teatro


Durante la Ilustración, el teatro se convirtió en un lugar donde las ideas políticas y sociales se consideraban y los mitos y supersticiones se pusieron a prueba. A medida que más pensadores de la Ilustración empezaron a cuestionar los dogmas de la religión, muchos ciudadanos del siglo XVIII comenzaron a reemplazar el púlpito con el escenario, y miraban al teatro para su instrucción moral, así como entretenimiento. La nobleza tenía mucho que ver con el resurgimiento del teatro durante este tiempo.


El teatro cortesano, que comenzó a alcanzar esplendor en el siglo XVII, se caracterizaba por la espectacularidad visual y auditiva, muy costosa, coherente con los temas y con el embellecimiento de esa rama del arte. Maquinaria, efectos escénicos, bastidores, perspectiva, vestuario, todo conseguía el buscado efecto de fiesta y regocijo para los sentidos. Para ello colaboraban importantes escenógrafos, arquitectos, pintores y los propios dramaturgos.


Armide en Versailles

Las cortes y las familias nobles más poderosas de Europa edificaron teatros privados en sus palacios y castillos. En Madrid en 1640 surgió el Coliseo del Buen Retiro, en el Palacio del mismo nombre, que, entre otras, va a ser testigo de esplendorosas representaciones de Calderón de la Barca. Junto a las habitaciones para huéspedes y la sala de fiestas, el Palacio Nuevo en el parque Sanssouci en Potsdam, posee una joya: un teatro de 226 plazas que Federico el Grande hizo instalar en el ala sur. El palacio Friedenstein en Gotha no sólo es la construcción más grande del barroco temprano en toda Alemania, tiene también su magnífico teatro barroco , que data de 1681. El Palacio Drottningholm, residencia de la familia real de Suecia, obtuvo en 1766 el Teatro de la Corte. El Palacio Yusupov, en el malecón del rio Moika, alberga un magnifico teatro privado que se ve como una miniatura del Teatro Mariinsky.


El modelo de la mayoría de los palacios de la época, Versailles, también tuvo su teatro propio: la Ópera Royal. Luis XIV trasladó su corte de la capital a Versailles, aspirando a obtener un mayor control del gobierno. La Ópera, que fue construida para Luis XV, sin embargo, no se construyó hasta más tarde. Diseñada por Ange-Jacques Gabriel, con una decoración interior por Agustín Pajou, la Ópera se sitúa en el extremo norte de la Aile des nobles; fue construida totalmente en madera y pintada para parecerse a mármol en una técnica conocida como falso mármol. Algunas partes del edificio, como el loge du roi y el boudoir du roi, representan algunas de las primeras expresiones de lo que se conoce como el estilo Luis XVI.


Interior de la tribuna real de la Ópera


Salas temporales


Durante los primeros años del reinado de Luis XIV, los teatros eran a menudo estructuras temporales, construidas para un evento en particular y destruidas después de su uso. El primer teatro de este tipo fue construido para la fiesta Plaisirs de l'Île enchantée, que se celebró en 1664. En el área oeste de lo que hoy es el Bassin d'Apollon, un teatro temporal fue construido en el que Molière representó su Princesse d'Élide el 8 de mayo. Durante esta fête un teatro adicional fue erigido en el interior del château para la presentación de otras tres obras por Molière: Les Fâcheux, Le Mariage Forcé y Tartuffe, que se estrenó de forma incompleta, aunque contenciosa. Ninguno de estos teatros sobrevivió a esta fiesta.

El Grand Divertissement real de 1668, que celebró el fin de la Guerra de Devolución, fue testigo de la construcción de un lujoso teatro temporal en los jardines sobre el sitio de la futura Bassin de Bacchus. Construido de cartón piedra, que fue dorado o pintado para parecerse a mármol y lapislázuli, el teatro albergaba 1.200 espectadores sentados, que asistieron al debut de George Dandinel de Molière el 18 de julio de 1668. Al igual que con el Plaisirs de l'Île enchantée, este teatro fue destruido poco después del final de la fête.


Plaisirs de l'Île enchantée



La tercera fiesta o, más exactamente, una serie de seis fiestas -Les Divertissments de Versailles- se llevaron a cabo en julio y agosto de 1674 para celebrar la segunda conquista del Franco Condado. La fête incluyó una serie de producciones teatrales que se pusieron en escena a lo largo del parque en teatros temporales. El 4 de julio, el Alceste de Lully se representó en el Cour de Marbre; el 11 de julio, L'Églogue de Versailles de Quinault cerca del Trianon de Porcelaine; ocho días después, la Grotte de Thétys sirvió de escenario para Le Malade Imaginaire de Molière y la obra Iphigénie de Racine debutó el 18 de agosto en un teatro construido en la Orangerie.


Pequeñas salas


A pesar de la necesidad de un teatro permanente en Versailles, no sería hasta 1681 que una estructura permanente sería construida. En ese año, el Comptes des Bâtiments du Roi registra pagos para un teatro que fue construido en la planta baja del castillo entre los corps de logis y el Aile de Midi. El interior del teatro - conocido como la Salle de la Comédie - contiene un semicírculo de asientos con palcos establecidos en las paredes laterales. Sobre la pared sur, colindante con la pared de la Escalier des Princes, estaba la tribuna real, que contenía un palco central octogonal y dos palcos más pequeños a cada lado. La salle de la Comédie funcionaría como un teatro de facto permanente en Versailles hasta 1769, cuando fue destruida con el fin de proporcionar acceso directo a los jardines desde la Cour Royale.



Première de La Princesse de Navarre, de Rameau, el 23 de febrero de 1745.



En 1688, Luis XIV ordenó la construcción de un pequeño teatro en el ala norte del Grand Trianon. Esta estructura fue destruida en 1703 para dar cabida a un nuevo apartamento para el rey.


Debido a que la salle de la Comédie fue diseñada para obras de teatro, Versailles carecía de un lugar en el que las producciones más elaboradas pudieran ser representadas. Para las grandes producciones se utilizaba la Grand Manège (el picadero cubierto) en el Gran Écurie, pero el espacio tenía sus limitaciones. En 1685, Luis XIV aprobó los planes para la construcción de un teatro permanente más grande que permitiría poner en escena espectáculos más elaborados, tales como pièces à machines.


Las pièces à machines eran presentaciones teatrales usando ballet, ópera y efectos especiales de puesta en escena que requerían una construcción donde acomodar la complicada maquinaria utilizada en la producción de estas obras. La Salle des Machines del Palacio de las Tullerías en París, diseñado por Carlo Vigarani, era el más cercano a Versailles. Sin embargo, con Luis XIV que no gustaba de París -en gran parte debido a su huida de las Tullerías en 1651- y su creciente deseo de mantener su corte en Versailles, el rey aprobó la erección de un teatro con un plan más grandioso que el de las Tullerías.


La construcción fue prevista para el extremo norte de la Aile des Nobles, y ya estaba en marcha cuando la Guerra de la Liga de Augsburgo, que comenzó en 1688, detuvo la construcción de forma permanente. No sería hasta el reinado de Luis XV, que la construcción en este sitio se reanudaría.



Alceste, de Lully (Versailles, 1674)



Regreso a teatros temporales y conversiones


Con el regreso de la corte a Versailles en 1722, los espacios utilizados por Luis XIV fueron de nuevo puestos en servicio para las necesidades de la corte. En 1729, como parte de las festividades para celebrar el nacimiento del delfín, un teatro temporal fue construido en la Cour de Marbre. La salle de la Comédie y la Manège de la Grand Écurie se siguieron utilizando como lo habían hecho durante el reinado de Luis XIV.


Sin embargo, debido a la propensión de Luis XV hacia un teatro más íntimo, fue creada una serie de salas temporales conocidas como los théâtres des cabinets. Estos teatros eran generalmente construidos en una de las habitaciones del petit appartement du roi, siendo usada frecuentemente la petite gallerie a partir de 1746. En 1748, la Escalier des ambassadeurs se convirtió en un teatro, en el que la Marquesa de Pompadour organizó y actuó en una serie de obras. Dos años más tarde, el teatro fue desmantelado cuando la Escalera fue destruida para la construcción del apartamento de Madame Adélaïde.


Plenamente consciente de la necesidad de un teatro más grande y más permanente, ya en la década de 1740 Luis XV consideró seriamente la reactivación de los planes de Luis XIV para construir una sala de espectáculos en el extremo norte del Ala de los Nobles. Sin embargo, debido a la Guerra de Siete Años, la construcción no comenzaría sino hasta casi 20 años después, en 1763.



La Marquesa de Pompadour y el Vizconde de Rohan actuando en la ópera Acis et Galatee, en el Thèâtre des Petites Cabinets (10 de febrero de 1749).



El diseño del arquitecto Gabriel para la Ópera fue excepcional en su época, ya que presentó un plan de óvalo. Como medida de economía, el piso del nivel de la orquesta puede ser elevado al nivel del escenario, es decir, duplica el espacio. La transición desde el auditorio al escenario es guiada por la introducción de un orden gigante de columnas corintias, con una cornisa de entablamento jónico. Rompiendo con los teatros de tradicional estilo italiano, dos balconadas delinean la sala, coronadas por una columnata amplia que parece extenderse hacia el infinito gracias a un juego de espejos. Estaba previsto que la Ópera debería servir no sólo como un teatro, sino como sala de baile o de banquetes.

Abrió sus puertas el 16 de mayo de 1770, con la representación de Persée, de Lully - escrito en 1682, el año en que Luis XIV se mudó al palacio -, en celebración del matrimonio del Delfín - el futuro Luis XVI – con María Antonieta.


El 1 de octubre de 1789 los Gardes du Corps du roi celebraron allí un banquete para dar la bienvenida al Regimiento de Flandes, que acababa de llegar para reforzar la protección de la familia real en contra de los rumores revolucionarios que se escuchaban en París. En este banquete, Luis XVI, María Antonieta y el Delfín recibieron la promesa de lealtad de los guardias. El periodista revolucionario Jean-Paul Marat describe el banquete como una orgía contrarrevolucionaria, con los soldados arrancando las escarapelas azul-blanco-rojo que llevaban puestas y sustituyéndolas por las blancas, el color que simbolizaba la monarquía Borbón. En verdad, no hay evidencia de este acto y los testigos reales y asistentes, como la dama de alcoba de la reina, Madame Campan, no registraron la destrucción de escarapelas. Este fue el último evento celebrado en la Ópera durante el Antiguo Régimen.



Inauguración de la Ópera, 16 de mayo de 1770



A pesar de la excelente acústica y el despliegue de opulencia, la Ópera no fue de uso frecuente durante el reinado de Luis XVI, en gran parte por razones de coste. Sin embargo, para aquellas ocasiones en que la Ópera se utilizaba, se convertían en los acontecimientos del momento. Algunos de los usos más memorables de la Ópera durante el reinado de Luis XVI fueron:


* El de 5 de mayo de 1777, recreación de Castor et Pollux, de Jean-Philippe Rameau, para la visita del emperador José II, hermano de María Antonieta;

* El 29 de mayo 1782, recreación de la ópera Iphigénie en Aulide, de Christoph Willibald Glück y el ballet Ninette à la Cour, de Maximilien Gardel;

* El 8 de junio de 1782, baile de trajes en honor del conde y la condesa du Nord, el Gran Duque Pablo y la Gran Duquesa María Feodorovna de Rusia, que viajaban de incógnito.

* El 14 de junio de 1784, recreación de Armide, de Glück, para la visita de Gustavo III de Suecia.



La Ópera Royal recibe a la reina Victoria durante el Segundo Imperio (1855)

viernes, 20 de enero de 2012

Los "placeres" de Versailles

Los Menus-Plaisirs du Roi era, en la organización de la casa real francesa bajo el Ancien Régime, el departamento de la Maison du Roi responsable de los "placeres menores del rey", lo que significaba en la práctica que estaba a cargo de todos los preparativos para fêtes, ceremonias, bailes, bodas y funerales, ocupándose hasta del último detalle de diseño y orden.


El encargado de los Menus-Plaisirs


En el despertar (lever) del rey, el premier gentilhomme del chambre, es decir, el “primer gentilhombre de cámara", encargado de los Menus-Plaisirs, estaba siempre presente. Debía escuchar directamente del rey qué planes debían ser puestos en marcha. Por una larga costumbre, este cargo estaba ocupado por un duque, quien, aunque no era un profesional, dependía de él para determinar los diseños apropiados. El duque a cargo de los Menus-Plaisirs era un importante funcionario de la corte, bastante separado del Surintendant des Bâtiments du Roi, que era un arquitecto o un funcionario a cargo de todas las obras de construcción llevadas a cabo por la Corona.




Los duques podían dejar el proceso de diseño enteramente en manos del profesional Intendant a cargo, cuya mano derecha era el dessinateur du cabinet et de la chambre du Roi; de modo que había dos duques con carreras militares, Louis-François-Armand du Plessis, duque de Richelieu (1696-1788), nombrado Premier gentilhomme en 1744 y el duque de Durfort-Duras (1715-1789), hecho Premier gentilhomme (y Par de Francia) en 1757. Sin embargo, el duque d'Aumont, nombrado Primer gentilhombre de cámara en 1723 (cargo que ocupó hasta la muerte del rey en 1774), era un notable conocedor de objetos de arte y de las artes de la vida, aunque no, al parecer, de las pinturas. En 1767 nombró al famoso fabricante de bronce dorado Pierre Gouthière Doreur ordinaire des Menus-Plaisirs y al arquitecto Bellanger Architecte des Menus-Plaisirs en el mismo año. Durante la mayor parte del reinado de Luis XVI, el Intendant de los Menus Plaisirs du-Roi fue Papillon de la Ferté, cuya revista (publicada en 1887) arroja una gran cantidad de luz no sólo en la organización del ceremonial cortesano, sino también en la Comédie Française, la Comédie-Italienne y la música de la corte y la Ópera.


Su notable longevidad en una posición que fue concentrada en su persona en 1762, abarcando dos reinados y el cambio en el gusto estilístico, desde el rococó al neoclasicismo, no solo en la música, sino también en las artes visuales, es un testimonio de su capacidad y su carácter. Con Denis-Pierre-Jean Papillon de la Ferté, el rol del Intendant, reformando, racionalizando y redefiniendo la estructura oficial, animando artistas de todo tipo, marcó el modelo del moderno administrador de las artes. Incluso después de la llegada de la Revolución, fue mantenido en el cargo para supervisar los eventos más abiertamente republicanos de lo que habían sido siempre, así como manifestaciones culturales; produciéndolos, los conflictos entre los duques que eran Gentilhommes de la Chambre, a quien Papillon de la Ferté se reportaba, también lo llevaron a desempeñar otro papel, el de diplomático y pacificador.
Personal


Entre los Menus-Plaisirs prevalecía una estructura jerárquica, con un Intendant supervisando todo y un Dessinateur de la Chambre et du Cabinet du Roi, a cargo de la producción ordenada de los diseños. El Cabinet du Roi -en el sentido del siglo XVII de gabinete como colección de obras de arte y curiosidades- fue organizado por Colbert, quien dio una estructura formal a todas las artes oficiales en tiempos de Luis XIV. El Gabinete del Rey siempre proveía los grabados conmemorativos -que a menudo son el único registro actual- y los vendía. Las funciones de diseño y conmemoración se superponían, ni que decir. La posición era extremadamente influyente: la ocuparon Jean Bérain y su hijo, y más tarde Juste-Aurèle Meissonnier, el genio del extremo rococó, seguido por los hermanos Slodtz, uno tras otro, entre 1750 y 1764.


El nombramiento del arquitecto-diseñador neoclásico Michel-Ange Challe en 1764 marcó un punto de inflexión: a través de sus diseños para los Menus-Plaisirs, el neoclasicismo se introdujo en la corte francesa. Como arquitecto y dibujante del Rey, Challe dirigió la animación teatral en Fontainebleau en 1766 y las fêtes e iluminaciones en Versailles con motivo del nacimiento de Luis XVI en 1764, así como los funerales del Delfín Luis y la Delfina (María Josefa de Sajonia), de Stanislaw, rey de Polonia, de la Reina de España, de Luis XV y su esposa, Marie Leszczynska.




Los Menus-Plaisirs no estaban a cargo de los muebles esenciales de los palacios reales, que eran competencia de la Garde-Meuble de la Couronne. Una excepción es instructiva: el gabinete de joyas hecho como regalo de bodas del Delfín Luis a María Antonieta era considerado parte del diseño de las festividades en su conjunto, por lo que en los Menus-Plaisirs, le fue encargado por el duque de Aumont al arquitecto Belanger en 1769, mucho antes de la boda. La propuesta fue entregada el 1º de mayo de 1770. El gabinete no ha sobrevivido, pero existe un dibujo de él y, lo más notable, la maquette presentada para la aprobación del diseño, hecha de cera y papel pintado en un marco de madera (hoy en el Museo de Arte Walters, en Baltimore), lo que demuestra que era muy avanzado para su época, en un estilo neoclásico completamente desarrollado, con medias cariátides y medallones enmarcados en azul y blanco.


Diseño


Muchos diseñadores eran requeridos en los Menus-Plaisirs. Desde el siglo XVI en adelante, la responsabilidad principal de los arquitectos de la corte en Europa era el diseño ocasional de lujosas pero efímeras puestas en escena para las entradas reales, para mascaradas y ballets, para las estructuras que soportaban fuegos artificiales e iluminaciones de festejo en las noches de grandes fêtes por ceremonias nupciales y nacimientos, o para diseñar el catafalco de un funeral de Estado. Arquitectos como Leonardo da Vinci, Giulio Romano y Iñigo Jones estaban involucrados en proyectos que fueron de gran importancia en la expresión del prestigio de la corte, pero que habían quedado un poco atrás, con excepción de diseños y grabados conmemorativos, producidos bajo la supervisión del Cabinet du Roi.



El arquitecto Charles-Nicolas Cochin trabajó para los Menus-Plaisirs du Roi por varios años, haciendo detalladas representaciones para los grabadores de diseños arquitectónicos por los hermanos Slodtz. Cochin se elevó rápidamente al éxito y la fama. Ya en 1737, fue contratado por el joven rey Luis XV para hacer grabados con el fin de conmemorar todo nacimiento, matrimonio y funeral en la corte del rey y desde 1739, se unió formalmente como diseñador y grabador a los Menus-Plaisirs. Además de ser un grabador, era también diseñador, escritor de arte y un artista del retrato. Desde 1755 hasta 1770, tuvo el título del administrador de las artes del Rey y en este papel encargaba el trabajo de otros artistas, establecía programas para la decoración de los palacios y castillos del rey y otorgaba las pensiones. François-Joseph Bélanger comenzó su carrera en 1767 en los Menus-Plaisirs, diseñando las decoraciones efímeras para entretenimiento de la corte, y en 1777 fue su director. En esta posición, estuvo a cargo de los preparativos para el funeral de Luis XV y la coronación de Luis XVI.


En el reinado de Luis XIV, el arquitecto a cargo de los Bâtiments fue Jules Hardouin-Mansart , pero la fuerza artística completamente independiente en los Menus-Plaisirs hasta su muerte en 1711, fue Jean Bérain, cuyo brevet en 1674 cubría sus responsabilidades "para todo tipo de diseños, perspectivas, figuras y vestuario que serían necesarios para hacer obras de teatro, ballets, persecuciones en el ring, carruseles...".





El Duque de Grammont, en un diseño de Jean Berain. Extraído del Carrousel des Galans Maures de Grenade, interpretado para Monseigneur le Dauphin, en Versailles, 1685.


Carrusel era un término usado para un gran "ballet ecuestre" o espectáculo musical montado como parte de las festividades cortesanas para ocasiones especiales a partir de mediados del siglo XVI, que poco a poco reemplazó a las graves justas, aunque competiciones no combativas se prolongaron hasta el siglo XVIII. Fueron desarrollados en Italia, sobre todo por los Grandes Duques Médici de Florencia y el primer ejemplo francés fue en París en 1605. Estos por lo general se llevaban a cabo en plazas o patios grandes y consistían en jinetes y caballos ricamente vestidos (por lo general de la caballería) realizando rutinas coreográficas como la formación de figuras en grupos y montando en líneas que se entrecruzan entre sí. A menudo, se llevaba a cabo en la noche, con los jinetes portando antorchas y acompañados por música. Desde el siglo XVII se incluían grandes carrozas decoradas con figuras alegóricas: la Place du Carrousel de París fue llamada así desde 1662, cuando fue utilizada para tal despliegue por Luis XIV.


La música requerida para estos espectáculos también concernía a los Menus-Plaisirs du Roi. Hacia el final del reinado de Luis XV, la sección de música fue establecida en un local en la Rue Bergère que incluía lo que había sido el teatro de la Opéra-Comique en la Feria de Saint-Laurent. En 1784 Papillon de la Ferté organizó la École Royale de Musique, donde el Théâtre des Menus-Plaisirs fue completado en 1811. Bajo el Segundo Imperio francés (1866) el revivido Théâtre des Menus-Plaisirs fue un teatro respaldado oficialmente. Fuera de la música suministrada por los Menus-Plaisirs se desarrolló el Conservatorio de París.



Además de los gastos extraordinarios que implicaban estos entretenimientos, el Diario del Intendant Papillon de la Ferté, describe los gastos ordinarios: los Menus-Plaisirs dispensaban los salarios de los Premiers Gentilshommes de la Chambre, el Grand Maître de la Garde-Robe, el médico del Rey, el médecin de la Chambre, el personal de los Menus-Plaisirs y los músicos del Rey. Gastos ordinarios implicaban la renovación constante del vestuario del Rey y el del Delfín, las ceremonias religiosas de todo tipo, los carruajes reales, los pequeños regalos del monarca -como cajas de rapé- y las tiendas y pabellones para eventos al aire libre.


La política del placer: fiestas en los jardines


Mucho antes de que Luis XIV terminara de construir el Château de Versailles, los jardines del palacio ya se habían convertido en los escenarios de fiestas más famosos de Europa. Las fêtes campestres del Rey Sol celebraban victorias militares, nacimientos y bodas (y, extraoficialmente, honraban a la maitrêsse-en-titre de Luis XIV en aquel tiempo), superando cualquier cosa que los contemporáneos hubieran visto en su vida.



Los Menus-Plaisirs no reparaban gastos a fin de hacer maravillas que parecían brotar de la tierra durante la noche. En "El Gran Divertimento Real" de 1668, la fête más magnífica del reinado de Luis XIV, los asistentes fueron invitados a coger fruta confitada de las ramas de los naranjos portugueses importados que delineaban las avenidas de l’Orangerie. En el Bosquet de l'Etoile, montones de caramelos, frascos de licor fino y un palacio en miniatura construido en su totalidad de mazapán tentaban a invitados y espectadores por igual (la gente común tenía permitida la entrada a los jardines e incluso podía comer las sobras). En otra arboleda con antorchas, un teatro improvisado iluminado por cientos de velas en candelabros de cristal era escenario para una comedia de Molière, después de lo cual el rey y la corte disfrutaron una cena que constaba de cinco cursos de 53 platos diferentes cada uno. Como todas las celebraciones reales importantes, la fiesta de 1668 terminó con una exhibición deslumbrante de pirotecnia: floreros iluminados y brillantes fuentes encendían los jardines, mientras los fuegos artificiales escribían en el cielo el número de Rey Sol, "XIV".


Solo en esa noche, los Menus-Plaisirs gastaron una suma igual a un tercio de los gastos totales de Versailles para ese año. Sin embargo, tan decadente como pudiera parecer, la organización de fiestas en Versailles era un asunto serio. Además de presionar a los trabajadores para la realización de los proyectos extravagantes del rey en una fecha determinada, las fiestas funcionaban como laboratorios de experimentación artística. La elaborada decoración que se levantaba y desaparecía durante la noche daba a los equipos de renombrados arquitectos, compositores, decoradores, expertos en pirotecnia y jardineros -todos elegidos por el propio rey- la oportunidad de probar e implementar nuevos estilos y tendencias, cuyo éxito o fracaso podría hacer o deshacer la carrera de la persona responsable.







Estos grandes golpes de efecto de Luis XIV eran también un instrumento político importante. Además de mantener a la nobleza dócil, proporcionándoles formas frívolas para que gastaran su tiempo y dinero, el Rey Sol utilizaba las fêtes como un medio para difundir su propia gloria a través de las cortes de Europa. Los grabados por encargo del rey con suntuosas procesiones y fuegos artificiales espectaculares proclamaban al mundo la intención de Luis XIV de gobernar como un monarca absoluto, así como su apego cada vez mayor a Versailles y sus jardines. Cuando aumentó la fama del palacio, lo hizo también el número de imitadores, pues los monarcas de toda Europa construyeron bajo ese modelo sus propios palacios y jardines.