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sábado, 6 de febrero de 2010

La Duquesa de Manchester


Maria Consuelo Iznaga del Valle Clemens (1858-1909) era cubano-americana. Había nacido en la Plantación Ravenswood, en Concordia Parish, Louisiana, como tercera hija de Antonio y Ellen (Clemens) Yznaga del Valle. Su padre provenía de Cuba y tenía conexiones con casas aristocráticas de origen español. Su madre era neoyorquina.


Una vez que Consuelo resolvió casarse con un hombre rico, pasó a formar parte del grupo de chicas de New York pertenecientes a buenas familias sureñas arruinadas por la Guerra Civil que casaban con banqueros y comerciantes neoyorquinos. La técnica era que una amiga bien conectada socialmente presentara a la joven a los posibles partidos.



La joven María Consuelo


Consuelo recibió una educación continental, para lo cual viajó a París y terminó en la brillante corte de Eugénie de Montijo. La joven fue presentada a la emperatriz de los franceses, quien, como Consuelo, era mitad española, mitad americana y muy hermosa. Ambas cultivaron una amistad que duró toda su vida. La familia regresó a América en 1870, cuando empezaron las agitaciones en Francia.


En esos años Consuelo se volvió conocida en la escena social de New York como una integrante del grupo llamado “the Bouncers”. En el resort neoyorquino de Saratoga conoció al Vizconde Mandeville. George Victor Drogo Montagu, futuro Duque de Manchester (1853–1892), conocido como Lord Kimbolton entre 1853 y 1855 y como Vizconde Mandeville de 1855 a 1890, era hijo de William Drogo Montagu, 7º Duque de Manchester y Miembro del Parlamento británico, y de Luisa Federica Graffin Von Alten.


El Duque de Manchester (1878)


La pareja contrajo matrimonio en la Grace Church de New York en mayo de 1876 y, aunque la boda ocupó las portadas del New York Times, la novia y su familia eran considerados como “nadie” por la editorial del periódico. La boda había tomado a la sociedad de Nueva York por sorpresa. En aquel entonces se regía por los Knickerbockers, viejas familias de extracción holandesa y británica que llevaban vidas ordenadas y austeras, absteniéndose de cualquier ostentación de su riqueza material. Era mal vista una boda lujosa, como aquella de Consuelo. Al otro lado del océano, la familia del futuro duque tampoco estaba muy contenta con la relación. Su padre no creía que la joven fuera lo suficientemente buena para su hijo mayor y heredero.

Por un lado, el vizconde no había recibido una dote de los Iznaga, pues éstos pensaron que él se haría cargo de ella y los Montagu pensaron que su padre no podía permitirse el lujo de desviar su riqueza a la vez, aunque había dado a su hija mayor 50.000 dólares de dote al casarse con Lord John Pepys Lister-Kaye en 1882. El duque se preguntaba si su hijo no se habría casado con una mujer indígena, pues su comportamiento no se ajustaba al ideal de una buena señora inglesa de la nobleza; cantaba canciones campesinas con la música del banjo, fumaba puros y se comportaba de manera casual, como si volviera al Mississippi de su juventud. También se preguntaba si era verdaderamente rica ya que no traía consigo ninguna dote para el matrimonio.


Consuelo, Vizcondesa Mandeville

Luego de la boda la pareja se instaló en una propiedad en Irlanda. Tuvieron tres hijos: William, que sucedería a su padre como el 9º duque de Manchester en 1892 y dos hijas gemelas (Lady Jacqueline Mary Alva y Lady Alice Eleanor Louise Montagu), quienes murieron de tuberculosis en 1895 y 1900, respectivamente.


Consuelo era amiga de la infancia de Alva Vanderbilt, nacida Smith, esposa de uno de los hombres más ricos de América, quien había bautizado a su hija Consuelo en honor de su amiga. Se rumoreó en su momento que la bella lady Mandeville, que había quedado viuda en 1892, era objeto de los afectos de William Vanderbilt, el primer esposo de Alva. Datos interesantes a este respecto despiertan sospechas, sobre todo al observar que en los ulteriores viajes de Alva a Inglaterra la duquesa de Manchester no fue su anfitriona y, a juzgar por sus memorias, The Glitter and the Gold, no parece que Consuelo Vanderbilt, cuando se convirtió en duquesa de Marlborough, frecuentase mucho a su madrina y homónima, como cabía esperarlo de una joven que buscaba una cara amiga a tanta distancia de su hogar.


La Duquesa de Manchester caracterizada de Ana de Austria en el baile de disfraces de la Duquesa de Devonshire (1897)


La vida de Consuelo Iznaga había sido un misterio porque pocos conocían su vida como belleza sureña y bohemia que se había convertido en duquesa inglesa al doblar el siglo. Una vez le dijo a un amigo: “Inglaterra está muy bien para el esplendor pero es una muerte lenta para la diversión”.


El duque le había prometido el mundo, pero solo le había dado malestar y dolor. Su vida con él no fue un cuento de hadas pero ella hizo lo mejor de sí. Con su talento natural y vivacidad tomó por asalto la sociedad inglesa y se convirtió en una famosa anfitriona por propio derecho. Era una idealista y una mujer que se burló de las convenciones durante toda su vida. Convertida en la decana de la sociedad londinense, adorada por su encanto y sagacidad, murió en la capital inglesa el 20 de noviembre de 1909.


La Duquesa Viuda de Manchester retratada por Sargent

Títulos

1859–1876 Doña María Consuelo Yznaga del Valle
1876–1890 Lady María Consuelo Montagu, Vizcondesa Mandeville
1890–1892 María Consuelo Montagu, Duquesa de Mancester
1892–1909 María Consuelo Montagu, Duquesa Viuda de Manchester


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